Fui putita casi obligada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy de cuna humilde, en ese momento del relato, tenìa 20 años, soy morena, bajita de 1.60 mt,, pero dios me concedió unos grandes senos y un trasero paradito y redondo, mi rostro tal vez no es el más bonito, pero no soy fea.
Eso si soy muy cachonda y me encanta el sexo, perdí mi virginidad apenas a los 12 años, y con todos mis novios tuve relaciones sexuales, incluso con un tìo y un primo.
Pero nunca fui infiel a ninguno de mis novios.
Conocí a mi esposo en una feria del pueblo donde yo vivía, el era un chico de la capital que llegaba de visita con unos amigos, alli él me cortejó, se miraba que venía de buena familia y de dinero, luego seis meses después la gran boda en el pueblo, yo una pueblerina se casaba con un capitalino que aparentaba buena posición social y económica, pronto me enteraría que eso era falso.
Desde el inicio mi ahora esposo, me dijo que pasaramos unos tres años sin hijos, lo cual me pareció raro, pero sensato.
Vivimos en una bonita casa, pero empecé a notar que el dinero no le duraba mucho tiempo y que lo malgastaba, me hizo firmar unos papeles que él decía era para ayudarlo a él a algunos negocios, eso sería mi sentencia.
Cuando teníamos casi los dos años de casados comenzó todo, estábamos dormidos cuando tocaron el timbre, era la policía, tenían una orden de captura y de registro, se llevaron a mi esposo y yo llorando pregunté porque era eso, me contestaron que era por un fraude.
A los pocas semanas, embargaron la casa, y el poco dinero que teniamos ahorrado sirvió para pagar un abogado, pero al parecer mi esposo le había robado a varias personas, no dire en qué.
Me tuve que pasar a un apartamento pequeño y empezar a buscar trabajo, pero eso no fue lo peor, sino fue cuando visité a mi esposo, vi a un par de mujeres con dos hijos una y un hijo la otra, decían que eran los hijos de mi esposo, más tarde me enteré que mi flamante esposo tenía dos mujeres a quienes mantenía, yo quedaba como una estupida.
Mi pequeño mundo se derrumbó todo, aparte que lo que había firmado me obligaba a pagar una deuda de un dinero que ni siquiera tuve en mis manos y corría peligro de también ir a la cárcel si no pagaba mensualmente las letras.
Yo apenas había estudiado para secretaria comercial, y comencé a pedir trabajo e ir a entrevistas, pude ir a pedir ayuda a mis padres, pero ellos también son humildes y con pocos recursos, y en mi pueblo pues no hay muchas oportunidades de trabajo, asi que luego de contarles, les dije que me quedaría en la capital y trabajaría para salir adelante.
Gran error.
Luego de varias entrevistas de trabajo y poco éxito, llegué a una empresa, en donde el jefe de personal, que llamaré Samuel, me entrevistó un hombre de unos 35 años, alto, fornido y que no dejaba de verme los senos y las piernas.
Yo con el afan de convencerlo y que tuviera compasión de una mujer joven y con muchos problemas, le conté todo mi problema, otro error, pues viéndome muy vulnerable, me dijo que no solo me contrataría, sino que me ayudaría con mi problema.
Incluso me dio mi primer sueldo por adelantado.
Yo lloraba todos los días de mi suerte.
Un día me dijo Samuel que me invitaba a cenar, que no quería verme triste, luego fuimos a su apartamento, yo me desahogué de nuevo con él, pensando que era una mano amiga, él me abrazó y dijo que yo era muy sensible, luego me abrazó y apretó en sus brazos, me sentía segura con él, después me besó y yo correspondí, me dijo que ya no estaría sola, y bajándome el vestido, me besó dulcemente los senos y chupò mis pezones, yo le dije que no estaba bien, pues era casada, el dijo que solamente quería hacerme sentir bien, que cerrara los ojos y que me relajarà, yo caì en sus encantos, ademàs yo estaba feliz y dejé que me desnudara a besos.
Yo estaba sentada en un sofà muy cómodo, èl se metió entre mis piernas y bajándome las bragas se fue comiendo la cuquita, yo necesitaba ya sexo y él me lo daba, me hizo estremecer de gusto, yo gemía y le tomaba la cabeza y la empujaba dentro de mis piernas, yo sentí como me venìa una buena corrida y gemì y gemì, luego el me cargó en sus brazos y me llevò a la cama, me quitó el resto de la ropa y luego èl se quitó la ropa.
Me pidió que le chupara su pene, estaba duro y caliente, lo mamé con mucho deseo y hasta me tomé algunas gotitas de su semen, luego me puso en cuatro y èl hundió la boca entre mis nalgas, sentí como su lengua húmeda recorrìa mi sexo y mi ano, me hizo vibrar eso que nunca había sentido, luego sentí como su pene se restregaba contra mi cuquita y luego me penetro suavemente, me decía cosas bonitas, dijo que era una mujer muy bella, luego me empezó a coger muy rico, moviéndose suave y lentamente dentro de mi vagina, me besaba la espalda y seguía diciendo palabras bonitas.
Yo gemìa de puro placer y me sentía deseada y comprendida
Luego me volteo y se subió encima de mi y entre besos muy ardorosos en mi boca y mis senos me volvió a penetrar la rajita, esta vez sus movimientos fueron màs fuertes y duros, me cogió a su antojo, me hizo correrme varias veces entre gemidos y gritos mios.
Sentì como se corrió dos veces dentro de mi vagina, sentí su semen caliente salir de mi sexo.
Me dejó cansada, sudada y muy satisfecha en la cama.
Esa noche me había estrenado de amante, pues Samuel tenía esposa, pero no vivía en la ciudad.
Caì en sus garras, pues luego de esa noche, Samuel quería acostarse conmigo frecuentemente, ya no me sentía segura con él, me sentía como utilizada, pues el no aceptaba un no cuando pedía llegar que yo llegara a su apartamento, sino se molestaba.
El sexo ya no era tan bueno, pues debo decir que comenzó a hacer cosas pervertidas, una vez llevó unos juguetes dijo èl, asi les llamó y me los metió en mi cuquita y en mi culito, mientras el miraba una película porno y se masturbaba mientras me los metìa.
Pero lo pero estaba por venir.
Una noche, Samuel llegó borracho a mi casita, y no iba solo, iba con un amigo suyo, y me pidió que tuviera sexo con ambos, yo me negué y me amenazó con despedirme y que le regresara el dinero que me había dado, entonces yo acepté, les dije que tenía que prepararme y me fui a mi habitación y me puse vaselina en mi cuquita y en mi culito.
Como me tardè mucho ellos entraron a la habitación.
Ellos se quitaron los pantalones y se sentaron en la cama, yo me puse a horcajadas y comencé a mamar sus penes por turnos a pedido de Samuel, los dos decían cosas sucias y Samuel me trataba de “su puta”, sus penes se pusieron duros, eso no era lo peor, sino oir sus comentarios -qué buena puta eres!- -qué rico mama esta puta!!- Me sentía humillada.
Luego el amigo de Samuel se puso atras de mi y me lamía mi cuquita y mi culito mientras yo seguía chupando el pene de èl.
El de atras me la metió en mi cuquita, me penetraba y me cogía con duros empellones, siempre diciéndome cosas sucias, al rato los dos me llevaron a la cama y siguieron penetrándome al estilo perruno por turnos, uno me cogía y el otro me ponìa su verga para mamarla, el amigo de Samuel insistía en cogerme por el culo, yo le decía que de ninguna manera, hasta que me tomaron por la fuerza, fue Samuel quien me obligó y su amigo me la metió en mi ano, yo opuse resistencia, pero solo logré que su amigo me penetrara con fuerza y me lastimara mi ojete, me sujetaron yo quedè horizontal boca abajo en la cama y cada uno me penetro e culito y me cogieron como quisieron, hasta sangré y tuve que ir con un médico luego de eso.
Me dejaron lastimada en la cama y se corrieron adentro de mi ano y sobre mi cuerpo entre risas e insultos, terminé llena de semen.
Después de esa noche ya no quise acostarme con Samuel, quien me amenazó con despedirme del trabajo, asi que compañeros de trabajo me recomendaron hablar con el gerente, y como estaba muy molesta con Samuel, me puse un vestido apretado y con amplio escote para impresionar al gerente, que llamaré Don Ricardo, un hombre de cincuenta y tantos años.
Desde que entré no dejaba de verme el cuerpo, le conté casi toda la historia, y como Samuel se había aprovechado, El me escuchó y me al terminar me dijo que el se encargaría de todo, que no tuviera pena, se me acercó y yo lo abracé, quería provocarlo, mi mano tocó su paquete en el pantalón, él hombre la tenía empalada totalmente, luego no se que pasó, ya no puedo hacer memoria de lo que pasó, solo me acuerdo estar acostada en su escritorio con las piernas abiertas y el estaba comiendome la cuquita, yo me retorcía de placer, Don Ricardo sabía donde lamer, me tenía electrizada y no tardé en regalarle mi juguitos amargos en su boca, luego se bajó el pantalón y sentí como su gorda verga me estaba partiendo la cuca en dos, puso mis pies en sus hombros y me embistió como un toro, puso mis pies en la boca y me chupó los deditos sin dejar de cogerme, luego cambiamos y me puso a cabalgarlo encima del escritorio, me sacó otro orgasmo antes de llenarme de semen la cuquita.
Luego cada uno se compuso su ropa y me retiré antes de regalarle un beso húmedo.
Cabe mencionar que no me despidieron.
Y Don Ricardo amenazo a Samuel, no debía molestarme.
Pero la realidad es que aún con el sueldo, apenas podía pagar a mis deudas, me queda solo para pagar la renta y la comida del mes y aveces ni para eso.
Me hice amiga del administrador del edificio donde esta mi apartamento, quien me dijo que él tenía contactos y que existía un mercado de gente pudiente economicamente que busca relaciones sexuales seguras y discretas, que podía yo recibir una o dos veces a la semana a clientes para sexo y la paga era muy buena, además me dijo que yo llenaba las especificaciones de calidad, buenos senos y un culito paradito.
Yo me negué al inicio, pero él me convenció de tomarme una fotografía con un atuendo provocativo y que la enviaría para saber si yo calificaba para ese trabajo.
Luego de tres días, me llamó diciendo que si había calificado y que quedaba en mi decidirme, la paga era entre $200 y $300 por noche y que si había demanda, eso aumentaría hasta $500.
Yo acepté probar, viendo que no me alcanzaba lo que ganaba.
La primera vez, me vestí muy sexy, adorné la casa con velas, porque una puede usar su casa si lo desea y por seguridad lo hice asi.
Resultó un varon maduro, unos 40 años màs o menos, muy guapo, alto, atletico y cuando vi su paquete, no pude evitar decir, -ooohh que grande lo tienes!-, además resultó ser un caballero, yo estaba lista con vino y con eso de las velas, le gustó mucho, nos besamos en un sofá, el tipo sabía besar y usar sus labios, pues los puso en mis pezones y me hizo gemir de placer cuando sus dedos recorrían mis labios vaginales debajo de mi vestido, le dije que quería mamarsela y el abrió su pantalón para que yo tomara su pedazo de carne y lo chupara y lamiera como si fuera un dulce de leche, que tremendo pedazo de carne tenía!, era un semental!.
Lo lleve a mi cama, me pidió que me sentara y pusiera mis nalgas sobre su boca, querìa comérmela, lo hice y el tipo me dio la màs salvaje mamada de cuca y de culo de mi vida, su lengua era delgada y viscosa que pude sentir cuando entro en mi vagina y gritè cuando la sentí dentro de mi recto, no había pena pues me obligaban a hacerme un enema antes de recibir a un cliente.
Volviendo al relato, el tipo me hizo venir dos veces sentada en su boca.
Luego me tomò en la cama, èl sobre mi, me levantò las piernas y me ensartò con su enorme verga, sentí que la habitación daba vueltas y vueltas mientras el me cogía, creo que llegó la verga hasta donde nadie la había metido.
Luego me puso en cuatro y yo estaba Soy de cuna humilde, en ese momento del relato, tenìa 20 años, soy morena, bajita de 1.
60 mt,, pero dios me concedió unos grandes senos y un trasero paradito y redondo, mi rostro tal vez no es el más bonito, pero no soy fea.
Eso si soy muy cachonda y me encanta el sexo, perdí mi virginidad apenas a los 12 años, y con todos mis novios tuve relaciones sexuales, incluso con un tìo y un primo.
Pero nunca fui infiel a ninguno de mis novios.
Conocí a mi esposo en una feria del pueblo donde yo vivía, el era un chico de la capital que llegaba de visita con unos amigos, alli él me cortejó, se miraba que venía de buena familia y de dinero, luego seis meses después la gran boda en el pueblo, yo una pueblerina se casaba con un capitalino que aparentaba buena posición social y económica, pronto me enteraría que eso era falso.
Desde el inicio mi ahora esposo, me dijo que pasaramos unos tres años sin hijos, lo cual me pareció raro, pero sensato.
Vivimos en una bonita casa, pero empecé a notar que el dinero no le duraba mucho tiempo y que lo malgastaba, me hizo firmar unos papeles que él decía era para ayudarlo a él a algunos negocios, eso sería mi sentencia.
Cuando teníamos casi los dos años de casados comenzó todo, estábamos dormidos cuando tocaron el timbre, era la policía, tenían una orden de captura y de registro, se llevaron a mi esposo y yo llorando pregunté porque era eso, me contestaron que era por un fraude.
A los pocas semanas, embargaron la casa, y el poco dinero que teniamos ahorrado sirvió para pagar un abogado, pero al parecer mi esposo le había robado a varias personas, no dire en qué.
Me tuve que pasar a un apartamento pequeño y empezar a buscar trabajo, pero eso no fue lo peor, sino fue cuando visité a mi esposo, vi a un par de mujeres con dos hijos una y un hijo la otra, decían que eran los hijos de mi esposo, más tarde me enteré que mi flamante esposo tenía dos mujeres a quienes mantenía, yo quedaba como una estupida.
Mi pequeño mundo se derrumbó todo, aparte que lo que había firmado me obligaba a pagar una deuda de un dinero que ni siquiera tuve en mis manos y corría peligro de también ir a la cárcel si no pagaba mensualmente las letras.
Yo apenas había estudiado para secretaria comercial, y comencé a pedir trabajo e ir a entrevistas, pude ir a pedir ayuda a mis padres, pero ellos también son humildes y con pocos recursos, y en mi pueblo pues no hay muchas oportunidades de trabajo, asi que luego de contarles, les dije que me quedaría en la capital y trabajaría para salir adelante.
Gran error.
Luego de varias entrevistas de trabajo y poco éxito, llegué a una empresa, en donde el jefe de personal, que llamaré Samuel, me entrevistó un hombre de unos 35 años, alto, fornido y que no dejaba de verme los senos y las piernas.
Yo con el afan de convencerlo y que tuviera compasión de una mujer joven y con muchos problemas, le conté todo mi problema, otro error, pues viéndome muy vulnerable, me dijo que no solo me contrataría, sino que me ayudaría con mi problema.
Incluso me dio mi primer sueldo por adelantado.
Yo lloraba todos los días de mi suerte.
Un día me dijo Samuel que me invitaba a cenar, que no quería verme triste, luego fuimos a su apartamento, yo me desahogué de nuevo con él, pensando que era una mano amiga, él me abrazó y dijo que yo era muy sensible, luego me abrazó y apretó en sus brazos, me sentía segura con él, después me besó y yo correspondí, me dijo que ya no estaría sola, y bajándome el vestido, me besó dulcemente los senos y chupò mis pezones, yo le dije que no estaba bien, pues era casada, el dijo que solamente quería hacerme sentir bien, que cerrara los ojos y que me relajarà, yo caì en sus encantos, ademàs yo estaba feliz y dejé que me desnudara a besos.
Yo estaba sentada en un sofà muy cómodo, èl se metió entre mis piernas y bajándome las bragas se fue comiendo la cuquita, yo necesitaba ya sexo y él me lo daba, me hizo estremecer de gusto, yo gemía y le tomaba la cabeza y la empujaba dentro de mis piernas, yo sentí como me venìa una buena corrida y gemì y gemì, luego el me cargó en sus brazos y me llevò a la cama, me quitó el resto de la ropa y luego èl se quitó la ropa.
Me pidió que le chupara su pene, estaba duro y caliente, lo mamé con mucho deseo y hasta me tomé algunas gotitas de su semen, luego me puso en cuatro y èl hundió la boca entre mis nalgas, sentí como su lengua húmeda recorrìa mi sexo y mi ano, me hizo vibrar eso que nunca había sentido, luego sentí como su pene se restregaba contra mi cuquita y luego me penetro suavemente, me decía cosas bonitas, dijo que era una mujer muy bella, luego me empezó a coger muy rico, moviéndose suave y lentamente dentro de mi vagina, me besaba la espalda y seguía diciendo palabras bonitas.
Yo gemìa de puro placer y me sentía deseada y comprendida
Luego me volteo y se subió encima de mi y entre besos muy ardorosos en mi boca y mis senos me volvió a penetrar la rajita, esta vez sus movimientos fueron màs fuertes y duros, me cogió a su antojo, me hizo correrme varias veces entre gemidos y gritos mios.
Sentì como se corrió dos veces dentro de mi vagina, sentí su semen caliente salir de mi sexo.
Me dejó cansada, sudada y muy satisfecha en la cama.
Esa noche me había estrenado de amante, pues Samuel tenía esposa, pero no vivía en la ciudad.
Caì en sus garras, pues luego de esa noche, Samuel quería acostarse conmigo frecuentemente, ya no me sentía segura con él, me sentía como utilizada, pues el no aceptaba un no cuando pedía llegar que yo llegara a su apartamento, sino se molestaba.
El sexo ya no era tan bueno, pues debo decir que comenzó a hacer cosas pervertidas, una vez llevó unos juguetes dijo èl, asi les llamó y me los metió en mi cuquita y en mi culito, mientras el miraba una película porno y se masturbaba mientras me los metìa.
Pero lo pero estaba por venir.
Una noche, Samuel llegó borracho a mi casita, y no iba solo, iba con un amigo suyo, y me pidió que tuviera sexo con ambos, yo me negué y me amenazó con despedirme y que le regresara el dinero que me había dado, entonces yo acepté, les dije que tenía que prepararme y me fui a mi habitación y me puse vaselina en mi cuquita y en mi culito.
Como me tardè mucho ellos entraron a la habitación.
Ellos se quitaron los pantalones y se sentaron en la cama, yo me puse a horcajadas y comencé a mamar sus penes por turnos a pedido de Samuel, los dos decían cosas sucias y Samuel me trataba de “su puta”, sus penes se pusieron duros, eso no era lo peor, sino oir sus comentarios -qué buena puta eres!- -qué rico mama esta puta!!- Me sentía humillada.
Luego el amigo de Samuel se puso atras de mi y me lamía mi cuquita y mi culito mientras yo seguía chupando el pene de èl.
El de atras me la metió en mi cuquita, me penetraba y me cogía con duros empellones, siempre diciéndome cosas sucias, al rato los dos me llevaron a la cama y siguieron penetrándome al estilo perruno por turnos, uno me cogía y el otro me ponìa su verga para mamarla, el amigo de Samuel insistía en cogerme por el culo, yo le decía que de ninguna manera, hasta que me tomaron por la fuerza, fue Samuel quien me obligó y su amigo me la metió en mi ano, yo opuse resistencia, pero solo logré que su amigo me penetrara con fuerza y me lastimara mi ojete, me sujetaron yo quedè horizontal boca abajo en la cama y cada uno me penetro e culito y me cogieron como quisieron, hasta sangré y tuve que ir con un médico luego de eso.
Me dejaron lastimada en la cama y se corrieron adentro de mi ano y sobre mi cuerpo entre risas e insultos, terminé llena de semen.
Después de esa noche ya no quise acostarme con Samuel, quien me amenazó con despedirme del trabajo, asi que compañeros de trabajo me recomendaron hablar con el gerente, y como estaba muy molesta con Samuel, me puse un vestido apretado y con amplio escote para impresionar al gerente, que llamaré Don Ricardo, un hombre de cincuenta y tantos años.
Desde que entré no dejaba de verme el cuerpo, le conté casi toda la historia, y como Samuel se había aprovechado, El me escuchó y me al terminar me dijo que el se encargaría de todo, que no tuviera pena, se me acercó y yo lo abracé, quería provocarlo, mi mano tocó su paquete en el pantalón, él hombre la tenía empalada totalmente, luego no se que pasó, ya no puedo hacer memoria de lo que pasó, solo me acuerdo estar acostada en su escritorio con las piernas abiertas y el estaba comiendome la cuquita, yo me retorcía de placer, Don Ricardo sabía donde lamer, me tenía electrizada y no tardé en regalarle mi juguitos amargos en su boca, luego se bajó el pantalón y sentí como su gorda verga me estaba partiendo la cuca en dos, puso mis pies en sus hombros y me embistió como un toro, puso mis pies en la boca y me chupó los deditos sin dejar de cogerme, luego cambiamos y me puso a cabalgarlo encima del escritorio, me sacó otro orgasmo antes de llenarme de semen la cuquita.
Luego cada uno se compuso su ropa y me retiré antes de regalarle un beso húmedo.
Cabe mencionar que no me despidieron.
Y Don Ricardo amenazo a Samuel, no debía molestarme.
Pero la realidad es que aún con el sueldo, apenas podía pagar a mis deudas, me queda solo para pagar la renta y la comida del mes y aveces ni para eso.
Me hice amiga del administrador del edificio donde esta mi apartamento, quien me dijo que él tenía contactos y que existía un mercado de gente pudiente economicamente que busca relaciones sexuales seguras y discretas, que podía yo recibir una o dos veces a la semana a clientes para sexo y la paga era muy buena, además me dijo que yo llenaba las especificaciones de calidad, buenos senos y un culito paradito.
Yo me negué al inicio, pero él me convenció de tomarme una fotografía con un atuendo provocativo y que la enviaría para saber si yo calificaba para ese trabajo.
Luego de tres días, me llamó diciendo que si había calificado y que quedaba en mi decidirme, la paga era entre $200 y $300 por noche y que si había demanda, eso aumentaría hasta $500.
Yo acepté probar, viendo que no me alcanzaba lo que ganaba.
La primera vez, me vestí muy sexy, adorné la casa con velas, porque una puede usar su casa si lo desea y por seguridad lo hice asi.
Resultó un varon maduro, unos 40 años màs o menos, muy guapo, alto, atletico y cuando vi su paquete, no pude evitar decir, -ooohh que grande lo tienes!-, además resultó ser un caballero, yo estaba lista con vino y con eso de las velas, le gustó mucho, nos besamos en un sofá, el tipo sabía besar y usar sus labios, pues los puso en mis pezones y me hizo gemir de placer cuando sus dedos recorrían mis labios vaginales debajo de mi vestido, le dije que quería mamarsela y el abrió su pantalón para que yo tomara su pedazo de carne y lo chupara y lamiera como si fuera un dulce de leche, que tremendo pedazo de carne tenía!, era un semental!.
Lo lleve a mi cama, me pidió que me sentara y pusiera mis nalgas sobre su boca, querìa comérmela, lo hice y el tipo me dio la màs salvaje mamada de cuca y de culo de mi vida, su lengua era delgada y viscosa que pude sentir cuando entro en mi vagina y gritè cuando la sentí dentro de mi recto, no había pena pues me obligaban a hacerme un enema antes de recibir a un cliente.
Volviendo al relato, el tipo me hizo venir dos veces sentada en su boca.
Luego me tomò en la cama, èl sobre mi, me levantò las piernas y me ensartò con su enorme verga, sentí que la habitación daba vueltas y vueltas mientras el me cogía, creo que llegó la verga hasta donde nadie la había metido.
Luego me puso en cuatro y yo estaba agotadísima, me terminó de coger duro y metió un dedo en mi culo, antes de correrse se quitò el condón y me preguntó si no había problema con correrse en mi interior, yo apenas levanté la cabeza y le dije que lo hiciera donde quisiera, entonces èl se derramó en mi vagina, me inundó de leche la cuca, fue increíblemente rico.
Recibì a varios hombres, pero el mejor fue el primero, nunca supe su nombre, pero se volvió mi cliente, lo recibìa una o dos veces a la quincena.
Luego, de varios meses, mi esposo recibió sentencia y fue enviado por seis años a prisión, entonces yo me divorciè y mejor regresè a la casa de mis padres.
Esa fue mi experiencia en el sexo.
Actualmente tengo dos hijos con mi segundo marido.
, me terminó de coger duro y metió un dedo en mi culo, antes de correrse se quitò el condón y me preguntó si no había problema con correrse en mi interior, yo apenas levanté la cabeza y le dije que lo hiciera donde quisiera, entonces èl se derramó en mi vagina, me inundó de leche la cuca, fue increíblemente rico.
Recibì a varios hombres, pero el mejor fue el primero, nunca supe su nombre, pero se volvió mi cliente, lo recibìa una o dos veces a la quincena.
Luego, de varios meses, mi esposo recibió sentencia y fue enviado por seis años a prisión, entonces yo me divorciè y mejor regrese a la casa de mis padres.
Esa fue mi experiencia en el sexo.
Actualmente tengo dos hijos con mi segundo marido.
El no sabe esa parte de mi pasado, solo sabe que fui casada.
Cuando pienso en todo eso que me pasò, y lo que tengo ahora, me digo -a pesar de todo no fue tan malo-
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