El secreto de mis padres…
Un hijo regresa en las vacaciones a la casa de sus padres, y descubre cual es el secreto de ellos, que él hasta esos momentos ignoraba..
Desde niño, sentía que mis padres me ocultaban algo, aunque nunca me llegué a imaginar la verdad, por un buen tiempo, hasta llegué a pensar que en realidad yo era adoptado.
Lo que después descubrí que, eso no era cierto, pero ese extraño sentimiento, o sensación, de que mis padres, me ocultaban algo importante, continuó presente en mi vida, aun después de que me fui a estudiar a la universidad.
No fue hasta que ya me encontraba en mi último semestre, que fui a pasar unos días a la casa de mis viejos, y bien apenas pisé la casa, esa rara sensación me volvió a envolver, por lo que llegué a pensar en comentárselo a mis padres.
Pero cuando vi a mi mamá, me di cuenta de que algo raro pasaba con ella, ya que lejos de verla más vieja, y cansada, parecía estar mucho más joven, y jovial de lo que yo la recordaba, mientras que mi padre, la verdad es que me pareció que estaba igual de viejo.
La cosa es que en lugar de comentarles algo, me centré en decirle a mi mamá lo joven y linda que se veía, cosa que a mi papá por lo visto le agradó mucho, que yo lo hiciera.
Al poco rato, decidí salir de casa, y visitar algunos de mis amigos, para salir a beber con ellos, fue cuando de la manera más cruda que se puedan imaginar, que me enteré del secreto de mis padres.
Algunos de mis amigos al verme se sorprendieron, mientras que otros, apenas me vieron, se marcharon de inmediato, y cuando pregunté la razón, la respuesta que obtuve, fue. “Es que de seguro se avergüenzan, de haberse acostado con tu madre.”
Yo no podía dar crédito a lo que terminaba de escuchar, cuando el dueño del bar, me continuó diciendo. “Mira, aquí todos saben que tu mamá se acuesta con todo el que ella quiere, y que tu viejo es su principal alcahueta. Que nadie nunca te dijo nada, quizás por consideración. Pero ya estas grande para saberlo, y si no me crees, pregúntale a cualquiera de tus amigos.”
Lo que no hizo falta que yo hiciera, ya que por la manera en que todos se quedaron callados, y mirando el piso del bar, me dio a entender que el dueño del bar, no mentía.
Lo cierto es que sentí como si me hubieran dado un golpe bajo, simplemente salí del bar, y me encaminé para la casa de los viejos, al llegar si me di cuenta de que la puerta del patio se encontraba abierta, y que un par de chicos entraron por ella, por lo que en silencio decidí seguirlos.
Lo cierto es que no tuve que caminar mucho, ya que, en la parte trasera de la casa, hay una especie de habitación, y por medio de una de las ventanas, fácilmente se puede ver todo lo que sucede dentro.
Lo primero que vi fue a mi viejo, sentado en una butaca, tomándose un trago, mientras que en la cama se encontraba mi mamá, completamente desnuda, pero acompañada por aquel par de jovencitos que iban delante de mí.
Los que apenas entraron en la habitación se quitaron toda la ropa, y sin ponerle la menor atención a mi viejo, se subieron a la cama donde mi mamá se encontraba con las piernas bien abiertas.
Yo no podía creer lo que estaba viendo, como al principio, esos dos chicos besaban y acariciaban, todo el cuerpo desnudo de mi madre, mientras que mi padre, no dejaba de observarlos, con una gran cara de felicidad.
Al poco rato, uno de ellos se dedicó a mamar el coño de mi madre, mientras que el otro, le chupaba de manera insistente, sus llamativas tetas, por unos segundos pensé en entrar en la habitación, y sacar a patadas a esos dos chavales, pero no sé qué me sucedió, que al ver la manera en que mi viejo actuaba, y la forma en que mi madre disfrutaba de todo lo que le estaban haciendo, como que me quedé paralizado, observándolos detenidamente.
De momento el chico que le estaba mamando el coño a mi madre, se detuvo, y dirigió su parada verga, al coño de ella, penetrándola, y por lo que pude observar, ella lo fue disfrutando al máximo.
Al poco rato, el que le mamaba sus hermosas tetas colocó su verga en la boca de mi madre, y de inmediato ella se dedicó a mamársela con sumo placer, yo no podía creer lo que estaba viendo, y casi sin darme cuenta, saqué mí ya erecta verga, y a medida que los seguía observando, comencé a masturbarme.
Mi papá por su parte también estaba haciendo lo mismo que yo, y entre trago y trago, comenzó a masturbarse, de manera lenta, observando como aquel par de chicos se divertían, y disfrutaban de los placeres que mi madre compartía con ellos.
Así que mientras mi mamá le mamaba la verga a uno, el otro se la fue clavando salvajemente, y ella movía con fuerza sus caderas, y gemía cada vez que podía.
Yo a todas estas seguí jalándome una tremenda paja, viendo como de momento al que mi madre le mamaba su parada verga, se las arregló, para penetrarla por el culo, mientras que ella seguía gimiendo y chillando de placer.
Bueno aquel para de chicos le hicieron de todo a mi madre, y yo al igual que mi padre, fui testigo presencial, cuando terminaron mi madre quedó tendida en la cama, con sus piernas bien abiertas, y una cara de puta satisfecha, mientras que mi viejo, al igual que yo, en algún momento se debió haber venido.
Sin hacer ruido salí por la puerta del patio, esperé un rato, y al rato regresé a casa, entrando por la puerta de enfrente, supuestamente tratando de no hacer ruido para no despertar a nadie.
Al día siguiente, mi mamá muy temprano se levantó a preparar el desayuno, muy contenta y feliz, mientras que mi viejo, se levantó al rato, de lo más tranquilo.
Yo pensaba quedarme todo el fin de semana en la casa, pero con la excusa de que debía realizar un examen regresé a la ciudad, la cosa es que esa imagen de mi madre, dejándose dar por todas partes, no se me podía quitar de la mente.
Pero al llegar al apartamento, que comparto con mi novia, de momento comencé a imaginarme como sería si ella, es decir mi novia se acostase con otros tipos, me preguntaba cómo me haría sentir eso a mí.
Y como se sentiría ella al hacerlo, lo cierto es que aún no me atrevo a decirle a mi novia lo que descubrí, y como en el fondo deseo que eso nos suceda a nosotros…
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