HEMBRA DEVORA AL MACHO DESPUÉS DE LA CÓPULA
Lara propuso a Carlos una relación de amantes, sin que ambos interfieran en la vida del otro ¿Estarías de acuerdo?.
En esa época yo concurría a una academia de parapsicología, éramos alumnos de Víctor, un profesor distinguido que estaba en Liniers en calle Yerbal todos los jueves a 17 horas. El alumnado era heterogéneo en edad desde jóvenes de veinte hasta de cincuenta y más, en general muchos curiosos, otros ansiosos de aprender y algunos bastante entendidos como Santiago, y además el Maestro Víctor, una persona de entonces más de setenta años, era vidente, sanador, consejero espiritual y otras cualidades que no llegué a conocer. Recuerdo tuvo un ataque al corazón y estuvo ausente más de un mes y el día que volvió al instituto yo llegué temprano, estaba solo, sentado silencioso, pensativo, después de saludarme me dijo (la única vez que se sinceró) uno se encuentra solo, una niebla cubre todo, no sabe dónde ir. Y aquí comienza la historia verídica que voy a contar.
Uno de sus discípulos con quien yo tenía buena relación era Carlos, bastante versado en espiritualismo, casado, un hijo, de unos 40 a 45 años, alto 1 70, delgado, deportista, culto inteligente y estaba siguiendo al Maestro hacía más de cinco años, como era algo enamoradizo y allí habían mujeres interesantes, divorciadas, casadas, calientes, etc. Carlos me contó no quería tener un problema con su esposa así que las ignoraba a veces con mucho dolor del corazón. El Maestro lo apreciaba mucho por sus conocimientos y su deseo de aprender
El Maestro tenía muchas alumnas mujeres de todas las edades pues era muy carismático y le gustaba rodearse de ellas. Entre las discípulas estaba Lara, una mujer divorciada, dos hijos, ella de unos 40 a 50 años alta 1, 75 mínimo, rubia, piel blanca dorada, ojos celestes, buen culo, cuerpo y caderas maravillosas, piernas y muslos espectaculares, tenía cierta videncia, podía y hacía curas psicosomáticas, muy buena pintora, hacía tapices para el Maestro y a veces quedaba horas trabajando cuando tenía inspiración.
Vivía cerca de la casa de Carlos, así que tomaba para ir y volver el mismo bus, lo que era bueno para ella para no volver sola a la noche. Y así iban intimando y hablando de ocultismo y todos los temas del instituto. Lara tenía una sexualidad extrema pero además mucha discreción y recato, era una mezcla de ángel pudoroso y a la vez demonio tremendamente sexual y se entregaba completa a su hombre, para ella la sexualidad era la forma de llegar al espiritualismo y a los mundos superiores; era devota por al Maestro y lo amaba como a un espíritu superior.
Entre Carlos y Lara fue creciendo una buena sintonía, para Carlos era solo una buena compañera, pero noté ella le dispensaba ciertas pequeñas atenciones, le preparaba café, lo esperaba para salir a tomar el bus, le prestaba libros, se sentaba su lado en las clases, etc. y casi sin darse cuenta lo fue envolviendo como una araña a la mosca que cae en su red. Más de seis meses de estar juntos en el instituto su relación fue solidificando y comenzaron a tener cierta intimidad tanto que en una ocasión que estuvieron solos en el aula conversando, ella le hizo sin ambages una propuesta, le dijo mirándolo fijamente — Nosotros nos conocemos de vidas anteriores. Tuvimos una relación larga que se cortó porque tú fuiste a la guerra y no volviste y yo te reconocí de inmediato y te propongo (lo dijo fríamente sin vacilar) tener una relación de amantes o amigos. Ya sabes y conoces a mi hija que vive conmigo en el piso de abajo, y yo sé eres casado con un hijo. Hagamos un pacto, yo no interferiré en tu matrimonio y tú tampoco crearás conflicto a mi hija ¿Qué te parece? ¿Estarías de acuerdo? no te pediré dinero ni que renuncies a tu vida matrimonial por mí –
Carlos me dijo tiempo después jamás pensó ni en sus más imposibles fantasías hubiera creído podía conquistar una mujer exuberante como Lara, muy sensible, espiritual, sexual al máximo, capaz de copular o tener coito frenética si creía eso la acercaba a Dios. Y con un cuerpo excepcional para su edad, culo, piernas, caderas y boca de ensueño. ¿Qué más podía pedir? Lo que en teoría parecía sencillo, en la práctica más tarde se reveló muy complicado y dramático. Exigió a Carlos por años llevar una doble vida, por un lado cumplir con su trabajo, su esposa y su hijo y por el otro lado cumplir con Lara, que con el tiempo se volvió sutilmente exigente. Carlos aceptó el convite inicial y una noche cuando salieron del instituto, en el bus, un jueves a 22 horas ella le invitó, para al otro día a 15 horas ir a su casa para tener sexo por primera vez.
Él aceptó, estaba nervioso, con algo de timidez y ella lo recibió, abriendo la puerta muy sonriente y lo invitó pasar al primer piso donde vivía sola, una vez allí se sentaron, ella le ofreció café y hablaron de trivialidades varios minutos hasta que ella se levantó, le dijo — ¿Vienes? — y pasó al dormitorio. Él la siguió, ella se desnudó completamente y mostró su cuerpo hermoso para su edad, con tetas algo caídas pero apetecibles y lo que más impresionó a Carlos fueros sus anchas caderas y sus muslos y piernas blanco lechoso, gruesas y bien formadas y su vagina cubierta de vello rojizo. Se besaron desesperadamente, ella estaba hambrienta de sexo, tanto que en la cama Lara lo puso boca arriba y se tendió sobre él, con sus dedos colocó el pene o pija en su vagina y con un alarido cayó sobre el pene el cual entró totalmente, y comenzó a moverse mientras lo besaba con frenesí y le ofrecía sus tetas para que las muerda. Fue maravilloso y memorable, apretaba con sus pliegues el pene y Carlos notaba toda la cavidad vaginal estaba tensa y dilatada hambrienta de sexo y cuando ambos acabaron o se corrieron quedaron largo tiempo juntos abrazados. Los primeros meses fueron frenéticos. Carlos buscaba el menor resquicio para entrarle y Lara parecía insaciable, además era discreta, confiable y realmente parecía cada uno hacía su vida pero cuando se unían el fuego brotaba violento. Hacían viajes a localidades suburbanas, a parques arbolados y disfrutaban de estar juntos, tocarse, besarse — Y tener sexo, mucho sexo, tanto Carlos llegó a gastar el culo y los labios de Lara.
En algún momento Lara le contó la historia de su vida y le mostró fotos de su infancia y juventud, eran dos hermanas muy parecidas, a los 15 años de edad era una belleza espectacular, se casó muy joven, y en su matrimonio fue muy desgraciada, ella misma decía que los tres días de su luna de miel fueron los únicos felices con su marido. Quizás fue toda esta cadena de acontecimientos que aguzó sus sentidos, su sensibilidad y su sexualidad. Carlos años después se dio cuenta que cuando la conoció, ella andaba con necesidad de sexo atrasado y el radar prendido a la búsqueda de un hombre que tuviera la mentalidad que ella buscaba incluyendo un pene de largo y diámetro respetable y sus destinos los llevaron a juntarse.
En esa época cuando empezaba a penetrarla seguido, el médico le recomendó a ella tener sexo anal porque tenía problemas de ovarios. Y curiosamente Carlos era fanático del sexo anal o sea entrar por el culo a las mujeres. Así que Carlos y Lara comenzaron una maratón de feroces coitos anales o cópulas anales, en las tardes cuando él salía de su trabajo y antes de llegar a su casa, hacía una parada en casa de Lara y le llenaba el culo de leche, Cuando era verano y hacía calor él llegaba la desnudaba, se sentaba en una silla, abría las piernas y la sentaba encima y no le dejaba levantarse, en invierno se acurrucaban en la cama de costado, ella de espaldas a él quien le tomaba del vientre con las dos manos y entraba fuertemente mientras ella gemía quedamente primero y a los gritos después. Era terrible, a veces cuando él llegaba, ella estaba trabajando, él se ponía atrás, le tomaba las caderas, le levantaba la pollera, le bajaba el calzón y la entraba con su pija, parada, sentados en una silla ella con la piernas gruesas y rosadas abiertas, y de allí la llevaba ensartada al dormitorio, otras veces bailaban boleros que escuchaban de un parlante, abrazados él desnudo, ella sin ropa interior sus tetas pegadas a su pecho, vestida solo con medias negras y sandalias de tacón medio. Y todo terminaba invariablemente cuando ella quedaba con el culo lleno de leche tanto que al sacarle la pija, se derramaba por el piso y el ano quedaba muy dilatado.
Carlos me contó nunca olvidó la primera vez que la penetró y años más tarde después que todo terminó llegó a la conclusión, ella estaba muy hambrienta de sexo quizás desde hacía años y sus destinos o los Dioses los juntaron para protagonizar esa novela que como todas las románticas, terminó bien para ella y para Carlos, muy mal.
Esa relación tan continuada por años, produjo como era de esperar, (aunque Carlos no se dio cuenta en el momento) daños colaterales en su matrimonio; en esta vida nada es gratis, ni perfecto, lo que ganas de un lado lo pierdes del otro, ni dura para siempre, Carlos no se pudo explicar (Hasta hoy no se explica y posiblemente no se explicará nunca) su esposa empezó a distanciarse o él empezó a distanciarse de su esposa y lentamente dejaron de tener sexo. Carlos siempre fue muy cariñoso o como se dice aquí toquetón y su esposa Ana si bien aceptaba sus caricias no era demostrativa pero el sexo entre ambos era aceptable y bueno. Sin embargo recuerda una vez volvió de un viaje al exterior de dos semanas, se besaron y en la cama ella le dijo – Hasta mañana – y se dio vuelta y le dio la espalda. Él quedó cortado quizás debió insistir pero obediente y fiel a sus principios de no tratar mal a su esposa no dijo nada y obediente fue a dormir.
Pero aunque mal con su esposa y si Ana era indiferente, por esa época Lara era su válvula de escape donde ponía la pija y regalaba su leche. Por esa época el Maestro enfermó y sus alumnos con Lara a la cabeza fueron a verlo al hospital. Carlos en ese momento entendió la devoción de Lara por su Maestro era mística, ella lo acompañó hasta sus últimos momentos e integró el cortejo fúnebre cuando lo llevó al cementerio.
Desde entonces la relación de Carlos y Lara fue cambiando, el deseo sexual de Lara comenzó a declinar y además su relación mutua cayó en picada, Lara buscó desesperadamente otra actividad que sustituyera su deseo de estar con su amado Maestro, pero nada fue igual, su libido disminuyó y tenían poco sexo y finalmente ella lo echó de su casa con argumentos fútiles, lo cierto la relación cuando se cortó ya estaba muy desgastada y para ambos fue un alivio. Cada uno siguió su camino por su lado y nunca volvieron a verse, es más ella evitó saludarlo una vez que se cruzaron en la calle.
Carlos nunca habló con Ana su esposa del tema, él supuso ella sabía su infidelidad, pero salvo insinuaciones aisladas que hizo esporádicamente jamás dijo nada, nunca le pidió explicaciones ni hizo escenas, pero en rigor él jamás le hizo faltar nada. Pasaron los años, Lara desapareció de la vida de Carlos, él se volcó a su esposa, y ambos tienen una relación muy buena pero sin sexo. ¿Son felices? Lo cierto Ana fue su enfermera cuando a él lo operaron, y él acompañó a Ana cuando tuvo una crisis que la llevaron a internarla aunque por poco tiempo afortunadamente. Ana (Carlos supone) hoy perdió el libido y ni siquiera quiere la vea desnuda ni quiere verlo desnudo, y Carlos siempre respeta sus decisiones.
La pregunta sin respuesta es ¿Por qué su destino fue a cruzarse con el de Lara? y ¿Por qué él aceptó su propuesta aunque el desenlace era muy obvio?
Rememorando conmigo su historia Carlos llega a la conclusión, fue muy ingenuo al no ver ella lo usó para satisfacer su hambre de pija que devoraba sus entrañas, copular y lo usó hasta que dejó de necesitarlo (como si fuera un condón). Aunque en honor a la verdad desde el principio Lara efectivamente le dio momentos de sexo maravillosos y únicos que no iba a lograr jamás con otra mujer,
Pero los pagó muy caro, esa fue su decisión voluntaria y lo que se autocensura es haber actuado basado en su pija y no en su raciocino. Hoy todo pasó, “La noche quedó atrás” y es inútil vivir de recuerdos, y Carlos mira para adelante y rescata lo mejor de Lara. Lo otro se desvaneció hace mucho tiempo.
Lara fue como algunos insectos hembra que devoran al macho después de la cópula
FIN
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