Gracias a mi vecina, descubrí lo sabroso del sexo lésbico, y lo emocionante de ser infiel…
Una mujer casada gracias a su nueva vecina descubre el placer lésbico, y posteriormente lo emocionante de serle infiel a su marido. .
Gracias a mi vecina, descubrí lo sabroso del sexo lésbico, y lo emocionante de ser infiel…
Llevo más de veinte años de casada, y en todo ese tiempo me acostumbré a que ocasionalmente él me hacía disfrutar un buen rato en la cama, pero con el pasar del tiempo, y la llegada de mis hijas, poco a poco fui perdiendo el interés en sexo, o por lo menos eso creí yo durante un buen tiempo.
Pero hace unos pocos meses, se mudó a la casa de al lado una nueva vecina, al principio me sorprendí al enterarme por boca de ella misma, que era más o menos de mí misma edad, pero su apariencia daba la impresión de que fuera mucho menor que yo.
Por lo general cuando charlaba con ella sentía que también era mucho más alegre y jovial que yo, aunque, al igual que yo también era madre, pero de dos chicos, y su marido no era nada del otro mundo.
Así que me moría de la curiosidad, por saber cuál era su secreto para mantenerse así, hasta que un día charlando con ella, de la manera más indiscreta se lo pregunté.
Mi nueva vecina riéndose, me respondió que no tenía ningún secreto, no contenta con eso, en otra ocasión la invité a salir de compras, y la verdad que se vistió como una princesa, mientras que yo a leguas se veía que era una amargada ama de casa.
Al principio no le puse mucha atención, pero de momento me di cuenta de que ella, no tan solo atraía la mirada de algunos hombres, sino que también de algunas mujeres.
Pero al detenernos a tomar un café, de momento apareció una amiga de ella, y la saludo, de una manera muy efusiva, ambas se abrazaron, y frente a mí se han besado.
Yo me hice la que no me había dado cuenta de nada, fijando la mirada en una vitrina cercana, como si estuviera distraída.
Pero un comentario de la recién llegada se me hizo sumamente sospechoso, cuando le preguntó a mi vecina, de manera discreta en voz baja, si yo era su nueva amante.
Mi vecina se sonrió, y fue cuando me presentó a la recién llegada, como su vecina, yo a todas estas seguí haciéndome la que no había escuchado nada.
Después de que aquella chica bien voluptuosa se despidió de nosotras, me fije que mi vecina mantenía su mirada clavada en los firmes muslos de su amiga.
Luego en una tienda de ropa, me llamó para que viera como le quedaba un conjunto de ropa íntima que había comprado.
Lo que más me sorprendió de todo fue el darme cuenta de que bajo los transparentes pantis, podía ver toda su vulva que se encontraba completamente depilada, contrario a la mía que es una mata de negros pelos.
Yo nunca me había fijado en otra mujer, pero en esos momentos, aunque quisiera no podía dejar de verla, hasta que la escuché llamarme por mi nombre, preguntándome de manera sensual, en que estaba pensando.
Algo avergonzada, lo único que se me ocurrió decirle fue preguntarle el costo de ese lindo y diminuto conjunto.
Mi vecina me dijo el precio, y mi tonto comentario fue, de seguro a tu esposo le encantará verte con eso puesto.
Sin dejar de verme a los ojos, me dijo. “Lo compre para que tú me vieras, y me digas que tal me queda.”
Yo me quedé turbada, sin saber que decirle, ella se sonrió, y como si estuviera sola, se quitó todo, y lentamente se comenzó a poner su ropa.
Ya fuera de la tienda, me sentía nerviosa, cuando me tomó de la mano, y me dijo. “Esto es lo que me hace mantenerme como me mantengo.”
Al principio no la comprendí, pero al montarnos en mi auto, sin aviso alguno, mi vecina me ha plantado un tremendo beso, con todo y lengua.
Yo me quedé entre petrificada, y extasiada, sin saber que hacer, ni cómo responder, y mientras me seguía besando introdujo una de sus manos bajo la falda de mi vestido, y acarició mi vulva.
Así estuvimos por un largo rato, hasta que ella me soltó, yo seguí estando nerviosa, confundida, pero muy excitada.
Hasta que ella pintándose los labios, me dijo, si quieres apenas lleguemos a casa, te puedo dar una sesión de masaje, para que te relajes, me parece que estas muy tensa.
La verdad es que no se ni como conduje hasta mi casa, pero apenas nos bajamos de mi auto, ella me tomó de la mano, y me condujo a su casa, diciéndome. “Tenemos tiempo suficiente, para que te dé un buen masaje.”
Mi vecina me volvió a besar, y cuando me vine a dar cuenta, ya estaba del todo desnuda, tendida en su cama.
Mientras que ella acariciaba y masajeaba divinamente todo mi cuerpo, lentamente ella también se fue quitando toda su ropa, y entre besos y caricias, comencé a sentir los labios de su boca, sobre los peludos labios de mi vagina, en esos momentos sentí una sabrosa especie de corriente recorriendo todo mi cuerpo, y cuando su lengua y labios comenzaron a chupar mi clítoris, pensé que me moría, pero de placer.
Lo cierto es que yo al principio me encontraba como un maniquí dejando que ella me hiciera todo lo que se le ocurriera, pero poco a poco yo también comencé a acariciar todo su cuerpo, y a besar y besar salvajemente todo su depilado coño.
En esos momentos entrelazamos nuestras piernas, y rozando nuestras vulvas mutuamente disfruté de un salvaje orgasmo, como nunca antes lo había disfrutado.
Les diré que he comenzado a perder peso, me visto de manera mucho más juvenil, y estoy comenzando a disfrutar más de la vida, en compañía de mi vecina.
Recientemente al ir a su casa, me encontré con que ella tenía una visita, un chico que al principio me pareció que era gay.
Pero para mi mayor sorpresa resultó ser uno de sus amantes, esa tarde por primera vez le fui infiel a mi marido, con otro hombre, ya que mi vecina fácilmente me convenció de que hiciéramos un trío, en el que mientras que yo e mamaba el coño a ella, su amigo me clavó su verga sabrosamente dentro de mi peludo coño.
Además, mi vecina posteriormente me ayudó a depilar todo mi coño, y lo más gracioso de todo es que mi marido ni cuenta se ha dado….
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