En la fiesta me la pasé siendo cogida y mamando vergas.
La empleada de una oficina es la única mujer de la compañía que asiste a una fiesta organizada por la división de ventas, y tras emborracharse tiene sexo con todos los vendedores, quienes aparte de darle por el coño la ponen a mamar y le dan por el culo. .
En la fiesta me la pasé siendo cogida y mamando vergas.
Cuando mi marido se encontraba de viaje, no vi nada malo en estar un corto rato en la actividad que prepararon los de venta, además se iba a realizar en dentro de las mismas oficinas, me decía yo “¿Qué cosa mala me podía pasar?”
Desde que llegué, todos los de ventas, me trataron a cuerpo de reina, todos muy simpáticos y serviciales, tan así era que no hubo momento en que mi vaso estuviera vació.
Cerca de las 9 de la noche llegaron unas bailarinas, y realizaron un espectáculo, muchísimo más atrevido de lo que yo misma me pudiera imaginar.
En esos momentos yo estaba tan envuelta con lo de la fiesta, y de la forma en que me estaban tratando, que cuando me pidieron que bailase, en lugar de negarme y retirarme a mi casa, me puse a bailar acompañando a esas tipas.
Al principio solo se trataba de mover las caderas, pero a medida que continué bailando, y viendo que las chicas, se habían quitado casi toda su ropa, cuando una de ellas me comenzó a quitar mi chaqueta, la dejé que continuase, bajo los aplausos y vivas que daban mis compañeros de ventas.
En cosa de pocos minutos, entre los aplausos, vivas, y uno que otro comentario simpático, ya estaba casi tan desnuda, como las tipas esas.
De momento simplemente se retiraron, dejándome a mí sola en pantis y sostén, junto a todos esos hombres.
Ya estaba por vestirme, cuando uno de los vendedores, me comenzó a decir que tenía un tremendo cuerpo, mejor que el de las bailarinas.
Al tiempo que me rodeaba con uno de sus brazos por mis caderas, sin darle importancia a eso seguí bebiendo, aunque sabía en el fondo que lo que él quería, al igual que el resto de sus compañeros, era acostarse conmigo.
De momento lo escuché proponerme, que nos fuéramos a uno de los cubículos, que a él le encantaría darme una buena mamada de coño.
Yo me quedé sin saber que responder, aparte de que estaba bastante borracha, y la tentación era grande, ya que, en mi vida ni tan siquiera mi esposo, me habían mamado el coño.
Así que la verdad es que no tuvo que presionarme mucho, y discretamente nos fuimos a uno de los cubículos de ventas.
Apenas entramos, sin más ni más nos comenzamos a besar, y zas que vuelan mis pantis y mi sostén, apenas sin yo darme cuenta.
Luego me sentó sobre uno de los escritorios, separó mis piernas, y de golpe que entierra su cara dentro de mi peludo coño.
Yo me quedé extasiada, a medida que el vendedor me continuaba mamando todo mi coño, sentía su lengua, labios y hasta sus dientes, jugueteando con mi clítoris, de una manera tan rica, que en cosa de pocos segundos disfruté de un tremendo orgasmo.
Lo disfruté tanto que no pude contener mis gemidos, y gritos de placer, los que a su vez llamaron la atención del resto de los vendedores.
Por un buen y largo rato él me estuvo mamando mi coño, haciéndome disfrutar de múltiples orgasmos, los que disfruté plenamente, sin importarme que prácticamente el resto de la división de ventas nos estuviera observando.
De momento retiró su cara de mi coño se incorporó, al tiempo que sacaba de su miembro del pantalón, yo me quedé espatarrada, sentada sobre el escritorio dentro del pequeño cubículo, esperando deseosamente que me enterrase todo su miembro, sin importarme mucho realmente quienes nos estuvieran viendo.
A medida que su verga se fue deslizando dentro de mi coño, el resto de los presentes, no dejaban de ovacionarnos, lo que lejos de incomodarme, me excitó como nunca.
Por mi parte movía con fuerza mis caderas, al tiempo que le pedía que me diera más y más duro.
En fin, por un largo rato sentí su dura verga entrando y saliendo de mi coño, mientras que el reto de los presentes, no dejaban de celebrar lo que hacíamos, hasta que disfruté de otro monumental orgasmo, como nunca antes lo había sentido.
Él sacó su verga de mi coño, y me quedé un corto rato con mis piernas bien abiertas, chorreando su leche por mis muslos y coño, hasta que otro de los vendedores, cortésmente me pidió que lo acompañase al baño de damas, al tiempo que me agarraba las nalgas.
No sé en qué pensaba yo en esos momentos, pero apenas me lavé en el bidet, nada más bastó que ese otro vendedor me insinuase que tuviéramos sexo.
Sentada en el mismo bidet, me dediqué a mamar su verga por un corto rato, para de inmediato sujetándome de una de las puertas del baño de mujeres, le permitiera que me enterrase toda su verga.
A los pocos minutos ya el baño se encontraba lleno de curiosos, que nuevamente, me observaban teniendo sexo con ese otro vendedor.
En la fiesta me la pasé siendo cogida por todos lados y mamando vergas, y dejándome clavar un sin número de veces por todas partes, incluso mientras uno de ellos me enterraba sabrosamente toda su verga por mi caliente coño.
Otro se aprovechó de mi estado y sin tan siquiera decirme nada, me enterró toda su verga por el culo, cuando de momento sin aviso alguno vino un tercero, y me puso a mamar su verga.
Finalmente me quedé sola, tirada sobre la alfombra, pasando la borrachera de alcohol y sexo.
En fin, era una especie de fantasía secreta, la de ser violada por varios hombres a la vez, que sin proponérmelo se me cumplió.
A pesar de lo borracha y agotada que estaba me vestí, como pude me arreglé, y me dirigí a mí auto.
Cuando me desperté cerca de las doce del día dentro de mi auto, con todo mi cuerpo adolorido, mi cabeza, y sobre todo mi culo.
Hedionda a sexo, sudada, y sin mi ropa íntima, como pude arranqué el carro y llegué a casa, me di un buen baño, y hasta llame a la oficina para decirles que no iría a trabajar, pero al rato me di cuenta de que era sábado.
Hoy en día gozo de una fama de puta en la oficina que nadie, me la puede quitar, realmente eso no me molesta, ya que en el fondo no soy una Santa.
Pero debido a eso, me he acostado con la mayoría de los jefes de las diferentes divisiones, desde luego sin que mi marido se entere de nada.
Quiero un trabajo así