infidelidades, en el centro comercial
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mentecaliente.
De nuevo las ganas de estar con alguien vuelven, los sobrinos de mi esposo me calmaron bastante, pero claro, son solo unos jóvenes y yo necesito de algo mas, y claro amigos no me faltan,
Mi esposo me dijo que iba a ver algunas cosas que necesitaba para su trabajo, que nos veríamos en una hora en la entrada de la plaza comercial, pero es hora que mi amigo Braulio, el de la tienda de ropa para mujer, no me deja y yo claro, no pienso desaprovechar la oportunidad, y no es que el coja muy rico, pero tiene un enorme pedazo de carne que me hace enloquecer, su verga entra y sale de mi vagina vigorosamente, la tiene tan dura y caliente, que ya me hizo terminar una vez, parece como si un pedazo de metal me estuviera penetrando mi vagina, su verga entra tan profundo, que en ocasiones siento que me desgarra por dentro, yo solo me agarro de la orilla de aquella mesa de madera, para sostenerme de sus fuertes embestidas, pero es inútil, me trata como si fuera una simple muñeca, sus manos acarician y recorren mis nalgas y son blanco de apretones y nalgadas, haciéndome gemir y en ocasiones gritar,
– te gusta mi verga putita.??
Con trabajos le puedo contestar, pero se que si no lo hago, mis nalgas lo pagarían,
– si. si. cariño. métemela toda. así.
El claro, solo se ríe, sabe que cuando estoy con el tiene a su puta personal, así que acelera sus embestidas, su pelvis choca contra mis nalgas, y siento que su verga crece mas y mas con cada embestida que me da, yo solo trato de mover mis caderas acompañando sus movimientos, pero es inútil, el es mas fuerte que llego y en ocasione siento que me levanta cada vez que entra en mi, y es que la tiene tan dura, tan caliente, tan grande, que siento que me quema y me desgarra por dentro, pero aun asi, lo estoy disfrutando al máximo,
– si Braulio.no pares metemela toda. si. asi.
el claro, no se detiene, mis palabras parecen excitarlo mas, me sujeta por las caderas con ambas manos y me levanta unos milímetros de la mesa, y después me entierra toda su verga,
– quieres mas verga lupita…si…así te gusta,
a estas alturas ya ni puedo contestar, solo intento continuar agarrada de la mesa, mis piernas tiemblan y siento el sudor escurrir por mis piernas y mis nalgas, y después de varios minutos de estar recibiendo semejante tratamiento, mi respiración se agita bastante y mi cuerpo comienza a temblar, y de un instante a otro, comienzo a tener un orgasmo, Braulio al sentir que mi vagina esta completamente húmeda, se detiene unos segundos y de pronto se retira y aprovecha que estoy algo aturdida y me toma por el cabello, y de un jalon me levanta de la mesa, y me obliga a hincarme frente a el, mientras me dice,
– ya te hice gozar dos veces putita, ahora me toca a mi,
y antes de que pueda decirle algo, me sujeta por la barbilla obligándome a abrir la boca y después comienza a introducir su verga lentamente, yo no tengo de otra mas que abrir mi mandíbula lo mas que puedo, su verga esta completamente dura y siento como mi boca se comienza a inundar de un sabor amago mezcla de mis fluidos con los de el, pero no tengo de otra y dejo que me la meta hasta la garganta,
– abre bien esa boca lupita…
y sin decirme mas, de un empujón me introduce por completo su verga, siento como su pelvis choca contra mi cara, primero de una forma lenta, pero después de unos segundos, comienza a moverse mas y mas rápido, mis ojos comienza a llenarse de lagrimas y me comienza a hacer falta la respiración, su verga esta tan dura que siento como si me estuviera tragando un enorme fiero, y el no tiene compasión, me sujeta fuertemente por el cabello y prácticamente me esta cojiendo por la boca, hasta que después de varios minutos, comienzo a sentir como mi boca se llena de su semen, y comienzo a tragarlo lentamente, su sabor es bastante amargo, pero después de unos segundos logro comenzar a pasármelo, Braulio, complacido me suelta del cabello y se retira, yo lentamente comienzo a pararme, me bajo la falda y comienzo a buscar mi ropa interior, pero me doy cuenta que Braulio la tiene,
– buscas tu pantaletas putita ??
– dámelas Braulio, que va a decir mi marido ??
– que eres una puta. jajajaja…pero no te preocupes, te voy a dar dos, para que se las enseñes a tu esposo esta noche,
Minutos mas tarde, salgo de la tienda Braulio con dos bolsas, rápidamente me dirijo al baño y termino de arreglarme y calmarme, me enguajo la boca y salgo del baño, aun me tiemblan las piernas y con un poco de trabajo, llego a la entrada donde me quedé ver con mi esposo, y él igual va llegando, solo me pregunta como me fue, yo le respondo que bien y para mi suerte, no se da cuenta de nada y ambos comenzamos a caminar hacia el estacionamiento y de pronto comienzo a sentir como el semen de Braulio comienza a escurrir por mis piernas, pero a decirle verdad no me interesa, me siento satisfecha y eso es lo que cuenta…
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