Fui infiel, esta vez mi esposa tuvo la culpa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llamenme Ronald, casado y con una mujer muy celosa, que en más de una oportunidad me descubrió en alguna mi aventura, pero la última hace ya ocho años. Pero por azar del destino ella me sirvió en bandeja mi ultima aventura.
Todo sucedió porque mi esposa es muy social, conoce a todo el pueblo y todo el pueblo la conoce. Resulta que una su comadre le pidió que recibiera en nuestra casa a una su sobrina que su marido le había salido borracho, el tipo al parecer agarraba farra, es decir, tomaba por varios días consecutivos y eso traía problemas economicos, pues no había trabajo que le durara. Mi esposa por compromiso y debido a que necesitábamos sirvienta en casa la aceptó sin conocerla. Asi que ella se presentó un lunes.
Vaya sorpresa, la muchacha era un morena prieta, que llevaba un pantalón apretado, resaltaba su tremendo culo parado y su silueta de guitarrra. Mi esposa creo que se arrepintió, pero para no dar su brazo a torcer la aceptó, solamente que le puso reglas, debía usar vestido y no pantalón y la aceptó.
Resulta que la muchacha que llamaré Teresa, de unos 22 a 25 años, era más guarra que la palabra, desde el inicio para probarla, yo bromeaba con ella con chistes colorados y ella los aceptaba y se reía conmigo, una ya sabe como ir midiendo a estas mujeres. Teresa solo trabajaba de lunes a viernes, y en horas hábiles, es decir no se quedaba en casa, por decisión de mi esposa. Pues antes del cumplir el mes de trabajo Teresa, mi esposa fue avisada de que su madre (mi suegra) estaba muy malita y sus hermanos querían que se fuera a verla, ella decidió ir el fin de semana. Asi que yo le hablé a Teresa para que llegara el fin de semana y que le pagaría el doble el día, le dije que era para que me atendiera el fin de semana y que no le dijera nada mi esposa de eso. Ella estuvo de acuerdo.
Ella llegó el sabad a medio día, le dije que no era para hacer la limpieza y lavar ropa de la casa, sino para hacerme compañia, Asi que la llevé a una piscina pequeña que tenemos en el patio, le dije que se metiera conmigo, ella riendo me dijo que no tenía traje de baño, le dije no importa, con tu ropa interior es suficiente, y la muy aventada me hizo caso y se metio en ropa interior, alli la empece a tocar y ella no decía nada, se toqué sus senos y sus piernas, y luego le dije que para eso la había mandado a llamar, ella me dijo que no, pero yo le dije que no creia que no había estado con nadie en todo ese tiempo que su marido no había estado, la presioné y ella me comentó que un exnovio la había cogido recientemente, entonces le dije, pues ahora te va a coger un hombre maduro con experiencia. No empezamos a besar dentro de la piscina, le quité el sostén y que buenas tetas morenas tenía, sus pezones oscuros se paraban cuando mi lengua pasaba sobre ellos.
Le metí los dedos en su panocha y le mamaba las tetas. Teresa gemía y se quejaba de placer, la dejé desnuda cuando le quité su braga. Alli mismo en la piscina la penetré y me empecé a coger rico, ella colgada de mir cuerpo y con sus piernas alrededor de mi cintura, nos besabamos y la cogía como si fueramos viejos amantes, la chica tenía la panocha muy caliente, luego la puse en la orilla sentada le abri las piernas y le comi toda la raja. Su coño estaba dilatada, no fue dificil meterle la punta de mi lengua en la vagina, ella chlló de gusto y me regaló su jugos intimos.
Luego la llevé a la sala y alli la puse encima de mi, yo sentado en el sofá y me cabalgó la verga bien rico, la muchacha no era una novata y sabía como mover su trasero sobre mi verga, alli los dos nos corrimos como novios, yo eyaculando y mamando sus tetas. Fue bien caliente.
Luego nos fuimos a la recamara, alli mientras descansábamos le serví un whisky, alli seguimos charlando y manoseando nuestro cuerpos, luego de un rato y después de estármela jalando, la puse en cuatro, que tremendo culo que tenía la chica, la sujete por las nalgotas y la penetré duro, le dedie el culo y le llegué a meter dos dedos en su ano, ella no dijo nada, solo movia sus nalgas como degustando mis dedos, asi que supuse que no era nuevo para ella, saqué mi verga de su raja la puse en su culo y la fui cogiendo poco a poco, ella gritó diciendo que por alli no, pero la verdad es que la gozó toda y se puso a gemir cuando se la comencé a sacar y meter de su recto.
Llegó la noche y le pedí que no se fuera, que se quedara lo noche conmigo, alli nos tomamos una botella de tequila con soda de toronja, casi la emborraché, y la terminé cogiendo por todos lados. Se tragó mi venida dos veces. Y amaneció a mi lado en cueros. El domingo se marchó.
Todavía la sigo cogiendo cinco meses después, a esa morena le gusta la verga…
Es mi primer relato espero les haya gustado.
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