Encuentro en el párking
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Diosaazul.
Nerviosa… Miré el reloj y por fin, ya era la hora de verle;Tenia ganas.. Muchas ganas de estar con el.
En ese momento sonó el teléfono y quise morir cuando me confirmó que no podía; que tenía que irse a casa rápido..
Noooooooo!!!! …. Y yo allí en medio de todo! Con la mirada fija en ninguna parte!
Salían los últimos coches del horario comercial en el aparcamiento. Ya quedó todo el recinto en silencio. Pensé en coger el bolso e irme a casa… Pensé en lo mucho que me había preparado para la ocasión; me había comprado un conjunto de ropa interior… precioso!
No se el tiempo que pasó, cuando por sorpresa sentí una presencia; una respiración a mi espalda. Era él!!! Claro que tenía que recoger su auto. No íbamos a hacer nada!
Susurró al oído que estábamos solos y que no podía irse sin penetrarme; que si yo quería podía hacerme el amor allí mismo.
Iba vestida con una falda larga ancha y vaporosa. Sin dejarme contestar, levantó la falda.
Me excité muchísimo separando las piernas rápidamente para dejarme hacer… hurgó en mis braguitas añadiendo que quería ver si estaban húmedas. Si lo estaban, claro que lo estaban desde hacía rato; desde que pensaba en ese encuentro.
Me incliné hacia delante apoyada en una columna separé más las piernas y apreté las nalgas hacia atrás – Claro que quiero que me hagas el amor; lo estoy deseando… acaso no lo ves??
Apartó las braguitas y suspiré fuerte al notar su “falo” enorme y duro en medio de la rajita.
Sin miramientos y sin perder el tiempo se hundió en mi cueva. Una y otra vez penetrando más a dentro de mi. Ahora ya con fuerza y rápido, gozaba él y gozaba yo.
Miré a mi alrededor para darme cuenta de que podía estar viéndonos cualquier persona sin que nos diéramos cuenta; estábamos en medio del parking! Esa idea me excitó aún más y fue cuando exploté de placer… en cada embestida casi podía levantarme del suelo.
Los fluidos se deslizaban por mis piernas… como me gustaba ese hombre, Diosssssss!!
Agarrándome a esa columna, grité y grité mientras me separaba y azotaba las nalgas.
Explosionó conmigo largamente apretándome más y más.
Pude ver el orgasmo en su rostro y como se perdía en ese abismo de placer para al final regresar de nuevo y con esa media sonrisa, afirmar:
Guardarás mi olor todo el fin de semana!!!
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