El regalo para mi esposa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fuimos a bailar con Miriam, la habiamos pasado genial, cuando a la salida nos encontramos con un antiguo amigo de ella, Alan. Vi sus ojos brillar de inmediato, conversamos un rato y en seguida lo invito a seguir conversando en casa. Salimos a las cuatro y treinta de la noche, fuimos a comprar unos tragos y luego nos fuimos a la casa. Al llegar yo saque una botella de Ron y le ofrecí a Alan y él me respondió que muchas gracias, yo le dijo que tomara con confianza porque yo me sentía algo mareado pero eso era mentira y allí pensé que no iba a tomar para ver qué pasaba en el transcurso de la noche, pero a pesar de eso Alan me sirvió tres tragos de los cuales uno me tome, otro se lo di a Miriam y el otro lo bote en el lavamanos.
Mi esposa casi no toma y me dijo que se sentía mareada y con mucho calor le quite el abrigo que llevaba y se quedo con un vestido rojo que le llegaba arriba de sus rodillas y con los zapatos de tacón que llevaba se veía muy sexy a tal punto que me puso caliente, yo solo observe como Alan la vio con deseo y lujuria pero no dije nada. Luego Alan me sirvió otro trago y cuando él fue al baño y mi esposa a ver a mis hijas, yo aproveche para tirarlo y hacerme más ebrio.
Para todo esto ya habían pasado como dos horas y yo le serví un trago a mi esposa haciéndome el ebrio, luego puse música suave y algo romántica que es la que le gusta a mi esposa, pero esa noche no quiso bailar y dijo que la dejáramos allí porque ya era tarde y porque seguramente su amigo quería descansar, pero Alan dijo que nos tomáramos el último trago y así lo hicimos, yo me recosté en uno de los sillones y me hice el dormido, ella le dijo a Alan que yo casi no tomaba y que ella tampoco pero él le dijo que aún quedaba mucho de la noche y que no estaba cansado y que lo acompañara otro momento y que se tomará otro trago con él a lo que ello se negó pero sin embargo se quedo sentada frente al sofá donde yo estaba supuestamente dormido.
Seguidamente Alan la invito a bailar y ella acepto y le dijo que solo un ratito porque yo podía despertar, tuve la necesidad de acomodarme bien en el sillón para poder ver, pero al ver esto se separaron y ya no bailaron, ella se volvió a sentar y él se sentó a su lado diciéndole que era muy bella y atractiva, que siempre lo habia calentado y que yo era afortunado en tenerla como esposa e intento ponerle una mano sobre su rodilla a lo que ella inmediatamente se la quito y le dijo que se fuera a descansar, Alan se paro y se tomo otro trago y se sentó en el sillón donde yo estaba y le dijo: Miriam si te adivino de qué color es tu ropa interior haces una penitencia, ella le dijo estas loco, mejor andate a tu casa ya porque el trago te está haciendo hablar incoherencias, él dijo que como le gustaría verla sin ropa y darle una mamada y ella le dijo que se callará porque yo podía despertar.
Mi esposa se paro y fue a sacar un vaso de bebida al lado del televisor que hay en el living y él se le acerco por la espalda y coloco sus manos alrededor de sus caderas, quedando mi mujer abrazada por él susurrándole algo al oído que no pude escuchar por lo suave que se lo dijo, luego escuche que Alan le dijo: sientes mi bulto en tus glúteos verdad?, acaso no te excita eso corazón?, quieres descubrir de que tamaño es o prefieres darle una mamada?, mi esposa se separo de él y le dijo que estaba completamente loco.
Mi esposa se acerco a donde yo estaba para despertarme y llevarme a nuestra habitación cuando Alan la jalo y le dio un beso en su boca pero como la agarro con fuerza ella no pudo escapar de él cuando termino le dijo te gusto Miriam y ella le respondió: si, pero ahora estoy casada, al escuchar esto Alan se le fue otra vez para encima y la volvió a abrazar pero esta vez le beso el cuello y le acaricio su glúteos y pechos por encima de la ropa, yo se que ella ya estaba caliente y luego la soltó y le dijo con una voz ronca y excitante: Miriam si no estás caliente ni tienes deseo de ver mi verga y no tienes húmeda tu zorrita yo me voy a descansar, ella se sonrojeo y luego se rio y le dijo: yo no puedo engañar a mi esposo estando él aquí y si quieres saber si estoy caliente, húmeda y con deseos de ver tu verga averígualo.
Al yo escuchar estas palabras de mi esposa supe que ella lo estaba retando y que ya estaba súper caliente, Alan se le acerco la volteo y le empezó a besar su cuello, a acariciar sus pechos, su cabello, sus brazos, a sobar sus caderas; pude observar los gestos de mi Miriam que ella no quería pero que su excitación podía más que su pudor de mujer fiel.
Alan siguió acariciándola hasta que le quito su lindo vestido, quedando ella en sosten y un calzoncito super sexy, ambas prendas color rojo. Seguidamente él le quito su sosten y le empezó a chupar su pechos, ella solo se quejaba mientras que Alan besaba y acariciaba con su lengua todo su vientre, pechos y cuello, con sus manos gigantescas acariciaba las nalgas y piernas de mi mujer, luego lentamente le fue bajando el calzon, al terminar de quitársela la levanto del piso y la empezó a oler y le dijo: valla que olor tan agradable, seguidamente él se quito la camisa y ella le empezó a besar las tetillas y su pecho, yo podía ver el bulto de Alan que sin pensarlo demasiado se desabrocho el cinturón y se bajo el pantalón el cual cayó al piso por ser de tela suave quedando únicamente en bóxer, él le dio vuelva y la dejo de espaldas a su pecho momento que aprovecho para bajarse el bóxer, luego le volvió a dar vuelta a mi esposa y allí dejo un espacio donde pude ver esa gran verga de caballo que Alan tiene y allí supe que Miriam no se equivoco con su presentimiento.
Miriam y Alan se siguieron besando, jugando con sus lenguas y tambien acariciando y luego la agarro por el pelo y la puso de rodillas y al ver mi mujer ese gran tronco bien parado frente a ella se quedo sorprendida y con la boca abierta de ver semejante cosa que sin mentira yo creo que doblegaba a mi verga, ella la empezó a chupar pero no pudo metérsela a la boca por lo gruesa y cabezona pero sin embargo ella le pasaba su lengua en todo su largo, luego le chupaba los huevos redondos que él tiene, mi linda mujer se olvido de todo incluso de que yo estaba allí en el living, ella lo único que quería era disfrutar esa gran verga que tenía frente a ella.
Después de haberse ella deleitado chupando ese gran trozo de carne, Alan la recostó en el sillón y le empezó a chupar a su gusto y antojo la vagina, para ese entonces yo estaba que me explotaba mi verga, cuando de repente llego el momento esperado por la verga de Alan y la jalo para la orilla del sofá dejando su espalda en el asiento y su lindo culo en el aire porque él la tenía agarrada de sus muslos subiéndole los mismo cerca de sus pechos quedando su vagina a disposición de Alan.
Alan lentamente la empezó a penetrar, de los quejidos y gemidos de mi mujer yo me excitaba cada vez más, y ella decía siiii lento por favor porque me duele, oooooh siiiiiiiiiiii dale despacio, muy despacio, que rico, vamos métemela despacio que quiero disfrutarla vamos ; en la posición donde yo estaba bien le podía ver el culo a mi mujer y a Alan, también los huevos y ese bate que parte de él entraba y salía de la cueva de mi mujer, pude ver cuando Alan la saco y luego le metió su glande y seguidamente se la dejo ir de un solo golpe, diciendo mi mujer aaaaaaaayyy. Dios mío que bestia pero que rico otra vez así por favor, si dale, dale, dale no pares culeame bien rico perro, que delicia, eres un animal, dale, dale, dale duro…
Alan era un toro en celo, cada bombeada se escuchaba extremadamente fuerte con lo mojada que ella estaba, en cada clavada los pechos de mi mujer se movian de una manera que nunca habia visto, ella apenas respiraba, su boca recibia la lengua de Alan y esta ya no podia ni siquiera quejarse. Luego, aprovechando la posicion, le mamo ambos pechos al mismo tiempo lo que hizo que mi mujer se quejara con gemidos de una verdadera puta.
Después de haber follado por mucho tiempo él le dijo Miriam voy a terminar y ella le dijo lléname de tu leche, si vamos lléname y Alan pego varios quejidos dándole unos empellones fuertísimos a mi mujer que hizo que ella tuviera el orgasmo más largo e intenso que nunca le había visto ni escuchado, quedando sobre el sofá noqueada por unos momentos, luego Alan la sentó y le dijo que le limpiara su verga pero con su lengua a lo cual ella obedientemente acepto.
El se sentó en el sofá y ella no perdía tiempo y siguió chupándole la verga que a pesar de estar sin erección era inmensa, cuando de repente ese gran trozo de carne empezó a estirarse y a ponerse grueso, pero ella ilusionada no dejaba de chuparla, cuando de repente Alan le dice a Miriam: Miriam yo quiero comerme tu culo y quiero penetrarlo y ella puso una cara de asustada y no supo que contestar, y él le pregunto ¿Acaso tú marido no te ha follado por el culo? Y ella le respondió si pero el pene de mi esposo es más pequeño y a pesar de eso siempre he sentido dolor, él le dijo te lo hare despacio y si no aguantas allí la dejamos.
Ya había pasado demasiado tiempo y yo estaba súper caliente y sin poder hacer algún movimiento o participar con ellos para poder calmar mi calentura, pero valió la pena el esfuerzo.
Ella muy amablemente le dijo que tenia crema en nuestra pieza, entonces mi esposa fue a buscarla y se la empezó a untar en ese fenomenal miembro y después él la puso de rodillas encima del sofá y le lubrico bien el culo y le dijo oye Miriam tienes bien lubricado el culo por toda la leche que te ha salido del tu vagina pero te aplicado suficiente crema para que solo se te resbale y no te duela cariño.
Después de esto empezó a acariciar el culo de mi mujer para que se fuera adaptando y así poder recibir semejante verga, Alan empezó a meterle esa cabeza y ella decía despacio por favor, muy despacio porque me duele, él tomo mas crema y a cómo iba entrando su glande le aplicaba un poco, y asi poco a poco y con abundantes quejidos, gemidos de dolor y placer Alan le fue metiendo su verga a mi linda y caliente mujer, que bien, pero bien metido le hizo tres cuartos de su verga blanca, venosa, larga y gruesa, bueno eso pensaba yo, y cuando mi Miriam disfrutaba de placer él se la metió hasta que sus huevos chocaron en la vagina de mi mujer, pude ver que ese gran trozo muy duro como piedra, se desapareció por completo dentro del culo de mi mujer, a lo cual ella gritaba y tuvo otro orgasmo bien fuerte, mientras Alan seguía dándole duro y ella disfrutando de semejante postre él también termino casi junto con mi esposa, quedando ella de rodillas en el sofá recargando todo el peso de su tronco en sus grandes y lindos pechos, quedándose así aproximadamente como diez minutos, donde se pudo observar cómo le salía leche del culo y de su vagina que resbalaba por sus preciosos y sensuales muslos.
Mientras Alan se iba a su casa le dijo: vez Miriam que no era tan difícil, tu marido no se dio cuenta y tu disfrutaste como nunca, cuando quieras solo me avisas y aquí te dejo los números de teléfono por si quieres repetir tu aventura solo tienes que llamarme.
Mi mujer levanto sus prendas y se las llevo a la pieza y luego regreso con una frazada para taparme y yo cuando supuestamente sentí sus tocadas y movimientos desperté y le dije, amor mío donde esta Alan y ella me respondió hace mucho tiempo que se fue a dormir, le respondí a bueno, luego le pregunte y porque estas desnuda y pegajosa, ella me respondió es que me quede dormida en la cama esperándote y tuve una pesadilla y desperté asustada y muy sudada, creo que es por eso, le dijo que bien mi amor.
Yo sinceramente creí que ella me iba a contar algo de lo sucedido pero no lo hizo. A la mañana siguiente ella estaba muy cariñosa y caliente e hicimos el amor y lo disfrute tanto como nunca lo había disfrutado y no sé si tuvo tres orgasmos durante la faena sexual que tuvimos o si los fingió, pero hasta el día de hoy cuando tenemos sexo seguimos teniendo fantasías y yo sigo disfrutando más del sexo, lo que sí es que ella me ha pedido que le haga el sexo anal más seguido, seguramente le gusto y como Alan le dejo el culito bien abierto no sufre tanto como lo hizo esa noche.
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