Goliat: engaño a mi novio mientras duerme.
La historia que tuve con Goliat el mejor amigo de mi novio, que duraría mucho más pero así inició..
Mi novio, a quien llamaré Yue, y yo estábamos esperando en casa la llamada de un amigo suyo de la secundaria y con quien, cabe recalcar, aún mantenía muy buena conexión en ese momento, le llamaré Goliat.
En aquel entonces Yue y yo nos acabábamos de ir a vivir juntos, lo que pareciera extremo, tomando en cuenta que Yue recién acababa de cumplir los dieciocho años y yo había mentido en los papeles que nos pidieron sobre mi edad; en ese momento no parecía tan malo, faltaban solo seis meses para tener los dieciocho de igual modo.
El punto es que éramos dos adolescentes con casa sola de manera indefinida y vendría en la noche el Goliat, con quien, para ser honesto, había estado fantaseando y masturbándome durante ya varios meses, por lo general viendo las fotos que tenía en su perfil de Facebook. Goliat no era del tipo atlético exactamente y, aunque, mayor que nosotros como por cuatro o cinco años , era bastante más pequeño, con esfuerzos llegaría al metro sesenta, era de piel morena y solo levemente robusto, en comparación a mi metro ochenta y a los casi dos metros de Yue, él era casi nada, aun así no podía evitar que la idea de poder desnudarlo y cogerlo me volviera loco, a pesar de saber que era amigo de Yue.
Goliat y yo nos habíamos visto antes y aunque no nos habíamos insinuado nada, no podía dejar de fantasear con él.
Finalmente llego la llamada de Goliat, que nos esperaba en el metro, estaba realmente ansioso por verle, cuando finalmente estábamos los tres juntos saludo de manera efusiva a Yue, a mí por el contrario, si bien no fue grosero, se limito a únicamente un abrazo rápido, cosa bastante normal pensando que solo nos habíamos visto otra vez aparte de aquella.
Yue fue el primero en proponer, para no tener que salir dos veces, ir primero a un Oxxo cercano a comprar botanas y bebidas, ya que el plan era jugar cartas, beber y alguna caja de tabacos que se nos fuera cruzando en el camino, nunca he sido mucho de fumar, pero una fiesta, aun que fuéramos solo tres, siempre me inspiraba las ganas de fumar uno que otro cigarro.
Ya en el Oxxo, Goliat se portaba amable y mi imaginación, o eso creía, me hacía pensar que Goliat me miraba de sobremanera, Goliat había insistido en que lleváramos un Cosaco azul, sabe algo a jarabe de tos pero funcionaría, para ese entonces la idea de poder estar borracho junto a Goliat me estaba empezando a hacer tener una leve erección bajo el pantalón, poder dejar que la noche me llevara, hacer de todo y a la mañana siguiente poder achacarle al alcohol todos los desfiguros de la noche, desde alguna pequeña insinuación entre Goliat y yo hasta, por qué no, llevármelo a la cama, no lo había pensado bien, pues de entrada nuestra casa solo tenía una cama, la nuestra.
La noche transcurrió de manera normal, tomamos bastante, pero las cosas no parecían salirse de control, más allá de algún rozamiento que Goliat me daba con su rodilla, pero nada fuera de lo que se podría decir como normal, finalmente llego mi oportunidad ya cuando estábamos bastante borrachos y también cansados.
Yue decidió; impulsado principalmente por nuestra casera que nos había subido a decir que ya no podíamos seguir haciendo ruido. Que nos fuéramos ya a dormir, Yue quien pareciera no tener consideración alguna, solo le aventó una almohada y una cobija a Goliat, «Dormirás en el suelo» le dijo Yue, fue en ese momento que vi mi oportunidad, no podía dejar que lo mandara al suelo «¿Cómo crees? que duerma con nosotros en la cama, no seas culero» le dije, esperando que me hiciera caso. Yue parece que se apiado de él y lo dejo dormir con nosotros, pero nada tonto, él se puso entre Goliat y yo, me imagino que ya se olía para donde iban mis intenciones , pero no dejaría que eso me detuviera, menos ahora que tenía a Goliat tan cerca de mi, a demás que le habíamos prestado para dormir un short corto que dejaba poco a la imaginación, nos acomodamos y apagamos las luces, yo abrace a Yue de modo que mi mano estaba algo cerca de Goliat.
Ya había pasado cerca de una hora desde que nos habíamos dormido, al menos ellos, me quería asegurar que estuvieran bien dormidos, pues no me quedaría con las ganas, poco a poco y por encima de Yue, estiré mi mano, tenía cara a cara a Yue dormido, mientras mi mano, empezaba a tocar levemente el pecho de Goliat, nada raro, no era la primera vez que tocaba a un amigo mientras dormía, pero eso ya será para otra ocasión. Era muy cuidadoso de que ninguno de los dos se despertará, mi mano se poso un poco más firme sobre Goliat, ya más en confianza de la situación, sentía su pecho que era bastante más firme de lo que imaginaba, la tela de la camisa no solo era suave, era casi transparente, así que me dejaba sentir completamente su cuerpo, aquello era como tocarlo a través de una fina cortina, pasé mi mano hasta uno de sus pezones y comencé a frotárselo.
Sentía como mi verga se comenzaba a poner cada vez más dura sin siquiera tocarla, de esas veces que pareciera que se pone dura al mismo tiempo que la respiración y el palpitar del corazón que en esta situación era bastante acelerado, pero aún le faltaba mucho para llegar al limite.
Decidido a no dejar pasar la oportunidad, fui bajando mi mano esperando que sus shorts y sobre todo su bóxer estuvieran lo bastante holgados como para meter mi mano dentro, cuando mi mano se detuvo súbitamente, por el tacto, algo rasposo de la manos de Goliat que detenía mi rumbo hasta el interior de su bóxer, se me paró el corazón en ese momento, sentía sudar frío, de un momento a otro había pasado de la calentura más extrema al gélido frío, pensé que, siendo amigo de Yue, me delataría con él de lo que estaba haciendo, que me alejaría y que le diría a Yue en el acto que lo estaba manoseando , pero mi sorpresa creció cuando siento la mano de Goliat, que ahora parecía más suave, casi como de niño, que me acariciaba el dorso de la mano, lo llevo hasta su boca besando mi mano y metiendo un par de mis dedos en su boca, sentía su salvia cálida y su lengua moviéndose entre mis dedos, seguido del frío del aire secando su saliva.
Mi verga paso de cero a cien en un momento, la erección que había perdido hace un momento había no solo vuelto, sino que me la llevo al máximo, mi verga que ya hacía una tienda de campaña con la tela del suspensorio que me había puesto antes de dormir, mi erección era tan grande que mi verga en un momento toco la punta de la verga de Yue quien, aunque dormido, tenía una gran erección, cosa normal en un chico de nuestra edad.
No fue hasta ese momento, con mi verga y la de Yue juntas, que recordé que tenía novio, pero lejos de detenerme, el tener la cara de Yue tan cerca, estar apunto de hacer lo que sabía que iba a hacer en frente de su nariz, me excitaba, hacía que tuviera aún más ganas de llegar hasta el final y estaba dispuesto a ver a Yu de frente todo el tiempo mientras masturbara a su amigo.
Mi mano bajo torpemente, es difícil no serlo cuando no ves a quien tocas, empecé a ver que tan dispuesto estaba a seguir Goliat, fue metiendo mi mano en su camisa, a través del cuello, empezaba a dilucidar los primeros centímetros de piel bajo su camisa, era aun más suave, pero no llegué muy lejos, por la posición principalmente, Goliat cogió mi mano y la llevo hacía abajo, hasta poder meterla por debajo de su camisa de manera mucho más cómoda, su piel era suave y su cuerpo pequeño, como el de un niño, pensamiento que me resulto raro que me excitara tanto. Ni a Goliat ni a mi nos parecía ya importar mucho el ser descubiertos, más bien todo lo contrario, hay cierta adrenalina en ser descubiertos que hace que el engaño se sienta muy bien… al menos de momento, pero ya volveré a eso después.
Lleve mi mano hasta su short y sin ninguna resistencia me dejo meterla, su verga no era muy grande, pero sí era suave y tenía un a forma que me gusta mucho, de un ancho constante desde la base hasta la punta, con un par de testículos lo bastante grandes para ser disfrutables de agarrar pero no para hacerlo incomodo, su verga, por fin palpitaba en mi mano, como tantas veces me había imaginado y como tantas noches había pasado masturbándome imaginando como sería, obvio no desperdicie ni un instante baje por su tronco para sentirla toda, subía y bajaba rápidamente, con los años he pensado que quizá no hicimos tanto ruido, pero en ese momento yo solo podía escuchar el gemido ahogado de Goliat, más que un gemido era una respiración arrítmica que solo encontraba su ritmo en la mía. Sentía su hermosa verga en mi mano, le masturbaba a un ritmo rápido, sentía que en cualquier momento se vendría en mi mano, pero él tenía otra idea, con su mano detuvo la mía y me cambio el ritmo, me imagino a uno que le gustará más, a la mañana siguiente me confesaría que no fue eso, sino que quería durar más en ese momento y no venirse tan pronto.
El pre de Goliat me mojaba la mano y el interior de su bóxer, quería saltar sobre él y darle una mamada entera, para que terminara en mi boca pero este no sería ese día.
Mi respiración le daba justo de frente a Yue a quien seguía viendo, mientras con mi brazo por encima masturbaba a su mejor amigo, que le respiraba en la nuca, sensación que en nuestro primer trío, semanas después me haría saber que no le gustaba, supongo que fue eso en su inconsciente, pero Yue se movió, rápidamente saque mi mano y nos quedamos inmóviles, cerré los ojos, esperando parecer dormido, en el fondo nadie quería que nos cacharan, por mucho que la fantasía así lo pidiera.
Yue se levantó de la cama y salió del cuarto, supusé que no se había dado cuenta o la escena hubiera sido mucho más violenta, así que una vez salió del cuarto, me arrime hasta Goliat y nos besamos, sentía por fin su cuerpo entero, su lengua en mi boca, mi entrepierna y la suya mientras nos frotábamos, pude sentir su trasero al meterle mano, era un trasero, delicioso, redondo y firme a demás de que Goliat tenía ese tono de piel canela que me encantaba después de horas de casi absoluto silencio, pudimos susurrarnos nuestras primeras palabras de amantes
– Deberíamos parar – dijo Goliat.
– No, solo hay que esperar a que se vuelva a dormir, no creo que se haya dado cuenta
– No, ya mejor paremos, no esta bien Quimet.
– Finge que estas dormido y ya – le respondí.
No alcanzo a responderme cuando Yue estaba de regreso, casi por inercia, me hizo caso y fingió dormir, Yue se acostó a mi lado dejándome vía libre para hacer con Goliat lo que se me apeteciera, solo debía volver a esperar a que se durmiera, esperaba que no tardara mucho ya que estaba por amanecer, al poco rato se quedo dormido nuevamente, aunque Goliat me había dicho que no, en cuanto empecé a frotar mi mano en su verga por en cima del short, no solo no me detuvo, se bajo el short un poco para dejármela sentir bien, lo empecé a masturbar, él hizo lo mismo conmigo, se sentía tan bien tener su mano en mi verga, y me prendió más cuando me dijo al oído «la tienes bien grande, ya quería tocarla» eso me prendió mucho, me acerque a su oído y le susurre «date la vuelta» no dejaría pasar la oportunidad de meterle mi verga y poder preñarlo, el solo echo de imaginar venirme dentro de él, de sentir su culito siendo abierto por mi verga al entrar, a lo que él me respondió «No, hago mucho ruido y tu verga es muy grande» el que me repitiera al oído que mi verga era grande solo logro, excitarme todavía más «vamos, será rápido y no haremos ruido» le guíe el cuerpo, Goliat cedió fácil y se giro, dejándome su culito para mí, le empecé a acariciar y súbito me fui sobre él, metiéndole un par de dedos que ensalivo él mismo, en efecto era algo ruidoso, porque su gemido aunque leve, ya no era solo respiración, traté de meter mi verga dentro de él, pero en efecto fue casi imposible, era muy grande y sin lubricante, le dolería y sería muy ruidoso, pero por sobre todo, le dolería y aunque puedan pensar que no, soy muy gentil en el sexo, nunca haría algo que en serio alguien no quisiera, así que solo le puse mi verga entre las piernas y empecé a moverme como si lo cogiera, mientras con una mano le masturbaba y con otra le frotaba el pecho, completamente en silencio continuamos, él con su mano encima de la mía se masturbaba, subí mi mano hasta su cuello y le agarre del cuello «¿puedo?» le pregunté, a lo que él solo asintió, comencé a ahorcarlo, al mismo tiempo que lo masturbaba y que lo cogía entre sus piernas, tras una no tan larga sesión, se termino viniendo en mi mano y yo entre sus piernas, se subió el bóxer y yo me tomé el semen que quedo en mi mano, él hizo lo mismo con el que quedo entre sus piernas, por surte nos vinimos al mismo tiempo, cosa que no es tan común como te hace creer la industria del porno.
Terminamos y nos subimos nuestra ropa, fingimos seguir dormidos, en realidad ese era el plan, tratar de dormir algo, para descansar y aparentar de verdad, pero a los pocos minutos Yue se levantó de golpe de la cama y fue hacía el baño de nuevo, esta vez mucho más apurado, Goliat y yo nos vimos, sabíamos que algo estaba mal, pero esperábamos que fuera un vomito por el alcohol de anoche, una necesidad urgente de ir al baño o algo parecido, pero a los pocos segundos escucho desde el baño «Quimet ¿Puedes venir?» se escuchaba alterado, no diría tanto molesto, su tono de voz era entre el enojo, pero más cargado de impotencia, alterado, confusión y tristeza. No quisiera que usted, lector se quedará con la impresión de que hay buenos o malos en esta historia, Yue al mismo tiempo que reaccionaba como reaccionaba, yo, y él, éramos consientes que Yue tenía más de una aventura al mes o hasta a la semana con distintos chicos, de manera ocasional un mensaje de Grindr mal guardado o un despiste lo sacaban a la luz un par de veces por mes, y claro siempre en nuestra cama, donde pensábamos que estaríamos juntos por siempre, pero eso es otra historia.
Naturalmente una vez dentro del baño, me confronto y, lamento querido lector pero las peleas y detalles de mi propio enfrentamiento, tanto con Yue en aquel baño como conmigo mismo a partir de ese momento me lo reservaré para mi propia privacidad. Sorprendentemente Yue no estaba tan enojado como imaginé, me pidió que llevará a Goliat al metro y que volviera, y así lo hice, claro que en el camino al metro Goliat y yo platicamos por encima, platica que, de nuevo, querido lector me reservo para mí y para mis días de arrepentimiento en soledad, solo tendrás que saber que me dijo que solo fue cosa de una vez, cosa que fue mentira, pasó muchas más veces y de varias maneras, que contaré después, me dijo que no le gustaba aunque yo le dije que él a mi sí, otra mentira, sí le gustaba, me lo confeso tiempo después, al llegar al metro nos besamos sin ninguna presión, ya había pasado lo peor y lo mejor, nos besamos largo rato y, en un rápido y sutil movimiento, alcance a agarrárselo y él a mí una ultima vez ese día, se alejo hacía los torniquetes y se perdió entre la gente, en cuanto me sentí cómodo de que nadie conocido me veía, olfateé la mano que lo masturbo toda la noche, aún olía a él.
Gran relato, me ha encantado
Me encantaria que relataras que mas hiciste con Goliat