Jugué a ser mujer y me hicieron mujer 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo soy la mujer de mi padrastro desde los 12 años, el me hizo mujer, me hizo su mujer, me hizo conocer el placer de ser penetrada por el chiquito, por la cuca, mamar su verga y sentir el sabor de su leche en la boca, tener tremendos orgasmos en su boca, pero todo eso tiene un precio, y ese precio es que mi madre es una cachuda, ya que el marido la engaña, le mete los cachos con su hija, pero lo que empezó como un juego, con un exceso de confianza, ya que yo deje que él primero me empiece a mamar mis teticas cuando recién me estaban saliendo, dejar que me acaricie, hasta terminar perdiendo la cabeza y dejando que Gerardo, mi padrastro me meta la verga por el chiquito y así fue como empezamos a cachar, como me desvirgo, como por voluntad propia empece a tragar su semen, y ahora ya estamos tan mimetizados el uno con el otro, que tenemos relaciones sin decirnos palabra.
No voy a decir que es lo que mas me gusta, ya que por donde meta su verga me hace disfrutar como loca, me encanta que me mame los pies, tanto me este cachando por la cuca como por el chiquito.
A los 13 años empecé a menstruar, y a partir de ahí tuvimos que tener mucho cuidado cuando cachamos por la cuca, no queremos que quede embarazada.
Mi padrastro me hace tomar anticonceptivos, pero son automedicados, ya que no me quiere llevar al ginecólogo, por ser menor de edad y que se de cuenta que ya tengo relaciones sexuales y podamos tener problemas.
Es obvio que cuando el ginecólogo me rebice la cuca, se va a dar cuenta que ya no soy virgen y si me ve el ano, se va a dar cuenta que también tengo relaciones por el chiquito, por lo abierto que lo tengo, así que siempre que tenemos relaciones por la cuca, o bien se escurre en mi cola, o se la mamo y le trago el semen.
Con el paso del tiempo y con las caricias y las mamadas que me da mi padrastro en mi tetas, ya se han desarrollado mas, están mas grandes.
En casa solo uso ropa cuando esta mi madre, sino siempre estoy desnuda, presta a las manos de Gerardo, o cuando él quiere me hace sentar en su verga y me cacha.
En los años que somos amantes, hemos echo infinidad de cosas, cosas que según me ha contado Gerardo, jamás hizo con mi madre, como por ejemplo o se acuesta él en la bañera o me acuesto yo, y el otro lo mea.
Mi niñez a partir de que mi madre y yo nos vinimos a vivir con Gerardo, fue una niñez muy feliz, entre muñecas, algodón de azúcar y sexo con mi padrastro.
No me sentía distinta a ninguna otra niña, me gustaba jugar con muñecas tanto como mamar la verga de mi padrastro, cuando íbamos al parque de diversión disfrutaba tanto como cuando estaba sentada sobre mi padrastro con su verga cachando mi chiquito o mi cuca.
Fui creciendo, y como toda chica fui conociendo chicos, teniendo relaciones sexuales con ellos, pero la verga mas hermosa es la de mi padrastro, siempre que salía con algún chico y me acostaba con él, le contaba a mi padrastro lo que hacíamos en la cama mientras le mamaba su verga y él metía sus dedos en mi cuca o en mi chiquito.
Muchas veces me dejaba grabar cachando y después le mostraba el vídeo, de como me cachaban, y si me habían cachado por el chiquito, él estaba toda el día, hasta que mi madre volvía del trabajo, cachando mi cola, y yo feliz de sentir como mi padrastro, a pesar de haber pasado casi 10 años, me seguía deseando y cachando como el primer día.
Nos bañábamos juntos, no había un solo lugar de la casa donde mi padrastro no me haya cachado.
Yo podía estar sentada en la poceta, que mi padrastro estaba frente mio dejando que le mame la verga, o cuando terminaba de hacer lo que estuviera haciendo, me cachaba sin dejar que me limpie.
Me acuerdo que cuando tenía unos 20 años, le conté que me había acostado con una chica amiga y tuve mi primer relación lésvica, que había sentido tanto placer, que me sentía inclinada hacia las mujeres, que solo me escurría como loca, era con él o con mi amiga, pero con los otros chicos me costaba mucho llegar, pero con mi amiga, había llegado varias veces y con mucha intensidad, le contaba que lo que había sentido cuando ella, mi amiga me mamaba la cuca, el chiquito, las tetas, cuando yo la mamaba a ella, cuando restregábamos nuestras cucas, cuando ella estaba sobre mi, aplastando sus tetas contra las mías.
Mi padrastro me escuchaba, mamando mis tetas, le había contado lo nuestro, de que tú me cachas desde los 12 años y quiero presentártela, y ella me contó que le había pasado algo parecido, pero con su tía, la que la había echo mujer fue su tía a los 15 años, y que me la iba a presentar sin descartar tener una relación las tres juntas, "así que te acostarías con tu amiga y su tía?, por que no me presentas a tu amiga y nos acostamos los tres, no te gustaría", me decía mi padrastro, acomodando su verga en mi chiquito, haciendo que me siente en su falda, y seguíamos hablando mientras me cachaba la cola, "quieres hacer un trío con mi amiga?, no lo puedo creer", le decía moviendo mi cola con toda su verga dentro de mi cola, "y tú no quieres hacer un trío con ellas también?", me decía apretando mis tetas mientras no dejaba de cachar mi cola.
Yo me abrí las nalgas para que no quede nada de su verga fuera de mi cola, y así estaba mas cómoda, "se lo voy a decir a mi amiga, si acepta hacer un trío con nosotros, me encantaría verte cachar a otra mujer delante mio, de solo pensarlo me da mucho morbo", le decía moviendo mi cintura, y sentía como la verga de mi padrastro se movía dentro de mi cola, mientras él no dejaba de acariciar mis tetas y yo metía mis dedos en mi coño, que estaba muy mojado.
Yo tiraba mi cabeza para atrás y mi padrastro me besaba la boca metiendo su lengua, haciendo que gima de placer a medida que mi padrastro me cachaba el chiquito, no se porque, pero estando en los brazos de mi padrastro, era la mujer mas feliz del mundo.
Mientras mi padrastro me cachaba yo me imaginaba como sería verlo cachar a mi amiga, y eso me hacía poner muy arrecha, como se pondría Gerardo viendo como nos mamamos las cucas delante de él.
Me había despertado la curiosidad, el morbo, el deseo de ver a mi padrastro con otra mujer.
Lo que siento por Gerardo es tan especial, que aunque me case, jamás dejare de ser su amante.
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