El novio de mi hermana me cacha.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto que me paso es realmente increíble, pero pasó y bueno, espero siga pasando, ya que me cacho tan bien, que me dejo loca por él.
Me llamo Mirta, y mi hermana Delia, somos venezolanas, vivimos en España hace mas de quince años, yo tengo 38 años, casada con un chico español y mi hermana Delia tiene 45, ella es divorciada.
Mi marido tiene un amigo argentino que tiene 50 años y se llama Eduardo, mi marido y su amigo comparten el mismo gusto de los tatuajes, las tarántulas, y de los perros de raza peligrosa, y yo le dije a mi marido que le podíamos presentar a Eduardo a mi hermana, y así lo hicimos, Eduardo vive en la misma urbanización que nosotros, puerta frente a la otra, es un hombre bien parecido, muy simpático, nos hace reír mucho a todos y congenió muy bien con mi hermana.
Yo tengo dos hijos, uno de diez años y una niña de un año y medio, muchas veces lo veo venir a Eduardo de su trabajo y nos saludamos, "hola cuñado", nos decimos.
Una mañana en que estaba sola, lo llamo y le pido a Eduardo si podía cuidar a mi hija mientras yo me iba a bañar, el aceptó gustoso y cuando me esta sacando a mi hija de mis brazos, sin ninguna intención de parte de ambos, paso su mano por una de mis tetas, nos quedamos mirando y no dijimos nada, yo me bañe mientras Eduardo jugaba con mi hija en mi dormitorio, salgo en chanclas y envuelta en la toalla y dando un fuerte tras pies, me tuerzo el tobillo y me caigo, quedando entre arrodillada y sentada, con la toalla caía a mi alrededor.
Eduardo corrió a auxiliarme y agarrando mi brazo me hizo poner en pie sin importar que estaba desnuda y me llevo a la cama, agarrando mi pie y haciendo un masaje, que me alivió muchísimo, y yo estaba acostada, con mi pierna en alto y mi cuerpo completamente desnudo, a la vista del que yo le decía mi cuñado, "hay que pena Eduardo lo que me ha pasado y mira como estoy, desnuda frente tuyo", le dije, dejando que me siga sobando el pie, "estas hermosa Mirta", me dijo, abriendo mi pierna y mirando mi cuca, eso me hizo dar mas vergüenza, "hay, me estas mirando toda", le dije, intentando cerrar la pierna, "deja que te siga mirando Mirta, sos una mujer realmente hermosa", me dijo, pasando su mano por mi muslo, acariciando mi pierna, haciendo que le pida que se comporte, "hay Eduardo que soy casada y tú el novio de mi hermana", le dije, apretando mis piernas para que su caricia no llegue a mayores, ya que su mano estaba muy cerca de mi cuca, pero él seguía intentando llegar a mi cuca con su mano, mientras que con la otra intentaba abrir mis piernas, yo no quería gritar ya que mi hija estaba medio dormida y no quería que se asuste, "hay Eduardo, por favor déjame", le pedía, "shhhhhh", me dijo y bajo su cabeza intentando mamar mi cuca, me empezó a besar la parte de atrás de mis piernas, las levantaba, y yo por mas que intentaba que no hiciera eso, me empezó a pasar su lengua por la parte de atrás de mi cuca y por la parte de adelante de mis nalgas, yo apretaba mi ano, no quería que me abra las nalgas, quería resistirme, pero sentir su lengua lamer la parte trasera de mi cuca y la la parte delantera de mi cola, me hacían ofrecer menos resistencia, hasta que aflojo las piernas y Eduardo me empieza a mamar la cuca, haciendo que gima de placer al sentir su lengua pasar por los labios exteriores de mi cuca, como los abría y pasaba su lengua por mi clítoris, haciendo que tenga pequeños temblores de placer.
Yo estaba de piernas abiertas dejando que mi cuñado me mame la cuca y sus manos me soben las tetas y de pequeños pellizcos en mis pezones, haciendo que se pongan mas duros de lo que los tenía ya.
Eduardo se puso en pie, lo veo como se iba desnudando, y yo sabía que me iba a cachar, lamentaba ponerle los cachos a mi esposo y a mi hermana, pero estaba muy arrecha, me había echo calentar.
Eduardo se puso de rodillas en la cama, con su verga dura, me agarra de la cabeza y la lleva despacio a su verga que estaba bien dura, yo lo miro y abriendo mi boca se la empiezo a mamar mientras sus manos no dejaban de acariciar mis tetas y mi cuca.
Yo mamaba y lamia la verga de mi cuñado mientras sus dedos entraban y salían de mi cuca, que estaba empapada.
"Ponte condón", le dije, dejando que Eduardo se acomode entre mis piernas, "no tengo", me dijo, haciendo que gima de placer al sentir como me iba metiendo la verga en la cuca, yo estaba con mis piernas bien abiertas y levantadas y mi cuñado me metía toda su verga en la cuca, "ten cuidado, que no tomo nada para cuidarme", le dije, envolviendo su cuerpo con mis piernas y haciendo que la verga de mi cuñado se mete hasta lo mas profundo de mi cuca, gemíamos y nos movíamos, yo movía mi cintura en círculos, sintiendo como Eduardo metía y sacaba la verga de mi cuca, "no te vengas dentro mío", le decía entre suspiros y gemidos de placer a medida que mi cuñado me cachaba, sin dejar de mover nuestros cuerpos, "date la vuelta Mirta", me dijo mi cuñado besando mi boca, "me vas a cachar por el chiquito?", le dije, respondiendo a sus besos, "si, te voy a hacer la cola", me dijo, sacando su verga de mi cuca, yo lo bese y me puse en cuatro patas en la cama, dejando que Eduardo me abra las nalgas y pase su lengua por mi ojete, yo gemía y apretaba las sábanas sintiendo su lengua lamer mi ano, "abrite las nalgas", me dijo, dejando que las abra y se ubica detrás mio y acomoda su verga contra mi chiquito, haciendo que gima de placer al sentir como hace presión y su verga se metía en mi cola.
Yo solo gemía a medida que mi cuñado metía su verga en mi cola, hasta que mis nalgas quedaron pegadas a su cuerpo.
Ahí estaba, cachando con mi cuñado en la misma cama donde duermo con mi esposo, en esa misma cama donde engendré a mi hijos, ahora le estaba metiendo los cachos a mi esposo y a mi hermana, dejando que mi cuñado me cache por la cola, sentía como entraba y salía de mi chiquito la verga de mi cuñado, como me hacía gritar de placer cachando mi cola, como la movía en círculos, para los costados, para adentro y para afuera, haciendo que mi chiquito se abra bien, dejando mi cola mas rota de lo que ya la tengo.
"que rico y abierto esta tu ojete", me dijo sacando su verga de mi cola y mirando mi chiquito, volviendo a acomodarla y la mete de una sola vez, haciendo que grite de placer al sentir como su verga me volvía a llenar la cola, "que rica cola que tenés Mirta", me dijo, dando un fuerte palmazo en una de mis nalgas, haciendo que grite de dolor y sintiendo como que si me quemaba la nalga, pero me hizo sentir una sensación de placer que le pedía que me siga pegando en las nalgas, sintiendo como me daba fuertes palmadas en las nalgas, mientras su verga no dejaba de entrar y salir de mi cola.
Sentía que mis nalgas me quemaban de las palmadas que mi cuñado me había dado, pero estaba disfrutando tanto, que no me arrepentía para nada de meterle los cachos a mi marido y menos a mi hermana, "sigue, sigue, no pares de cacharme el chiquito que estoy a punto de llegar", le decía, soltando mis nalgas y acariciando mi cuca, que estaba empapada, sintiendo como quería explotar en un orgasmo, sintiendo como mis tetas iban para adelante y para atrás a medida que mi cuñado metía y sacaba su verga de mi chiquito, "llena mi cola de leche, Edu, quiero que lleguemos juntos, cacha mas fuerte mi cola, así llegamos juntos", le gritaba, a punto de venirme, sentía que me escurría, no podía mas, escuchaba los gemidos de Eduardo y como metía y sacaba su verga de mi chiquito, estábamos a punto los dos, hasta que empiezo a gritar teniendo un tremendo orgasmo, y siento como Eduardo, gritaba también y su verga palpitaba dentro de mi cola.
Mis dedos estaban metidos en mi cuca, me escurría con mis dedos metidos en mi cuca mientras mi cuñado me llenaba la cola, con su verga metida lo mas adentro de mi cola que él podía, nos movíamos como locos, gemíamos, gritábamos, mientras nos escurríamos como locos los dos, la verga de Eduardo no dejaba de moverse dentro de mi cola, dejando toda su leche, a mi hasta la saliva de la boca me caía sobre la almohada, hasta que nos quedamos quietos los dos, gimiendo, yo seguía en cuatro patas y Eduardo no había sacado su verga de mi cola.
"Has disfrutado cariño", le dije a mi cuñado con mi cola levantada todavía, sentía como la verga de Eduardo se iba poniendo flácida dentro de mi cola y salía sola, "y ahora qué?", le dije, acostándome boca arriba, sintiendo como me palpitaba el chiquito y la leche de mi cuñado salía de mi cola.
Eduardo se acostó a mi lado, me beso la boca, acarició mis tetas, "vivimos frente por frente y podemos seguir repitiendo esto, verdad?", me dijo Eduardo, metiendo su mano entre mis piernas y acariciando mi cuca.
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