Felices los cuatro – 1
En un principio no éramos amigos ni nada parecido, solo éramos niños cuando nos conocimos, apenas vecinos del barrio, cuando conoces nuestra historia realmente no cuesta creer como terminamos en nuestra relación..
En un principio no éramos amigos ni nada parecido, solo éramos niños cuando nos conocimos, apenas vecinos del barrio, cuando conoces nuestra historia realmente no cuesta creer como terminamos en nuestra relación.
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Me encontraba afuera de la garita orinando con la verga en estado cuántico, ya sabes, cuando no está ni dura ni flácida, a mi alrededor solo naturaleza, kilómetros de bosque tropical, hierba seca y un sol fuerte que apenas era bloqueado por los árboles, sudaba copiosamente, gotas de semen goteaba de mi verga recién ordeñada, era un joven con la mayoría de edad recién cumplida; adentro de la garita de dos piezas acondicionada con una cama matrimonial, muebles, ventilador y un techo, se escuchaban los gemidos y gritos ahogados de forma ininterrumpida de mi novia, al entrar y refrescarme ví a mis amigos prensando vaginalmente a Yuli, mi novia… Bueno, nuestra novia.
Ali, mi amigo, yacía de espaldas en la cama, su verga curvilínea y cabezona permanecía dentro de la vagina de Yuli reposando y al mismo tiempo trabajando al ensancharla, mientras que Yuli acostada descansaba en el pecho de Ali, al mismo tiempo nuestro otro amigo, Elio de cuerpo maziso y verga negra, venosa y descomunal entraba y salía de frente a Yuli, bueno, de su vagina en una alucinante doble penetración, los dos machos enormes y vergudos estaban destrozando a mi novia de una manera bestial, las embestidas pélvicas con las que Elio empalaba a Yulia era arte, su vagina sufría la fuerte presión de ser la perra de aquellos jóvenes dotados que obtenían el exquisito placer de destruir sus agujeros más íntimos, alejados de todo habitante del pueblo podíamos gemir, gritar y coger tanto quisiéramos y también de la forma que quisiéramos, ignoro si nuestra relación tenía un término para llamarle, pero era lo que conocíamos, y nos gustaba.
Mi nombre es Maykel, así de sudamericano como suena aunque de cariño me dicen Miky, desde niño he tenido un rostro angelical, de ojos azules, labios rosaditos y carnosos, de cabello rubio con rayos que tiraban a castaño y de piel clara, desde adolescente pasaba mucho tiempo con Yuli, una chica joven de piel canela, de ojos café claro, cabello medio ensortijado y de abundante volumen, de color castaño oscuro, tiene una mirada pícara y su manera de expresarse le hacía parece mayor de su edad aún desde niña, su cuerpo además estaba hermosamente desarrollado, de altura medio baja, y curvas pronunciadas, con su carita de niña era el sueño de todo hombre, había algo en sus piernas que se veían muy lindas y tersas, un no se que en su cintura y caderas que parecía extrañamente atractiva.
Vivíamos en un pueblo encaminado a ser ciudad; Pero en el fondo era un pueblo amante de sus tradiciones y costumbres, especialmente las fiestas, también había una reserva natural con caudales de agua dulce.
Como fue que se dieron los acontecimientos para que terminaríamos en una relación de 4? Pues desde que éramos niños jugábamos juntos, Además de Yuli y de mi, habían dos varones mas.
El primero y el mayor era Elio, algo desarrollado a pesar que teníamos la misme edad, de tes morena, cabello corto y negro y de ojos oscuros y mirada astuta pero muy buena gente, el otro era Ali, no recuerdo si eran primos o hermanos o si tenían algún lazo de sangre, sus familiares tenían tierras que colindaban con el río, y cerca del bosque, profundo en el río había una pequeña construcción de material noble que alguna vez sirvió como garita de guachimán en la que alguno de esos familiares vigilaba un extinto estanque de piscicultura, aquella fue nuestra base secreta, a veces era un castillo, a veces una fortaleza, otras un bastión que soportaría un ataque de zombis.
Conforme entrabamos a la pubertad y todos nuestros instintos sexuales despertaban, comenzabamos a buscar alguna pareja por fuera de nuestro grupo, y con ello la separación, los celos, las primeras veces, el cotilleo, el intercambio de información dudosa, las decepciones, etc; no obstante. Los años pasaron y luego de graduarnos y comenzar algunos del grupo a trabajar, otros a estudiar a nivel universitario nos reunimos esporádicamente, más que nada con Elio y Ali; pero no supe mucho de Yuli estos años, salvó que estaba de novia con un patán que se dice la había golpeado.
Los viejos tiempos se habían ido, es verdad, en nuestro frenesí de adolescentes conversamos muchas veces acerca de nuestras experiencias sexuales amateur, y en varias ocasiones nos portamos mal, a veces con unos y a veces con otros, no teníamos tanta información ni términos confusos como hoy en dia.
De vuelta al presente, ahora que casi no nos veíamos, cierto día en que me encontraba solo quise recordar viejos tiempos y me fui a la río, dirigiéndome a la vieja garita, mi sorpresa fue al encontrar a Yuli desnuda mientras se autocomplacía con un vibrador talla L.
-Miki! – dijo sorprendida dejando su faena en pausa.
-No te detengas por mi, venía a hacer lo mismo! – le dije sin inmutarme mientras comenzaba a desvestirme y me acostaba en la cama con ella.
Acaricié sus pezones suavemente mientras con mi mano tomaba la enorme verga de goma y masajeaba con ella su dulce vulva, Yuli solo se limitó a gemir y a dejarse hacer por mí. Mi propio pene estaba muy erecto por la situación (relativamente cotidiana para nosotros), la velocidad de la penetración se acrecentaba mientras su gemidos y gritos aumentaban proporcionalmente.
-Metemelo un rato si?! – expresó casi deshaciéndose en fluidos y jadeos mientras la verga tocaba lo más profundo de su vagina y salía hasta la cabeza para volverla a meter a un ritmo frenético.
Sin resistirme me subí encima de ella, el calor era infernal y sudabamos bastante, sujeté sus labios con mis dientes, y le plante un beso de lengua, los mismo besos que aprendimos el uno con el otro, sin sacarle el vibrador puse mi glande en posición, ya habíamos hecho DP con los otros chicos hace unos años, pero ahora mi verga era adulta, y el vibrador grande, presioné un poco y con algo de trabajo de dedos y mucho fluido finalmente entró la cabeza, me deslice por dentro suyo con delicadeza mientras en su cara se mezclaba el dolor y el placer al tiempo que los centímetros de mi pene entraban en ella. Yuli resopló y mordiéndose los labios me agarró de las nalgas y abriendo sus piernas me dió permiso de bombearla sin contemplación, era nuestro juego, si tres votamos a favor de algo eso debía de hacerse, y casi siempre por votación popular esto era lo que ocurría, parece un mero abuso de nuestra parte pero en realidad ella era quien casi siempre lo insinuaba.
Moví mi pelvis oscilando rápidamente, sus gemidos estaban bastante enérgicos, la vibración de esa verga falsa estaba casi a máxima potencia y Yuli no tenía reparos en tragarsela entera, sus uñas se aferraron como ganchos a mis nalgas llevando mi zona pélvica tan cerca de la suya como nuestra anatomía lo permitiera, finalmente y luego de un cuarto de hora sus músculos vaginales se contrajeron en un ardiente y violento orgasmo. Yo también estaba cerca de alcanzar mi límite, seguí penetrando con fuerza y justo en algún momento siento un objeto redondo, caliente y blando justo en la entrada de mi esfinter, al voltear hacia atrás estaba Alí, con sus shores de basket bajo las rodillas y con su verga cabezona me tenía en la mira.
-Miky, y yo que pensaba que te habiamos vuelto marico después de tanto güevo que te dimos! – rió mientras se fumaba un cigarro de marihuana -Me alegra que puedas cojer como hombre a pesar de los años, Pero crees que podrías hacerme un servicio? Cómo ellos viejos tiempos.
Me reí con tranquilidad y le dije -Tu ya sabes cómo es, verdad?
-Con furia y frenesí entonces! -dijo tirando el porro y quitándose la ropa.
Antes de metermelo, le sacó el vibrador a Yuli y con los fluidos que se desperdiciaron en las sabanas se lubricó su verga, era grande, más que la mía, oscura y venosa con una gran cabeza, aunque esa no era la mejor parte, sentí sus enormes manos sujetarme de la cintura mientras Yuli mi abría las nalgas dejando mi úpite al descubierto para que Ali lo tomara con gusto, afincó con algo de fuerza, la parte más difícil de su verga era el glande, ancho y caliente como un pedazo de carbón, cuando entraba completo era difícil pero su enorme cabeza hacia el 70% del trabajo, cuando entraba podías sentir como empujaba cualquier cosa hacia adentro, y lo que quedaba detrás de la cabeza era un vacio que los propios intestinos llenaban succionando cada latido de esa enorme cosa hirviente y rígida. Con algo de malicia enterró su cabeza un par de Cms adentro, apreté el rostro pero Yuli con su técnica vaginal maestra movía sus músculos aplicando una especie de succión a mi pene que era tan efectiva que me hacía olvidar que un glande casi del ancho del de un caballo me estaba empalando vivo, admito que «disfrutar» no era precisamente la palabra que usaría para expresar lo que sentía, pero Yuli sabía cómo convencerme de hacer y dejarme hacer cualquier cosa.
-Estás tan apretadito como hace 3 años! -dijo Ali mientras media verga ya había invadido mis entrañas, un par de lágrimas se me salieron por el dolor penetrante que se incrementaba con cada centímetro de verga que entraba -Tu culito no ha cambiado nada en estos años, está tan rosadito y apretadito como la primera vez!
Yuli me llevó a sus labios y succionó mi verga con su vagina, tome aire porque sabía lo que vendría, Alí era particularmente aficionado de acostumbrar mi culito suavemente hasta la mitad y una vez alcanzado esa longitud apretaba mi cadera con sus manos y la otra mitad de verga la introducía de golpe, sin anestesia ni pomadas, era solo su pedazo de carne amaestrando y domando mi culo.
Su glande llegó al fondo de mí, o mejor dicho, al límite al que Alí podía llegar, Yuli contuvo mis gritos con sus labios, sin soltarme las nalgas ella constantemente palpaba la anatomia de la verga de Alí entrando y saliendo de mi culo, tocando y acariciando nuestras bolas, esto prendía más a nuestro amigo quien inspirado por la oxitocina que inundaba su cerebro se dió gusto embistiendome con fuerza y sin preocuparse por nada más.
La penetración duro cerca de 10 minutos, siempre energica y desalmada, golpeteando mis nalgas con sus redondas y cargadas bolas llevando el tiempo de la penetración y también el control de mi placer, el de Yuli y el suyo, grité y gemí un par de veces seguidas durante el coito con Alí, mi pene nunca perdió rigidez, sino que se mantuvo erecto mientras Alí embestía con gusto y me volvió a subir los niveles de placer paulatinamente hasta llevarme al borde del orgasmo y sobrepasarlo.
-Espera coño! -dijo Ali tratando de no perder el control de su orgasmo, mientras mi culo apretaba al mismo tiempo que mis chorros de leche eran depositados dentro de Yuli.
Yuli dió un suspiro relajado antes de decirme -Lo quieres tu o lo puedo tener yo? – refiriendose a la deslechada de Alí.
-Compartamoslo! – dije sonriéndole.
Alí fue a lavarse la verga con jabón, era algo que hacíamos por costumbre pues cuando nos divertíamos usualmente tardabamos horas en salir de la garita, al regresar se paró frente a Yuli y a mi dejándonos su verga al aire, Yuli no tardó ni medio segundo en devorarla, sus labios rodeaban el diámetro de aquella cabeza con un deleite total, su lengua acariciaba el glande como si de un helado se tratara, lamía las bolas para dejarme espacio y meterme aquel fierro ardiente a la boca, disfrutaba mucho pasarlo directo a mi garganta y oler la escencia de macho de mi amigo, su mano en mi nuca me obligó a tragar más de lo que podía hasta que su vello púbico me hizo cosquillas en la nariz, y antes de que una arcadas me hiciera vomitar me soltó. Luego Yuli hizo lo mismo, Alí la tomo con una sola mano y jaló hacia sí su cabeza permitiéndole cogerla por su garganta con un salvajismo frenético que Alí disfrutaba Pero Yuli más aún, se notaba porque de forma automática ella ponía sus brazos detrás como si estuviera esposada en un acto forzado pero nada más lejos de la verdad, ella era adicta a las cogidas fuertes, salvajes, a las felaciones casi animales, a ser tomada como objeto sexual para satisfacción de sus machos, ella era en apariencia una chica difícil Pero a la hora de coger no marcaba ningún límite, tal vez debido a que al tenernos a nosostros como compañero de juego todos nos sentimos en confianza para cualquier cosa, habíamos aprendido a nunca decir que no al deseo de alguno de nosotros.
Y ahí estábamos Yuli y yo, dándonos gusto con el pene cabezón de nuestro amigo quien luego de algunos minutos de controlarse nos avisó con tiempo que su eyaculación era inevitable ya, abrimos nuestras bocas y en un momento súbito un chorro de semen espeso salió disparado hacia mi cara, y cuando digo chorro me refiero precisamente a eso, a un chorro, no a un disparo interrumpido por cada reflejo eyaculatorio a manera de escupitajos de pene, ya que la habilidad que Alí había descubierto en su pubertad que poseía era una capacidad de acumulación de semen descomunal, además de su fortísima contracción testicular que como bien dije antes no se limitaba a disparar tiros de lefa sino que eran chorros ininterrumpidos que mengüaba su fuerza de a poco para nuevamente disparar con buena presión, aquel era un gran espectáculo, cabe decir que tragamos mucho de la semilla de nuestro amigo y mucha más se derramó en nuestra cara, pecho y hasta en el suelo, metía su verga aún dura a nuestras bocas para atrapar en nuestra lengua lss últimas municiones, con nuestras bocas inundadas de semen tome a Yuli del rostro y nos deshicimos de nuestra dignidad en un beso caliente, espeso y salado, tragamos nuestro premio y nos reímos de nuestro disfrute.
Unos minutos después estábamos sentados en la cama platicando y riéndonos desnudos.
-Ja ja ja, y recuerdan la primera vez que me salió leche? -rió Alí -Fue la primera vez que le dimos a Yuli por cada lado entre Elio y yo, je je, cuando paso estábamos tan preocupados porque pensábamos que simplemente no era normal.
-si! -dijo Yuli aguantando una carcajada – fue más o menos en la misma época en que Miki nos confesó que le gustaba verlos orinar y todos votamos para que perdiera el virgo con ustedes.
Así pasamos nuestra tarde recordando viejos tiempos, un día más hasta que pasados algunos días volvieramos a reunirnos.
Este relato fue escrito por Shotaboy, busquenme en Twitter y facebook como JINMEREY.
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