Infiel con la niñera
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando mi esposa tuvo a nuestro bebe, tuvimos que contratar a una niñera, porque ella trabajaba y solo tenía permiso de postnatal. En estos tiempos es peligroso contratar a una niñera sin conocerla o solo recomendada por alguien. Nuestra vecina es doña Marcela, una señora que es madre soltera, tiene dos hijas, y cada una con distinto padre, la señora goza de mala reputación en el barrio, pero es amiga de esposa y fue ella quien me dijo que la hija más pequeña de doña Marcela sería quien vendría a cuidad a nuestro hijo. Por un minuto me alegré, porque yo conocía a Ale (de Alejandra) y era una chiquilla muy sexy, peqeña, pero muy bien conformadita, cabello castaño, bubis paraditas, lindo traserito que lucía con apretados pantalones o shorts, por lo menos era muy atractiva a los ojos, y lo mejor, que la chica me coqueteaba cuando yo iba en la calle, me gritaba algo y se escondía en las puertas o arbustos.
Y resultó que Ale era una buena niñera, bastante responsable, que era del gusto de mi esposa. A mi me gustaba verla con sus vestidos cortos, sus piernas bien formaditas, sus pies muy bien arregladitos, en más de una ocasión tuve una ereccion por ella.
A las pocas semanas de estar con nosotros, ya había tomado confianza, me tuteaba, y me coqueteaba descaradamente. En una ocasión había regresado por la tarde temprano, en la casa estaba mi esposa y Ale. Me di una ducha y resulta que no tenía toalla, con un grito la pedi a mi esposa, al rato oí que entraron al cuarto de baño, y luego abrieron las cortinas de la ducha, yo estaba desnudo obviamente, y era la pequeña Ale, quien sin dejar de ver mi pija un momento me dio la toalla, yo le dije -uy que haces ?-, y ella se limitó solo a decir te traje la toalla. A raíz de ese suceso, yo comencé a tener sueños húmedos con la pequeña Ale.
A las pocas semanas de eso, me dieron mis vacaciones en donde trabajo, y estaría solo con ella, los peores pensamientos lujuriosos inundaron mi cabeza, aunque apenas llevaba cuatro años de casado y como que ser infiel sería una brutalidad en ese momento.
Asi empezaron los días de vacaciones a solas con Ale, mientras mi esposa trabajaba. Desayunabamos juntos, y veíamos tv juntos con el bebe. Y la cosa se sentía que en cualquier momento podía suceder. Asi apenas a los tres días de estar en la casa, Ale me dijo que si se podía duchar en mi cuarto de baño, ya que no lo había podido hacer en su casa y aprovechando que el bebe estaba dormido, yo le dije que si. Ella cerró la puerta, pero no con pasador, en eso oí el agua caer de la regadera, me puse de pie y sigilosamente entré, vi su ropita interior, un bikini mero sexy, lo tomé y me lo llevé a la nariz, en eso ella gritó: -quien está alli?-, yo respondí dejando la braguita -soy yo Ale, no te preocupes-, ella volvió a decir -Y que esta haciendo aqui don Manuel?-. En el momento no supe responder, pero como estaba cachondo por ella, le dije: -Es que quiero bañarme contigo Ale!-, ella dijo -ay no!-, yo dije -como de todos modos ya me haz visto desnudo, entonces de que te preocupas, ahora yo quiero verte a ti!-. Hubo un silencio de varios segundos.
Al no oir contestación, me puse a desvestirme, me quedé en cueros, debo decir que como tuve inducción militar no tengo mal fisico, mido 1.78 mt. Fui abriendo la cortina del baño, y alli estaba como asustada Ale, con los brazos cubriendose sus pequeñas tetitas. Era linda la condenada, su cuerpecito ya era de pecado a pesar de sus 15 años. Ella no dejaba de verme el paquete, que se iba poniendo duro y firme frente a sus ojos. Para romper el hielo le dije que yo le limpiaría la espalda y ella a mi. Ella asintió. Yo primero fui enjabonando su espalda, bajé a sus nalguitas paradas y aproveché a apretarlas y manosearlas, -uy don Manuel, que hace?- me decía, yo no respondía sino seguía en lo mio. Por detras pasé la mano por su chuchita peludita, luego la puse de frente a mi y pase el jabón y mis manos por sus finas tetitas, luego baje a su vientre y volví a acariciar su chuchita, ahora varias veces, ella cerró sus ojitos y se dejó hacer todo.
-Ahora te toca ti- le dije y dándole el jabon. Ella comenzó como yo por atras, me lavó la espalda, luego bajó a mis gluteos y la cachonda chiquilla me apretó las nalgas como yo se lo había hecho a ella. Eso hizo que mi erección aumentara más. Cuando me volteo y le tocaba lavarme la pija, primero se quedó viendola casi erguida, luego la tomó con una mano y le pasó la toalla de lavar varias veces, mi pija creció más y se puso semivertical, ella se río.
-Porqué se le puso parada?- me dijo Ale
-Es porque tienes un lindo cuerpo Ale, estas para comerte!- le dije atrevidamente.
Volvió a reir. -te gusta?- le dije mientras ella la seguía lavando.
Volvió a reir. -te gustaría darle un besito?- le dije. Y antes que me pudiera decir que no, agregué -solo un besito, asi rapidito!, vamos-
Vino Ale y se fue agachando y le dio varios besitos en el glande a mi pija. Esto aumentó mi erección, ahora si estaba apuntando al cielo. -Ves que no es malo, si quieres dale más besitos o la chupas- le dije. Ale que no era ninguna santa, comenzó a darle varios sonoros besitos a mi glande y luego al tronco, segundos más tarde se tragaba mi pija y empezó a dar varias succiones. Yo la motivaba, para siguiera haciendomela, la pequeña lo hacía muy bien, era obvio que no era su primera mamada. Tuve que sentarme sobre la tina para no caerme de la excitación, pues Ale no dejaba de chupar un solo instante. Yo tenía que detenerla por momentos para que no me hiciera llegar al punto de no retorno.
Como casi no tiene peso Ale (pesaría unas 95 lbs), la levanté y la cargué, salí de la ducha y la deposité en mi cama, me puse entre sus piernitas y comencé a comerme sus muslos mojados y llegar hasta su rajita que estaba mojada por fuera y por dentro. Yo estaba tan excitado que lamía y chupaba su pepa con deseo, ella empezó a gemir y a casi gritar de placer. Mis lamidas eran fuertes y profundas, yo tomé su clitoris entre mis labios y le pasaba la punta de la lengua por dentro de mi boca, ella ya gritaba y se contoneaba sobre la cama, sus manitas tomaron mi cabello y cada vez que yo le quería meter mi lengua en su grutita o lamía su clitoris, ella me jalaba los cabellos, en eso comienzo a sentir en mi paladar, el sabor de sus juguitos vaginales, agrios y amargos, pero deliciosos para todo hombre. La nena entró en un delicioso orgasmo, yo metí las manos debajo de sus nalgas y la levanté solo para saborear el exquisito perimetro de su ano, Ale no paraba de gemir y parecía un orgasmo sin fin.
Yo también estaba ya a mil, dejé su culito solo para subirme y colocarle mi pija en su coñito, estaba apretadito como había sospechado, pero la abundante lubricación de su rajita me brindó facilidad, mi pija se fue hundiendo en su vagina y la pequeña gritó de nuevo anunciado que estaba siendo penetrada en su rajita. Me puse a moverme fuertemente encma de ella entrando y saliendo de su chuchita, casi como queriendo partirla en dos a pura pija, la verdad es que yo estaba muy caliente y me sentía muy a gusto follando a un coño pequeño y ardiente.
Al rato la puse encima de mi y le dije que me cabalgara la pija, ella de inmediato entendió la forma, lo que me volvió a indicar que no era una novata en la cama, por cierto que cogía muy rico en esa posición vaquera. Luego la cargué en peso, ella enrollada en mi cintura dándole pija yo de pie, mi pija entraba todita hasta los guevos y ella no dejaba un segundo de gemir de placer, yo ya estaba a punto de correrme, ella tuvo otro ogasmo en esa posición, ya estaba a punto de desengancharme de ella para no terminar adentro de su rajita, pero ella me atrapó fuerte las piernas y me dijo que el viernes le venía su periodo (menstrual), era miercoles, la chica manejaba bien su periodo, asi que había libertad de correrme dentro de su vagina, aceleré el mete-saca y comencé a eyacular un chorro inmenso de semen en la chuchita de Ale, fueron varios pistonazos de leche, ella quedó abrazada conmigo y yo de pie aún. Me senté en la cama aún con ella prendida y con mi pija´poniendose flácida dentro de su rajita. Nos besamos un rato y luego nos desprendimos y ahora si nos duchamos.
fue mi primera infidelidad, pero no la última, la niña resultó ser una candela, cogíamos todos los días y aveces a cualquier hora. Tuve que comprar condones y esconderlos en la casa, ya que mi mujer usa protección. Mi esposa ese mes de vacaciones me reclamaba que porque estando descansado (vacaciones) yo me sentía más cansado y fue cuando menos sexo tuvimos. Sera poco la sacada de leche que me daba la pequeña Ale desde temprano, había días que le echaba tres polvitos en el día.
Para no hacer un relato muy largo que aburra, dejo para una segunda parte, algo que sucedió solo una vez ese mes, fue que un día la hermana mayor de Ale llegó a cubrirla porque estaba enferma y fue ella la que terminó en la cama conmigo, al parecer Ale le había comentado a ella de nuestras furtivas relaciones sexuales y su hermana quería probarlo. Eso será mi segunda parte.
FIN
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