El cuerpo exquisito de la Tia Elena
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La tía Elena es medio hermana de mi madre, es decir tuvieron el mismo papá, pero diferente madre. Desde adolescente ella mostró esos atributos que hacían pensar que iba a ser una tremenda hembra. Mide 1.76 mt, cabello largo y morocho, piernas largas, como dije antes unas tetas de ensueño y un trasero parado. Me cuenta mi madre que la tía Elena era deseada por casi todos los hombres de dinero del pueblo. Finalmente se casó con un hombre de pocos estudios, pero con gran fortuna.
La tía además de sus atributos físicos, tenía buen caracter, era amiga de muchos. Yo era su sobrino preferido, ella me llevaba con mi hermano menor a estar varios días en su casa, pues su marido andaba de viaje casi siempre. Era costumbre mía pasarme de noche a su cama y abrazarme a alguna de su pantorrillas y quedarme dormido, quiero indicar que no había ningún morbo, pues yo tenía 8 o 9 años de edad. Esa costumbre siempre la tuve hasta que llegué a la pubertad, en ese momento se me paraba la verga solo de ver el cuerpazo de mi tía, ella dormida, yo podía verle las bragas y como le apretaba su coñito semidepilado. La tía en ocasiones pudo notar mis erecciones y se reía. En una ocasión teniendo yo 13 años, me metió con ella a la ducha a bañarnos, alli la vi totalmente desnuda por primera vez, era una hembra muy bella y voluptuosa, tenía una parche de pelos en forma de triangulo, pero del clitoris para abajo estaba totalmente depilada, sus tetas parecía toronjas de la redondez que tenían y a pesar de su tamaño las tenía bien paradas. La tía notaba que mi pene estaba bien parado y se reía. Luego ella me pedía que la enjabonara en todos lados, yo pasaba mis manos por todo su cuerpo, inclusive en su panochita, y en más de una ocasión me centraba en esa parte y ella cerraba sus ojos. Luego ella me enjabonaba a mi y en más de una ocasión me tomaba el pene erecto y me masturbaba un rato con el jabón. Eso de ducharnos juntos se mantuvo hasta que yo tuve 15 años, después ella me dijo que ya era un hombre y que ya no lo hicieramos.
En una de las muchas ocasiones en que yo me quedaba en la casa de la tía Elena, el esposo de la tía invitaba a un amigo suyo, un extranjero también de mucho dinero a estar en la casa, yo veía que el tipo era ciertamente guapo y en ocasiones ví que le decía cosas a mi tía al oido. Como a mi siempre me gustó esconderme para oir conversaciones, una vez escuché que este tipo al que llamaré Mark, le decía a mi tía Elena que le gustaba mucho y que se fuera con él, que el le daría el valor que su esposo no le daba. Pero mi tía se negaba.
Hasta que una noche, yo me escondí entre unas estatuas y macetas que tenía mía tía en el segundo nivel de la casa, en el primer nivel habían invitados, entre ellos este tipo, Mark. Yo me quedé hasta dormido un rato, cuando desperté, ví que apenas había unas cinco personas, una pareja que no recuerdo el nombre, mí tía Elena, su esposo y Mark. En eso se despidió la pareja, eran como las 2:00 de la madrugada. El esposo de mi tía estaba completamente borracho, hablando incoherencias. Mí tía que casi no bebía y Mark que si había bebido, pero que estaba en buenas condiciones.
El esposo de mi tía quedó fondeado en una silla sobre la mesa. Al tiempo que Mark le pidió a mi tía que bailaran una pieza, fue puso música tranquila, mí tía no quería, pero ante la insistencia se puso de pie y comenzaron a bailar pegados. Mark le murmuraba al oido algo al mi tía, algunas cosas la hacían reir, pero otras no tanto. En eso Mark se acercó mucho y comenzó a besarle el cuello, mí tía Elena lo contuvo, pero el insistía, alcancé a oir que le decía que la deseaba mucho. En eso se besaron, pero mi tía lo separó y le dijo que su marido se podía despertar en cualquier momento. Después vi como entre los dos tomaron al esposo de mi tía y lo llevaron casi arrastrando a una habitación que había para visitas, pues subirlo por las escaleras no era buena idea.
Ya solos, Mark se sentó en el sofá y tomando del brazo a mi tía y la sentó en sus piernas, la casi acostó en su regazo y comenzó a besarla, mi tía rechazo los primeros besos, pero no pudo resistirse, posiblemente le hacia falta una buena cogida y la verdad es que Mark era un hombre atractivo. Los besos se pusieron más intensos, desde arriba yo podía oirlos muy bien. Las manos de Mark se movían por debajo del vestido de mi tía Elena, era obvio que acariciaban su rajita. Mark no pudo evitar bajar los tirantes de su vestido y destapar sus bellezas, sus dos tetas enormes, las acarició y las mamó con gusto. Luego pude ver como movia sus manos en la rajita dentro del vestido, yo solo veia el movimiento, pero era muy obvio, Mark mamaba las tetas de mi tía mientras le metía los dedos en su panocha. Los gemidos de la tía Elena no tardaron en aparecer, me hacía hervir la sangre, yo que ya me masturbaba saqué mi pene erecto y me empecé a hacer una paja.
Este tipo, Mark, se comió las tetas de la tía y el movimiento de su brazo me decía que le inscrustaba profundamente los dedos en la rajita. La tía ponía los ojos en blanco. En eso el tipo decidió dar el otro paso, acostó a mi tía en el sofá y se arrodilló en el suelo, metió sus brazos dentro del vestido de ella y le sacó completamente las bragas, luego le subió el vestido y comenzó a mamarle la panocha. Los gemidos se intensificaron de mi tía, llenaban toda la sala, eran gemidos de placer, Mark entonces le metió los dedos en su rajita mientra le comía el clitoris, la tía o tardó en llegar a un orgasmo tremendo, Mark se lo prolongó al no dejar de chuparle el coño ni dejar de meterle los dedos en su raja.
Luego Mark se puso de pie y se desvistió, se sentó ahora él en el sofá y mi tía se puso de rodillas y colocándose entre los muslos de él, comenzó a devolverle el favor, mamándole su largo falo. Ella pasó su lengua desde abajo, casi en los huevos y siguió lamiendo hasta llegar a la punta, pude ver los gestos de Mark, decían sin palabras el placer que sentía. La tía se metía posteriormente la carne de Mark hasta la garganta, prácticamente la verga de Mark desaparecía en su boca.
Luego Mark detuvo a mi tía, tal vez para no correrse aún, era una hembra que debía gozarla toda, asi que la puso en cuatro sobre el sofá, no pudo evitar decirle que tenía una culo precioso, luego tampoco pudo evitar besarle las nalgas y lamerle el ojete del culo. Le tomó las nalgas con las manos, las apretó y luego las abrió para poder comerse de mejor modo todo su culo y su raja por atras. Luego se incorporó y la penetró con fuerza. Mark comenzó a embestir a la tía Elena de forma salvaje, la tomaba de la cintura y se le montaba para penetrarla hasta el fondo de su vagina. Los gritos de placer de la tía aparecieron de nuevo, parecía que ella estuviera sufriendo, al principio crei que ella estaba sufriendo, pero no era asi, ella estaba loca de placer, ahora no importaban lo quejidos y ruidos que daba mi tía que se oían en casi toda la casa, no importaba si su esposo se despertara por tanto grito.
Cuando Mark se cansó de coger a mi tía en esa posición, él se sentó en el sofá y puso a la tía sentada de frente sobre su verga, la tía se montó y comenzó a moverse encima ensartándose de forma salvaje, Mark tomó sus enormes tetas y las mamó en serio. Los dos estuvieron jodiendo un buen rato en esa posición hasta que los oí como llegaban a sendos orgasmos. Sudorosos se quedaron un rato descansando, ella aún encima de él. Se besaron un rato más y luego se desprendieron. Luego se vistieron, Mark volvió a decirle su propuesta, que se separara de su marido y se fuera a vivir con él. Ella no lo aceptaba por el momento.
La tía se volvió amante de Mark. Quien inclusive llegaba a dormir a su casa cuando su marido estaba de viaje. Cuando yo estaba en su casa y ella me decía que esa noche no podía dormir en su cama, sabía yo que Mark iba a llegar a cogérsela, Yo podía oir desde mi habitación los gemidos que daba la tía Elena, quien estaba viviendo su luna de miel. En algunas ocasiones, al amanecer, yo entraba a la habitación, aún ella y Mark estaban semidesnudos en la cama que estaba revuelta. Pude ver en el suelo algunas cosas, pero lo que más me llamó la atención fue un bote de crema con anestésico local para sexo anal, yo claro no sabía que era eso, pero pronto averigüe que Mark se lo ponía a la tía Elena para cogérsela por su rico culo.
No crean que eso duró mucho, no, la tía descubrió con esto el sabor exquisito y prohibido de la infidelidad. Los hombres que la habían deseado por mucho tiempo, hombres guapos, ricos y musculosos empezaron a desfilar en su cama.
Hasta que yo cumplí 20 años, tuve sexo con la tía, pero eso será para la parte 2 de este relato.
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