Engañe a mi novio, muchas veces.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, mi nombre será María (por razones obvias) les diré lo que ocurrió una tarde de reunión entre amigos de la universidad.
Tengo 20 años, mido 1.68, de senos grandes y caderas algo grandes.
Tengo el pelo castaño y la piel blanca, además llevaba una vida feliz al lado de mi novio, ya iba tres años junto a él.
Todo empezó cuando conocí a un chico en la universidad, al principio normal, sólo me gustaba un poco, pero de ahí nunca pasó nada, pero el empezó a querer salir conmigo, me mandaba indirectas, más sexuales que de amor.
Así pasó quizá un año o un poco menos.
Al año siguiente le tocó estar en mi curso.
Y bueno, un amigo lleva al otro y así, al final, terminamos siendo parte del mismo círculo de amigos.
Cierto día, nos reunimos, con la intención de ver una película y quizá comer y beber algo.
La reunión era en su casa, cuando llegue ahí estaban bebiendo y demás.
Pase la tarde acostada a su lado, el se pegaba a mi y tocaba un poco, al principio no me gustaba para nada, pero el insistía mucho asi que lo ignore pero el seguía, llegó la noche y apagamos las luces.
Era un ambiente tranquilo para todos.
Todos estaban entretenidos comiendo, bebiendo un poco e incluso durmiendo, pero para mi no, estábamos muy al fondo de la habitación y el empezó a tocarme más.
Ese día fui vestida con un pantalón muy ajustado y entre cortado de las piernas un escote muy pronunciado y suelto, una chaqueta por el frío nocturno.
El pasaba sus manos por mis piernas, las acariciaba sin temor alguno, sentía como me apretaba y por momento empezaba a gustarme, luego pasó sus manos mis senos, por encima de la ropa, le aparte la mano una y otra vez, pero al final viendo que ya no me resistía empezó a tocarlas por debajo, las apretaba y pellizcaba, que rico se sentía eso.
Entre juego y juego, terminó sacándo el sostén y lo oculto entre su ropa, me sentía incómoda más al saber que mi escote era muy pronunciado, pasaban los minutos y sentí como me levantaba la solera y besaba el abdomen, sus manos subiendo a mi senos que poco a poco se ponían duros del gusto.
Quizá fue el alcohol, o el momento que pase ese día con mi novio, no se, pero sólo me dejaba hacer de todo y hasta me gustaba.
Sus manos acariciaba mi entrepierna, la frotaba una y otra vez, a veces lento y aveces rápido, poco a poco se iban y el en el afán de acompañarlos a la puerta, me tomo de la mano y dijo: Acompañame no quiero volver sólo, dos amigas se fueron y cuando cerró la puerta me giró y me beso del cuello como si nunca hubiese besado alguno, me agarró de las caderas y me apego a la suya.
Sentía como algo crecía ahí abajo, algo que seguro iba a gustarme, no había nadie que nos interrumpa así que me elevó la ropa y fue besando desde mis abdomen a mis senos, me cargó a su cintura así tenía más libertad de besar mi pecho, era muy rico como lo hacía, las mordia, las apretaba con la boca incluso tiraba de ellas, no se como lo hacía, jamás me habían hecho eso, pero se sentía algo muy rico, pasamos así muy buen tiempo pero no podía más, estaba siendo infiel y no quería serlo.
Así que le pedí ir a su habitación, recoger mis cosas e irme, extrañamente acepto, fuimos a su habitación y los que quedaban se iban, nos miraron raro y se reían.
Incluso uno ellos dijo; sigan con sus cosas, nadie lo sabrá.
No se si todo estaba armado o se dieron cuenta, yo sólo quería irme.
Cerraron la puerta de la habitación y me quedé sola con el.
—No puedo hacerlo, en serio me tengo que ir.
—Nadie te impide, ahí está la puerta.
Me acerqué a la puerta y al querer abrirla alguien la sujetaba desde afuera.
No podía jalarla, en mi intento de jalarla se me acerco por la espalda y me beso el cuello, me acariciaba los senos con ambas manos y me decía cosas sucias como: me masturbo a diario pensando en ti y en este momento o me gustaría follarte como ese idiota no lo hace, y me quito la ropa que llevaba encima, mis senos al aire apegados a la puerta y el detrás de mi acariciando mi espalda y mi culo.
Sentía como me apegaba el miembro y era realmente rico, hacía como que me follaba con ropa, me tomaba de las caderas y me daba, realmente me daba, mi novio nunca había hecho algo igual, según el le lastimaba así.
Pero a el poco o nada le importaba.
Me recosto en su cama y quito el pantalón, yo sólo respiraba muy rápido y profundo, me quito la tanga que llevaba y empezó a frotarme el clítoris de una manera única, me sentía en el paraíso, le movía mis caderas porque ya estaba muy excitada.
En eso llamo mi padre, me pregunto a que hora llegaba, como horas antes le dije que seríamos sólo chicas, le pregunté si podía quedarme a dormir.
Mientras el me comía el clítoris mi padre me regañaba pero al final accedió al permiso, entonces el se emocionó bastante, estaba excitada y algo ebria, no pasaron muchos minutos para que mi cuerpo se contraiga, empiece a temblar, arqueaba la espalda y entonces supe lo que era tener un orgasmo, le manche la cara me apeno un poco, quise parar pero a el le gustó, lo note porque seguía ahí en mi vagina chupando y jugando con todos los líquidos que tire.
Ver eso me excito aún más ya que mi novio no gustaba de hacerme sexo oral.
Pero en cambio el, el si era un macho que no tenía problema alguno y seguía chupando mi clítoris una y otra vez, no tarde en llegar a un segundo orgasmo e incluso a un tercero.
Me sentía rara, mi cuerpo se arqueaba solo, mis caderas seguían moviéndose aún después de que el dejo de jugar en mi vagina.
El me acerco a mi y dijo: veo que te gusta mucho, ven ahora verás algo rico, u me dio un beso en un seno, me tomo del pelo y me sentó en la cama.
Se bajó el pantalón y lo que veía por debajo el boxer era algo que jamás vi, ya que sólo había estado con un hombre si se puede llamarlo asi, y ese era mi novio, sólo por encima del boxer vi un miembro enorme, estaba acomodado a un lado de sus caderas, y me dispuse a besarlo y morderlo por encima del boxer, no podía aguantar más, mi excitación era mucha y quería un pene en mi boca, y más aún si era grande, le quite el boxer y el pene cayó sobre mi cara, waaaao era gruesisimo, quizá no tan largo, unos 17 o 19 cm, pero el grosor lo hacía ver enorme, lo lamia, de arriba a abajo, me gustaba tanto tener uno así entre mis manos, lo metí a mi boca, era exquisito, lo chupe una y otra vez, lo hice lo mejor que pude pero nunca se venía, dentro de mi me preguntaba si algo hacía mal, ya que mi novio no duraba mucho, pero el si, notaba como su pene crecía más y más, mi boca estaba agotada y decidí tomar un descanso, el me tomo y me arrojó a la cama, abrió mis piernas y puso su miembro entre mi clítoris, lo frotaba una y otra vez, se sentía muy rico y le dije: hazlo, no aguanto más hazlo.
El se puso un condón, el cual no me gustó además estaba en mis días seguros.
Si iba a ser infiel, que valiera la pena, no? Entonces se lo saco y empezó a empujar su pene, sentía como si fuese Virgen de nuevo, sentía como me dolía de tan rico que estaba, el lo metió poco a poco, entró toda esa verga en mi, no podía creerlo, pero estaba tan mojada que logró entrar, me arqueaba, gritaba, pero no quería que la saque, la dejo un momento ahí, y sentía como mi vagina se acomodaba a su pene.
Como mi vagina pedía que nunca la saque.
Entonces empezó con sus movimientos, lentos al empezar, pero muy adentro, lo sacaba y lo metía muy rico, yo arañaba la cama, movía mis caderas y me hacía gemir mucho, me gustaba sentir su pene en mi, sentía cada centímetro de el, pasaron unos minutos y empezó a hacerlas rápido, me tomo de las caderas y beso mis senos, sentir eso me gustó como nunca y empezó a hacerlo muy rápido, yo disfrutaba como nunca antes había disfrutado, me gustaba ser follada de esa manera, arañaba su espalda y a el no le importaba, es más, creo que le gustaba porque cada vez lo hacía más rápido, me sentía rara nuevamente, mis gritos aumentaron y mis movimientos fueron más raros y sin sentido, rápidamente el se lanzó a comerme la vagina, y unos segundos después, otro orgasmo me invadía, y este era más rico que los demás, moje mucho su cara y cuello, mis piernas me temblaban, nunca había sentido eso.
Sentía que no podía dejarlo así y me puse de rodillas esperando ese jugoso pene, lo metió a mi boca y lo chupe tanto que sentía que mi mandíbula se salía, me tomo del pelo y lo empujó hasta el fondo, eso lo hacía casi todo el tiempo, y en un jalón de pelo sentí un chorro caliente en la garganta, y otro más, y otro chorro que escurria por mi lengua y varios pequeños chorros de semen saliendo de mi boca por mi cuello.
Que rico se sentía tener tanto semen en la boca, nos sentamos un rato a descansar, tomamos agua y volvimos a follar como locos.
No me importaba ser infiel una y otra vez.
Follar era lo que más quería ese día, y el me follo en varias posiciones hasta quedarnos dormidos.
Recuerdo que desperté siendo follada, si, abrí mis ojos y el estaba embistiendome nuevamente, quizá sea lo mejor que veré al despertar en mucho tiempo, gemia y gritaba como una puta, y el me lo hacía muy rápido hasta que me llenó de semen la vagina, era tanto semen, tan rico.
Seguimos haciéndolo un tiempo más, unas semanas, dos o tres, follabamos casi cada día, hasta que termine con eso, me enfoque en salvar mi relación, pero no se pudo o yo ya no quería, mi novio jamás de entero que le engañe o al menos eso creo.
Estuve sin sexo unas semanas, mi macho ya sale con alguien más, pero estoy segura de que si se lo pido de nuevo el vendrá a follarme como antes.
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