Infiel con un conserje grande y maduro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Vicki de 24 años, casada desde hace 3 años, soy de tez blanca, cabello castaño claro o sea guerita, mido 1.71 mt y de adolescente participe en algunos modelajes, no soy completamente delgada, soy un poco llenita pero no gorda, mis piernas son largas y siempre me gusta vestirme sexy, bueno soy un poco provocadora.
De novios mi ahora marido era un torbellino de pasión, teníamos sexo a toda hora y muy ardiente, pero desde que nos casamos eso fue disminuyendo, ahora le dedica más tiempo al trabajo y en parte eso provocó lo que a continuación relataré.
Vivimos en un condominio desde hace unos 14 meses, es cerrado, asi que en las mañanas temprano, suelo correr dentro de el, sin salirme. En el condominio tenemos un conserje, quien hace las reparaciones y vela por el ornato del lugar, el tipo es alto, con brazos y piernas fuertes y velludos, su mirada es seria, casi no sonrie, ya tiene muchas canas su cabello negro, debe tener más de 45 años, algunos dicen que fue sargento del ejercito, otros dicen que fue comandante de la guerrilla, pero nadie sabe bien la verdad, lo llamaré Marcos, aparte de sus buenas condiciones físicas uno de sus mayores atractivos son sus ojos azules, trigueño y de ojos azules, una conbinación peligrosa. Cuando yo corría temprano, habían poco movimiento dentro del condominio, pero Marcos ya estaba alli, haciendo algo, componiendo la grama, podando árboles o levantando la basura de los grandes depósitos de cada casa, cuando me acercaba el dejaba de hacer lo que estuviera haciendo y me miraba fijamente, yo pasaba frente a él y me seguía con la mirada, yo sentía como si su mirada tuviera forma y me devoraba el cuerpo con ella. Eso pasaba casi todo el tiempo, al principio me incomodaba, pero luego hasta me excitaba.
De día, a veces me topaba con Marcos y nos mirabamos, pero no hablabamos, Una noche, regresaba de un pequeño super que está dentro del condominio, era 24 hrs, casi no había gente en la calle, eran como las 10 de la noche, en eso al dar la vuelta en una esquina vi a Marcos platicar entre algunos arbustos con una vecina, conocida mia, en eso los dos se suben al auto de ella que estaba estacionado frente a su casa, me detuve a ver, pasaron dos minutos y yo misma me regañé por espiona, pero en eso comencé a ver que el auto tipo agrícola, se mecía, es decir se movía de un lado a otro, me acerqué pero en forma oculta en dirección del auto, conforme me acercaba comencé a oir gemidos, cada vez más fuertes, el auto seguía moviendose, los vidrios son polarizados, por tanto no podía ver nada, pero los gemidos eran de una mujer teniendo sexo. Me entró el miedo de ser sorprendida espiando y mejor me dirigí de regreso a la casa, en mi habitación me sentí rara y al tocarme mi cuquita, estaba mojadita. Me metí dos dedos en la raja pensando que era yo a quien estaban cogiendo en ese auto.
Luego, en una reunión, a la cual fuimos mi marido y yo, habían tres señoras casadas, que hablaban de Marcos, y contaban historias de tipo sexual, parece que Marcos ya tenía una reputación en el condominio y al parecer se había acostado con varias mujeres del condominio. Eso lejos de producir aborrecimiento en mi, se me fue volviendo una obsesión, lo cual desemboco en lo siguiente. Esa mañana mientras corría, me detuve al ver a Marcos que como siempre me miraba, le dije que tenia un problema en la ducha, y la verdad es que goteaba desde hace varias semanas, y que llegará dentro de una hora. El solo movió la cabeza sin decir nada.
Llegué a la casa, el corazón me palpitaba mucho, estaba nerviosa, por primera vez un hombre estaría en casa y yo solita, además de los pensamientos morbosos que me invadían, por los comentarios que había oido. Me fui a la habitación y vi la ducha, había fuga todavía. Me quité la ropa y me quedé solo en bragas y cubierta por una toalla grande que uso, mi cuerpo aún estaba sudado del ejercicio y de los nervios. En eso sonó el timbre, bajé las escaleras, pues la casa es de dos niveles, abrí la puerta y alli estaba Marcos, imponente como siempre, con su fuertes brazos velludos, llevaba una caja de herramientas, lo pasé adelante y mientras caminabamos le iba explicando lo de la ducha, del tiempo que eso tenía, etc., él no dejaba de verme la toalla y mis piernas, pues la toalla me llegaba arriba de las rodillas, entramos a mi habitación y me fui poniendo nerviosa, mi voz se quebró y me fui poniendo en evidencia. En entró a la ducha y yo me puse a su lado, no dejaba de verme, eso me puso aún más nerviosa.
Marcos revisó la ducha, luego se volteo y me dijo que no se qué estaba desgastado, yo ya ni me acuerdo, que le pondría algo como llamado teflon creo, zafó la perilla y le puso algo blanco, luego la volvió a colocar, luego se volteo y me dijo -ahora pruebelo!-, me pase adelante de él, dejé salir un poco de agua, sin embargo, sentí que el se acercó por atras, me preguntó si estaba bien, pero sentí su mano en mi trasero, encima de la toalla, yo le dije que si, -ya probó bien si quedó!-, su mano bajó hasta la orilla de la toalla y me tocó los muslos, yo disimulaba que veía la ducha, su mano subió más y estaba ya en mi entrepierna por atras, a escasos centimetros de mi cuquita que palpitaba y que yo sentía que se me iba mojando lentamente. En eso sus dedos llegaron a mi braguita y acariciaron mi rajita, al mismo tiempo Marcos con la otra mano soltó mi toalla, la cual cayó al suelo dejándome en bragas, yo sentí que me abrazó por atras -señora, esto es lo que ud quería verdad?- me dijo él restregando su bulto dentro de los pantalones contra mis nalgas, yo quería hablar pero no me salían las palabras, me empujó contra la pared de la ducha y él quedó atras de mi espalda, sus manos me abrazaban la cintura y luego subía a mis senos, sus manos eran grandes y fuertes, me apretó las tetas y luego los pezones, mientras sentía su dura verga contra mis nalgas.
Yo solo le atinaba a gemir y aveces balbuceaba que no siguiera, luego Marcos bajó sus manos y me bajó las bragas al suelo, ahora estaba yo toda desnuda, me volvió a abrazar y sus manos se deslizaron hacia abajo por mi vientre siempre él atras de mi, sus gruesos dedos pasarón por mi labios vaginales por turnos, sentí que uno de sus dedos buscaba el orificio de mi vagina, y no tardó en encontrarlo, su dedo que ya estaba mojado por mi lubricación, penetró mi vagina y en ese momento emití un gran gemido, no se en que momento él se sacó la verga del pantalón y me la puso entre las nalgas y siguió frotándose, su pedazo de carne estaba durisimo, parecía que me ponía un palo de escoba entre las nalgas y su dedo entraba y salía de mi rajita. Siempre por atras, Marcos bajó su verga entre mis nalgas, sentí su glande frotarse contra mis labios vaginales, pude sentir que su glande era enorme y pesado, en eso su verga comienza a empujar la entrada de mi rajita, Marcos quiere penetrarme y yo estoy muy excitada y mojada, mi instinto me hace abrir las piernas y ofrecerle asi mi sexo, siento que su gordo glande abre mi raja y comienza su recorrido hacia adentro, yo comienzo a gemir al sentirme penetrada, el me toma de la cintura y empuja más fuerte pues su verga encuentra que mi vagina no es de su calibre, asi que con fuerza me sigue penetrando, por fin me tiene metida la mitad de su gruesa verga, luego el comienza besarme la espalda y el cuello mientras comienza a bombearme su verga. Una sensación de llenura en mi vagina invade mi cuerpo.
Marcos se mueve lento, porque comienza a acomodar toda su verga en mi rajita, cuando ya siente que me ha cogido toda, sus bombeos se vuelven más fuertes y profundos, me la está metiendo toda, yo estoy siendo sometida por el conserje en la ducha de mi casa y lejos de sentir arrepentimiento quiero que no deje de cogerme, me invade una corriente eléctrica y siento que desfallezco, tengo un tremendo orgasmo, Marcos lo presiente y me da más duro, yo siento que mis piernas ya no pueden sostenerme, pero el me abraza y me la mete hasta el fondo y se queda inmovil mientras yo termino mi corrida. Luego como una muñeca, sus fuertes brazos me voltean, por fin lo puedo ver de frente, el está bañado de sudor y me levanta en peso tomándome de las nalgas, me coloca sobre su verga erguida y luego me va dejando caer sobre su verga y me penetra hasta el fondo de mi vagina, yo doy otro quejido, luego me hace rodearlo con mis largas piernas y comienza a darme la cogida más salvaje de mi vida, me levanta, me deja caer sobre su verga, luego me pone contra la pared y me bombea su verga durisimo, después abre la llave de la ducha y el agua empieza a caer encima de nosotros, lo caliente de nuestros cuerpos y lo fresco del agua crean una atmósfera increible.
Marcos me da duro y me va llevando irremediablemente a otro orgasmo avallasador, lo abracé y le clavé mis uñas en las espalda, luego lo oí casi gritar de satisfacción cuando su verga explota dentro de mi y me llena de su semen caliente, como pocas veces siento su esperma caliente recorrer mi vagina y salir, debe ser una gran cantidad de leche de ese hombre. Luego los gemidos mios y los de él se van reduciendo, el deja de bombearme su verga y por un momento hay un silencio vacío en la ducha, Marcos me desenfunda su verga y pongo los pies sobre el piso, me siento mareada, los dos estamos empapados de sudor y de agua, él apaga la ducha y sale componiéndose los pantalones y guardando su gorda verga que ahora se va volviendo flácida. Yo mejor me pongo sentada dentro de la ducha, reponiéndome de esa rica y salvaje experiencia sexual. Luego de otros cinco o diez minutos me pongo de pie y me lavó el cuerpo, en especial mi rajita, sacó una gran cantidad del semen de Marcos de mi cuquita.
Un día despues de eso me he prometido yo misma que fue la primera y la última vez, lo cumplo apenas una semana, pero no puedo evitar la mirada de Marcos cuando me ve correr o caminar en el condominio. En otra noche sola, me estoy masturbando sobre la cama y pienso en la follada que me dio Marcos en la ducha, me mojo mucho, tomo el teléfono y marco el número de la conserjería, me contesta Marcos, me identifico como la señora de la ducha, y le digo que estoy metiendome dos dedos en mi raja pensando en él, que necesito que llegué a la casa, que la puerta esta abierta, Marcos cuelga el teléfono. Me da tiempo a quitarme toda la ropa, me pongo sobre la cama con las piernas abiertas y comienzo a meter con más rapidez los dedos en mi raja, en eso se abre la puerta, es Marcos, me ve alli con las piernas abiertas, se quita toda la ropa, queda en cueros como yo, se mete en la cama de frente a donde estoy yo, se sube encima de mi y me mete toda la verga mientras su labios me chupan y me muerden los pezones, Marcos me da duro y la cama comienza como a querer ceder por el peso y la fuerza que aplica Marcos contra mi raja. Su verga entra y sale de mi vagina causándome el mayor placer que he sentido en mi vida, yo comienzo a dar de bramidos mientras el me clava una y otra vez.
Me hace llegar a un orgasmo parecido al segundo que tuve en la ducha la semana anterior, -asi, asi, que ricooo, que riccoo!!- es todo lo que puedo decir siendo ensartada otra vez de forma salvaje por Marcos. Después de saciarse y dejar que me repusiera un poco, me volteo y se puso a morder y lamer mis nalgas, lo hacía con mucha fuerza siempre, luego sus dos manos me abrieron mis nalgas y sentí su lengua pasar por mi culo muchas veces, sentí que me llenó de saliva e incluso antes de terminar escupió mi culito, luego se fue colocando encima de mi, sentí su verga en mi ano y luego una fuerte presión por penetrarlo, yo solo alcancé a relajarme, ponerme suave y de pronto sentí como su gruesa verga entró en mi recto, Marcos siguió empujando hasta que me la metió casi toda, luego nuevamente con movimientos secos de su cadera me la fue bombeando en mi adolorido culito, me cogió por un buen rato, me enculó como nadie lo había hecho, llegó hasta los rincones de mi culo que nadie habia llegado antes, me hizo vibrar de placer sexual, no crei que se podía gozar tanto a través del culo, por eso hay tanto homosexual. Me corrí como una perra en celo, él no dejó de cogerme un instante, hasta que sentí de nuevo lo caliente de su semen correr a traves de mi recto. Marcos me dejó tendida en la cama boca abajo, se vistió y se marchó, no sin antes decirme que habia sido un magnifico palo, que ya deseaba que lo volviera a llamar.
Y la verdad es que lo hemos hecho ya varias veces, incluso me ha cogido en la conserjería, en su propia cama, siempre lo hace con mucha fuerza y eso creo que es lo que más me gusta.
Hace unos cuatro meses, mi marido me pidió que tengamos un bebé, pues nuestro matrimonio se había terminado por deteriorar, yo acepté, le dije a Marcos que ya no nos vieramos, porque quería quedar encinta, pero ha sido casi imposible, creo que eso ha sido un afrodisíaco para Marcos, pues ahora él me busca y me hace el amor de forma más salvaje. Ahora mi marido ha cambiado y tenemos mejores relaciones, pero no dejo de verme con Marcos en ocasiones. Solo espero que mi bebé no salga con ojos azules.
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