Infiel cronico I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
INFIEL CRONICO.
Hetero, infidelidad.
Hola me llamo Ramiro, y esta es una serie de acontecimientos que han cambiado mi vida para mejor.
Soy un sujeto que lleva una vida relativamente normal. Tengo una linda esposa, un trabajo decente, soy joven(29 años), y fui bendecido con un miembro de 25cm(erecto claro)en fin, no me puedo quejar. Sin embargo, desde hacia unos meses me sentía muy aburrido, no se como decirlo, pero sentía que faltaba algo en mi vida, algo emocionante, en el sexo estoy muy satisfecho con mi esposa, ella es preciosa, de 1.69m, con unas piernas y unas tetas(34DD) que junto con su hermoso rostro son sus mejores atributos y no es por presumir pero trabajo un poco como modelo en su juventud. Peor no solo me atraer físicamente si no que realmente la amo. Pero con todo y eso me sentía vació y no entendía porque.
De repente y sin aviso, llego una noticia que aunque yo no lo sospechaba resolvería mi problema. Resulta que la mi cuñada y su familia se mudaban a nuestra ciudad y que se quedarían con nosotros un tiempo en lo que los de la mudanza arreglaban todo, a mi esto me molestaba un poco pero sabiendo como eran de unidas mi esposa y su hermana y el echo de que llevaran tanto tiempo sin verla decidí complacerla, además vivimos en una casa grande.
Dos días después, llegaron las visitas, ahora aquí tengo que aclarar una casa, yo recordaba muy poco de mi cuñada, ella se había mudado lejos y pues casi no nos visitaba y cuando lo hacia yo generalmente estaba tan ocupado que nunca la veía mucho, la recordaba un poco de la boda pero al parecer no mucho. Pero ese día que la volví a ver algo cambio en mi, comencé a sentir una emoción que llevaba rato que no sentía. Ella es una mujer guapa, y aunque es la hermana menor de mi esposa lo mas curioso es que realmente no se parece mucho a ella, Bianca(el nombre de mi cuñada) es mas chaparrita(como de 1.64m), pelo negro, tetas medianas(32B), pero un culo tan redondo y respingado, que le quita el aire a cualquiera, su cara es bella también, pero hasta en las facciones se diferencia de Anna(mi esposa), su nariz es mas pequeña y respingada y sus ojos son de un tono medio azulesco, mientras que los de mi adorada esposa son verdosos, en resumen un pedazo de mujer.
Me sorprendió verla llegar sin su esposo, pero durante la cena nos contó que este todavía tenia que hacer unas cosas de trabajo en el lugar donde vivían y que llegaría en unas semanas, para ese entonces su casa ya estaría mas que lista, la razón por la que ella se adelanto fue para que pudiera pasar tiempo con mi esposa. Mi hermana estaba muy contenta y yo también aunque todavía no sabia porque en especifico, pero realmente me agradaba que mi cuñadita se quedara con nosotros unos días antes de que se fuera para su nueva casa.
Esa misma noche, le hice el amor salvajemente a Anna como hacia rato que no lo hacíamos, la puse de a perrito y comencé a perforarle su culo, ella gemía como loca, y mi esposa es de por si muy escandalosa a la hora de coger, pero justo ante de venirme, imagine que el culo que estaba perforando no era el de ella si no el de su querida hermanita, no puedo describir la excitación que me dio eso, tan solo en esos instantes redoble mi marcha y mi esposa se dejo venir en dos nuevos orgasmos, finalmente saque mi verga y ya sin poder aguantar mas, me vine en sus nalgas, como siempre se volteo y comenzó a limpiar mi pene con su boca, para después comentar en lo grandioso de nuestra sesión, pero el único pensamiento que bordeaba en mi cabeza antes de irme a dormir, era que me tenia que coger a mi cuñadita, tenia que hacer ese culo mío sin importar lo que costara.
Pase un par de días ingeniando la situación perfecta, mi cuñada se había vuelto mi obsesión, no se como describirlo, pero el echo de engañar a mi esposa y con su adorada hermana me ponía a mil, es mas el echo de que ella también fuera casada me ponía mas loco aun, al principio ese sentimiento me ponía algo incomodo, como aclare antes yo amo a mi mujer, pero la pura excitación que sentía de solo pensar en como seria ponerle los cuernos era suficiente para hacerme venir.
Finalmente vino mi oportunidad, mi esposa trabaja manejando una pequeña agencia publicitaria, y ese día iba a estar fuera hasta la noche por un proyecto que tenían que presentar a unos clientes, mi esposa me encargo que cuidara a su hermanita para que no se aburriera y definitivamente tenia pensando cumplirlo, era como si el destino confirmara mi curso de acción. Aunque mucho tiempo decidí empezar temprano me salí muy temprano del trabajo y llegue a la casa aun en la mañana, no pude ser mas oportuno, ya que en ese momento mi cuñada se estaba preparando para ducharse, yo entre un poco sigilosamente a la casa, la espié durante unos instantes con la puerta entreabierta de su cuarto y justo antes de que se pusiera la toalla entre de golpe preguntando si estaba allí, mi plan funciono mejor de lo que esperaba porque dio un brinquito de susto y soltó la toalla. En ese momento pude admirarla en toda su gloria, sus pechos aunque mas pequeños que los de mi esposa eran muy hermosos, con unos pequeños pezones rozados apuntando al cielo, que recalcaban lo firmes y redondos que eran.
“Perdón Bianca pero por un momento pensé que no estabas”le dije. “No te preocupes cuñadito, es solo que no te oí llegar. Y a todo esto ¿que haces en casa tan temprano?”. “Lo que pasa es que acabe temprano mi id ay me regrese para la casa, se me ocurrió que podíamos salir todo el día para que no estés aburrida ahora que no tienes a tu hermanita” . “Hay cuñado que considerado, solo deja me arreglo y ya ¿ok?”. “Solo ponte algo lindo porque vamos a salir a un restaurante” le dije antes de salir del cuarto.
Tardo un rato mas en prepararse pero valió la pena, cuando salió estaba despampanante, tenia una falda corta de mezclilla que resaltaba ese culo que hacia ya noches que me robaba el sueño y una camisa de seda que se transparentaba un poco dejando ver el bra de encaje que traía puesto, todavía para darle mas coquetería tenia desabrochados los botones de arriba de su camisa, con lo que dejaba una suculenta vista de su ricura de pechos.
“Cuñadita si que te tomaste en serio lo de arreglarte, déjame decirte que estas preciosa” le comente. “Gracias, es que aunque me divierto con tu esposa me gusta arreglarme cuando voy a salir con un hombre guapo por la ciudad” dijo bromeando. Pero para mi las cosas iban de viento en popa.
Fuimos a un restaurante elegante a comer, y tuvimos una platica un poco normal y hasta aburrida al principio, realmente mi único objetivo ahí era ponerla en ambiente, y para eso le sugerí que hiciéramos un brindis por su nueva casa, pero le comente que yo tenia por tradición hacer brindis con tequila. Ella se puso un poco renuente al principio, sobretodo porque ella no retiene muy bien el alcohol(algo que yo sabia muy bien pues me lo había comentado mi esposa). Pero al tranquilice diciéndole que era una ocasión especial que trataríamos de no excedernos y que de todas formas yo la iba a cuidar. Finalmente acepto y discretamente le pedí al camarero que me trajera de su mas fuerte tequila. En fin, empezaron los brindis y la cosa se comenzó a poner buena, mi cuñadita se comenzó a soltar mas y mas, hablamos de su vida sexual, de que le gustaba que le hicieran y cosas así, resulta que otra diferencia de su hermana mi cuñada era mas bien algo recatada en su casa. No había hecho ni recibido sexo oral, jamás la habían penetrado por el culo y usualmente solo tenia un orgasmo por sesión. Todo eso lo pensaba cambiar yo esa misma tarde.
Después de un rato de esa caliente platica, yo ya estaba empalmado así que seguí la parte dos de mi plan, sacar a mi cuñada a bailar. Había elegido muy bien el lugar(después de todo era parte del plan), ya que aparte de comida tenían un salón de baile, así que nos levantamos a bailar y ahí empezó mi segunda fase, comencé a restreguerle mi pene en su cultito en cada ocasión que podía, la tomaba de las caderas y de repente le agarraba ese hermoso culito, mi intención era ver si ella se ofendía o si me rechazaba, pero ella al parecer ya estaba muy caliente porque reaccionaba muy bien a mis no tan disimuladas caricias.
Después de un par de piezas le sugerí que nos fuéramos de regreso a la casa, acepto un poco decepcionada porque quería seguir bailando, pero yo tenia otros planes en mente, antes de irnos y de regreso en la mesa me comento que hacia años que no se divertía así, pues su marido casi nunca la sacaba y menos a bailar, tanteando un poco las aguas y quizás viéndome un poco atrevido le dije en broma que s quería agradecérmelo que me diera las pantys que traía puestas, ella se me quedo mirando un momento, en ese momento pensé que lo había arruinado, en ese instante se levanto de la mesa, yo enseguida me pare para intentar detenerla, pero me dijo que solo iba al baño y regresaría en un momento, y así fue salió relativamente rápido del baño, se acerco y me susurro al oído “aquí esta tu premio campeón” y debajo de la mesa me entrego sus pantys las cuales guarde en mi bolsillo, mi plan resultaba mejor de lo que esperaba.
El trayecto a casa no duro mucho, conduje algo rápido porque realmente quería llegar rápido, era obvio que mi cuñadita andaba caliente, es mas la cache un par de veces mirando a mi paquete. Pero todavía no tenia asegurado el éxito, tenia que aprovechar. Llegando a la casa, le dije que nos sentáramos en la sala y viéramos una película en lo que llegaba mi esposa, ella acepto y se adelanto en lo que yo llevaba unas copas de vino para acompañar y de paso no dejar que el alcohol dejara de surtir efecto. Una vez ahí, baje las luces, puse una película al azar y cuando esta comenzó, aproveche para comenzar a acariciar menos disimuladamente la pierna de mi cuñadita, ella no reaccionaba, solo veía fijamente a la pantalla, finalmente decidí ser un poco mas atrevido, era ahora o nunca, así que pase de su muslo a su entrepierna, donde pude atestiguar que estaba muy mojada.
En ese momento ella se paro prendió la luz, apago la tele y me dijo: “Ramiro tenemos que hablar. Esta ha sido una tarde muy entretenida, pero ambos somos casados y tu lo sabes muy bien, tenemos que párale aquí porque si no podríamos hacer algo que luego podemos arrepentirnos”, su boca decía eso pero el tono con lo que lo decía no sonaba muy convencido, tenia que actuar pronto, ya estaba casi en la bolsa así que le dije: “Mira Bianca yo lo se, estoy muy conciente de eso, y no quiero herir ni a mi esposa ni a mi cuñado. Pero tienes que aceptar que tu también estas muy caliente en este momento, esta es una oportunidad que quizás no se vuelva a repetir, ¿por qué no aprovechar el momento?”. Vi indecisión en su cara pero no mucha, sobretodo cuando al parecer no podía apartar la vista de mi paquete. “pero y si se enteran dijo ella?”. “Yo no se los diré si tu no lo haces. Anda solo esta noche, mira como me tienes” y en ese momento para darle contundencia a mi argumento me saque la verga, la cual ya estaba a punto de explotar en mis pantalones.
Mi cuñada no pudo simular su cara de sorpresa al ver mi miembro completamente erecto, me acerqué lentamente a ella y los dos nos dimos un beso súper apasionado, yo aproveche para restregarle mi miembro aun mas cerca, para mi sorpresa mientras nos besábamos ella tomo mi pene con sus manos y empezó a masturbarlo, luego ella misma se arrodillo enfrente de mi “¡que grande!” exclamo mientras lo veía fijamente sin para de masturbarlo. “así es como me tienes cuñadita, anda dale un besito, no ves que esta feliz de verte” la agarre de la sien y la acerque mas a mi miembro ella se resistió peor no mucho, finalmente le dio una lamida a mi glande, luego a todo el tronco, empezó a meterselo en la boca, no era muy experta y era su primera vez, así que decidí ayudarla empujándola un poco mas la cabeza y luego a bombearla. Básicamente me la estaba cogiendo por la boca.
Esto la tomo por sorpresa al principio, pero no tardo mucho en tomar un buen ritmo, incluso empezó a usar muy bien la lengua, no lo tomo mucho tiempo en mamar mi verga como una experta, unos minutos después la separe y le dije “ahora es tu turno”, la recosté en el sofá y yo empecé a comerle su conchita, recorriendo todo desde los labios hasta jugar con su clítoris, estuvimos así un buen rato hasta que ella estallo en
dos orgasmos. Realmente estaba muy caliente la perra.
“Quien te viera, tan recatada y no eres mas que una puta, ¿Qué diría ahora si te viera tu marido?”, no me respondió pero al parecer la pregunta la éxito aun mas, “cogéme por favor quiero que me metas tu verga ahora” jadeo ella. “No hasta que digas que eres mi puta, vamos suplica por ella!” le dije. “Soy tu puta, quiero tu rica verga dentro de mi por favor te lo suplico” respondió ella. “Sin mas retraso a punte mi gigantesco miembro a su cochito y se lo metí lentamente, sus jadeos y gemidos inundaron la sala, la puta estaba disfrutando como nunca, a juzgar por la manera como se retorcía.
La estuve bombeando por mas de meda hora y le di al menos otros 3 orgasmos, ni yo mismo podía creer lo excitado que estaba, pero el echo de estar haciendo cornudos a nuestros cónyuges me ponía tan caliente que parecía sobrenatural. Finalmente cuando estaba a punto de venirme se la saque y le ordene “arrodíllate” sin chistar ella obedeció y le deje venir toda mi carga en su cara, y si que venia cargado prácticamente le cubrí su cara y sus tetas con mi semen.
Después y sin darle tiempo de descansar le pregunte “quieres mas perra?”. “Si, por favor cogeme mas, anda cuñadito soy toda tuya, soy tu puta” respondió efusivamente.”Muy bien, entonces dime, Quien te coge mejor? Yo o tu marido?”. “Tu por supuesto, no hay comparación”. “Muy bien, ahora dime puta harás lo que yo te pida con tal de que te coja, lo que sea?”. “Si, si, lo que tu digas, lo que sea pero cogeme ya”. “Pues empieza por reanimarme pequeña puta”. Sin decirle mas se arrojo sobre mi verga y la comenzó a mamar como posesa, no tardo mucho en regresar a su erección completa, esta vez sin necesidad de que yo la empujar ella prácticamente se la quería meter hasta la garganta. Cuando me recupere, le dije: “ponte en cuatro patas y voltéate” ella obedeció pero algo dudosa otra vez, yo me acerque y le comencé a sobar y a nalguear ese culito que era mi premio anhelado. “Desde ahora este culo es mío, entendiste putita?, no solo lo voy a estrenar si no que lo reclamo como mío, solo yo te puedo coger por ahí, ni siquiera tu maridito entendiste?”, ella tardo un momento peor finalmente respondió “Lo que tu digas, es tuyo y de nadie mas, por favor metemelo por mi virgen culito”, sin detenerme a pensar le metí mi verga de golpe ella soltó un grito que inundo toda la casa, yo ya no podía contenerme mas y comencé a follarla como loco. “Basta por favor, mas despacio, me duele” gemía ella, pero ese culito era mi objetivo final y lo iba a disfrutar al máximo, después de un rato sus sollozos se convirtieron en gemidos y luego en orgasmos. Estuvimos así un buen rato hasta que ya no pude contenerme mas, por un momento pensé en venirme en sus entrañas pero se me ocurrió algo mejor, se la saque rápidamente y comencé a penetrarla otra vez por la vagina “Que haces,?” pregunto ella entre gemidos, pero yo estaba demasiado excitado para responder, “por lo que mas quieras no te vengas dentro de mi, no traes condón , por favor vente donde quieras pero no en mi vagina”, acalle sus suplicas con un orgasmo final que ambos compartimos en lo que le llene todo su chichito de mi semen.
Acabamos en momento justo, apenas tuvimos ese ultimo orgasmo cuando escuche el coche de mi esposa a punto de llegar, ella se subió rápidamente a darse una ducha y yo me arregle lo mejor que pude, tratando de disimular las señas de una recién sesión de sexo lo mejor que pude. Finalmente la recibí algo nervioso, ella me contó como estuvo su día y luego pregunto que donde estaba su hermana, yo le dije que en su cuarto bañándose, cuando m pregunto que hicimos en todo el día, le conté que la había llevado a comer y luego vinimos a la casa a ver una película, ella no pregunto mas y cuando Bianca salió de su cuarto bien bañada confirmo mi historia, por un momento tuve miedo de que se acobardara y le dijera todo a mi esposa, pero ella estuvo tranquila.
El echo de que mi esposa no sospechara que hace unos momentos su querida hermana y yo estábamos cogiendo en la sala como animales, me volvió a excitar increíblemente. Entonces me di cuenta, era el echo de serle infiel lo que había llenado ese vació que sentía, ni yo lo podía creer, como dije antes yo la amo, pero no podía negar que me había sentido increíble al engañarla. Eso era lo que necesitaba para sentirme bien, y aunque no me llene de orgullo, sabia que una vez iniciado esto no podría pararlo.
Y así es como inicio mi vida como infiel crónico, pero solo es el inicio, no solo repetí con mi sabrosa cuñadita, si no con otras mujeres. Pero esos son relatos para otra vez.
Steel.
Autor: Anonimo
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