La blanca Rebeca
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Katherine35.
LA BLANCA REBECA
Era un zona con casas muy distantes entre ellas.
La excepción era una que tenía colindante a su parcela, un chalet de madera muy antiguo, que los constructores de la nueva casa no lograron convencerlo para que les vendiera aquella porción y su casita de madera.
En ella vivía solo un viejo negro llamado Jackson, de unos 70 años.
Sus vecinos era un matrimonio joven que se había instalado hacía un año provenientes de otra ciudad.
El se llamaba Roger y ella Rebeca y tenían un hijo de dos años.
Se conocían de diversos encuentros casuales, así como por que hacía seis meses que había fallecido la esposa del negro señor Jackson.
Rebeca era una hembra como pocas.
Su cuerpo nada tenía que envidiar a las profesionales de la moda o del porno: era perfecto.
De 1,70 y 110-62-99, sus medidas no podían mejorarse, con solo otro ropero, sandalias y maquillaje podría competir con las celebritis del ranking mundial.
Ni que decir tiene su belleza perfecta de rasgos y tonos: sus ojos azules inmensos no los podías sostener si te miraban; sus labios carnosos y grandes deseabas que te comieran, dientes perfectos, todo armonizado en una piel blanca absolutamente admirable.
El marido de Rebeca, Roger, era un viajante de comercio y en aquel momento en que empezó todo se encontraba de viaje.
Por un cortocircuito eléctrico y estando el viejo negro en la ciudad comprando, se produjo un incendio que causó rápidamente la destrucción de todo aquel bonito chalet de madera vieja.
Ante tanta desgracia y viendo Rebeca la desesperación de su vecino, al que consideraban tanto ella como su esposo, un buen hombre, consultó con su marido de viaje y se le ocurrió que le facilitarían hospedaje en su amplia casa hasta que el vecino reconstruyera su nuevo chalet, cosa que su marido enseguida estuvo de acuerdo.
Así pues, el viejo del señor Jackson se instaló en una habitación de la planta donde se encontraban todas las habitaciones, cerca de la ocupada por el matrimonio.
Desde el mismo momento en que el viejo negro se instaló se dio cuenta de lo apetecible que era la blanca vecina, todo aquello que veía en ella era a lo que el señor Jackson aspiraba como un loco.
Al tenerla cerca para desayunar, comer y cenar hasta que se despedían con un “hasta mañana” y Rebeca se iba al baño y el señor Jackson a su habitación, el negro pensaba solo en ella y desatendía el seguimiento de la reconstrucción de su chalet, parecía que cada vez tenía menos prisa en acabarlo.
Rebeca se daba cuenta de las miradas que le daba el viejo negro del señor Jackson pero entendía que estaba trastornado por lo sucedido.
Se decía a si misma que debería vestirse con ropa menos sugerente, a pesar del calor que siempre hacía en aquella zona de su país.
Pasados cuatro días de la nueva ubicación del viejo, este se decía que estaba loco por conseguir algún favor de la blanca casada y pensaba si se la follaría aprovechando su situación de desconsolado viudo y sin casa, ya que Rebeca era una mujer con gran corazón que siempre había ayudado a mendigos y a gente necesitada que se acercaba a su casa, como también lo había demostrado con él mismo.
Al final se decidió y se preparó para montar el show aquella misma noche en el baño de la ninfa blanca.
Se desnudo y entró en el baño donde Rebeca se duchaba.
Recogió del suelo las mini braguitas de ella y se las llevó a la nariz.
Aquellos efluvios y humedad de aquella prenda le puso la polla como un palo.
La polla del señor Jackson era descomunal.
Si ya de por si los negros tienen un miembro más desarrollado, se supone para satisfacer las grandes vaginas de sus negras hembras, la de aquel viejo era desmesurada y fuera de todo valor estadístico.
De largo le pasaba de los 27 centímetros y de diámetro 14.
Era una pieza de cuidado.
El siguiente paso era abrir la puerta de la ducha donde Rebeca, desnuda, se refrescaba y acondicionaba su cuerpo aunque para dormir sola.
Al oír el clic se quedo quieta y le salió un “quién anda?” tapándose sus partes íntimas.
Al ver al viejo negro de su vecino no pudo sorprenderse más y verlo desnudo con aquella polla enhiesta aún más, por lo que le salió un
-Pero qué hace aquí señor Jackson!? haga el favor de marcharse de mi baño.
El viejo que lo tenía todo pensado, se puso a actuar enseguida y como abochornado y fingiendo llorar le soltó
-Ay señora Rebeca, estoy con un dolor tremendo en mi que no me deja vivir, desde que estoy en su casa que paso todo el tiempo malviviendo y sintiendo un dolor inmenso en mi sexo por su culpa… sé que usted no sabe pero tan solo usted me puede ayudar señora Rebeca… usted es tan buena que si le pidiese que me quitara este dolor que solo usted me lo puede quitar, sería el más contento de los hombres… créame, solo usted me puede aliviar y con solo una vez ya me tendría completamente curado… pero si no quiere ayudarme lo comprenderé y me iré de esta casa para siempre y con mi dolor…
Aquella parrafada la sostuvo mirando con disimulo la cara de la mujer para ver su reacción ante su queja y ruego, conociéndola no esperaba una fea repuesta, además el se encargaba de cogerse su tremenda polla y moverla en una exhibición descarada de sus dimensiones.
-Ay pero señor Jackson, espere… no se vaya, no he querido decir que no lo quisiera ayudar, solo que su… cosa si está dolorida podría intentarlo aunque no se si podré.
Si le ayudo es solo una vez eh? y no vaya a decirle nada a mi marido.
-Conforme Rebeca, solo una vez y… nada a su marido-el viejo babeaba
-Qué quiere que haga para ayudarlo?
-Pues para empezar sus tetas me ponen…
El negro del señor Jackson se levantó y desde atrás de la mujer le pasó sus brazos por su cintura y le cogió una teta con cada mano para estrujarla con deseo y sensualmente.
Ella se dejó hacer pensando “pero cómo hago yo esto…?”
El hombre ya lanzado tras un magreo de bastantes minutos y arrimándole la inmensa polla a su culo, le hablaba al oído cosas en susurro como “que tetas tiene”, “como me pone la polla su cuerpo”, “huele que me embriaga”, “sus pezones son una maravilla”…
Tras el magreo constante al ver que la casada se dejaba y lo debía de sentir agradable, la giró y se agacharon los dos para el ponerle la enorme polla enfrente de su boca
-Ande Rebeca, cúreme el dolor intenso de mi polla y déle una mamadita
La blanca se encontró abriendo la boca y comenzando a meterse el cabezón de aquel pene y pensando “bueno, pobre señor Jackson, si solo es esto no me sabe mal hacerlo, pero mira que pene tiene el viejo, no, no se llama pene, lo llamó polla, eso es, me está gustando chuparle esa polla que tiene el señor Jackson… que extraño, me noto que se me moja el interior de mi chocho, nunca se la había mamado a mi esposo y es delicioso… tengo ganas de continuar… si, si, es bueno…
De pronto el viejo le sacó de golpe la polla de dentro de la boca de Rebeca y le dijo
-Para ya que por poco me corro en tu boca, anda, vamos a continuar en tu habitación
Una vez en la cama matrimonial de Rebeca esta le recordó que solo una vez y se lo hace prometer
-Una vez, se lo prometo…
En la cama el se baja a su chumino y se lo toca separando sus labios íntimos, quedando prendado de su elasticidad, su color y su olor y se lo va diciendo mientras se acerca hasta tenerlo al alcance de su boca.
Ella no da crédito a lo que le hace aquel viejo y negro, tocándole sus más íntimos rincones que son solo para su marido y el empieza a lamerlo.
Tras un buen rato ella ya pasa a un estado traumático y diciendo en voz alta
-Ohh qué me hace… nunca me ha hecho esto mi marido… es bueno si… ahhh siiiiiiiii… es muy… muuu yy bueno
Rebeca alcanza un orgasmo que ella nunca había sentido y lo chilla tanto de sorpresa como de gozo, notando en su cuerpo la explosión de placer jamás conocida anteriormente.
-Yo te trataré con más cariño que tu marido, no conocías lo que era un orgasmo, verdad? estas mal follada Rebeca pues si con la lengua te has corrido no te digo lo que disfrutarás con mi polla.
Mientras aún la blanca mujer está recuperándose de aquel primer orgasmo de su vida a sus 26 años, el le coloca la cabeza de su polla entreabriendo los labios vaginales y le avisa
-Ahí voy Rebeca, disfruta!
La penetración es imposible como el viejo se pensaba aunque la vagina de Rebeca estaba lubricada, era por el tamaño de aquel miembro desproporcionado y por lo estrecho del paso de la vagina de la mujer poco habituado, por lo que se quedó algo atascado a la mitad de su largo.
Con un empujón decidido la enorme verga entró, con la exclamación terrible de la dueña de la vagina
-Aaaaaaahhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!
Sin esperar mucho más el viejo negro comenzó a moverse para que su hembra pasara rápido de un dolor insoportable a otro soportable y de este último a empezar a disfrutarlo.
Acertó.
Tras varios leves bombeos la mujer comenzó a sentir algo que nunca había sentido, como le estaba ocurriendo aquella noche ya en repetidas veces.
-Ahhh… es … muy… grande… -con voz entre resignada y quejosa, la blanca casada fue haciéndose a la idea de que aquel viejo estaba sacando de ella toda una vida de ignorancia.
El señor Jackson se la sentó en su regazo pero con toda su polla dentro de ella, ensartada completamente veía como al golpear con su pelvis y clavarla hasta el fondo, ella se mordía el labio inferior y esperaba el siguiente empujón apretándose todo lo posible en la entrepierna del negro.
No pudo evitar el negro gemir y decir entrecortadamente mientras le mordía los pezones
-Eso mi reina… muévase sola… métasela más mi negra gran polla… le gusta como la follo señora Rebeca…
-Ohhh… qué bueno… cómo me gusta como me folla señor Jackson… qué polla tiene usted… siiiii… me hace delirar de placer… voy a desmayarme del gusto señor Jackson… ahhhhh… me corrooooo ¡!!! Otra vez… me corroooooo!!!
-Pues yo aún no me he corrido Rebeca.
El viejo negro se la estuvo follando veinte minutos más en que ella alcanzó otros tres orgasmos demoledores y sin fuerzas estaba cuando el viejo le espetó
-Voy a correrme Rebeca, quiero correrme dentro de usted, quiere que me corra dentro?
-Córrase dentro señor Jackson!, lléneme con su negro semen!
Entonces el se apretó como no lo hiciera en toda la follada y endureciendo la enorme polla le gritó
-Ahí vaaa!!!
Un torrente de negro y caliente esperma inundó el útero de la blanca casada, pues la cabeza de la enorme negra polla había rebasado su cuello y estaba llenando aquel reducto con chorros y chorros de la negra semilla del viejo.
Al sentir su vientre caliente por el semen del viejo, ella exclamó
-Ahhhhh señor Jackson!!! yo también me corro otra vez… ahhh
Por la mañana ella se encontraba en la cocina recordando la noche pasada.
No le cabía en la cabeza como se había dejado follar por su vecino, huésped de su casa.
Nunca ella se había fijado en los hombres de raza negra y menos viejos y más bien feos; su vecino la había seducido con su experiencia y la había hecho llegar a un momento en que ella estaba perdida de lujuria sin poderse negar a nada.
Comprendía que al no tener experiencia ella con su marido, único hombre en su vida, que no la hacía sentir nada absolutamente, lo que sintió la volvió otra mujer y disfrutó como jamás se lo hubiera imaginado aunque se preocupó al recordar las veces que se había corrido dentro pero… a petición de ella misma.
Suerte que le prometió que solo sería una vez, sino podía cambiarla demasiado a ella y esto le daba mucho miedo.
En eso estaba pensando cuando, de pronto, unas manos se agarran a sus enormes tetas desde atrás.
-Ahhhhh! que susto… déjeme…
-Pero como Rebeca, su boca dirá esto pero sus pezones están duros y dicen otra cosa.
-No… nada… me prometió que solo sería una vez…
-Las promesas están hechas para ser rotas, usted sabe eso… mire como tengo mi negra vieja gran polla pensando en usted desde que me desperté… tóquela, vea… usted quiere mi gran polla negra, no es cierto?
Ella tenía su mano cogiendo la polla del viejo sobre su pantalón y el estaba magreando con energía sus ubres y apretando sus pezones.
Ella contestó débilmente
-Sii…
-Pues vamos al dormitorio…
El viejo Jackson la desnudó en un instante y el se arrancó la poca ropa de forma que los dos estaban desnudos y el frente a ella enseñándole su pedazo de polla a la vez que le decía
-Se que quieres mi polla Rebeca, no lo niegues, no te lo volveré a decir, pídeme lo que quieres que te de
-Ess… sii… señor Jackson, quiero su polla negra…-con voz casi inaudible- es usted malvado…
-No soy malvado, solo soy un viejo que le gustan los chochos blancos de blancas mujeres casadas… toma!
La polla del negro entró deslizándose sin tanto dolor como la primera vez y por estar aún la vagina de la hembra lubricada por sus continuos flujos y restos de esperma de ayer.
Se quedó quieto para esperar sentir como los músculos de la vagina invadida ahora sí trabajaban lo que nunca habían trabajado, anillando su tronco y notando como ella comprimía esos músculos voluntariamente, como dándole permiso para su estancia.
La primera follada de aquella mañana duró una hora y ella solo gemía de alegría y felicitándose por descubrir aquellas sensaciones tan nuevas.
-Fólleme señor Jackson, lléneme con su negro semen, métala hasta bien dentro… me corroooooo!!!!.
ahhhgrggg!!!
-Me estoy corriendooooooo……………
-Eso! Eso! lléneme toda… córrase dentro de mi… me gusta
Descansaron diez minutos sin hablarse y al final ella no pudo reprimirse y se quejó
-Oh, soy una mala esposa… estoy en la cama con mi viejo negro vecino, que no es mi marido, y deseo que me folle, nunca mi marido me había hecho sentir lo que usted me ha hecho sentir señor Jackson
-Yo solo he sacado la hembra que había dentro de usted Rebeca, cuando usted ha encontrado un amante que la hecho sentir, sus instintos naturales salen, la naturaleza siempre prevalece
Diciendo esto rodea su cercana cabeza con su brazo izquierdo y besa a la blanca casada en la boca.
Ella da un respingo por la sorpresa pero estando sensible a las nuevas caricias se deja besar, notando como el viejo le introduce la lengua en su boca y comienza a removerla buscando la suya que sin queja, va al encuentro de la intrusa para poner a lamerse mutuamente una con la otra.
Rebeca cierra los ojos y vive la nueva situación con aquel viejo que la está enseñando a ser mujer de forma tan placentera, notando su vientre lleno de la inmensa polla del negro y entregarse del todo al sentirse ya una hembra de verdad.
Ella continuaba pidiéndole que se corriera dentro, parecía que solo conociera esta forma de follar y eso es lo que estuvieron haciendo todo el día, tan solo interrupciones mínimas para dar de comer a su hijito de dos años que se pasaba el día durmiendo, era un poco muermo como su padre.
Estaban en la cama los dos a la mañana siguiente y ella aún tenía remordimientos como mala esposa, pero no le decía que se marchase ni lo apartaba de su lado, pegado a ella, el se despertó .
-Buenos días!
-Buenos días señor Jackson, estoy muy mal, creo que no me he portado bien, compartir la cama de mi marido con otro hombre… ohhh
-Nada Rebeca, como le dije es la naturaleza, como la naturaleza me dice que no quiero café para desayunar
-Qué quiere para desayunar señor Jackson?
-A usted…
Le comió la boca y ella solo pudo murmurar lo malo que era pero de forma irónica y cariñosa pues el ya la estaba agarrando sus pechos y apretándolos como a ella la excitaba, destapando todo su cuerpo para verse los dos desnudos sobre aquella cama de matrimonio.
El hombre suspendió el morreo pues sus salivas ya habían llenado la cara de ella y bajo a su entrepierna para comerse el chocho de su blanca amante con lo que de inmediato ella le animó diciéndole lo mucho que el sabía cómo hacer sentir a una mujer y que no parara.
Tras su primer orgasmo el se irguió para preparar la penetración y, exhibiendo su monumental instrumento le dijo a su hembra
-Dígame Rebeca, que quiere de mi
-Quiero su enorme negra polla para que me folle en lo más hondo de mi… asi….
asiiiiiiiii….
Uf que grande la tiene esta mañana asiiii métamela toda….
Y así durante otra hora de bombeos, gemidos, orgasmos y espasmos de ambos, follando como animales en celo
-Aahhhhhh ya me esoy corriendoooooooooo…….
-Yo tambiénnnnnnnn………….
uf señor Jackson, noto como me ha bombeado otra vez su negro semen en mi vientre, supongo que ya me tiene preñada
-Siempre hay una primera vez para todo, nunca tuve hijos con una blanca, será también mi primera vez, pero ahora… ahora deme un besito
Mientras tenía la polla enterrada en el chocho de su hembra blanca, Rebeca le dio el morreo más intenso y que ella nunca se dio con su marido, viendo el que ya la tenía completamente suya.
Llegó su marido de su viaje y por la noche el la requirió para hacer el amor.
Sin darse cuenta ella tuvo que disimular como jamás se lo había hecho a su marido, al comprobar que en los últimos siete días ella había cambiado, no sentía nada por aquel hombre que dormía a su lado en su cama de matrimonio.
No pudiendo aguantarse esperó a que el se durmiera por la fatiga del viaje y su corrida, ridícula pensó ella, y se levantó para ir a la habitación del fondo donde dormía su amante.
Lo encontró despierto
-Ya me extrañaba que no viniera Rebeca, es insoportable follar con su marido, no es cierto?
-Si, no puedo sentir nada y necesito su polla señor Jackson, fólleme toda la noche señor Jackson, no puedo vivir sin su negra gran polla…
Follaron toda la noche hasta que se hizo de día, los morreos eran salvajes y el se corrió tres veces dentro de su vagina siempre a petición de ella.
Siguieron follando todo el mes la blanca y el negro, estando su marido, al dejarlo dormido después de exprimirlo para que estuviera cansado y ella acababa en la cama del viejo follada hasta el agotamiento.
Rebeca presentaba ya unas ojeras considerables.
En la cena, antes de dejar la casa de Rebeca para volver a su reformada casa, el señor Jackson le dio las gracias a Roger por su hospitalidad y este le agradeció que prestara cuidado y atención a su familia ante sus largos y frecuentes viajes.
-Vuelvo a salir de viaje por dos semanas y me gustaría que viniera y diera un vistazo a mi familia de vez en cuando.
-Será un placer Roger, será un placer…
Esto que contestó el negro lo dijo tapándose la cara excepto los ojos, para no descubrir su sonrisa y acabó mirando a Rebeca que igualmente estaba como bebiendo de su tazón y lo miró de forma penetrante pues entendió perfectamente lo que quiso decir el viejo y negro vecino en cuanto a lo del placer…
Ya despedido a su marido, a la noche Rebeca esperó por si se presentaba el negro para follársela.
Al día siguiente igual y no apareció; “que cabrón” pensó, como puedo aguantar yo si estoy todo el día deseando que me folle el viejo negro.
y no se lo pensó más: salió con su baby doll andando a la casa del negro vecino.
Le daba igual el ser ella que lo requiriese para que se la follara, encontraba a faltar sus cuantiosos e intensos orgasmos cuando estaban todo el día juntos.
Sin decir nada el viejo abrió a su llamada y ella entró.
Ambos sabían lo que querían.
Rebeca se abrazó a su macho, lo besó y este le preguntó como el campeón a sus admiradoras, con un énfasis casi cómico
-Rebeca, tenemos 12 días para nosotros, qué quieres hacer?
-Lo que usted quiera señor Jackson, haga conmigo lo que quiera.
-Pues follar, te voy a follar mucho querida Rebeca…
A partir de este día y todas las tardes y todas las noches, después de dormirse su hijo, Rebeca y el señor Jackson se dedicaban a follar sin descanso, de una forma casi salvaje pues ella iba sacando la lujuria y calentura dormidas durante tantos años.
Era además multi-orgásmica, lo que le hizo mucha gracia cuando se lo explicó su amante sin hacer falta demostrárselo, pues ella misma cada día alcanzaba un poco más de intensidad en sus explosiones orgásmicas y además con las feroces caricias que se daban antes del coito, ella también conseguía llegar al límite del placer.
El viejo negro no paró de llenarla de sus corridas copiosas, a gusto de su hembra que era uno de sus momentos más intensos al sentir ser inseminada.
Precisamente en el octavo día de sus encuentros de apareamiento, en uno de los momentos en que los dos ya están suficientemente excitados, el le pide el culo, que se lo enseñe y ella, obediente como desde hace casi dos meses, se lo enseña
-Asi le gusta
Rebeca se pone en cuatro y de espaldas y con su mano separa con empeño su nalga para ofrecerle el agujero de su fruncido e inmaculado ano.
El se quedó extasiado ante aquella preciosura de anillito, llegando a pensar que por allí cagaba la espectacular hembra como cualquier animal de la creación, pero como el iba a lo suyo se puso a lamerle el agujero con su formidable, musculosa y entrenada lengua
-Oh señor Jackson, esto es mi culo, es que… quiere follarme el culo?
-Claro Rebeca, quiero darte por el culo como le corresponde a tu macho y así haberte ocupado todos tus agujeros como tu hombre que ya soy ahora, claro que si no quieres puedes irte y no volver más…
-Oh noooo, señor Jackson, no se enfade, usted puede desvirgarme el culo y lo que quiera, soy su mujer y como ha dicho usted es mi hombre
El viejo comenzó a lamerle y meter un primer dedo, quejándose por lo apretado que tenía el ano Rebeca.
Siguió con dos dedos y su lengua, consiguiendo hacerla entrar
-Oh señor Jackson, esto que me hace es muy sucio… pero que gusto da… siii… ahhhhhhh
-Bueno esto ya está casi abierto, voy a meterle la polla…
-Ufff! eso duele señor Jackson… duele … duele mucho…
-Espera y verás que pronto te pasa y me pedirás más
El culo de Rebeca era irremediablemente follado por la enorme polla negra del viejo que entraba y salía deslizándose a través de todo su recto.
Ella ya comenzó a gozar por las exclamaciones de placer que tan bien conocía su amante y cuando al cabo de media hora este le aviso de que se iba a correr, ella tuvo como una contracción al no tener referencia de esta nueva invasión de su cuerpo y al borde del orgasmo esperó un instante hasta que notó los chorros y chorros habituales de su querido viejo negro, para explotar en uno de los más violentos orgasmos de su vida
-Ohhhhh diós….
Me corro con una polla… en el … culoooo
Tras calmarse de la sobre excitación pensó que su ahora amante era una joya, pues le conseguía alcanzar disfrutes y placeres que jamás hubiera conocido sin el.
A un paso del enamoramiento pensó ella que estaba
Siempre que su marido viajaba, más de tres semanas al mes, ella lo invitaba a su casa a dormir o ella se iba a la suya tras cuidar al nene.
Por tanto el viejo se la follaba cada día diez o doce horas repartidas en las mañanas dos horas, las tardes cuatro horas y las noches cinco horas.
Se supone que el viejo tenía recursos farmacéuticos, aunque con aquella hembra no era difícil estar siempre a punto.
En uno de esos momentos en que el se la está follando colocado en su espalda y la tiene ensartada desde atrás con más de un palmo de polla dentro de su chocho, advierte que le viene la corrida y le dice a ella, sin que presuponga pedirle permiso ni nada respecto a donde se va a correr
-Preciosa, usted cada vez le gusta y disfruta mas que me corra dentro, es que quiere quedarse embarazada?
-Hay señor Jackson, yo… pues…usted puede correrse siempre dentro de mi, yo soy muy feliz de recibir su semen dentro de mi y… estaría muy feliz teniendo un hijo suyo señor Jackson, deme un hijo señor Jackson… siiiii… asíííí….
!!!!
-Si!!! toma mi hembra…!!! Toma mi semen negro dentro de tiiii.
Quiero ver crecer mi bebé negro en tu blanco vientre… siii …!!!
-Eso!.
eso señor Jackson, déme su semen negro y préñeme que le haré un bebito negro en mi vientre… quiero un hijo suyo dentro de mi!!!.
ahhhhhhhhh… siiiii……
Asi iban pasando los días entre follada y follada sin descanso para los dos, borrachos de tanta lujuria y excitación, con el cornudo del marido siempre de viaje y ellos en el paraíso del sexo, aunque para Rebeca sus sentimientos ya eran de un amor declarado en muchos de los momentos en que se entregaba completamente a su viejo y negro amante.
En uno de ellos le reconoció que ya había dejado de preocuparse por lo de las corridas de él dentro de su sexo.
-A si, y por que?
-Por que ya estoy preñada mi amor… voy a hacerle su bebito negro en mi blanco vientre… desde hace casi dos meses pues he tenido la segunda falta… o sea que para el próximo mes de septiembre le daré su premio al haberme hecho su mujer.
Solo que me atormenta una cosa: el bebé será negro, si mi marido me repudia, que voy a hacer?
-Si el cornudo e impotente de tu marido te repudia no pierdes gran cosa, te vienes a mi casa y me caso contigo para cuidar de nuestro bebito, y hacer otro, qué, te gusta?
-Ohh siii mi amor, eso quería pedirle, quería ser su esposa desde hace mucho tiempo, adoraría ser su esposa y la madre de sus hijos y estar con usted siempre.
A medida que le crecía la barriga ella llevaba mucho cuidado para no dañar al feto.
En el anterior embarazo, su marido no la tocó en los nueve meses como en este que tampoco le pidió sexo Roger ningún día.
Pero el padre de su futuro hijo, la requería a diario para follársela y a ella le encantaba que lo hiciera pero tanto por la frecuencia como por el tamaño de la polla de su hombre, la preocupaban.
El recurso era que el la daba por el culo muchas más veces que por la vagina y todos contentos.
Así hasta los nueve meses.
Estaba Rebeca con dolores y pequeñas contracciones y decidieron irse a la clínica, a tener el bebé.
El señor Jackson se los miraba cuando cogieron el coche para irse, con una burlona sonrisa por gritarle el atontado del Roger “está llegando nuestro bebito” y despedirle con un saludo amistoso.
Rebeca lo miró entre ilusionada y asustada por saber que pasaría lo que se imaginaba desde hacía tiempo.
No quería hablar con su marido, no lo consideraba ya importante en su vida, no lo amaba, no lo deseaba, que viera con sus propios ojos la decisión que había tomado su amada esposa.
Con los dolores del parto su cabeza cogió miedo, como una súbita pérdida de fuerza para afrontar sola lo que se descubriría en unos momentos y como gimiendo le decía débilmente a su marido que tenía que explicarle algo muy importante…sus contracciones no la dejaban coordinar las palabras y el Roger, fuera de toda sensible atención para con su mujer ni la contestó, solo estaba pendiente de que su segundo hijo naciera, era el triunfo de su machismo…
El médico estaba al caso y animaba a la parturienta a aumentar sus empujones para que sacara la cabeza el que iba a nacer.
Ya faltaba casi nada y con un último y rabioso empujón Rebeca expulso el bebé.
El médico se quedó de pasta de boniato con unos ojos como platos, diciendo incoherentemente cosas que no venían al caso como: “usted verá, es…”, “bueno si, no, está bien… pero”
Roger al no entender nada le conminó por el extraño comportamiento que desplegaba y este al final y por no saber cómo decir lo que solo el veía, alzó al bebé, antes de cortarle el cordón umbilical y lo mostró a su dudoso padre.
Al ver un niño negro como el carbón, cada uno tuvo una reacción distinta: ella sudada como nunca y sonriente dijo “es adorable” y el se desmayó de la impresión.
Mas tarde y en la habitación de la parturienta, mientras esta estaba haciendo carantoñas y besitos a su recién nacido bebito, hijo de su nuevo y definitivo amor señor Jackson, entró su marido hecho una furia
-Qué Rebeca, qué ha pasado?
-No te enfades Roger pero yo no puedo explicarte nada
-Como que no puedes explicarme nada, tu te has acostado con otro hombre mientras yo estaba trabajando para ti.
-Bueno Roger, siempre me has tenido sola, eso es verdad, pero lo que te culpo es de que tu nunca me has hecho disfrutar del sexo que me dabas, nunca has sido capaz de tenerme como a tu mujer y hacerme sentir mis capacidades como hembra.
Si no quieres estar conmigo y decides abandonarme lo entenderé, el señor Jackson ha decidido cuidar de mi si tu me abandonas…
-Qué?!.
el negro… del señor Jackson?.
nuestro vecino … no!, espera… el viejo negro de nuestro vecino… es él el padre del niño?!?
-Si Roger, el es el padre de este niño, el es el padre…
El marido de Rebeca no se lo pensó dos veces y cogiendo a su hijo, expulsó a Rebeca y a su hijo negro de su casa, que se fue a casa del señor Jackson como ya habían hablado y decidido.
Ella muy feliz con su negro bebito en brazos, dándole de mamar todo el día pues presentaba una voracidad hacia sus pezones enorme, como su padre seguramente pensó ella.
El viejo negro la dejó unos días tranquila por el trauma de su marido hasta que a los cuatro días se acercó a ella y le soltó
-Rebeca, vamos a casarnos, este es mi hijo y necesita el cariño de un padre
-Ohhh nada me hará más feliz que ser su esposa mi viejo negrito… jajaja
La boda fue un espectáculo para el barrio de donde era oriundo el viejo, todos negros en bastante indigencia, viendo como uno de ellos, el mas feo y viejo del ghetto, se casaba con una formidable hembra blanca, joven, guapa, sexy y un palmo más alta.
No entendían como aquella belleza blanca se había podido enamorar de tan desagradable sujeto.
Lo que pasó después ya es historia, Rebeca fue preñada otras tres veces por su negro y longevo amante, ya perdidamente enamorado…
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