El ex novio de mi hija ahora es mi amante
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola soy Edith, mexicana tengo 45 años, casada desde hace 25 años y con 2 hijas la mayor de 21 y la menor de 18, soy de baja estatura 1.
52 m delgada peso 48kg y mi mejor atractivo desde la adolescencia fue mi trasero, ancho y bien redondito.
Mi marido siempre fue muy seco, cero detallista y con los años se volvió un patan, me engaña cínicamente y cree que no me doy cuenta, nuestra vida sexual es nula desde hace 5 o 6 años y llegué a pedirle el divorcio pero el se negó y me pidió otra oportunidad a lo que accedí pero no cambió mucho.
Soy una mujer sexualmente y amorosamente frustrada.
Mi hija la mayor, Carla, tenía un novio llamado José Luis, el tiene 30 años, es casi 10 años mayor que mi hija, su relación duró poco más de 4 años, él siempre fue muy atento, respetuoso, cariñoso, detallista, caballeroso a más no poder y muy bien educado, digamos a la antigua.
Por ese motivo accedimos a que tuviera una relación con mi hija porque sabíamos que la quería demasiado y la respetaba.
El encajó en nuestra familia y se ganó el cariño y la confianza de todos, siempre nos llevamos bien y me tenía mucha confianza y yo a él para hablar de todo lo de su relación con mi hija.
Yo lo quiero mucho y estaba muy feliz porque mi hija había encontrado un chico único en su clase, hacía muy feliz a mi hija y como madre eso me tranquilizaba, saber que ella estaba en buenas manos.
Tenía muchos detalles tiernos y muy románticos y tenía muchas atenciones con el resto de la familia, en ocasiones yo admiraba como trataba a mi hija y deseaba que mi marida fuera tan solo un poco como él.
En una ocasión que discutí con mi marido, mi yerno llegó a la casa y yo estaba sola y llorando y sin preguntarme nada, solo me abrazó y acarició mi cabeza y me dio un par de besos en la frente y lloré más y le conté todo sin dejar de abrazarlo, me sentía después de mucho tiempo segura, cómoda y reconfortada.
El me dio unas palabras de aliento y me ofreció su apoyo para cualquier decisión que yo tomara.
Desde entonces me entró un cariño muy profundo hacia él, para mí él se convirtió en el hombre de la casa, ayudándonos a mi y a mis hijas en todo lo que necesitáramos.
Estaba confundida porque me había gustado como me trató y como me hizo sentir y por primera vez lo vi como el hombre que es y no como novio de mi hija.
Unos meses después, llego a mi casa en la noche y encuentro a mi hija mayor llorando desconsolada en su habitación, yo suponía que se trataba de algo con su novio, cuando se tranquilizó me contó que ella lo había terminado a él porque no se sentía lista para una relación tan formal, yo no podía creer lo que me decía mi hija, no la entendía pues para mi José Luis era el hombre perfecto y mi hija no lo apreciaba.
A la semana siguiente fue mi cumpleaños y José Luis fue invitado con anticipación, yo dudé que se presentara por la ruptura con mi hija, pero llegó, me trajo flores y me felicitó como siempre, fue atento igual que siempre con toda la familia y mi hija se portó muy indiferente con él y eso me molestó.
Después de un rato veo que José Luis se sale a la calle llorando y yo fui tras el para saber que le había pasado, lo alcancé y le pregunté que tenía y el me abrazó y lloró desconsolado en mi hombro, no podía parar y no podía ni hablar, yo sentí mucha tristeza y ternura y lo acariciaba y le decía que todo estaría bien, después se fue, me dijo que no podía estar ahí porque le dolía la situación con mi hija y se despidió de mi con un beso en la mejilla un abrazo fuerte y me volvió a felicitar
Después de aquella vez, yo le escribía diario para saber cómo estaba, platicábamos mucho acerca de lo sucedido y le dije que contaba conmigo y que lo quería mucho y que no entendía como mi hija no veía al maravilloso hombre que el era.
El por su parte también comenzó a halagarme diciendo que ojalá que mi hija fuera como yo, que me admiraba y le gustaba mi forma de ser.
Poco a poco nos fuimos volviendo una especie de amigos.
En una ocasión, quedamos de salir a tomar un café y hablar acerca de mi hija, pues el quería reconquistarla.
Fuimos un viernes en la noche al centro de la ciudad a un café – bar, nos ofrecieron unos licores que estaban promocionando y nos bebimos demasiados, el casi no toma y en un momento ya no quiso beber licor, yo normalmente si bebo bastante pero nunca me emborracho, pero este licor de verdad que me estaba pegando al grado de decirle a José Luis que olvidara a mi hija y que se buscara a alguien mejor, que lo valorara.
Yo me levante al baño y vi como descaradamente él se quedó mirando mi trasero, algo que me sorprendió pero en vez de molestarme me excitó.
De regreso, y con el valor del alcohol le pregunté que Qué pensaba de mí?
El se sonrojó y me contestó puros halagos bonitos y al final me dijo que era una mujer muy sensual y excitante, eso me encendió de inmediato y me lancé a besarlo, el respondió a mi beso y sentí como su excitación hacía un bulto en su pantalón, yo estaba demasiado excitada y le dije que nos fuéramos a otro lugar.
Fuimos a su departamento y apenas al entrar nos volvimos a devorar a besos y nos sacamos la ropa uno al otro con desesperación, tocábamos, besábamos y lamíamos el cuerpo del otro con tanta ansiedad, cuando me di cuenta estábamos en el piso haciendo un delicioso 69; yo estaba muy mojada y entregada a ese hombre, de pronto se levanta y con un brazo me carga para lanzarme a su cama, me pone boca abajo y asalta mis nalgas con sus manos, mete su cara entre ellas y empieza a lamer mi ano y a introducir sus dedos en mi vagina, metió 3 de una sola vez y me penetraba con ellos a gran velocidad, después cambia sus dedos a mi ano, jamás penetrado y siento un placer increíble, desconocido, tuve un orgasmo delicioso e instantáneo, unas duras nalgadas prolongaron mi orgasmo.
Le pregunté si alguna vez se había imaginado tener así a su suegra y me contestó que siempre que tenía sexo con mi hija se imaginaba que me lo hacía a mi y que ahora ya no era su suegra, me dijo que desde ahora era su puta y eso me excitó tanto, nadie me había hablado con groserías y después nos besamos y el me jaló muy fuerte del cabello y me hincó en el piso, así puso su pene en mi boca y empezó a moverse como si estuviese penetrando mi vagina, lo hacía con mucha fuerza y hasta con coraje yo no podía quitarme pues su fuerza es mucho más que la mía y me movía a su antojo, yo sentía que me ahogaba y tosía y mucha saliva escurría por la comisura de mis labios, tuve ganas de vomitar y traté de separarme y el me dio una cachetada y me grito diciendo “aguántate puta” después escupió sobre mi cara me aventó al piso.
Yo estaba sorprendida que aquel joven tan respetuoso y tierno se había transformado en un hombre dominador, mal hablado, pervertido y eso me provocaba una emoción indescriptible, me asustó un poco pero DIOS me sentía tan caliente y excitada, deseaba ser penetrada por ese hombre.
Así que tirada en el suelo, me puse en 4, apoyé mi pecho en el piso frío y mis brazos los estiré hacia atrás para tomar con mis manos mis nalgas y las separé ofreciendo mis orificios a mi ex yerno.
El entendió lo que quería y me preguntó si quería que se pusiera condon y yo le dije que no, quería sentirlo al natural, así que de un solo empujón metió todo su miembro en mi vagina, lo tenía muy tieso y aunque no era tan largo ni grueso lo disfrutaba, vi como se estiró para abrir un cajón de la cómoda junto a su cama y sacó un dildo de goma, me dijo que lo ensalivara y así lo hice, después sentí como lo empezaba a meter en mi ano, sentía mucho placer doloroso, aunque casi no entraba, después escupió en mi ano y me dio cinco nalgadas muy fuertes, diciéndome “relaja el culo zorra” me volvía loca con los golpes y las malas palabras, me dolia mucho el ano pero quería sentir mas, poco a poco fue metiendo mas el dildo y la sensación de tener mis dos orificios ocupados me provocaba ricos orgasmos.
Me dijo que ya estaba listo mi ojete para recibir su verga y me hizo que se lo pidiera, yo le dije que no estaba segura de querer hacerlo por ahí, así que me dio una cachetada y me hizo que repitiera: “tu puta quiere sentir tu verga en su culito, por favor métemela” yo lo dije y el me besó apasionadamente después acomodó su pene en la entrada de mi ano y no me quedó de otra más que relajarme y empujó muy fuerte su pene, yo grité y empecé a llorar del dolor, le dije que me lastimaba y que me la sacara y a cambio recibí varias fuertes nalgadas que hacían que mi ano se contrajera y apretara el pene.
Sentía mucho dolor y me ardía por dentro, el empezó a bombear con fuerza y yo no dejaba de llorar pero empecé a disfrutar mucho cuando al mismo tiempo metió el dildo en mi vagina.
Tuve un par de orgasmos más y unas ganas intensas de cagar, se lo dije y me respondió que no le faltaba mucho para terminar.
De pronto me empujo con mucha fuerza tirándome al piso y sacó su pene de mi culo, sentía los chorros calientes bañando mi espalda, brazo, nalgas y piernas, yo estaba exhausto y me dijo ven putita limpia con tu boquita la verga de papi, me dio risa y me acerqué a limpiar su pene que tenía restos de sangre, semen y un poquito de excremento, me dio asco y tuve que ir al baño a vomitar.
Después el entro al baño y se metió a duchar, me llamó para ducharme con él, me preguntó cómo me sentía y le dije que muy bien, cansada, débil y adolorida pero muy satisfecha, el me besó tiernamente la mejilla y empezó a lavar mi cuerpo con mucha delicadeza, después el se lavó y salimos de la ducha, me enrolló en una toalla y secaba lenta y minuciosamente cada parte de mi cuerpo y besando cada parte seca, me cargó en sus brazos y me recostó en su cama, después se acostó junto a mí y nos cubrió con sus sábanas, acariciaba y besaba mi frente y me decía que era la mejor amante que había tenido, le había sorprendido que era virgen del culo y me prometio que si me quedaba esa noche a dormir con el me iría enseñando poco a poco otras cosas más excitantes, así que nos acurrucamos nos besamos y nos quedamos dormidos.
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