Hice socio de la empresa a mi esposo…..
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me serví comida con gusto y salí a la terraza interior a disfrutar del buen tiempo mientras le daba fin a mi condumio. Fui a la refrigeradora tome dos cervezas, yo que soy abstemia. No sé explicar que era lo que sentía en mi alma, me sentía potente, poderosa, dueña de mi vida, y con un nuevo punto de vista acerca de lo que yo consideraba mis valores y mi valor, era una mujer nueva, mejorada. Quizás era la resaca del alcohol.
Estando en la terraza, me sorprendió la aparición de mi marido vestido para salir. Pensé que quería decirme con ésto que me despidiera porque nos íbamos. Me levante con la intención de ir a preparar el equipaje. –Está bien, quédate tranquila, no nos vamos aun. Tengo que salir a arreglar cierto negocio-me dijo. -¿Hoy? ¡Pero si es domingo!-le reclame airadamente.- Después te explico- dijo a modo de excusa y se fué.
Esperé a que el sonido de su carro se alejara. Entonces me levante y me dirigí a la sala donde estaban los tres socios con aire de “yo no fui”. –Estas son vainas inventadas por ustedes para alejar a mi marido. Déjenlo en paz. No podía contener mi coraje por lo sucedido, me sentía vacia afectivamente. Me decían que soy una mujer bella y tenia el criterio de realizar negocios.
-A tu marido le dimos ya todo lo que quiere, acciones de la empresa, ganancias e influencias-me respondió el tal Juancho.-Que le demos un poco más, depende de ti- riposto Raúl.
Les di la espalda sin contestarles, me dirigí a la nevera a buscar otra cerveza, tome un vaso y coloque medio vaso con wisky a la cerveza; lo puse en mis labios sintiendo el frio en mis labios y el ardor en mi garganta; los mire con furia ante su propuesta. Me tome otro vaso de wisky con cerveza y les dije que soy una mujer casada y tengo un hogar estable. Que su propuesta era una groseria para una dama. Al caminar al salón sentí caerme por mi mareo y al momento me agarro fuerte por la cintura Raul, quedando nuestras bocas muy cerca. Me dijo que debo dejar de tomar y mejor dejarme conocer como una verdadera hembra que soy. Le pedi me suelte y que podía sola ir al sillón, al girar siento su bulto hinchado entre mi nalga perdiendo nuevamente mi equilibrio y Tobi al verme se lanza a tomar mi espalda dejando al descubierto mis hombros y mis tetas. No reaccione al escuchar que tengo unos senos hermosos y firmes dignos de ser besados. Siento que Raul leventa el vestido y su bulto lo acerca mas a mis nalgas frotándolas. -Que se calienten mientras decido-pensé. Quería vacilar.
Sentia sus miradas de deseo y miraba sus bultos bajo sus pantalones. Mi cuerpo me pedia tener sexo y darles gusto a sus deseos sexuales. Ya estaba ganada a la idea de servir de rehén, hasta que yo les haga sentir cansancio total. De mi, dependía, entonces, sacarle todo el rendimiento posible a un negocio que podría no durar mucho y traer buenos beneficios. Yo debería actuar y ser la puta y mi esposo cobraría la ganancia sin saberlo. Ahora estaba dispuesta, estaba clara, habría que actuar sin recato y sin escrúpulos. Las cartas sobre la mesa.
Me desnude decididamente retirándome todo el vestido. De camino la sala donde estaban esperando, pase frente a un espejo, me mire, era atractiva y tenía un porte de mujer madura deseable y veterana en el arte del amor carnal. Los zapatos de taco resaltaba mi caminar sensual. Mientras mantuviera un aire inescrutable en cuanto a mis sentimientos, los tendría en mis manos y podría manejarlos para que pagaran con creces la forzada posesión de mi cuerpo. De mi impudicia recién adquirida y de mi capacidad para manejar su lujuria dependía el tiempo que durara la relación y la cuantía de las ganancias. Total, esos tipos eran millonarios.
–La respuesta, la están viendo-dije sonriendo y di una lenta vueltecita para que se regodearan en mis cuerpo. Comenzaron a quitarse sus ropas aceleradamente mientras discutían quien iba primero. Debía mostrarles que a pesar de las circunstancias yo tenía el control, porque si no, podría ser peor para mí. Ellos eran tres. Me les adelante y les dije- Tobi quiero que seas el primero, dije con autoridad,. Me dirigí a la terraza caminando y mostrando el movimiento de mi cadera, acto seguido, con mi tropa siguiéndome. ¡Ay dios! ¿Cómo será esto?- pensé con desasosiego.
Me senté en una de las poltronas de la terraza y abrazando a Tobi con una mano y con la otra bajando el cierre del pantalón.. Quiero que me hagan gozar, la fiesta es para mí, ¿no?-les dije a todos antes de abrir mis piernas y mostrarles atrevidamente mi raja afeitada. Estirándome con complacencia felina, pase mis manos por mis piernas y las fui subiendo lentamente hasta que mis dedos bordearon mi raja y la abrieron dejando ver sus labios sonrosados y carnosos, su clítoris borrascoso y sus jugos fluyendo aun con sabor femenino.
Tobi, además del más rico en fortuna, era el más dotado en características de macho semental. Tenia una verga que estremeció mi cuerpo calentando mi raja humeda pensando en las bellas sensaciones que tendria, pero me dije: Bueno amiga, después se vera. Le sonreí con aire impúdico mientras abría coquetamente mis piernas para él; se arrodillo ante mí y sumió su cara entre mis piernas mientras lamia con pericia y gusto mi clítoris y metia su lengua urgando mi vagina empapada. Rodee su cuello con mis piernas porque estaba haciéndome sentir la espuma brotar de mis entrañas y yo estaba perdiendo el control.
A una seña, Raúl y Juancho se me acercaron cada uno por un flanco y tome sus miembros duros y carnosos de hombres maduros, con mis manos y mi boca, poniendo empeño en ordeñárselos alternativamente. Llego el momento en el que sentí que Tobi me estaba sacando y metiendo su verga con fuerza en mi mojada vagina, mientras seguía mamando la verga de Raul y pare el accionar bucal con una sonrisa, mientras masturbaba la verga de Juancho que la tenia gorda y pequeña. Cogia sus huevos con mis labios chupándole hasta que sentí un orgasmo pleno que sacudió mi cuerpo al sentir la leche de Tobia al fondo de mi vagina. Se quedo quieto jadeante sobre mi, sintiendo como mis jugos salían hasta mis nalgas. Tome la verga de Raul y procedi a lamerle con mi lengua hasta sentir que se ponía dura eliminando su leche en lo mas profundo de mi boca. La sentí caliente y salada, me trague toda con gusto sintiendo como entraba hasta mi estomago. Le chupe hasta que su verga quedo flácida.
Tobi se había retirado mientras mis piernas seguían abiertas dejando salir el resto de la leche depositada, cuando siento que Juancho comienza a meter su verga gorda, mi vagina no permitia que ingrese a pesar de estaba dilatada y mojada, comenzó a meterla ayudandole con un empuje de mi cadera, comenzó a ingresar produciendo dolor y satisfacción de sentir semejante tronco que me haría disfrutar. Le pedi que iria arriba para evitar que se salga, mis senos se movían sobre su cara quien los tomaba besándolos con verdadero placer. Sus manos las tenia en mis nalgas realizando movimientos que apuraban un mete y saca violento, mi vagina se encontrana muy dilata y seguía con un sube y baja intenso. Cuando siento que la cabeza de una verga se ponía a la entrada de mi culito, junto a un dedo que dilataba poco a poco mi anillo, hasta que poco a poco fue entrando por mi orificio, me quede quieta dejando que el dolor no impida su camino ante el deseo por tener un buen tronco en mis entranas; logro su cometido hasta tenerla totalmente adentro de mi culito. Comence suavemente a moverme hasta lograr que las dos vergas tomen un verdadero ritmo de meter y sacar automatizado. Que alegría sentía mi cuerpo al sentir dos vergas en mi interior que me llenaban de orgasmos deseados. Siento que sus movimientos disminuyen hasta sentir que Juancho comienza a llenar mi chuchita con todo su semen bajo gritos de excitación incontrolable. Raul me tenia llena por mi culito hasta que siento que se pone tieza y elimina en mis entrañas una calida leche que me hace gritar de satisfacción orgásmica.
Nos acostamos riendo nuestra proeza, mientras me decían que me había portado como toda una mujercita de casta. Tomamos otro par de cervezas.
Sentia como sus manos acariciaban mi cuerpo por todo lado. Uno mamana mis tetas, Otro lamia mi clítoris y el otro intentaba meter su flácida verga en mi boca. Les indique que descansemos un momento y me dijeron que era una mujer hermosa y que sus deseos eran incontenibles. Mame sus vergas a turnos seguidos hasta verles duras y listas para entrar. Me pusieron en cuatro separando mis piernas, me abrí lo más posible para que cupiera su pedazo de carne en mi recalentada cueva. Cuando entroTobi con su verga, sentí que me había dejado clavada en el sitio. Perdí el control de mí y de mis orgasmos. Era algo nuevo para mí esa catarata de placer surgiendo de mis tripas, nunca la había sentido, nunca, nunca… su cabeza llego hasta el fondo en el ultimo espasmo y allí dejo su aroma de su leche.
Quede agonizante. Al parecer el asunto no iba a ser tan desagradable como creí al principio. El puesto abandonado por Tobi, fue inmediatamente ocupado por Raúl con su velocidad característica. Raúl fue una revelación con su verga introduciéndose en mi cavidad, un sabor especial para hacer sus cosas, era como la batuta que dirigía mis instrumentos orquestales, que se habían adormecido después de la lucha cuerpo a cuerpo con el paquetote de Tobi. Raúl sabía sacarle el último suspiro a una cuca desfalleciente, la mía, revivía gracias a su técnica, sus trampas y sus habilidades. Logro rendirme dos veces y con el último suspiro me hizo brotar el orgasmo desde el centro de la tierra sintiendo explotar su leche en mi interior.
Tome la verga de Juancho quien era el siguiente, le mire con una sonrisa que pedía piedad. A mi edad ya no estaba para estos trotes. Pero soy animosa hasta más no poder y lo que empiezo siempre lo termino al sentirme que satisfacía mis instintos de mujer. Mientras mamaba su corta y grueza verga hasta sentir dolor en mi boca. Gozaba hasta sentir que su cuerpo se retiraba.
Me dijo sorpresivamente: Mi reina, permítame rendirle este homenaje a su culito, para mí, más deseable y escandalosa. Sus nalgas me tienen desesperado de deseo y quiero hundirme entre ellas. ¿Me dejas?-finalizo. Le respondí con un beso manso en su boca y me voltee boca abajo, arrodillándome sobre un cojín que Tobi y Raúl rivalizaron por ser quien me lo colocara bajo las rodillas. Tomando las manos de Tobi y Raúl entre las mías, en busca de apoyo y sostén, pues las puse entre mis tetas, con un suspiro le dije a Juancho, al fin-Deseo concedido, cuando gustes puedes meterla despacio y ocupar mi culito suavemente..
Mi culito lo tenía ligeramente abierto luego de la culiada, pero esa entrada casi nunca la usaba para ese fin. Recibí el empuje de Juancho como una campeona, su cabeza entraba lentamente sintiendo dilatación de mi culito, traspasó el límite de mi ano el cual sediciosamente lo acepto sin reclamos y como si invitara al intruso a ocupar todo el espacio interior para su confort. Lo metia y sacaba suavemente sintiendo sus huevos en mis nalgas que aumentaban mi deseo.
Sentí su cabeza ganando terreno en mis entrañas. Mientras tanto, para que me apoyaran con más ahínco me erguí un poco y cambie las manos de mis guardianes Tobi y Raúl por sus miembros viriles, a los que acompasadamente comencé a masturbar. Era un prodigio de malabarismo mantenerme atenta al puntal que dolorosamente, me tenía clavada por detrás y coordinar la masturbación de mis dos atentos escoltas, de los cuales ahora más que nunca necesitaba ¡comprensioooon!… la verga de Juancho manejada con esmero y dedicación, al parecer, había topado con mi pozo mas erotizante sacándome un aullido. Descubrimos en mis profundidades mas inexploradas una fuente de placer innovador y la hizo cobrar vida con su accionar lento, pero sin pausa. Mi cadera se movía desbocada al compas de la suya buscando mas penetración y sensación.
Creo que soy una mala puta, pues soy incapaz de mantener mi autocontrol. El sabor del placer y del pecado abate mis resoluciones más firmes.
Cuando pensaba que todas mis posibilidades de placer habían fenecido, heme aquí resucitando. Una ola de lujuria, de excitación indescriptible me avasalló. En medio de la desesperación escandalosa que agobiaba mis entrañas, volví a lamer con gusto los troncos babeantes que tenía en mis manos, ellos respondieron obedientemente enjuagando mi boca con sus descargas. Sentía algo tan divinamente indescriptible cuando Juancho termino su faena y escupió su carga en mi ardiente conducto, que casi pierdo la consciencia.
Cuando me recupere estaba otra vez sentada en mi mullido sillón. Por mis piernas bajaban cálidos fluidos. Mis conquistadores me rodeaban solícitos, me ofrecían bebidas y competían entre sí para mimarme. Me sentía como una abeja reina.
Hice un buen trabajo, los he dejado complacidos y hartos, fue mi pensamiento y tres sabores diferentes habían enriquecido mis sentidos, los cuales ya no se conformarían con menos. Empezaba una nueva vida para mi sexualidad.
Los mire con ternura. –Los quiero, les dije, son maravillosos-. -¿Puede esto repetirse aunque sea una vez al mes?- sus risas y algarabía aprobaron mi propuesta. Me besaban, me acariciaban y desnudos, como viejos amantes, nos tendimos al sol. No había celos, era de los tres. Bueno….de los cuatro. Pasamos el resto de la tarde en medio de caricias, besos y sintiendo como sus vergas se ponian duras ante el deseo compartido por seguir amándonos insaciablemente Raul me indica que le abrace con mis piernas su cuerpo mientras me introduce su calida verga con movimientos suaves tomando mi el peso de mi cuerpo, al sentir su verga dentro de mi vagina totalmente siento que voy a gritar por los orgasmos tenidos y la cantidad de liquidos que salían de mi vagina; estando asi siento que Tobia ingtroduce su dedo lubricado en mi culito abriéndolo suavemente pasando a meter su verga hasta sentir totalmente adentro de mis entrañas. Senti un gusto espectacular al pensar que estaba simuntaneamente introducida por dos maravillosas vergas. Nos movíamos y movíamos alternando uno y otro. Mis sentidos me pedían tener mas y mas sexo y les pedia que no paren hasta sentir estallar sus leches en mi culito y vagina. Me sentía una puta satisfecha a pesar del ardor que sentía en mi vagina y culito. Juancho me dice que le falta a el su ultima corrida, me acuesto en el piso abriendo mis piernas que aun salía leche de mis amantes, no le importo y procedio a meter su abultado pene entrando con facilidad con un mete y saca sensacional, a pesar del ardor sentía la sensación de orgasmos repetitivos que alocaba mis sentidos. Antes de que le salga la leche puso su verga en mi boca y al momento comencé a tragar su caliente leche con el sabor de mis tres queridos machos. Mi cabeza la sentía estallar de emociones varias por el orgasmo que sentía mi cuerpo.
Me sentía desfallecer por el temblor de mi cuerpo. Y les dije que dejamos para otra oportunidad por cuanto sus vergas estaban flácidas y no tenias la suficiente leche para seguir complaciendo mis deseos. Se rieron aceptando mi propuesta y nos fuimos a bañar juntos los tres. Recien pensé en mi marido y que tenemos que vestirnos. Estando en el baño Raul me pide que le mame su verga hasta que salga leche, asi lo hice con gusto sintiendo el rico sabor de su leche que me la trague completamente y mientras esto hacia Tobi me introdujo su verga por mi vagina que estaba muy caliente y me ardia bastante, nuevamente mi sentido se calentó dándole una buena corrida orgásmica inundando con su leche mi interior.
Alli puse un pare, por cuanto ya no resistíamos a pesar del deseo por seguir mas y mas. Despidiendonos con besos y abrazos.
Epílogo.
Regreso a casa en el carro con mi esposo. Íbamos felices. – ¿Estas contento? -le pregunté, tocando su cabello cariñosamente, su sonrisa amplia y clara me dio la respuesta, mientras su mano golpeaba cariñosamente mi pierna, subiendo a mi muslo hasta que sintió que mi braga estaba mojada, diciéndome que tendríamos sexo en otro momento por su cansancio. Sin saber que al llegar iria inmediatamente donde el medico por el ardor y dolor que tenia al orinar y defecar. Me sentía contenta y había demostrado como mujer que soy muy excitable.
–Tu les caíste muy bien-me dijo, un rato después-me dijeron que como gustas tanto de la playa, te van a regalar un carro para ti como regalo de bienvenida. Así podrás bajar a bañarte cuando gustes; ahora que voy a estar más ocupado me será más difícil acompañarte. Incluso, me dieron una llave de la casa para ti. Abrazándome con alegría, repitió: ¡SOY SOCIO! Reímos con ganas
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