Entre amigos, que rico!!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos los lectores. Quiero compartir algo sexualmente delicioso que me ocurrió recientemente.
Soy Luis, de 43 años, con 20 años de matrimonio. Con mi esposa tenemos un grupo de amigos y amigas, con quienes compartimos veladas bastante agradables, donde hay traguitos, baile y bromas, todo sanamente. Pero esa última vez fue grandiosa.
El grupo de amigos lo componen diez personas, solo habemos tres parejas de esposos, las otras son Berta (divorciada), Ana (divorciada), Karen (viuda) y Lucía (separada).
Resulta que Brian, de una de las parejas, nos invitó a todos a una reunión en su cabaña que tiene en las afueras de la ciudad, él es de mucha solvencia económica. Llegamos por la tarde y luego de traguitos, juegos y bromas, estabamos de lo mejor, yo platicaba con Berta, a quien le decimos Tita, ella es una mujer de 45 años, muy bien conservada, de pequeña estatura (1.60 mt), pero es bastante pechugona, lo cual es un buen atractivo de su figura, al igual que su trasero prominente. Esa noche ella estaba más jovial que de costumbre, en algunos momentos crei que me estaba coqueteando, pero como ella es muy bromista, supuse que de eso se trataba. Tita tiene además dos grandes ojos avellanados, no es gorda, pero si llenita. Durante la plática me decía que siempre pensó que yo era aburrido, pero que habia cambiado su opinión y que era muy agradable, además de guapo, yo le respondí con la misma moneda, le dije que era una mujer muy atractiva y que me imaginaba que tenía algunos pretendientes todo el tiempo, a lo que ella me constestó que no era asi, que ella estaba sola y que prefería estarlo.
Como a eso de las 10:00, mi esposa, quien es médico, recibe una llamada telefónica en su movil y luego me comenta que una de sus pacientes se puso en situación crítica y que necesitaba irse. Donde estabamos, se encontraba a unas dos horas del hospital a donde necesitaba llegar. Pero me dice que me quede con el grupo, que ella verá como se desocupa y que espera estar de regreso para el desayuno del día siguiente. Asi que continúa la parranda sin ella. Yo sigo acaparando a Tita, tomamos unos tragos más, bailamos, participamos en juegos grupales con todos los demás, pero sigo sintiendo que hay algo que se quiere formar entre los dos. Cuando estamos bailando nos tomamos de las manos y siento esa electricidad, ese imán, ya la veo como mujer y no como amiga, veo sus enormes senos, queriendo romper esa blusa pegada que tiene puesta, sus ojos estan brillantes viendome.
Ya cerca de la media noche, algunos ya se han ido a sus habitaciones, la cabaña es enorme y tiene varios dormitorios. Para mi suerte Tita dormirá sola. En uno de los últimos juegos de la noche, que se trata de sentarse en silla antes que los demás y el que no lo haga, sale del juego, en una de esas yo le gano el lugar a Tita, quien se sienta sobre mis piernas, su lindo trasero se coloca sobre mi paquete, puedo sentir la redondez de su culo, mientras los otros rien, Tita sigue sentada en mi bulto que gana dureza en segundos, ella se voltea hacia mi y me hace ojos como indicándome que es lo que siente por debajo de su trasero. Luego de terminado ese juego, nos sentamos de nuevo a platicar y ella me pregunta que era lo que sintió entre mis piernas. Yo le digo, -mira, hablando honestamente, es que tienes un bonito trasero!- y me reí, ella lo hizo también solo que con una mirada cachonda.
Después de eso, la conversación entre ambos, es ahora sobre sexualidad. Yo le digo que es una linda mujer, muy bien dotada, que puede rehacer su vida fácilmente. Ella me dice que no le interesa, luego entre preguntas y respuestas, me confiesa intimamente que no ha sido tocada por un hombre en casi cinco años. Apenas lo dice y tengo una erección, pienso en lo que una mujer con esa abstinencia puede hacer en la cama.
Cuando todos nos estamos despidiendo para dormir, luego de pensarlo por varios minutos, me armo de valor y le digo a Tita casi al oido, que la voy a visitar más tarde en su habitación, me sonrío, pero ella en forma seria, me responde: -entonces, voy a dejar la puerta abierta!-. Lo cual me deja boquiabierto. Cuando estoy en mi cuarto, trato de calmarme, solo de pensarlo tengo la verga parada, luego, me pongo comodo, un boxer y una pequeña camiseta. Pasan los minutos y yo estoy esperando que apaguen las luces de la casa. Al fin se apagan y abro mi puerta y tomo rumbo hacia la habitación de Tita, giro la manecilla de la puerta y como me ha dicho ella, se encuentra abierta. Entre sigilosamente y alli está Tita viendo TV sobre la cama, tiene puesto un vestido de dormir flojo, rapidamente veo que no tiene sujetadores, sus pezones son enormes y son casi visibles a través del vestido. Su vestido es arriba de las rodillas, asi que le puedo ver sus piernas bien distribuidas y llenitas. Ella me invita a pasar, me voy del otro extremo de la cama y abro las sabanas y entro. Los dos nos vemos nerviosos, por mi parte nunca le había sido infiel a mi esposa y ahora estaba a momentos de hacerlo con la mejor amiga de mi esposa.
Luego de intercambiar algun dialogo trivial, le tomo la mano, siento nuestra electricidad de atracción. Ella coloca su mano sobre mi boxer, y siente mi erección. –Uyy Luis que te pasa?-, ya no hay constestación. Le busco los labios y la beso apasionadamente, un beso húmedo, de labios y lengua, ella responde casi de inmediato, casi nos queremos devorar la boca del otro; luego, la jalo y la abrazo contra mi cuerpo asi sentados en la cama, le he bajado los tirantes de su vestido de dormir y por fin, tengo frente a mi un par de tetas increíbles, para sus 45 años, sus senos son de campeonato de camisetas mojadas, seria la envidia de cualquier mujer joven. Sin perder tiempo las empiezo a mamar lentamente, primero alrededor de su aureola, yo beso y lamo con los labios todo el contorno, Tita cierra sus bellos ojos. Con los labios tomo uno de sus pezones y lo aprieto suavemente, ella gime, luego con la punta de la lengua me pongo a jugar con sus pezones erectos, constantemente me cambio de teta para degustarlas al mismo tiempo. Durante la mamada, Tita atina a preguntarme, -Te gustan mi senos?-.
-Son magnificos, los más bellos que he visto!- contesté soltando sus tetas de mi boca.
Mientras le chupo sus dos tetas, mi mano se abre camino entre sus piernas hacia su rajita, se mete debajo de su bikini y palpo su cuca, es peluda, bastante peluda. Mis dedos la recorren y juegan con sus labios vaginales, poco a poco su vagina se empieza llenar de jugos lubricantes. Los gemidos de Tita aumentan en intensidad y frecuencia. Le quitó su calzón para tener mejor acceso a su parte intima, mis dedos ahora juegan con su clítoris, ella jala mis cabellos mientras mi boca sigue mamando sus buenas tetas. De pronto siento una de sus manos que se coloca sobre mi bulto y lo comienza a frotar, yo le tomo su mano y se la introduzco dentro de mi boxer, ahora su mano esta piel a piel con mi verga erecta. Tita me la masajea apretando el tronco y jalandomela.
-Ahora me toca a mi!- me dice Tita, y me retira sus tetas, y luego hace lo mismo con mi mano que jugaba con su rajita. Ella se inclina y me baja el boxer, mi verga esta durisima, ella la sigue masajeando y la comienza a chupar, empezando con la cabeza, la chupa exquisitamente, usa también su lengua para recorrerla hasta mis bolas, las cuales succiona delicadamente, el placer es inmenso. Ahora quien esta gimiendo soy yo. Y soy yo quien ahora pregunta: -Te gusta mi polla?-
-Esta riquisima, y la tienes grande!, tenía cinco años de no mamar una!- me contestó Tita, quien seguia concentrada chupandola toda.
Después de unos diez minutos de felación, yo estaba llegando a mi límite, fue cuando le dije que aún no quería terminar, que queria gozarla. La separé de mi verga y ahora me puse yo entre sus piernas para seguir con el sexo oral. Su pelambre dificultaba un poco la vista de su coño, pero le meti mi lengua entre su mata de pelos hacia sus labios vaginales, ella nuevamente gimió intensamente, yo pasaba mi lengua por toda su raja y finalizaba cuando colocaba su clítoris entre mis labios y lo apretaba delicadamente, su sexo estaba lleno ya de sus fluidos agridulces, los cuales se confundian y mezclaban con mi saliva. Tita apretaba una almohada que había agarrado con sus manos, gemía y movía su espalda sobre la cama. A cada rato bajaban sus fluidos y mojaban toda su rajita, virtualmente se estaba chorreando con la mamada que le estaba propinando.
Luego me subí encima de ella, le puse mi verga en la entrada de su raja y se la introduje, a pesar de la lubricación que ya tenía, su canalito vaginal estaba estrechito, debió ser todos esos años de abstinencia, pero finalmente se la clavé toda, ella bramó cuando se la dejé ir completa. Instantáneamente después de penetrarla la empecé a pistonear lentamente, ella se afianzó a mis costados para seguir el vaiven de mi cuerpo sobre su cuerpo. Mi verga nadaba dentro de su vagina por la alta lubricación que ella tenía.
-Ayy Luis, ayy Luis, que rico me lo haces!- me decía muy excitada. Yo seguía concentrado follandola, haciendola mía; su vagina tenía algo especial, me apretaba el tronco de mi verga cada vez que la sacaba de su raja. Era exquisito. Para desconcentrarme un poco de eso y no llegar rápido al orgasmo, me levanté un poco y comencé a mamarle de nuevo sus enormes tetas, alcancé sus lindas aureolas y le chupé sus pezones erectos. Pronto sus gemidos alcanzaron fuertes sonidos, solté sus tetas para decirle que no gritara tanto, alguien podría oirnos, entonces ella bajó el tono de sus jadeos. Nos movimos lentamente como gozando cada segundo de esta deliciosa fornicación. Logramos un buen ritmo los dos moviendonos sobre la cama.
Cuando estaba por venirme, quise hacer el intento de sacarle mi verga de su rajita, pero ella me detuvo y me dijo que quería sentir mi lechita en el interior de su cuquita. Entonces la embestí duro tres, cuatro, cinco veces! entonces empezó a convulsionar mi verga, dando chipotazos de esperma dentro de su raja, fue increíble la cantidad de semen que salió esa vez de mis bolas, segui moviendome dentro de ella hasta que por fin me quedé seco y mi verga perdió su dureza. Ambos estabamos bañados en gotitas de sudor. Me quité de encima de ella y me hice a un lado siempre sobre la cama. Ella permaneció acostada con los ojos cerrados, tocándose su rajita peluda y sintiendo el semen que salía de su cavidad.
Luego de un par de minutos asi, ella se puso de pie y se dirigió al tocador, oí el ruido de la ducha, probablemente se estaba lavando la cuca y quitando mi esperma de allí.
Al salir me encontró poniendome el boxer, se paro enfrente de mi y me preguntó –Luis, crées que estoy muy peluda?, dime la verdad!-. Me quedé un rato viendosela, realmente si tenía exceso de pelambre. –Si Tita, tienes muy peluda tu cuca y eso me dificultó chupartela bien, de hecho me tragué un par de pelitos-, ella se río de mi franqueza.
Me dijo, -Luis, yo traje rasuradora, por favor, rasurame mi cuquita?, si!-,
Contesté -Vale!, damela-.
Tita consiguió un plastico para acostarse encima, de modo que quedara debajo de su trasero. Traje un recipiente con agua y jabón, se lo unté encima y resultó que la rasuradora no estaba teniendo éxito. –Tienes una tijera?- Ella me señaló su bolsa de mano y busqué allí la tijera, tuve que cortar primero su vello púbico, antes de poderla rasurar. Nunca en mi vida había rasurado ni a mi propia esposa, por lo cual me pareció una experiencia fabulosa, muy erótica y excitante.
Luego de recortar su vello púbico, le puse jabón y la fui rasurando, ante mi se fue descubriendo una linda rajita, con sus labios vaginales rosados y muy finos. No aguanté las ganas y sin haber terminado me incliné para besarle su cuca por todos lados. Luego, le lamí las partes rasuradas y la no rasuradas, con la punta de mi lengua sentí como llenó de nuevo su rajita de sus fluidos vaginales.
-Luis, Luis!!, termina de rasurarme, por favor- me pedía Tita.
De nuevo volví al trabajo, pero cada dos o tres minutos volvía a lamer lo que iba descubriendo, fue algo rico en erotismo. Mi verga, sin proponermelo, ya estaba erecta de nuevo.
Cuando por fin terminé, le dije que quería ser el primero en probarla. Ella se sonrió, asi que luego de lavarla y quitarle el jabón que había quedado, me sumergí entre sus piernas y comencé a darle sexo oral de nuevo. Su rajita estaba fresca, tersa, deliciosa y bañada de sus fluidos intimos. Lamí todos sus pliegues vaginales, externos e internos, con la punta de mi lnegua jugué con el botoncito de su clítoris, lo cual causó que Tita nuevamente empezara a gemir y me jalara de nuevo los cabellos, yo le abría sus piernas al máximo para tener la mayor penetración de mi lengua en su vagina. En unos minutos más, Tita volvío a llenar su rajita de lubricación agridulce, a la vez que casi arranca algunos cabellos de mi cabeza, señal inequivoca de un rico orgasmo.
-Ya no puedo más, Luis, quiero cogerte, quiero tenerte adentro otravez!- diciendo eso y me coloqué boca arriba y ella se subió sobre mi cuerpo con las piernas abiertas, tomó mi verga con sus manos y la guió hacia adentro de su raja, luego se dejó caer para clavarsela hasta los cojones. Yo podía ver los gestos de placer en su rostro, ya dentro de ella, Tita empezó a moverse arriba y abajo incrustándose toda mi verga en su coño. Primero se movió lentamente como disfrutandolo, abria y cerraba los ojos. Luego empezó a gemir, y en unos minutos me estaba montando con fuerza, yo tenía una vista única de mi polla entrando y saliendo de su raja. El ritmo más adelante se volvió casi salvaje, además yo empecé a ayudar, levantando mi pelvis para hundirsela toda hasta el fondo de su vagina. Los gemidos se intensificaron, y tamibén yo me uní a ellos. Los dos gemimos juntos hasta que sentí que su vagina ahorcaba el tronco de mi verga, me hizo venir de nuevo con largos chorros de esperma que terminaron de nuevo en su vagina ahora depilada.
Tita no se bajó de mi verga hasta que sintió que ésta se ponía flácida. Al quitarse, varias gotitas de semen salieron de su vagina y cayeron sobre las sabanas. Ella se paró y corrió al tocador para de nuevo lavarse su cuca. Yo me quedé tendido en la cama, casi sin fuerza.
Cuando ella regresó, yo ya estaba vestido con mi boxer y mi camiseta y le dije que me iba para mi habitación, ella me abrazó y me dio un beso en los labios, me pidió que no me fuera, que pasara la noche con ella. No fue difícil convencerme.
Nos pusimos a charlar alli sobre la cama y me confesó que había quedado tan decepcionada de su ruptura matrimonial que no quería tener sexo con ningún hombre desde entonces, pero que me agradecía que yo hubiera sido quien rompiera su ayuno sexual.
-Lo único que lamento, es que seas el esposo de mi mejor amiga, pero quiero decirte que no tengas cuidado, no voy a estar molestándote con llamadas o exigirte que estes conmigo, sé que eres un hombre prohibido para mi, por eso quiero que pases esta noche conmigo y luego no te voy a pedir más!!-
Al oir eso, me tranquilicé, porque poner en peligro mi matrimonio de 20 años con la amiga de mi mujer, era inconcebible.
Seguimos charlando por espacio de una hora, entre plática seria y bromas. Luego le dije a Tita que yo quería darme otro agasajo con su rajita, quería mamarle su coño y sus tetas, ella se río, y me dijo que ésta noche eran todas mias.
Asi que le empecé a mamar su rico coño depilado, poniendole énfasis a su clítoris. Al rato ella se movió para quedar en una rica 69 de ladito. Nos mamamos nuestros sexos, talvez una media hora o más, con lenguetazos lentos, sin prisa, degustando todo, incluso le lamí el ojete de su culito, más tarde me confesaría que todavía lo tenía inmaculado, que nadie la había fajado aún por allí. Terminamos de mamar y ya excitados nuevamente la volví a penetrar, ahora se lo hice de lado, abrazados, con un ritmo tan lento que permitía besarnos y platicar. Para no aburrir, esa noche le eché cuatro polvos a Tita, el último fue casi al amanecer. La gocé mucho, debo decir. Casi no había dormido, pero había valido la pena.
Tita cumplió su palabra, no me llamó ni para saludarme, todo siguió como si nada hubiera ocurrido. Sin embago, yo tuve varios sueños húmedos pensando en Tita, en muchos de ellos soñé que yo le rompía el virgo de su culito. En la menor oportunidad que tuve, es decir cuando mi mujer visitó a sus padres un fin de semana, como pude conseguí su número y me comuniqué con Tita y la invité a cenar en la casa, le prometí que le haría una comida italiana.
Como yo practico normalmente el sexo anal con mi mujer, y la verdad me encanta esta variación, tengo lubricantes en casa, me propuse pedirle su virginal orificio esa noche. Tal como planee, luego de cenar nos sentamos en el living y empezamos a comernos a besos, poco a poco nos fuimos desnudando, tuvimos otra sesión de rico sexo oral, le mamé sus lindas tetas, como ansiaba tenerlas entre mis labios de nuevo, fue allí donde le pedí su culito, ella al principio no quería, pero le dije que tenía lubricantes para que no doliera nada, aceptó finalmente, después comerle su mojado coño, la puse en cuatro en el sillón, la penetré primero en la vagina, la pistonie mientras le preparaba su ojito del culo con lubricante, luego la dedie con mis dedos para esparcirlo y dilatarle un poco su orto, y luego la penetré, Tita gimió mucho entre dolor y placer cuando se la fui deslizando en su orificio anal, el proceso fue lento, pero se la metí completa y la pistonie lentamente tratando de dilatar al máximo, su huequito era estrechisimo, me ahorcaba la verga, la estuve culiando, hasta que finalmente la oí llegar a un orgasmo, después me vine y le llené el culito de semen.
A pesar del dolor causado, yo miraba que ella estaba satisfecha, luego fue que confesó que siempre tuvo curiosidad por el sexo anal y que estaba feliz que hubiera sido yo quien la estrenó.
Con Tita hemos tenido encuentros muy buenos, pero una vez al mez o cada dos meses, ya que no corremos riesgos, si se puede dar, nos encontramos, no forzamos nada. No nos llamamos, no hay mensajes, cuando nos vemos en grupo de amigos, nos tratamos con antes, sin llamar la atención. Es la relación perfecta.
Un relato ejemplar de sexo compartido sin drama. Lo mejor: coger un culito virgen que empieza recién a ser recorrido por el pene erecto que le deposita su carga en señal de placer alcanzado. Quien prueba sexo anal difícilmente vuelve a disfrutar igual y siempre querrá usar el camino de tierra.o