El sobrino de mi marido me coje
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llamenme Maribel de 31 años, mi esposo es de 41, los primeros cinco años de matrimonio fueron realmente magnificos, eramos muy fogosos, queriamos tener sexo todos los dias y probamos de todo (menos masoquismo y swinger), mi marido era muy bueno en la cama, me daba duro por la rajita y por mi culito, me sacaba corridas por ambos hoyuelos.
Pero desde hace unos tres años, todo ha cambiado, no se si por una diabetes que inicio en mi marido, pero ahora nuestras relaciones cambiaron a una vez a la quncena o al mes, y yo sigo siendo fogosa. La llegada del sobrino de mi esposo a la casa complicò todo, el es un tipo atractivo de 25 años, tiene fama de mujeriego y es extrovertido, siempre dice lo que piensa. En la habitaciòn donde lo colocamos en la casa he encontrado condones, revistas porno, gel para penetraciones anales, en fin ese muchacho es pura candela y solo vive pensando en sexo. A mi me mira de pies a cabeza, no es falta de modestia pero mi cuerpo se mantiene bien a pesar de un embarazo, mis piernas son largas y bien bonitas, soy delgada y mis senos no son enormes, sino mas bien acomodados a mi cuerpo delgado, son paraditas y duritas todavia. En la calle soy objeto de piropos de hombres que me miran con ojos para comerme.
El sobrino de mi esposo a quien llamare Hugo, rapidamente se dio cuenta de nuestra situaciòn, y como es extrovertido, comenzò a hacerme insinuaciones de salir con el a divertirnos, pero yo siempre lo detuve. Pero la ocasiòn se diò un fin de semana, mi marido irìa a ver a su mamà enferma, yo no quise acompañarlo, ese dìa me puse comoda en la casa, una bata y por debajo solo mi ropa interior, esa noche Hugo avisò que andarìa con sus amigos de parranda, asi que la casa era toda para mi, pues mi hermana se habìa llevado a mi crio. Saquè una botella de vino y me puse a tomar y leer un buen libro.
Estaba en el living acostada en el sofà leyendo, cuando oigo la puerta que se abre, es Hugo, lo primero que hace es verme las piernas largas y lo hace sin ninguna discresiòn, me hace sentir incomoda y estiro mi bata para tapar al menos hasta las rodillas, el se sienta en el mismo sofa, y me dice que me veo linda asi en bata, yo le agradezco, -Maribel no me habia dado cuenta de las piernas tan lindas que tienes, y tus pies se ven deliciosos-, me dijo Hugo casi en forma descarada. No cabe duda que el vino desinhibe, pues sus comentarios los recibi con una sonrisa, lo invitè a tomar una copa de vino conmigo y el acepto. Se sentò de nuevo a mi lado, yo siempre acostada.
-te noto cansada Maribel- me dijo al rato. Te voy a dar un buen masaje de pies, me dijo Hugo, y sin pedir permiso, me tomo uno de los pies y se lo puso en sus muslos, comenzo a masajear y debo decir que no lo hacia mal, me relajò su masaje, pero no se si era mi imaginaciòn, pero su masaje se volviò como caricias a mis pies, me decia a cada momento que mis pies eran muy sexys, tambièn senti algo en mi cuquita, no podia creer que me estaba mojando, solo con que Hugo me tocaba los pies, sera tanta mi necesidad de un hombre que me mojo solo del morbo del momento?
Hugo tomò su copa de vino y regò un poco sobre mis deditos de uno de mis pies, luego comenzo a chuparlo, juro que quise apartar mi pie inicialmente, pero el lo tomò con mas fuerza y siguiò lamiendo entre mis deditos del pie, fue algo exquisito y sensual, a pesar de muchas caricias que me hizo mi marido en sus buenos tiempos, nunca me lamiò mis deditos de los pies de esa forma. Terminò uno de mis pies y siguiò con el otro, -No puede Ser- decia yo en mi cabeza, pues sentìa que de mi vagina bajaban jugos lubricantes, lo cual solo hago cuando mi marido me calentaba.
El sobrino de mi esposo se comiò completos mis pies, luego levantò una de mis piernas y se puso a lamer mis pantorrillas, yo temblaba, no se si de nervios o de excitaciòn por algo prohibido, nunca le habia sido infiel a mi marido en ocho años de matrimonio, pero Hugo sabìa como seducir a una mujer, sus caricias y su boca actuaba sin ofender, la atmosfera era tranquila, como si dos amantes estuvieran haciendolo como solian hacerlo repetidas veces, asi se sentìa todo, como algo rutinario. Levanto una de mis pienras y siguiò lamiendo, era obvio que tenìa una vista de mi braguita y yo veia sus ojos se quedaban viendo mi entrepierna. Hugo siguiò su camino, se fue acomodando y su lengua ya llegaba a mis muslos internos, ahora eran lamidas y besos humedos, yo comencè a gemir, me invadiò una calentura como en mis mejores tiempos, yo querìa sentir ya su lengua en mi rajita, querìa sentir rico en mi intimidad.
No tuve que esperar mucho, Hugo aspiro enfrente de mi rajita, creo que mi rajita mojada olia a hembra caliente y Hugo ya sabia eso, hizo a un lado mi braguita diminuta y abriendo mis labios vaginales con sus dedos, puso la punta de su lengua en contacto con mi clitoris y toda mi rajita, emiti un chillido profundo, Hugo metio sus manos debajo de mis nalgas y me levanto en trasero unos 30 cms sobre el sofà y mi cuquita le quedò a la altura de su boca y el comenzò otra sesiòn de lengua y chupones en mi rajita, yo querìa explotar alli, que rico sentirse deseada y amada de nuevo, el sobrino de mis esposo despuès de comerse literalmente mi rajita bajò a comerse mi culito, lo chupò como si fuera el bocado màs sabroso y yo sentìa que la punta de su lengua se metia por mi esfinter, en ese momento comencè a sentir un tremendo orgasmo, yo me retorcia en el sofa y Hugo no dejaba de comerse mi culito y mi rajita por turnos.
-Oye Maribel te hacia falta esto, estas super mojadisima mujer- me dijo Hugo soltando mi rajita y mi culito por un instante.
-ay si papi, te quiero dentro de mi ahorita- le dije siendo la mas zorra en ese momento.
No se como hizo Hugo para desvestirse en pocos segundos, dejandose solo la t-shirt, me quitò las bragas de un tiron y colocàndose entre mis piernas, acomodo su buena verga (debìa tener unas 6 pulgadasy media) y me la metio hasta el fondo, yo solo pude pujar y sentir como su carne se metia hasta lo màs profundo de mi vagina, llevandome al cielo ida y regreso, gemì, el se aferrò al sofa y me comenzò a dar duro, yo lo envolvì con mis largas piernas y comenzamos un buen polvo, entrando y saliendo de mi raja mojada y caliente, -que buena estas!!- me decia Hugo gimiendo y esforzandose por metermela todita. -Cojeme rico papi, dame duro, que rica tu verga!- le devolvìa yo los gritos y gemidos.
El sofa rechinaba de la energìa que ambos le poniamos a la follada. Yo no aguantè màs y fui la primera en correrme, Hugo no bajo el ritmo ni un solo instante durante mi venida, lo cual me pareciò increiblemente rico.
Acto seguido, Hugo me la sacò y subiendose a horcajadas sobre mi, me llevò su mojada verga a mi boca para que se la mamara, no tuve reparos para hacerlo, la tome y comencè a darle una buena mamada, pude sentir su esperma mezclado con mis jugos ìntimos, luego el comenzòa darme en la boca, como si mi boca fuera una vagina, me tomaba de los cabellos para aferrarse y entraba y salia de mi boca que seguia mamando.
Luego regresò a su posiciòn y me la volviò a meter de un solo golpe, despuès me bombeaba de nuevo duro y profundo, -Hazme llegar- me dijo, yo alce mi vientre y me puse a seguir sus bombeos, asi se sentìa que su verga me entraba hasta lo màs profundo, pero al mismo tiempo me llevò a mi a otra deliciosa corrida, primero èl comenzò a gritar en medio de su climax, yo movi mi vientre porque me faltaba poco tambièn para llegar, el se dio cuenta y pistoneo ayudàndome y me vine en torrentes, los dos nos abrazamos mientras yo gozaba mi corrida y su verga dejaba de expulsar esperma caliente en mi raja. Exquisito polvo y prohibido.
Lo que siguiò luego fue que le dije a Hugo que me iba a mi habitaciòn, llevè mi braguita que estaba tirada en el suelo. Me hice la que estaba avergonzada, pero en realidad el corazòn me palpitaba rapidamente, que buena follada, ya la necesitaba, pero no debìa dejar claro a Hugo que me habia gustado. Sin embargo no contaba con lo extrovertido y mujeriego que èl era.
Lleguè a mi habitaciòn me revisè el cuerpo de que no hubieran marcas dejadas por las caricias y chupadas de Hugo. Puse el agua caliente en la regadera y me meti en ella, me puse a darme una ducha caliente para relajar mi cuerpo. Llevaba yo unos diez minutos alli cuando senti la presencia de alguien, corri la cortina de baño y era Hugo completamente desnudo, su pene estaba flàcido y aùn asi se veìa grande. Me dijo que si podia dejarlo bañarse conmigo, yo un poco atònita no respondi, èl mismo se metiò adentro.
Me dijo que me enjabonarìa y tomando el jabon lo comenzò a pasar sensualmente por mi cuerpo, yo aùn no reaccionaba, el acariciò mi espalda, mis senos, luego bajò a mis nalgas y dejò para ultimo mi rajita, la enjabonò toda y cuando sentì me estaba metiendo sus dedos en mi vagina, se puso a masturbarme mientras su boca tomò mis senos y mamò mis pezones. El roce de su cuerpo con el mio, el agua caliente, sus dedos en el interior de mi rajita y sus labios chupando mis pezones, me pusieron a mil, yo tome su verga con la mano y lo empecè a masturbar, su verga creciò rapido, y no solo era larga, sino gruesa, mi mano apenas podìa encerrarla.
Luego el se puso atras de mi, volvio a meter sus dedos en mi vagina y me besaba la espalda, luego vi que fue bajando sus besos por mi espalda, llegò a mis nalgas y abriendolas con las manos metio todo su rostro enmedio de ellas, senti su lengua trabajar el orificio de mi ano, me empujò un poco hacia adelante para agacharme un poco y tener màs disponibilidad de mi culito. Luego los dedos de una de sus manos me insertò de nuevo uno y luego dos dedos en mi raja, asi mientras lamìa mi ano me masturbaba, yo gemìa sin cesar, este muchacho si sabìa calentar a una mujer, yo me estaba mojando como una zorra.
Luego vi que el me dijo que me quedara asi, tomò el jabòn y se enjabonò el tronco de su verga, luego con su mano me untò tambièn en mi esfinter, sabìa lo que se proponìa, para mi no era desconocido el placer anal, mi marido le encantaba cogerme por alli, pero lo del jabòn estuvo bueno porque su pene era màs grueso y largo que el de mi marido. Hugo se colocò en posiciòn y sentì su verga frotarse en mi orificio, con su mano la fue guiando adentro de mi culo, el jabòn facilitò mucho y en poco tiempo ya tenìa la mitad de su carne dentro de mi ano. Luego se puso a bombear lentamente, tratando de meter màs de lo que sacaba, al cabo de unos dos minutos senti como su vientre pegaba contra mis nalgas, lo cual era señal que me la tenia toda adentro de mi recto. Me fui excitando y gemìa cada vez que me penetraba.
-Maribel que culo tan rico te mandas!!- me dijo Hugo.
-Te gusta papi?, te gusta metermela por alli?- le decia yo super excitada y al borde de una corrida.
La posiciòn de estar parada penetrada por el culo, no era la màs placentera y eso le robaba un poco de pasiòn al momento, asi que le pedi a Hugo que fueramos a la cama. El aceptò, nos fuimos alli, le dije que se acostara que yo lo montarìa, el lo hizo, alli acaricie de nuevo su verga, pero para què? si estaba durisima, me subì encima y tomandola me la puse en mi culito de nuevo, me fui sentando en su larga carne y hasta que desapareciòn en mi recto, luego me puse a cabalgarlo, los dos unimos nuestros gemidos minutos despuès. A mi marido le gusta que lo cabalgue asi por el culo, y a mi me hace llegar al orgasmo, y asi fue con Hugo, lo cabalguè hasta que tuve un orgasmo sonoro, èl me tomo de la cintura y me comenzò a moverse dentro de mi y acelerò su venida, finalmente me llenò de esperma mi orificio anal, esta vez lo oi gritar de gusto. No dimos un par de besos y el se marchò de mi habitaciòn dejandome el culito abierto y lleno de su lechita.
Eso fue el inicio, Hugo era un volcan en erupciòn, apenas mi marido salia a la calle me buscaba para chuparme los senos, o chuparme mi rajita, o bien para hacerme un rapido. Me ha llevado a cuanto motel existe en varios kilometros a la redonda, me coje por todos lados y me gusta sentir su esperma caliente en mi raja. No se si mi marido ya sospecha, pero sigo cogiendo con Hugo, y lo dejo cada vez mas seco. A el no le interesa una relaciòn, se que coje con sus novias tambièn, eso para mi esta bien, yo tampoco quiero una relaciòn con èl. Solo sexo.
Muy grande el sobrino. De mínimo 10 años menos lo quiero.
Sii, pense igual