GRACIAS AMOR POR DESPERTAR MI SEXUALIDAD
Estoy casada desde hace 25 años. En octubre de este año celebraré mis bodas de plata. En 25 años jamás engañé a mi marido. Jamás pensé en hacerlo. Y lo mejor, juré y perjuré que jamás le engañaría. Por circunstancias de la vida, a mis 47 años, me siento bien. joven, activa, atractiva, encantadora.
Estoy casada desde hace 25 años. En octubre de este año celebraré mis bodas de plata. En 25 años jamás engañé a mi marido. Jamás pensé en hacerlo. Y lo mejor, juré y perjuré que jamás le engañaría. Por circunstancias de la vida, a mis 47 años, me siento bien. joven, activa, atractiva, encantadora, simpática.
Pero, por lo visto, sólo yo lo siento así. Mi marido me considera una parte más de la casa, la que se encarga de los niños, las compras, la limpieza, el orden en su vida. La que se encarga de solucionar problemas sin decir nada, la que jamás olvida una fecha, la que soporta a su familia. Resumiendo: una mujer trabajadora, una esposa perfecta, una madre maravillosa… y una completa infeliz.
La infidelidad es un secreto. Nadie debe saberlo. Nadie. Confesar una infidelidad es crearse problemas. Y los problemas, los nervios, las mentiras están ahí. Además, esta sociedad no admite a las mujeres infieles. Somos bichos raros. Malas personas, malas mujeres. Pero para desahogarme he decidido compartirlo a través de esta página.
Todo comenzó cuando mi esposo me dijo que lo acompañara a una fiesta de conocidos del trabajo, él es promotor de ventas y por eso conoce mucha gente a la cual tiene que atender para obtener resultados en su trabajo.
Lo que en principio era una reunión social normal, cuando fue pasando el tiempo resulto ser lo más parecido a una fiesta swinger, primero que todo no conocía prácticamente a ninguno de los invitados, sin embargo, estaba tranquila porque pude observar que cuando llegaban las parejas, en las presentaciones los hombres decían… señor o señora yyyy le presento a mi esposa xxxx y durante el inicio de la reunión las parejas se mantenían juntas conversando con otras parejas. Mas tarde nos hicieron pasar a un salón donde se iba a presentar un espectáculo. Previamente el reparto de licor durante las dos primeras horas fue tremendo, por lo cual hombres y mujeres estaban bastante eufóricos. De mi parte me había tomado varios cocteles deliciosos, pero estaba sintiendo su efecto.
Cuando entramos al salón del espectáculo todo parecía normal, las luces se fueron apagando y prácticamente lo que alumbraba el salón eran los reflectores del escenario.
Comenzó una música suave el desfile de unas mujeres muy hermosas, seguidas de hombres muy atléticos, eran diez en total. Comenzaron con un baile que poco a poco se fue haciendo más sensual por el movimiento y roce de sus cuerpos y eso despertó murmuraciones entre los asistentes, se escuchaban algunos comentarios picantes y lujuriosos.
El espectáculo fue avanzando y la desnudez de los actores se fue acentuando al igual que las caricias en sus cuerpos. Las mujeres llegaron a exhibir sus senos, permaneciendo escasamente con una tanga y los hombres sus torsos muy atléticos y un bóxer, notándose pronunciados genitales. Con tanta sensualidad, se me ocurrió mirar hacia los lados y vi más de una mano de hombre deslizarse por las piernas de sus esposas con la complacencia de ellas.
Mi esposo no fue la excepción, comencé a sentir su mano acariciando mi pierna y con el paso de los minutos se acercaba más a mi concha. Aunque no lo quisiera, el ambiente y las caricias de mi esposo lograron que mi concha se humedeciera y cuando él la rozó y la sintió, me miro y guiñando un ojo dijo ¿estas bien?
Le respondí que sí. El solo agregó… ok.
Mas tarde la función fue más atrevida cuando todos los actores muy sensualmente se despojaron de las prendas que cubrían sus sexos, apareciendo enormes vergas que tuvieron efecto en la mujeres asistentes, y para los hombres las actrices con sus conchas perfectamente depiladas o con algún detalle muy bien recortado de sus vellos, causando sensación en los hombres y para comprobarlo puse mi mano sobre la pierna de mi esposo y luego la fui subiendo hasta su sexo y encontré que estaba bastante empalmado.
Como percibí que el deseaba acariciar mi concha, yo inicié caricias sobre su pantalón y él se tomó confianza aprovechando la complicidad de la oscuridad.
No me lo esperaba, pero finalmente quedaron en el escenario solo dos parejas que comenzaron a disfrutar evidentemente de una relación sexual acariciando sus genitales, los senos de las mujeres y con besos atrevidos que llegaban hasta sus sexos. Cuando comenzó el roce de sus sexos fue evidente que llegarían a la penetración y con dos muebles muy propios para que se acostaran las mujeres los hombres comenzaron a follarlas y ellas a gemir, desde luego se sentía un ambiente muy erótico entre los asistentes, las caricias de las parejas fueron más abiertas, incluso vi que dos parejas compartieron sus mujeres aceptando cambio de asientos.
Mi esposo muy excitado bajó el cierre de su pantalón permitiéndome ir en busca de su verga para masajeársela y él a su vez corrió mi panty hacia un lado y sus dedos se deslizaron dentro de mi concha con lo cual mantenía mi excitación.
Yo decidí seguir el camino de lo que mi esposo permitiera y estaba pensando en esto cuando él me dijo… cambiemos de asiento. Al hacerlo quede al lado de un hombre que desconocía, pero muy atractivo y mi esposo quedo al lado de la esposa de otro asistente quien estaba ocupado morreando a la vecina de al lado. Confirmé que la reunión iba camino a una fiesta swinger que mi esposo nunca me anunció.
Al terminar el espectáculo de las dos parejas cuando las mujeres disfrutaron o simularon disfrutar orgasmos, comenzó la proyección de una película porno que con su escaza luz evitaba la total penumbra del salón.
Mi nuevo vecino sin mediar palabra, comenzó a acariciar mi pierna yo se lo permití viendo que mi esposo estaba ocupado con la mujer que estaba su lado derecho, y después seguido de las caricias en mi pierna, vino un beso que yo acepté y disfrute, al tiempo él comenzó a acariciar mi concha excitándome con sus dedos explorando mi interior.
Y me dijo… Quítate el panty y yo obedecí. El tomo mi panty y lo metió en su bolsillo. Bajó el cierre de su pantalón y llevo mi mano a que la metiera dentro de el, para masajear su verga.
Con todo lo que estaba sucediendo yo ya estaba volando de excitación. De pronto mi esposo me dijo… ya regreso y salió del salón con la vecina de al lado.
De inmediato mi vecino me tomo de la mano y me dijo… ven conmigo y me llevó por un corredor con muchas puertas y abrió una de ellas, encendió una micro luz y allí solo había un mueble como el que había visto en el escenario minutos antes. Realmente apto para disfrutar del sexo.
Me pidió que me acomodara, subió hasta la cintura mi falda, separó mis piernas y comenzó a darme sexo oral disfrutando de los abundantes flujos que mi esposo y él habían provocado. Con la excitación acumulada que traía, pronto estaba gozando de un maravilloso orgasmo. A continuación, él me indico como acomodarme, se quitó el pantalón e inicio una follada que lo llevó a bufar de excitación y a correrse dentro de mí. Al despegarnos empezó a fluir su semen de mi concha entonces me entrego mi panty para que me secara.
Concluida la sesión regresamos al salón y minutos después mi esposo reingresó con su vecina, quien fue a buscar a su esposo. Yo me despedí del recién conocido y mi esposo me dijo cuando quieras regresamos a casa o quieres disfrutar un rato más. Como ya era media noche, con lo acontecido estaba satisfecha le respondí que nos íbamos a casa.
Todo lo acontecido me pareció muy extraño pero mi esposo no hizo ningún comentario.
Después de ese día sucedió otra cosa que me desconcertó y fue cuando invitó a un amigo de él y a media noche se emborracho o se hizo el borracho y me dejo a solas con su amigo, que aprovechando el alicoramiento de los dos comenzó a insinuarse, me beso, luego me acarició mis partes íntimas, nos dimos mutuamente sexo oral y finalmente follo mi concha llenándola con su semen.
Cuando estábamos en el momento más intenso de la follada, mi vista se enfocó hacia donde nace la escalera del segundo piso y puedo asegurar que mi esposo nos estaba observando.
Cuando todo termino el amigo se marchó, yo fui al baño luego a la habitación y me acosté al lado de mi esposo. Al día siguiente cuando ya pasó el alicoramiento me puse a recapacitar que estaba pasando con el comportamiento de mi esposo.
Finalmente, la cereza del postre fue cuando una noche puso un video en el que un hombre disfrutaba viendo follar a su esposa con otro y ese día saqué fuerzas y le pregunté qué opinaba del video y me respondió… Es excitante.
Y te gusta ver a tu esposa follar con otro
Y sin más palabras me dijo…Si
¿Por eso trajiste a tu amigo el otro día? ¿y por eso me llevaste a esa fiesta swinger?
Si, porque siempre he deseado que seamos más abiertos al sexo, pero no sabía cómo decírtelo, pero ahora veo que ya lo comprendiste, lo aceptas y lo disfrutas abiertamente.
Después de lo acontecido me quedó claro que mi esposo disfrutaba viendo como otro hombre me follaba, no obstante, el siguió igual de fogoso conmigo y cuando departíamos después de alguna fiesta o salíamos a tomar unas copas, al regresar a casa era garantizada una sesión de sexo intenso.
Una noche disfrutando con mi esposo un buen alicoramiento y éxtasis de sexo le pregunté si solo podía estar con los hombres que él me insinuaba y su respuesta fue… Si deseas estar con otro hombre lo puedes hacer, solo te pido que me invites para verte follar y disfrutar contigo esos momentos, pero nunca debes involucrar sentimientos, solo atracción física.
En principio, estuve dispuesta a cumplir con el acuerdo de invitarlo cuando se presentara alguna oportunidad de disfrutar con un hombre que me atrajera físicamente.
Pero esa oportunidad se dio una noche que fui a una fiesta de amigas y al final de la fiesta llegó el hijo de la dueña de casa, un muchacho de unos veinticinco o treinta años, atlético y atractivo, acompañado de su amigo Rubén, un cubano muy simpático y coqueto que desde que lo vi sentí algo especial. Busqué la forma de acercarme a él, le hice la conversación y él se mostró atento a mis coqueteos. Como estábamos sentados frente a frente, constantemente yo cruzaba las piernas dejándole ver mi mejor atractivo, según me han dicho varias veces, mis piernas, pero también algo más, con lo cual logre atraer su atención, pero me pareció que él estaba creyéndose el seductor y decidí que imaginara lo que quisiera.
Cuando consideré el momento oportuno de averiguar qué posibilidades había de pasar una buena noche. le dije… creo que me voy porque no traje auto, voy a pedir un Uber y en ese momento él me dijo… No te preocupes, yo te llevo a tu casa, pero no le digas nada a mi amigo o si no va a querer acompañarme. Yo voy a salir y te espero en el único auto rojo que esta afuera y así lo hicimos.
Cuando tomamos camino a mi casa me pregunto cuál era mi dirección y le respondí… la que tu escojas.
Volteo a mirarme y me dijo… ¿En verdad puedo decidir yo?
Si, decide por mí, le respondí.
Entonces tomó camino hacia donde él deseaba llevarme, un motel, entramos, nos asignaron una habitación con garaje, él entró el auto, detrás cerraron la puerta y nos bajamos.
Al estar en la habitación, compartimos el primero de muchos besos de la noche, a continuación, llegaron las caricias que fueron elevando mi excitación y comencé a sentir su cuerpo contra el mío, pero en especial su verga muy dura, rozando mi pelvis.
Sus besos y posteriormente sus caricias en mis senos, que son mi punto débil, acompañadas de besos en el cuello, me fueron llevando a la entrega total.
Por la juventud de Rubén dude de su habilidad amatoria, pero poco a poco y sin afanes me fue manejando a su antojo haciéndome sentir que al frente tenía un verdadero macho dominante, que me fue llevando a hacer lo que él deseaba. Sentirme dominada es algo que eleva mi libido y estando motivada, posteriormente comienzo a disfrutar la rudeza de mi pareja.
Poco a poco Rubén me fue desnudando y al estar en almendra me acostó, separo mis piernas e inició una sesión de sexo oral que me fue enloqueciendo, de pronto él se detuvo para desnudarse, yo me levanté y cuando llegó el momento de despojarse de su bóxer yo me arrodillé frente a él y cuando se le corrí el bóxer hacia abajo apareció una enorme verga, algo muy propio de sus ancestros afros, lo cual era algo que deseaba disfrutar como parte de mis fantasías.
Tome su verga con mi mano, la frote un par de minutos y creció más del tamaño inicial que de por sí ya era intimidante. Me decidí darle sexo oral, pero era imposible porque además de grande era muy gruesa, de manera que me dediqué a motivarlo con mi lengua y de vez en cuando trataba de rozar la punta de su verga con mis labios.
Pero como mutuamente deseábamos follar, me pidió me volviera acostar, me separo las piernas y se subió obre mi cuerpo y al acercar su verga a mi concha sentí un corrientazo que hasta sentí miedo al pensar si dejaba entrar ese monstruo dentro de mí, aunque alguna vez lo desee, pero ahora llegada la hora de la realidad, me generó indecisión.
Pero mientras yo pensaba en todo eso, Rubén lubricó su verga con mis flujos, mas un poco de saliva y comenzó a penetrarme, haciéndome apreciar algo similar, a cuando perdí mi virginidad.
Sentí una presión tremenda mientras su glande comenzó a entrar, pero luego esa presión bajo y lo siguiente fue un pequeño dolor cuando su verga toco fondo, entonces puse mi mano en su vientre para detenerlo.
Le pedí quedarnos quietos mientras mi cuerpo asimilaba su verga y él lo entendió, dedicándose a besar mi boca, mi cuello y a acariciar mis senos. Cuando creí que podíamos continuar, le avisé y él muy caballerosamente comenzó un mete y saca delicioso, sentí como su verga se deslizaba dentro de mi. rozando las paredes de mi concha, produciéndome una sensación maravillosa que me fue excitando más y más y cuando estuve a punto le pedí me follara con rudeza. Rubén comenzó a taladrar mi concha primero con mucha fogosidad, pero luego con brusquedad.
Dentro de la habitación resonaba el choque de nuestros cuerpos y Rubén con una de sus manos comenzó a apretar uno de mis pezones cada vez con más fortaleza y esas dos cosas pronto me llevaron a un ruidoso orgasmo, Él después de esto no se detuvo, solo dejo de acariciar mi seno y se concentro en su excitación y pronto estaba resoplando y llenando mi concha con su semen.
Al terminar de correrse, se dejo caer sobre mi y me dijo al oído…jamás había disfrutado tanto con una mujer como hoy contigo, gracias, fue maravilloso. Yo le confese que mi fantasía era tener sexo con un hombre de ancestros afros pensando en la enormidad de sus vergas, pero lo que acababa de probar había superado mis expectativas.
Cuando nos separamos comenzó a fluir su semen, yo lo recibí en mi mano y lo esparcí por todo mi sexo, disfrutando esa rica sensación.
Como mi concha estaba en candela después de aquella follada, era imposible una segunda oportunidad, entonces me levante, fui al baño y seque el exceso de semen, me vestí y le pedí a Rubén me llevara a mi casa. Él se deshizo en elogios y me dijo que le gustaría volver a verme, le di mi número de teléfono con el comentario… llámame y hablamos.
Todo esto ha ocurrido desde diciembre a la fecha, creo que mi esposo despertó una parte de mis deseos sexuales y ahora veo muchas oportunidades de las cuales escogeré las mejores. El sexo con mi esposo sigue igual y no le comparto nada de mi intimidad.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!