Ilce. Mi Obsesión
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lo que a continuación leeran parece sacado de un thriller de pelicula, pero no, es la verdad y del cual quedé como traumado. Por todo lo sucedido he decidido cambiar nombres para no comprometer a nadie.
CAPITULO I ILCE
Llamenme Ricardo de 36 años, Ingeniero Industrial, además de mi pequeña empresa, he sido catedrático universitario por cinco años. He dado clases a los estudiantes de primer ingreso en la universidad. En el año 2009, había una muchacha morena clara, 1.70 mt de cabello negro largo, carita redonda, bonitas piernas, senos medianos, pero su mejor atractivo era un tremendo trasero que pavoneaba cada vez que caminaba. Yo no voy a intentar hacerles creer que yo soy un angel, sino más bien he tenido mis aventuras extramaritales con algunas estudiantes, por lo general solteras. En este caso particular, ella, de nombre Ilce usaba apellido de casada. Mi primera atracción hacia ella fue el día de la inauguración del ciclo lectivo 2009, Ilce se notaba sobre las demás mujeres, llevaba un pantalón jeans color rosado, bastante ceñido que resaltaba su lindo trasero.
Ya en mi clase, que es de Química, ella se notaba muy nerviosa, le parecía difícil la clase, yo me acercaba a su escritorio y ella me regalaba una linda sonrisa, yo le explicaba algún procedimiento y ella era rápida para comprenderlo. Al final de la clase, por lo general, ella se acercaba a mi a agradecerme mi paciencia y luego se despedía de besito en la mejilla, al irse yo me daba un “taco de ojo”, como dicen, viendole su trasero como se movía y se alejaba hacia la puerta de salida.
Al pasar la primera evaluación, Ilce no ponderó bien. Ella me abordó al salir de clase y me dijo que quería que le diera clases particulares, ella me tomó de las manos y una corriente eléctrica me dijo que no serían solo clases de química las que recibiría. Yo de aprovechado le dije que me encantaría. Ella me dijo que si podía ser en su casa, que los días miercoles era un dia en que su marido no se encontraba por cuestiones de trabajo y ese día era perfecto, al despedirse crei ver que me guiñaba sus ojitos, algo dentro de mis pantalones palpitó. Quedamos en eso. En mi casa le dije a mi esposa que los miércoles daría una hora más en la universidad, pensando en mi encuentro con Ilce. Solo de pensar en estar a solas con Ilce me excitaba mucho.
Llegó el ansiado miércoles, antes de eso Ilce me había abordado casi todos los días anteriores, para que no se me olvidara, la forma en que me lo decía era muy sugestiva.
Antes de llegar pasé a una farmacia y compré unos condones, y como prevención una tableta de sildenalfil, una mujer como esa no la puedes dejar insatisfecha. Desde que ella me abrió la puerta, la vi, estaba hermosa, con un conjunto de dos piezas, una falda bien pegada a su cuerpo y una blusa de tirantes, la ropa le hacía lucir más atractiva, éstaba bien pintada de los ojos y de la boca, fascinante, solo de verla se me paró la verga. Me pasó adelante y me llevó a la sala, me sirvió un refresco, siempre sonriente. A los pocos minutos empezamos a charlar de cosas triviales y luego agarramos los libros y nos pusimos a ver algunos problemas de química, Ilce se acercaba mucho a mi y podía oler bien su rico perfume, además su escote me ofrecía una linda vista de sus senos blancos, se podían ver tersos. Al rato..
-Puedo decirle algo Inge?- me preguntó ella.
-Lo que quieras, y deja de decirme inge, dime Ricardo- le contesté para mejorar la atmosfera entre ambos.
-Quiero decirte.. que eres muy lindo.. y que me gusta mucho como das la clase!- me dijo
-Solo la clase te gusta?- le contesté audazmente.
la muchacha fue directa, -La verdad es que no me gustan solo las clases, me gustas mucho tú!- me dejó mudo un momento. No tenía las palabras indicadas en ese momento.
Ella rompió el silencio, -Te puedo dar un beso?- me dice Ilce. Ya no tuve que buscar las palabras correctas, solamente juntamos nuestra boca y dejamos que nuestros instintos animales hicieran su trabajo. Nuestras lenguas se trenzaron inmediatamente y la fricción entre ellas aumentaba la temperatura corporal de ambos. Sus labios y su lengua era fuego puro.
Mi manos rapidamente fueron a parar a uno de sus senos, lo acaricié sobre la ropa, pero ella bajó uno de los tirantes de su blusa para ofrecermelo desnudo, lo acaricie en toda su circunferencia y luego tomé su pezón entre la punta de mis dedos y lo apreté delicadamente, logrando con esto que se erectara. Pero lo que yo deseaba en ese momento era dejar la boca de Ilce y chuparle ese su rico seno. Lo hice y mi lengua recorrió ahora el lindo globo de sus senos, mordisquie y chupé primero el izquierdo y luego el derecho, los mamé completitos tomándome todo el tiempo. La bella Ilce gemía como gatita y decía,
-Te gustan mi tetitas Ricardo?, oohh! que rico me las chupas mi amor-
Mis manos no estaban quietas, le toqué las piernas desde las pantorillas hasta casi su entrepierna, los gemidos de ella se volvieron quejidos, realmente la chica estaba excitadisima. Mis dedos llegaron hasta su braguita, que era un diminuto bikini de tela muy fina, casi podía sentir la textura de su conchita en mis dedos, estaba muy caliente allí abajo. Ella me tomó mi mano con la suya y la metío entre su braguita, pude sentir la tersura de sus labios vaginales y de todo su sexo finamente depilado; froté suavemente con mis dedos su vulva, mientras de nuevo nos dabamos el beso más húmedo con las lenguas fuera de nuestras bocas.
En segundos, mis dedos ya estaba llenos de sus jugos vaginales, eran aceitosos y tibios. Es excitante sentir como una mujer se moja entre tus dedos. En eso ella se aparta de mi boca y se pone de pie, comienza a hacer un pequeño streaptease frente a mi, se quita la blusa y deja descubiertas sus dos buenas tetas, luego baja el cierre de su falda y ésta cae al piso, queda solo en bragas y zapatos, se acerca a mi y se pone de rodillas, sus manos aprietan mi verga por encima del pantalón, luego me baja el cierre y saca mi verga de allí, la masajea un rato y se sonrie.
-que rica se ve!, puedo besarla un rato porfis?- me dice Ilce
-cométela toda preciosa, es toda tuya- le dije ya muy excitado
Ilce empieza primero a darme una rica lamida de verga, mientras lo hace se me va poniendo más rigida y gorda. Luego, mete una buena parte en su boca y comienza a chuparla como si quisiera desgastarla, yo estoy gozando lo indecible, Ilce tiene una técnica riquisima para mamar, de eso no cabía duda. Me sacó varios quejidos de placer, pero ella no quería hacerme terminar en su boca, ella tenía otros planes para mi. Al rato dejó de mamarmela y me quitó el pantalón, luego me ayudó a quitarme la camisa, me paré para quitarme el resto de mi ropa, de pie nos besamos un momento, yo la apretaba para que sus senos se apretujaran contra mi pecho. Luego me dice al oido..
-Cómo quieres cogerme cariño?- me dijo sin tapujos Ilce.
No tardé mucho para decirle que quería tenerla a horcajadas sobre el sofa viendo hacia adentro y dejando su bello culo en la orilla del sofá.
Ilce se colocó como le pedí, abrio sus piernas y dejó su enorme trasero a mi disposición, era un espectáculo su trasero, firme, bien distribuida su carne y su raja colorada al centro, brillaba por sus jugos vaginales emitidos, no pude resistirme el tener que hincarme frente a semejante anatomía, no sabía por donde empezar, asi que le di un larguisimo beso negro a su ojete. Le lamí su culo varias veces, al derecho y al revés, lamí y besé las carnes de sus nalgotas, bajé de su ano a su raja caliente y húmeda de tanto liquido vaginal, la agarré de las nalgas y metí casi todo mi rostro en su vulva, metí la punta de mi lengua en su vagina y la bella Ilce se retorció en el sofá, gimió y luego gritó:
–carajo!, cómo me comes la cuca..mmm que rico, sigue asi cariño!-
Al rato subi de su raja a su ano nuevamente, le metí un dedo en su concha y me puse a lamerle el ojete y a la chuparle las nalgas, Ilce estaba mejor de lo que yo había imaginado. Tenía unos deseos inmenso de coger y de ser cogida que me preguntaba yo, si su marido la tenía desatendida por una amante o bien era un gay en realidad.
Ilce llegó a un grotesco orgasmo y comenzó a gritar:
-Cariño! Ricardo! uggh, cógeme por favor!, cógeme!- me decía Ilce extasiada de placer. Me puse por detrás y tomando mi verga que ya emanaba liquidos preseminales, la fui ensartando hasta que se la tenía toda en su raja. Su interior era cálido. Luego me puse a bombearsela con diferentes ritmos, a veces aceleraba y otras veces se la metía con golpes secos, en cada uno Ilce se quejaba de gusto, pidiendo más y que yo no parara de hacerselo. En eso ella comenzó a gemir y respirar profundamente moviendo su gran trasero con mi verga metida; un momento más y ella estaba llegando a otro un rico orgasmo.
Al terminar, Ilce me pidió que cambiaramos de posición, ahora me hizo que me sentara en el sofá y luego ella se sentó encima de mi con las piernas abiertas y de frente, antes me tomó del pene y se lo metió en su concha, su raja esta mojadisima y mi verga se hundió rapidamente en su interior.
Ahora ella comenzó a cabalgarme la verga, comenzó suavemente acomodandose mi carne en su sexo y mientras lo hacía me besaba la boca, más tarde yo le tomaba los senos y se los mamaba por turnos, pronto ella se volvió a excitar y sus movimientos sobre mi verga eran cada vez más fuertes y veloces. Parecía que quería arrancarme la verga. Y había otros momentos en que yo sentía que mi verga topaba con algo suyo alla adentro de lo profundo que la penetraba.
Ya estaba a punto de correrme, pero decidí aguantar y esperar terminar juntos, a toda mujer le encanta terminar a la par de su amante. La oi respirar profundo, señal de que se acercaba su climax, ayudé a movernos en ese momento tomándola por las nalgas y luego le apreté los pezones con mis dedos, en ese momento ella alcanzó su venida y yo alcancé segundos después la mía, gemimos, gritamos, nos besamos y luego por úlitmo nos abrazamos, le bañé todo el interior de su raja con mi leche caliente, crei que no terminaba de salirme leche de mi verga. Después de eso, nos quedamos unos minutos besándonos, nos dijimos palabras de amor y que había estado soberbio, mi verga fue perdiendo rigidez dentro de su concha.
Nos vestimos y nos quedamos platicando. Ilce me confesó, que su marido la tenía descuidada por una amante que tenía. Y que cuando ella le reclamaba algo, la golpeaba en ocasiones. Asi que vivía con miedo y temor de su marido. Además le decía que si se escapaba o lo dejaba él la mataría donde estuviera. –Mi vida es un infierno, en ocasiones he pensado en suicidarme!- me decía Ilce. Yo la animé y le decía que con su juventud y su belleza no le costaría nada conseguir pareja. Ella se mantuvo abrazándome todo el tiempo, como si fuera una niña consentida. Nos besamos y acariciamos el resto del tiempo.
Finalmente me tuve que despedir, le dije que me había salido con una mentira de la casa. Ella en la puerta me dijo –hasta el proximo miércoles profe!- y me sonrió con picardía. Yo me fui pensando en ella, en la suerte de haberla encontrado. Una mujer tan bella y necesitada de sexo.
Y asi fue. El siguiente miércoles, como pude, me salí de la casa con rumbo a la casa de Ilce, la había visto en clase esa semana, y cada vez se veía más apetecible a los ojos. Había soñado casi todo el resto de la semana, como me la iba a coger ese día, pero el sueño se quedó corto.
Ahora ella me llevó a su recamara matrimonial, nos besamos y cada quien le quitó la ropa al otro, luego hicimos un rico 69 de lado, me metí entre sus piernas y le comí todo su bollo caliente, mientras ella le hacía los honores a mi verga. Esa semana había sido tanta mi obsesión por ese día miércoles que no tuve sexo con mi mujer desde el sabado anterior, es decir que mis bolas iban llenas de leche y yo con toda la potencia de un caballo.
La inicié cogiendo ahora en la posición del misionero, ella elevó sus piernas para que la pudiera coger bien profundo y rico, mientras la follaba sin piedad, ella me besaba la tetillas y mi torso, la hice chorrearse en esa posición, fue tanto lo que bajó por su vagina que después cada vez que se la bombeaba en la raja sonaba como a un charco de agua.
Después la puse en cuatro y de nuevo le di un largo beso negro, le metí la lengua al menos un centimetro en su culo, antes la había dilatado con uno de mis dedos, luego la penetré en la raja y nuevamente la empecé a pistonear con deseo, yo no quería correrme todavía asi que distribuí mis fuerzas. En todas las posiciones Ilce gemía como una autentica puta cogiendo y gritando que quería más y decía -cógeme, cógeme!-, en ocasiones también diciendo cosas lindas y luego grotezcas. Ella gritaba mi nombre cuando se excitaba mucho, sus quejidos retumbaban en la casa. Luego como lo había hecho en mis sueños le metí un dedo en el culo y ella moviendo su trasero casi me lo ahorca de la presión que puso en su recto. Un culo tan bien formado, es dificl que alguien no lo haya estrenado antes. Asi que puse mi verga en su ano y la empecé a coger moviendome y empujandola a la vez. Mi glande después de varios intentos ingreso en su ano con dificultad, seguí moviendome y pude meter al menos la mitad de mi verga. Ilce gemía que le dolía un poco, pero ella misma me decía que no la sacara.
Por fin después de batallar por varios minutos en su culo, terminé metiendola toda en su recto. Ella relinchaba pura yegua, eso me terminó de excitar, parecía que yo estaba domandola, la tomé de su largo cabello y mientras se la metía y sacaba le jalaba los cabellos, Ilce tuvo un orgasmo frenético, fue tal, que ella se dejó caer en la cama y yo con ella para no sacarsela de su culo. Asi acostada la seguí sodomizando duro, su culo era mejor que su raja, me apretaba la verga al máximo. Ella estaba cansada y yo también, aún no había podido correrme hasta ese momento.
Ella pidió otra vez acostada y yo encima, como iniciamos a coger. Solo que ahora en vez de penetrarle la raja se la volví a meter en su culo abierto, el cual formaba una pequeña “o” en medio de sus nalgas. Me puse los pies de Ilce en el pecho y la estuve sodomizando rico por varios deliciosos minutos. Por fin con los movimientos de ambos, me llevó a punto de no regreso, me vine en su recto con una buena dosis de leche caliente, fue un crepusculo brutal. Fue una noche de buen sexo.
FIN CAPITULO I
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