En una noche loca me entregué al tio de mi esposo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Quiero decir que en ese momento tenía 24 años, tres de casada y aún sin hijos. Desde adolescente, me encanta el sexo y lo he practicado mucho desde los 14 años. Antes de mi esposo, tuve al menos cinco novios, con todos tuve sexo y tengo buenos recuerdos en la cama de cada uno.
Mi esposo es bueno en la cama, pero tiene un carácter muy dificil, es muy orgulloso y nunca admite sus errores; yo he intentado ceder casi siempre, pero esa vez tuvimos una gran pelea, en donde yo tenía la razón como muchas veces, pero en ese momento no cedí y dejamos de hablarnos, luego después de una semana, yo me cambié de habitación, pues él en lugar de tratar de remediar las cosas, se portaba muy abusivo. Asi pasaron tres meses.
Ese fin de semana, dos grandes amigos contraían nupcias, decidimos ir los dos juntos áun sin hablarnos. Soy una mujer ardiente ya lo dije, me gusta vestirme bien, yo soy de cabello castaño, piel bronceada clara, mido 1.68 mt, tengo bonita figura, unos senos de buen tamaño y mi trasero esta compuesto de buenas curvas y buena carne. Aún casada he recibido propuestas de conocidos y extraños, pero yo había tomado el matrimonio muy en serio, hasta esa noche.
Mi esposo tiene un tío, que llamaré Vicente, es un hombre alto, por alli del 1.85 mt, es guapo no se puede negar, su mayor atractivo es su musculatura, el tipo hace pesas y va al gym desde hace mucho tiempo, sus brazos, su torso y sus muslos son muy desarrollados, tiene fama de mujeriego y ya tiene unos 35 o 36 años. Yo no le daba mucha confianza, porque me daba cuenta que siempre me miraba con ojos de deseo, aún enfrente de mi esposo, como dice el dicho "me comía con los ojos".
Durante la fiesta, mi esposo por su lado y yo por mi lado, asi fue que me topé con Vicente, quien me saludó muy amablemente, iba con un saco oscuro y camisa de vestir, tipo sport, estuvimos platicando y me invitó a una copa de vino, me dijo que era raro no verme junto a mi esposo, -es que tenemos algunos problemas- le confesé, luego el dijo -ese mi sobrino no sabe lo que tiene, voy a tener que regañarlo un poco-, luego de eso vi a algunas amigas mías y me fui con ellas, dejé a Vicente; me senté en una mesa con ellas, me pidieron otra copa de vino, y desde alli miraba a mi esposo en otra mesa con sus amigos. Luego pasó el tiempo, yo platicando con amigas, cuando de repente veo a mi esposo bailando con una mujer, yo no la conocía, es más, una de mis amigas de la mesa me preguntó quien era la que bailaba con mi esposo, no pude decir quien era. Me puse con mucha rabia. En eso Vicente se acercó a la mesa, me dijo si bailaba con él, yo me puse de pie y me fui con él. Pusieron música bailable, tipo salsa y merengue, y el tío de esposo resultó un buen bailarin de esa música, apretaba bien mi cuerpo contra el suyo y me daba vueltas, su mano me apretaban la espalda y en ocasiones la ponía muy cerca de mis nalgas, yo llevaba un traje pegado al cuerpo. Varias veces el me dijo -que linda estas esta noche-, cosas que esperaba de mi propio esposo.
Mi esposo y la otra mujer, no estaban muy lejos de nosotros, me di cuenta que la chica coqueteaba con él, y mi esposo se dejaba. En ocasiones Vicente me estrujaba el cuerpo casi frotándolo contra su cuerpo, mis senos pegaos a su torso y sus manos a punto de tomar mis nalgas. Eso y las copas de vino, me fueron poniendo cachonda. Vicente me jaló a la parte más oscura del patio, alli empezaba el jardin de ese centro, yo no puse objeción, luego me dijo que -esta noche mereces estar con un hombre que haga sentir mujer!- me dijo, cuando el comenzó a besar mi cuello, luego quiso buscar mi boca, pero yo lo esquivé, entonces siguió besándome el cuello y las orejas, sus manos se posaron directamente sobre mis nalgas y comenzó tocarme y a apretarlas, le pedí que se detuviera, pero todo lo hacia muy bien, en eso no se como, me bajó uno de los tirantes del vestido y me descubrió una teta, bajó a mamarla, luego hizo lo mismo con mi otro tirante y ahora se puso a comerse mi otra teta, las mamaba muy rico, yo me estaba empezando a mojar. Pero lo detuve, le dije que no, me subi los tirantes y lo jalé fuera de del jardin y seguimos bailando. MI esposo ni en cuenta.
Vicente estaba muy acelerado, me pegaba más contra él al bailar, sus musculos eran fuertes y me tomaba como si fuera una muñeca en sus manos; en eso pusieron música romántica, pensé que mi marido se sentaría en la mesa, pero no, ahora bailaba pegado a esa mujer. Entonces yo jalé a Vicente al lugar oscuro de hace algunos minutos, pero para mi desgracia ya lo tenía ocupado otra pareja que se comía a besos, seguimos caminando y buscamos otro lado oscuro, pero era más lejano, alli entonces nos besamos, mi lengua y su lengua parecía serpientes en celo, se revolcaban entre ellas, las manos de Vicente tomó mis nalgas sobre el vestido y las apretó con fuerza. Luego sus manos, como hace algunos minutos, bajaron mis tirantes del vestido y comenzó a mamar mis senos con mucho deseo, chupaba y mamaba mis tetas y pezones, sus manos levantaron mi vestido por atras y sus manos se metía entre mis nalgas delineando mi braguita tipo tanguita que me había puesto. Me mojé mucho, pues Vicente sabía como tratar a una mujer, su boca de mis tetas subía a mi boca y luego volvía a comerselas. Pasamos asi unos diez minutos fácilmente. Nos dimos una calentada tremenda.
Luego volvimos a la fiesta. Me dijo que iría por unos tragos, entonces volví a la mesa de mis amigas, quienes me preguntaron quien era ese galan que bailaba conmigo, pues era muy guapo y se miraba que bailaba muy bien, me decían mis amigas. Les dije que era un tío de mi esposo. Cuando Vicente regresó con un trago para mi, se los presenté a mis amigas, y ellas lo invitaron a sentarse en nuestra mesa. El se sentó a mi lado, rápidamente Vicente puso una de sus manos en mi muslo izquierdo, como las mesas eran de manteles largos, nadie se daba cuenta. Su mano se fue colocando en mi entrepierna y yo que aún estaba caliente, abrí mis piernas, él entendió y su mano comenzó a acariciar mi rajita sobre mi braguita, como era de tela fina, podía sentir bien como sus dedos tocaban mi vulvita. Eso me estuvo calentando más, entonces alargué mi mano y comencé a tocarle su enorme bulto sobre los pantalones, Vicente tenía una buena erección.
Vicente ya me tenía mojada, me levanté y le dije a Vicente que me acompañara, fui a donde estaba mi esposo, me paré enfrente, le dije que quería irme a la casa y que su tío Vicente me llevaría, mi esposo apenas hizo un gesto como de indiferencia. Salimos y me subí al auto de Vicente que era de tipo deportivo, él y yo sabíamos a que ibamos, pronto Vicente puso su mano en mi muslo mientras manejaba y yo se la ponía en su bulto, asi nos fuimos tocando todo el camino.
Al llegar apenas atravesamos la puerta y comenzamos a comernos a besos, asi como hace algun rato atras, Vicente bajó mi vestido hasta mi cintura y abrazados nos dabamos lengua con mucho ardor, luego mamó mis pezones y tocaba mis nalgas por debajo de mi vestido, metiendo sus manos entre mis nalgas y entre mis bragas, sus hábiles dedos jugaban con mi labios vaginales que estaban totalmente mojados, Vicente sintió mis jugos y embarrando sus dedos los llevó a su boca para chuparlos. Asi estuvimos un buen rato, yo baje el cierre de su pantalón y metí mi mano para tomar su verga parada, la cual me di cuenta era grande y durisima. La tomé y me puse a pajearsela.
Luego me empujó a un sillón, metió sus manos debajo de mi vestido y me sacó las bragas totalmente, luego tomó uno de mis pies con todo y zapatos y comenzó a besarme los dedos de los pies con los zapatos puestos, luego lo desató y quitó mi zapato, nuevamente lamió mis dedos y los metió en su boca, me pareció eso muy erótico y caliente, luego hizo lo mismo con mi otro pie. Luego me quitó por arriba el vestido, quedé toda desnuda, luego el hizo lo mismo, se quitó todo, luego se puso en el suelo y yo le abrí las piernas para invitarlo a comerse mi rajita. No se hizo de rogar, Vicente comenzó a comerse literalmente mi vulva, su lengua recorría todo lo largo y ancho de mi rajita, llegaba a mi clitoris y luego la punta de su lengua intentaba entrar en mi vagina. Me puso tan excitada que me corrí en su boca, Vicente lamió toda mi eyaculación como si fuera un nectar.
Luego se detuvo y cambiamos de lugar, Vicente se sentó en el sillón y yo ahora me puse entre sus piernas, empecé pasandole la lengua por sus huevos, yo se lo hacía a mi esposo y lo ponia loco eso, y Vicente no fue la excepción. Luego comencé a hacerle una paja con mi mano, me metí su cabezon dentro de la boca y comencé a chuparlo con mucha fuerza, le daba tremendos chupones que lo hacían jadear de gusto, estaba gozando tanto que me tomó de la cabeza y me hundió su verga hasta las amigdalas, sentí el sabor de semen, seguramente Vicente estaba dejando escapar sus liquidos preseminales.
-te la quiero meter!- me pidió Vicente.
Me fui trepando sobre su verga, él la detuvo con su mano mientras yo me iba acomodando encima, sentí como su verga se iba incrustando en mi rajita, la tenía dura e hinchada, pues la sentí más grande, me fui sentando hasta que desapareció toda dentro de mi vagina, luego comencé a cabalgarlo, su verga dura y caliente me llenaba la rajita completita; Vicente aprovechó a mamar mis tetas, luego me besaba y regresaba a mis pezones, su pene era muy grueso y me fue llevando a un corrida descomunal, jadié y grité de excitación, -rico, dame más duro, que rico, qué rico!!-. Mientras gritaba Vicente me tomaba de las nalgas y apretándolas me movia al ritmo de la cabalgada, sus dedos se fueron moviendo hacia la redondez de mi ano y me lo acariciaba mientras yo estaba corriendome.
Luego cambiamos de posición, Vicente me puse en cuatro sobre el sillón, se puso atras y me penetró, comenzó a darme duros empellones, cada vez que me la metía me movía con todo y el sillón, comenzamos a jadear los dos, cuando de repente la habitación me daba vueltas, probablemente por el vino y por el nuevo orgasmo que me embargaba, Vicente me daba duro. Sentí de nuevo sus dedos jugando con mi culo y uno de sus dedos ingreso dentro de mi orto, de pronto oí a Vicente gritar y luego sentí como me inundaba su esperma caliente la vagina, dio todavia varios bombeos secos hasta sacarse hasta la última gota. Habia estado muy buena la follada.
Nos quedamos descansando, yo en el sillón y él en suelo, luego me puse mi braga e intentaba ponerme el vestido, pero el me dijo que quería cogerme por el culo, yo le dije que mi marido podría venir en cualquier momento, que era mejor que se fuera, todavía me insistió, pero me mantuve, el se puso la ropa a media y me dijo antes de irse -me debes el poder cogerte por atras!-. Me dio un beso y se fue.
Me di un baño para borrar toda la evidencia. Mi esposo llegó casi al amanecer, borracho.
Vicente me empezó a llamar al móvil, me saludaba, y me decía cuando nos reuniríamos de nuevo, yo le decía que pronto, solo para quitármelo de encima. Mi sorpresa fue que dos fines de semana después, mi esposo me avisó por medio de una nota que no estaría el fin de semana, que iría con unos amigos a jugar golf a 500 km de alli. Me dio tanta rabia, que tomé el teléfono llamé a Vicente y le dije que si quería cogerme por el culo, que nos juntáramos y que me sorprendiera con algo, que se ganara mi orto si lo quería. El sabado me pasó recogiendo a una dirección y Vicente me llevó directo a la playa, alli en el muelle, me subió a un yate, lo había alquilado, contrató un piloto y me mostró el yate, empezando por el camarote, todo el yate era un lujo tremendo. Nos empezamos a besar y caimos en la cama del camarote, entre besos le dije, -mi culo es todo tuyo el fin de semana!-, Vicente solo mostró una gran sonrisa.
CONTINUARA.-
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