Entre la Lealtad y el Placer
Karla es una joven abogada con múltiples tramas en su vida, ¿será capaz de sobrellevarlas?.
Karla abrió los ojos lentamente mientras la suave luz de la mañana se filtraba por las cortinas de su dormitorio. Se encontró acurrucada en la cama junto a su esposo, Michel, cuyo cuerpo desnudo y descuidado yacía inerte a su lado. Sus pensamientos se agolparon en su mente mientras una sensación de insatisfacción se apoderaba de ella.
Karla: (susurra para sí misma) Otro día más en esta rutina monótona…
Michel: (bostezando) Buenos días, cariño. ¿Cómo dormiste?
Karla: (entreabriendo los ojos) Buenos días, Michel. Dormí bien, gracias. ¿Tú?
Michel: Como siempre, supongo. Ojalá pudiera descansar un poco más. Estoy agotado.
Karla: Lo siento, sé que has estado trabajando mucho últimamente. ¿Te sientes bien?
Michel: Sí, estoy bien. Solo necesito descansar mejor, pero supongo que es parte de la vida de adultos. Por cierto, ¿tienes algo importante hoy en el trabajo?
Karla: No, hoy será un día relativamente tranquilo. Tengo algunas reuniones y casos pendientes, pero nada demasiado estresante. ¿Y tú?
Michel: Solo la rutina de siempre en la oficina. La verdad es que estoy un poco cansado de la monotonía. Me encantaría hacer algo emocionante o salir de la rutina, pero parece que eso ya no existe en nuestras vidas.
Karla: Lo entiendo, Michel. A veces siento lo mismo. Quizás podríamos buscar nuevas formas de avivar la chispa en nuestro matrimonio. Tal vez una cita nocturna o un fin de semana de escapada. ¿Qué opinas?
Michel: (suspira) Sí, suena bien en teoría, pero sabes que últimamente me ha sido difícil encontrar tiempo y energía para eso. Pero intentemos hacerlo, al menos por Diego, nuestro hijo.
Después de esa pequeña conversación Karla se levanto de la cama estirando cada extremidad de su cuerpo dejando ver su abdomen plano junto a su cintura de modelo y sus medianos pechos alzados sin necesidad de sujetador
Karla: (se estira y se sienta en la cama) Me siento un poco entumecida. Creo que una ducha me vendría bien para despertarme por completo.
Michel: (bostezando de nuevo) Sí, definitivamente necesitamos algo que nos despierte. ¿Recuerdas cuando solíamos tomar duchas juntos? Era una forma de conectar y disfrutar de momentos íntimos.
Karla: (suspira) Sí, lo recuerdo. Parece que eso fue hace tanto tiempo. Hemos dejado que la rutina se interponga en nuestra relación. Tal vez sea hora de recordar lo que solíamos ser y lo que podemos ser nuevamente.
Michel: Tienes razón. Necesitamos recuperar la pasión y la conexión que teníamos al principio. No quiero perder lo que tenemos, Karla.
Karla: Yo tampoco, Michel. Aún nos amamos, pero parece que nos hemos perdido en la monotonía de la vida diaria. Quizás podamos empezar a hacer pequeños cambios, a encontrar momentos para nosotros mismos y para disfrutar el uno del otro.
Michel: Me gusta esa idea. No deberíamos conformarnos con la mediocridad. Debemos esforzarnos por mantener viva nuestra relación. Estoy dispuesto a hacerlo si tú también lo estás.
Karla: Estoy dispuesta, Michel. Te amo y quiero que estemos felices juntos. Prometo que haré todo lo posible para avivar la chispa entre nosotros y buscar nuevas formas de disfrutar de nuestra vida como pareja.
Michel: Gracias, Karla. Saber que estás dispuesta a luchar por nuestro amor me da esperanza. Vamos a hacer que funcione, juntos.
Karla: (se levanta de la cama) Bueno, creo que es hora de empezar por una ducha revitalizante. ¿Quieres unirte a mí?
Michel: (sonríe) Claro, por qué no. Una ducha compartida es un buen comienzo. Quizás podamos recuperar un poco de la magia perdida.
Ambos se dirigen a la ducha ayúdense a desnudarse mutuamente al calor y sentir de besos apasionados de esos que solo se logran ver en películas.
Karla: (mientras disfrutan del baño apasionado) Michel, esto es maravilloso. Me hace recordar lo que hemos estado perdiendo. Necesitamos más momentos como este.
Michel: (sonríe y la abraza) Sí, tienes razón, Karla. Estoy tan feliz de verte tan entusiasmada. No quiero dejar que nuestro amor se desvanezca.
Karla se apresura a lavar a Michel llegando rápidamente a su intimidad.
Karla: (mordiéndose su labio inferior) valla parece que alguien por aquí ya esta mas que listo para recibir una visita
Rápidamente, pero con cuidado se apresuró a meterse la polla de su esposo a su boca, una verga de no de gran tamaño (15 cm), más bien regular para ella pues no había visto otra en su vida, con movimientos breves, cortos y precisos lograba ponerle los ojos en blanco a su esposo
Por su cuenta Michel acariciaba su pelo mientras que con sus manos comenzaba a pellizcar sus pezones y pechos en general, estaban en un momento intimo después de meses y parecía perfecto hasta que……….
Diego: (llorando) ¡Mamá! ¡Papá!
Karla: (sorprendida y sacándose rápidamente la verga de esposo de la boca) ¡Oh no! Nuestro pequeño necesita nuestra atención. Vamos, Michel, debemos atenderlo.
Michel: (frustrado, salió también de la ducha) Sí, claro. Nuestro deber como padres siempre viene primero.
(Los dos se envuelven rápidamente toallas alrededor de sus cuerpos mojados y se apresuran hacia la habitación de Diego).
Diego: (abrazando a Karla) Mamá, tuve una pesadilla. Tenía miedo y te necesitaba.
Karla: (acariciando su cabello) Oh, mi amor, lo siento mucho. Estoy aquí ahora. No tienes que tener miedo. Papá y yo siempre estaremos contigo.
Michel: (besando la frente de Diego) Estamos aquí para protegerte, hijo. Nunca te dejaremos solo.
Diego: (se calma gradualmente) Gracias, mamá y papá. Los amo.
Karla: (abrazando a Diego) Y nosotros también te amamos más que cualquier cosa en el mundo, mi pequeño tesoro.
Michel: (sonriendo) Karla, incluso en medio de la interrupción de nuestro momento, no puedo evitar sentirme agradecido por nuestra familia y el amor que compartimos.
Karla: (asintiendo) Yo también, Michel. Nuestro hijo es nuestro mayor tesoro y nuestra prioridad. Pero no olvidemos que también necesitamos cuidar nuestra relación como pareja.
Michel: Estoy de acuerdo. Encontraremos el equilibrio y descubriremos cómo mantener viva la pasión y la conexión entre nosotros, incluso en medio de las responsabilidades de ser padres.
Después se dirigieron a su habitación
Karla: (mientras se seca el cabello) Michel, esa conexión que tuvimos en la ducha fue increíble. Me recordó lo importante que es mantener viva nuestra pasión y deseo el uno por el otro.
Dijo mientras buscaba que ponerse para ir a la oficina, estaba indecisa entre un vestido de una sola pieza o una falda y camisón
Por un lado, el vestido de una pieza era de color blanco, de lo largo le llegaba hasta las rodillas o talvez un poco mas abajo, el detalle, tenía un escote bastante llamativo.
La segunda opción, falda de oficina ajustada a sus piernas y caderas, esta acompañada con un juego de medias de encaje color negro las cuales le hacían ver unas piernas sexys, en la parte de arriba una camisa manga corta color azul sin escote, pero con un ajuste increíble a sus tetas
Michel: Estoy totalmente de acuerdo, Karla. Me encantó cada momento que compartimos. No quiero que eso se pierda en nuestra rutina diaria. Debemos encontrar formas de mantener la chispa viva.
Dijo mientras terminaba de ponerse su saco de su mítico traje gris
Karla: Exactamente. Quizás podamos programar momentos especiales para nosotros dos, como citas nocturnas o escapadas de fin de semana. Necesitamos ese tiempo a solas para reconectar y avivar la pasión.
Michel: Me gusta esa idea. Además, debemos recordar que la comunicación es esencial. Siempre debemos hablar abierta y sinceramente sobre nuestras necesidades y deseos. Solo así podremos satisfacer los deseos del otro y mantener nuestra conexión fuerte.
Karla: Tienes razón, Michel. No debemos tener miedo de compartir nuestras fantasías y deseos más profundos. Eso solo fortalecerá nuestra intimidad y nos acercará aún más.
Michel: Estoy de acuerdo. Quiero explorar nuevas experiencias juntos y mantener la emoción en nuestra relación. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para mantenernos conectados y felices.
Luego de que Karla se decidiera por la segunda opción por tema de comodidad y tiempo se miró al espejo, y claro una mujer con cuerpo de modelo se veía tan bien con ese conjunto, su 1.76 le ayudaba a resaltar sus piernas y muslos tonificados, además de su culo que con esa falda resaltaba desde una vista de perfil de su figura, su abdomen plano y cintura pequeña dejaban ver sus tetas lo suficientemente levantadas como para poder usarlos como mesa, después Karla y Michel descienden las escaleras y se sientan a desayunar junto a su hijo Diego.
Diego: (con una sonrisa) Mamá, papá, ¿hoy iremos juntos a llevarme a la escuela?
Karla: ¡Claro que sí, mi amor! Hoy estaremos contigo todo el camino. Queremos aprovechar cada momento que podamos estar juntos como familia.
Michel: (acariciando el cabello de Diego) Eso es correcto, hijo. Pasaremos un tiempo de calidad juntos antes de empezar el día. Queremos que sepas que siempre estaremos aquí para ti.
Karla: (mientras disfrutan del desayuno) Michel, tengo una noticia. El maestro de Diego, el Sr. Augusto, nos ha citado a una reunión el viernes. Parece que hubo un malentendido entre Diego y uno de sus compañeros en la escuela.
Michel: ¿En serio? ¿Qué pasó exactamente?
Karla: Según el maestro, Diego tuvo un pequeño altercado con otro niño durante el recreo. Aparentemente, se trató de un malentendido y no hubo daños físicos, pero el maestro quiere discutirlo con nosotros para asegurarse de que se resuelva adecuadamente.
Michel: Vaya, eso suena serio. Lamentablemente, no podré asistir a la reunión. Tengo una importante reunión en la oficina y no puedo cancelarla.
Karla: Lo entiendo, Michel. No te preocupes, yo iré en representación de los dos. Aclararé el malentendido con el maestro y me aseguraré de que se tomen las medidas necesarias para resolver el problema.
Michel: Gracias, Karla. Confío en ti para manejar la situación de manera adecuada. Sé que siempre pones el bienestar de nuestro hijo como prioridad.
Karla: Siempre lo haré, Michel. Nuestra familia es lo más importante para mí. Haré todo lo posible para resolver este malentendido y asegurarme de que Diego esté bien.
Diego: (mientras escucha la conversación) Mamá, papá, ¿todo estará bien?
Karla: (sonriendo) Claro que sí, cariño. Mamá estará allí para hablar con el maestro y asegurarse de que todo se aclare. Solo queremos lo mejor para ti.
Michel: Así es, hijo. Confiamos en que tu mamá solucionará todo y que pronto se resolverá este malentendido.
Karla: (mientras se sirve el desayuno) Diego, cariño, quiero hablar contigo sobre lo que sucedió en la escuela. Cuéntame qué pasó exactamente.
Diego: (con una carita preocupada) Mamá, yo estaba jugando con mi amigo Luis en el patio, y de repente él me empujó y me caí. Fue un accidente, ¡te lo juro!
Karla: (acariciando suavemente la mejilla de Diego) Gracias por contármelo, mi amor. Entiendo que fue un accidente y estoy segura de que no fue intencional. Hablaremos con el maestro y aclararemos la situación, ¿de acuerdo?
Justo cuando Karla se disponía a continuar la conversación con Diego, su teléfono celular comenzó a sonar. Era una llamada entrante del trabajo, del señor Francisco, su jefe.
Karla: (tomando el teléfono y mirando a Diego) Discúlpame un momento, cariño. Parece ser una llamada importante.
Karla contesta la llamada y escucha atentamente la voz del señor Francisco. La expresión en su rostro cambia a medida que la conversación avanza.
Señor Francisco: Karla, lamento interrumpir tu mañana, pero tengo una noticia que necesito que atiendas de inmediato. Hemos recibido una demanda de divorcio muy compleja y delicada. Quiero que te encargues de este caso, ya que confío en tus habilidades como abogada.
Karla: (sorprendida) Señor Francisco, entiendo la importancia de este caso, pero ¿está seguro de que soy la mejor opción para encargarme de él? Hay otros abogados más experimentados en nuestro equipo…
Señor Francisco: Karla, sé que eres una abogada talentosa y capaz. Tienes una gran ética de trabajo y una habilidad excepcional para resolver conflictos legales. Confío en que puedes manejar esta situación con profesionalismo y empatía. Además, este caso es una oportunidad para que sigas creciendo en tu carrera.
Karla: (tomando una respiración profunda) Entiendo, señor Francisco. Agradezco su confianza en mí. Me aseguraré de hacer todo lo posible para resolver este caso de la mejor manera.
Karla cuelga el teléfono y suspira, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Se gira hacia Michel y Diego, tratando de mantener la calma.
Karla: Lo siento, chicos. Esa era una llamada del trabajo. Me han asignado una demanda de divorcio muy importante y necesito ocuparme de ello de inmediato.
Michel: (preocupado) ¿Estás bien, Karla? Sé que este tipo de casos puede ser estresante. ¿Podemos hacer algo para ayudarte?
Karla: (sonriendo ligeramente) Gracias, Michel. Tu apoyo significa mucho para mí. Por ahora, solo necesito concentrarme en este caso y asegurarme de manejarlo de la mejor manera posible. Sabes que siempre trato de equilibrar mi trabajo y nuestra familia, y haré todo lo posible para estar presente para ambos.
Diego: (mirando a su mamá con ojos grandes) Mamá, ¿estás triste?
Karla: (agachándose para estar a la altura de Diego) No, cariño, no estoy triste. Solo tengo una situación importante en el trabajo que debo resolver. Pero no te preocupes, siempre estaré aquí para ti y te amaré sin importar lo que pasé.
Después de terminar el desayuno, Karla y Michel se preparan rápidamente para llevar a su hijo, Diego, a la escuela. Ambos se encuentran en el vestíbulo, ajustando sus abrigos y recogiendo las llaves del auto.
Karla: (mientras ajusta su abrigo) Michel, ¿estás seguro de que no puedes asistir a la reunión con el maestro de Diego este viernes? Sería importante que ambos estuviéramos presentes.
Michel: (suspirando) Lo siento, Karla. Ya te he explicado que la reunión coincide con un compromiso laboral ineludible. Intenté cambiar la fecha, pero no fue posible. Prometo que estaré presente en la siguiente ocasión.
Karla: (asintiendo con resignación) Está bien, lo entiendo. Solo quiero asegurarme de que Diego se sienta apoyado y que el malentendido se resuelva de manera adecuada.
Michel: (poniendo su mano en el hombro de Karla) Sabes que siempre estaremos allí para Diego, incluso si no podemos asistir físicamente a todas las reuniones. Pero prometo que estaré disponible para hablar con el maestro después y aclarar cualquier duda.
Karla: (sonriendo ligeramente) Gracias, Michel. Eres un gran padre y sé que siempre haces todo lo posible por nuestra familia.
Después de un breve momento de complicidad, Karla y Michel toman las llaves del auto y se dirigen hacia la puerta principal. Diego, emocionado por el día que le espera en la escuela, se une a ellos con su mochila sobre sus hombros.
Karla: (agachándose para estar a la altura de Diego) ¿Estás listo para un día lleno de aventuras en la escuela, mi pequeño campeón?
Diego: (asintiendo entusiasmado) ¡Sí, mamá! ¡Estoy emocionado de ver a mis amigos y aprender cosas nuevas!
Karla: (acariciando suavemente la cabeza de Diego) Eres un niño increíble, Diego. Siempre recuerda ser amable y respetuoso con tus compañeros. Mamá y papá estarán aquí para ti cuando vuelvas esta tarde.
Los tres salen de la casa y se dirigen al auto, listos para comenzar el día. Mientras conducen hacia la escuela, el ambiente en el auto se llena de expectativas y cariño familiar.
Michel estaciona el auto frente al bufete de abogados donde Karla trabaja. Con gesto amable, él se baja y rápidamente rodea el vehículo para abrir la puerta del lado de Karla.
Karla: (agradecida) Gracias, Michel. Aprecio mucho tu apoyo en momentos como estos.
Michel: (sonriendo) Siempre estaré aquí para ti, cariño. Te deseo mucho éxito en el trabajo hoy.
Karla sale del auto y ajusta su abrigo mientras observa a Michel y Diego alejarse en dirección a la escuela. Luego, con determinación, se dirige hacia la entrada del bufete.
Al ingresar al edificio, Karla es recibida por el atento recepcionista llamado Nicolás el cual antes de decir cualquier palabra devora a Karla con la mirada y pues normal con su figura imponente, quien le indica que su colega Alex está esperándola en su oficina. Ella agradece y se dirige hacia allí, con una mezcla de curiosidad y nerviosismo, cuando se dirige al ascensor Nicolás aprovecha para poder ver el movimiento de esas nalgas.
Al llegar a su oficina, Karla encuentra a Alex esperándola con una sonrisa en su rostro.
Karla: (cerrando la puerta detrás de ella) Buenos días, Alex. Ya me informó el señor Francisco sobre el caso de divorcio. Estoy lista para comenzar a trabajar en él.
Alex al levantar la mirada contempla esas piernas cubiertas por esa tela las cuales lo vuelven loco
Alex: (asintiendo) Excelente, Karla. Sé que eres una abogada talentosa y que harás un gran trabajo. Si necesitas mi apoyo en algo, no dudes en pedírmelo.
Dice Alex mientras su mirada se pierde en el pecho de Karla
Karla: (agradecida) Lo tendré en cuenta, Alex. Aprecio tu confianza en mí. Vamos a necesitar trabajar en equipo para lograr los mejores resultados para nuestro cliente.
A medida que avanzan en la discusión sobre el caso, Karla no puede evitar notar el brillo especial en los ojos de Alex. Ha percibido sus sentimientos hacia ella en el pasado, pero hasta ahora ha mantenido una relación estrictamente profesional.
Karla: (cambiando ligeramente de tema) ¿Cómo va tu propio trabajo, Alex? Sé que tienes varios casos importantes en tus manos.
Alex: (sonriendo suavemente) Gracias por preguntar, Karla. Todo va bien. Pero lo más importante ahora es asegurarnos de que nuestro cliente tenga la mejor representación posible en este caso de divorcio.
La conversación continúa mientras Karla y Alex discuten los detalles del caso, analizan estrategias legales y comparten ideas para brindar el mejor apoyo a su cliente. Aunque ambos intentan mantener el enfoque en lo profesional, hay una tensión sutil entre ellos, alimentada por los sentimientos que Alex guarda en su corazón.
Mientras Karla y Alex discuten los detalles del caso de divorcio, una breve pausa se instala entre ellos. El ambiente se carga de una tensión palpable, como si el peso de un secreto compartido flotara en el aire. Karla percibe un brillo melancólico en los ojos de Alex, como si su mente se transportara a un tiempo lejano pero inolvidable.
En un fugaz destello de recuerdo, Alex revive con claridad aquellos días en la universidad, durante la fiesta de cumpleaños de Michel. La celebración estaba llena de música, risas y una excesiva cantidad de alcohol. Bajo la influencia de la euforia y la borrachera, Karla y Alex se encontraron solos en un rincón apartado.
La química entre ellos era innegable y, en medio de la confusión emocional, sus labios se unieron en un beso ardiente y cargado de deseo. La intensidad del momento amenazaba con llevarlos a un encuentro aún más íntimo, pero Alex, atormentado por la lealtad hacia su amigo y la promesa de matrimonio de Karla, se detuvo antes de que cruzaran la línea que no podían desandar. Fue un acto de resistencia y tortura personal que lo atormentaría durante mucho tiempo.
El recuerdo se desvanece rápidamente, y Karla y Alex regresan al presente en el bufete de abogados. Sin embargo, la sombra de aquel beso prohibido sigue acechándolos, alimentando la tensión y el deseo que existe entre ellos.
La presencia del recuerdo despierta una mezcla de emociones en ambos. Para Alex, representa la oportunidad perdida de vivir una pasión desenfrenada con la mujer que siempre amó en secreto. Para Karla, es un recordatorio de las fuerzas invisibles que han estado jugando con su corazón y la encrucijada en la que se encuentra.
No pasó mucho tiempo antes de que el señor Francisco, su jefe, apareciera en la puerta con una expresión seria en su rostro.
Señor Francisco: Karla, necesito que estés lista para conocer a tu nuevo cliente hoy a las 2 de la tarde», anunció el señor Francisco. «Es un caso de divorcio complicado y tus habilidades como abogada serán fundamentales. Su nombre es Joaquín Ramos.
Karla asintió con determinación mientras tomaba nota de la hora y el nombre. La emoción y los nervios se mezclaban dentro de ella, consciente de que cada nuevo caso era un desafío y una oportunidad para demostrar su valía.
Una vez que el señor Francisco se retiró, Karla se sumergió en su trabajo, preparándose para el encuentro con Joaquín Ramos. Aunque sabía que debía concentrarse en su labor profesional, su mente no podía evitar divagar hacia el pasado y a los recuerdos compartidos con Alex. La sombra de aquel beso aún persistía en su memoria, pero también entendía que debía mantener una distancia adecuada para proteger su matrimonio y su carrera.
Alrededor del mediodía, mientras Karla revisaba algunos documentos legales, Alex se acercó a su escritorio con una sonrisa amistosa.
Alex: Karla, ¿te gustaría almorzar juntos hoy? Podemos hablar sobre el caso y cualquier cosa que necesites», propuso Alex, esperanzado.
Karla se sintió halagada por la invitación, pero la conciencia de su compromiso matrimonial y las complicaciones que surgirían si se permitía acercarse demasiado a Alex la frenaron.
Karla: Aprecio mucho tu amabilidad, Alex», respondió Karla con sinceridad. «Sin embargo, creo que sería mejor mantener nuestra relación profesional en el ámbito laboral. Hay demasiadas cosas en juego y no quiero causar más problemas de los que ya existen».
Alex asintió comprensivamente, ocultando su desilusión detrás de una sonrisa forzada.
Alex: Lo entiendo, Karla. Si alguna vez cambias de opinión o necesitas hablar, estoy aquí para ti».
Karla le sonrió agradecida. «Gracias, Alex. Valoraré tu apoyo y tu amistad. Tal vez en otro momento podamos almorzar juntos sin las presiones del trabajo».
Con ese entendimiento mutuo, Alex se retiró, dejando a Karla con sentimientos encontrados. Por un lado, anhelaba la cercanía y la conexión que había experimentado con Alex en el pasado, pero por otro, se aferraba a su compromiso con Michel y a su deseo de mantener su vida profesional en orden.
A medida que el reloj avanzaba, Karla se preparó para su encuentro con Joaquín Ramos, decidida a enfrentar el caso con la profesionalidad que siempre la había caracterizado. Sin embargo, la sombra de aquel beso y los sentimientos no resueltos continuaban acechándola, amenazando con desestabilizar todo lo que había construido.
Karla: (ajustándose la chaqueta y sosteniendo su carpeta) ¡Hola, Nicolás! ¿Cómo va el día?
Nicolás: (con una sonrisa galante) ¡Hola, Karla! Siempre es un placer verte. Hoy luces especialmente radiante. Tu belleza es deslumbrante.
Karla: (se sonroja pero se molesta) Nicolás, ya hemos tenido esta conversación antes. Te he dicho varias veces que no me interesan tus piropos. Te agradecería que dejaras de hacerlo.
Nicolás: (sin inmutarse) Lo siento, Karla, no puedo evitarlo. Eres una mujer hermosa y encantadora. Simplemente no puedo resistir el deseo de expresarlo.
Karla: (muestra su anillo de compromiso) Nicolás, este anillo que llevo en mi dedo es un símbolo de mi compromiso con mi esposo. Por favor, respeta eso.
Nicolás: (sorprendido pero persistente) Entiendo, Karla. Pero no puedo negar lo que siento por ti. Si alguna vez cambias de opinión…
Karla: (interrumpiendo) Nicolás, por favor. Ya he sido clara. Mi relación con mi esposo es sólida y no hay espacio para otras personas en mi vida sentimental.
Nicolás: (suspira) Está bien, Karla. Respetaré tus palabras. Pero no puedo evitar desear que algún día veas lo que tienes frente a ti.
Karla: (firmando su salida) Bien, necesito firmar mi salida. Tengo una reunión importante en unos minutos.
Nicolás: (sonriendo) Entiendo. Bueno, si alguna vez necesitas un café o simplemente alguien con quien hablar, estoy aquí para ti.
Karla: (con desprecio) Gracias, Nicolás. Lo tendré en cuenta. Ahora debo irme, no quiero llegar tarde. Nos vemos luego.
(Karla firma su salida mientras Nicolás la observa con una mezcla de lujuria, deseo y resignación. Aunque ella ha dejado en claro su compromiso con su esposo, Nicolás no puede evitar mantener la esperanza de que algún día ella pueda estar en su cama o bajo su escritorio.)
Nicolás: (susurrando para el mismo) Algún día, Karla, espero que veas más allá de tu anillo y consideres las posibilidades que este viejo te ponga suplicarme porque no pare de follarte.
(Nicolás queda en el lobby del edificio viendo el sambo loteo de esas nalgas que tanto anhela, por las que daría cualquier cosa.)
Hasta aquí llega la parte 1, si les gusto y quieren saber que pasa después, por que apenas vamos comenzando una buena calificación me lo hará saber
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