El motero 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sebastian seguía yendo al bar como si no hubiera pasado nada y lo mismo yo, solo me acordaba por la extraña sensación que tengo en el ano, "Hola guapo, como estás?", le dije sonriendo, cuando le llevé su cerveza, "muy bien y vos, como estás?", me dijo, sonriendo, con esa sonrisa pícara que tiene.
"El lunes nos encontramos como la vez pasada?", le dije, bajando la voz, "listo, el lunes nos vemos", me dijo, encendiendo un tabaco, y bebiendo un trago de cerveza.
Lo miré, le guiñé un ojo y me fui a seguir trabajando, pero no se porque, me fui moviendo el culo mas de lo normal.
Los días se me hacían interminables, deseaba que llegue el lunes, hasta que por fin llego, cogí el coche y me fui a la estación del tren, lo estacione en el lugar mas oculto que encontré y me dispuse a esperar a Sebastian.
Sentía los nervios en el estómago por la espera, hasta que escucho el inconfundible tronar del motor de su moto y lo veo venir.
Estaciona la moto, se baja, se quita el casco, y me abraza besando mi boca.
Yo me sentía extraña entre sus brazos, fuertes, nada que ver con mi marido, ese aura de fuerza que tiene, la que impone su persona, también lo abrace y lo besé, sentía sus manos acariciando mis nalgas por sobre mi pantalón.
"Nos vamos a tu casa?", le dije, besando sus labios, "sí, vamos", me dijo, me puse el casco, me subí en su moto y me abrace fuerte a él y nos fuimos.
Al llegar, me quité el casco, y nos empezamos a besar con furia, con pasión, sus manos recorrían mi cuerpo, me apretaba las tetas, las nalgas, yo estaba bien pegada a él, sentía su polla dura contra mi coño.
Le fui desabrochando su pantalón y entre besos y besos, me fui poniendo de rodillas frente a Sebastian, le saque la polla del pantalón y la metí en mi boca, escuchando el gemido de placer al sentir como se la chupaba.
Yo con su polla en la boca, lo miraba, veía su cara de placer a medida que seguía chupando y lamiendo su polla dentro de mi boca.
Él se iba quitando la camiseta, yo le bajé el pantalón acariciando sus belludas piernas, sin sacar su polla de mi boca le quité el pantalón, subiendo y bajando mis manos por sus piernas, acariciando sus nalgas, metiendo su polla hasta mi garganta hasta provocarme yo misma arcadas, me fui poniendo en pie besando todo su cuerpo hasta que llegué a su boca y nos besamos tan apasionadamente, metiendo la lengua en nuestras bocas.
Nada que ver con Raúl, mi marido, Sebastian me mareaba con sus besos y sus caricias, me hacía sentir otra mujer.
Sin dejar de besarnos nos fuimos a su dormitorio, Sebastian se acostó y me miraba como me quitaba la ropa, como lentamente iba quedando desnuda frente a sus ojos.
Cuando me bajo el pantalón, le doy la espalda y me agacho bien, dejando que me vea el culo y el tanga hilo que me había puesto para él.
Seguía agachada cuando me empecé a quitar el tanga, me lo bajé hasta las rodillas y me abría las nalgas, dejando que me vea el ano, "te gusta cariño?", le dije, moviendo mi culo con las nalgas abiertas, sintiendo las manos de Sebastian pasar por sobre las mías acariciando mis nalgas.
Haciendo movimientos sensuales me puse sobre la cama, volviendo a meter su polla en mi boca, yo estaba empapada, cachonda como nunca estuve, empieza a besar su cuerpo y a subirme sobre él, pasando su polla por mi coño, hasta que me monto sobre mi amante y con mi mano la dirigí a mi ano, sintiendo la presión que hacía por entrar.
Lentamente me fui sentando, dando quejidos de dolor y placer sintiendo como su polla se metía en mi culo, yo me abría las nalgas todo lo mas que podía mientras Sebastian jugaba con mis tetas, hasta que enderecé el cuerpo y su polla se metió toda en mi culo haciendo que gima de placer, "te gustó cariño como yo sola me la metí en el culo?", le dije, con el cuerpo completamente recto y su polla bien metida, moviendo mis caderas en círculos, "así, movéte así, que se te abra bien el ojete", me decía, levantando su cintura, haciendo fuerza para que me entre más, "haaaaaa, esto es una polla, no lo que tiene Raúl", le dije, apoyando mis manos en su pecho y me levantaba y me volvía a sentar, haciendo que su polla entre y salga de mi culo.
Sebastian levantó la cabeza y me empezó a chupar las tetas, haciendo que me vuelva mas loca, "me matas cariño, me matas, que bien me follas", le decía sin dejar de mover mi cuerpo y disfrutando su polla follando mi culo.
Me levanté, cogí de nuevo su polla y me la acomodé en el coño, volviendo a sentarme y casi grito de placer al sentir como la tenía adentro de nuevo pero ahora en el coño.
Sentir esa tremenda polla llenar mi coño, sus besos en mis tetas, sus manos acariciando mi espalda.
Siento que me abraza y nos dimos vuelta, ahora yo estaba abajo y Sebastian me follaba arriba, yo abriendo mis piernas lo mas que podía y disfrutando como su polla entraba y salía de mi coño, "te gusta follarme cariño, te gusta follarme", le decía, acariciando su cara y besando su boca, "si, me gusta mucho cogerte", me dijo, enderezando su cuerpo y quedando de rodillas entre mis piernas y cogiendo mis tobillos, me empezó a follar mas fuerte.
Saca su polla de mi coño y me hace poner de costado, haciendo que abra la nalga que queda arriba, dejando que mi amante me vea el ano, donde siento como acomodo su polla de nuevo y me la empieza a meter de nuevo en el culo, haciendo que grite de placer, hasta que sus huevos se pegaron a la nalga que estaba debajo, "si cariño, fóllame por donde quieras", le dije entre gemidos y ayes de placer sintiendo como su polla entraba y salía de mi culo.
Los mordiscos que me daba en los talones sin dejar de mover su polla dentro de mi culo me volvían mas loca, me ponían mas cachonda, cosa que con mi marido no lograba ponerme.
Sentir las embestidas que me daba con su polla en el culo, me hacían gritar, le pasaba mi pie por su rostro, me sentía desencajada de placer, le pedía a gritos que no pare de follarme, que me abra todo lo que él quiera mi ano, "ojalá Raúl me follara la mitad de bien que me follas tú", le gritaba abriendo la nalga lo mas que podía, me volvía loca sentir como me entraba y me salía del culo, como cuando la metía toda, sentía como me salía el aire en forma de pedos.
Con mi marido, casi nunca llego, pero con Sebastian, la primera vez fueron tres, y ahora estaba por llegar al cuarto, estaba exhausta, pero sentir esa tremenda polla, me hacía seguir adelante, "cariño, córrete , córrete cariño, llena mi culo de leche", le dije, volteando mi cabeza y mordiendo la almohada, teniendo ese orgasmo con tanta fuerza que quería gritar de placer, hasta que siento como Sebastian, gime, grita, mete toda su polla bien adentro de mi culo, y siento como empieza a palpitar dentro, dejando toda su leche bien adentro de mi culo, llenando mis intestinos, nuestros gemidos eran gritos de placer, temblábamos, gemíamos, Sebastian me apretaba un tobillo y me lamía la piernas, "no la saques, no la saques cariño, deja tu polla dentro un rato más", le pedía con los ojos cerrados, respirando agitada.
Por Dios, que placer, como me hace disfrutar este motero, este hombre que es todo lo contrario al tipo de hombre que a mi me gusta, pero me tiene ciega, me tiene loquita por sus huesos.
Saca su polla de mi culo, se acuesta a mi lado, nos abrazamos, sentía como su leche me salía del ano, "gracias cariño, como me haces disfrutar", le dije, besando sus labios, aplastando mis tetas contra su pecho, "vos también me haces disfrutar mucho, pero no te confundas, que entre vos y yo, solo es sexo, no me vengas con que estas enamorada de mi, o que querés dejar a tu marido por mi, porque yo no quiero nada serio", me dijo, besando mis labios, "si cariño, se que entre tú y yo, no hay mas nada que sexo", le dije, sabiendo de antemano que lo nuestro es solo eso, sexo y nada mas.
"Cariño, me llevas a la estación del tren?", le dije, dejando de abrazarlo, y me fui al baño a lavarme, ya que tenía que ir a relevar a mi marido para que fuera a casa a descansar.
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