La cartera 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de haberme ido de casa de mi amante, cuando llegué a mi casa, estaban mi marido y mis hijos, yo como si no hubiera pasado nada, aunque mi ano, me hacía recordar que me habían follado por el culo, ya que sentía como si me latiera.
Estuve como dos días sin ver a Eduardo, lo extrañaba, cuando volví, no era para entregarle nada, era que necesitaba verlo, me hace entrar a su casa, nos abrazamos, nos besamos y sentí sus manos acariciar mi culo por sobre mi pantalón, queriendo desabrocharlo, "no cariño, no tengo tiempo, mi marido me espera en la oficina porque tenemos que salir", le dije, aunque por dentro no me hubiera importado que me desnude y me folle, "me vas a dejar así?", me dijo, sacando su polla que estaba dura, yo lo besé en sus labios mientras la cogía con mi mano, me arrodille frente a él y se la empecé a chupar hasta que hice que se corra en mi boca.
Tragué su leche y pase mi lengua por toda su polla, lo besé en los labios y me fui.
El viernes me dice mi marido que se iba a pescar con sus amigos, que hasta el domingo no iba a venir, y los fines de semana mis hijos siempre se van con sus novias, así que me iba a quedar sola.
De inmediato le mande un mensaje a Eduardo y le dije como tenía el fin de semana, todo para él, y me dijo que venga, que me estaría esperando.
El sábado mi familia se fue, y yo fui a ducharme, me depilé bien el coño, me pinté las uñas de los pies y las manos, busqué la ropa interior mas sexy que tenía, y encontré unas tangas hilo que me había regalado mi marido y que nunca había estrenado, un sujetador a juego y con eso me fui.
Cuando llego, aparco el coche y le aviso que ya estaba y él me esperó con la puerta abierta.
Cuando estuve dentro nos besamos con pasión, las manos recorrían el cuerpo del otro, sentía su polla dura cuando me pegaba contra él y mi coño como se mojaba cada vez mas.
Me quiso empezar a desnudar y no lo deje, le dije que espere un momento.
Me fui a su dormitorio y ahí me quité la ropa, adoptando la pose mas sexy que pude.
Cuando entró, me miró de los pies a la cabeza, se notaba que le gustaba verme así, me acosté boca abajo y me saque el hilo de la tanga de mi culo, y me abrí las nalgas dejando que me vea el ojete, "te gusta cariño?", le dije, dilatando y cerrando el ano, "aquí esta tu cartera para recibir tu correspondencia", le dije, metiendo un dedo en mi boca y luego con una nalga abierta, me lo fui metiendo en el culo, mientras Eduardo se quitaba la ropa sin dejar de ver mi cuerpo semi desnudo para él.
Eduardo me cogió uno de mis tobillos y empezó a morderme el talón, a pasar su lengua por la planta de mi pie, a lamer los dedos, yo la verdad que nunca me había puesto así, estaba totalmente cachonda, sus manos recorrían mi cuerpo, hasta que llegó a mis nalgas, y yo tenía una abierta y él abrió la otra y me empezó a meter un dedo también.
Tenía un dedo suyo y otro mio metido en el culo.
Sacó su dedo y me siguió acariciando, me quitó el sujetador, la tanga, se arrodillo frente a mi cara y yo metí en mi boca su polla mientras él volvía a acariciar mis nalgas y yo movía mi dedo bien adentro de mi culo.
Me sacó la polla de la boca, me hizo poner boca arriba y ahora era él el que se metía entre mis piernas y me comía el coño, haciendo que arquee el cuerpo hacia arriba de placer, "así mi vida, que bien me comes el coño", le decía gimiendo y acariciando su cabeza, mientras su lengua me hacía gritar de placer al lamer mi coño, mi clítoris, "ya cariño, ya, quiero que metas tu polla en mi coño, quiero que me folles", le decía mordiendo las palabras de cachonda que estaba.
Eduardo se acomoda entre mis piernas y yo cogí su polla y la dirigí a mi coño, gritando al sentir como me la iba metiendo, como mi coño se comía su polla, hasta sentir su cuerpo sobre el mío y su polla toda dentro de mi coño.
"Como tu marido te descuida así, que mujer que sos", me dijo chupando mis tetas y haciendo que su polla entre y salga de mi coño, "para eso estás tú cariño, para darme placer", le dije, levantando y abriendo bien mis piernas, dejando que Eduardo me haga disfrutar con su manera de follarme.
A medida que su polla entraba y salía de mi coño, yo gemía como una loca, disfrutando de ese hombre que tenía entre mis piernas.
"Me vas a follar por el culo cariño?", le dije, casi gritando al sentir su polla entrar y salir de mi coño y como me estaba chupando las tetas, "si mi vida, te voy a coger por el culo también", me dijo, enderezando su pecho, y quedó arrodillado entre mis piernas, sacando su polla, empapada de mis jugos vaginales, me pasó saliva por el ano con sus dedos, y yo volví a coger su polla y ahora era yo la que acomodaba la polla contra mi ojete para que lo folle mi amante.
Los gemidos que daba jamás me imagine darlos follando por el culo, sentir como me entraba la polla de Eduardo, como se abría mi ojete, "así cariño, como me gusta sentir como me metes la polla en el culo", le dije, cerrando mis ojos y sintiendo como poco a poco su polla se metía toda en mi culo, hasta que siento como pega su cuerpo contra mis nalgas y su polla toda dentro, abriendo bien mi ojete.
"Tenemos todo el fin de semana para nosotros mi vida, me voy a ir bien follada de tu casa", le dije, sin poder evitar dar un pequeño grito de placer al sentir su lengua en los dedos de mis pies y su dedo acariciar mi clítoris.
Sentía sus polla entrar y salir de mi culo, despacio, muy suavemente, eso es lo que nunca hizo mi marido, las dos o tres veces que lo hicimos por atrás, él fue muy bruto, me hizo doler mucho, pero Eduardo me hacía disfrutar, me enseño que el sexo anal es tan placentero como el sexo vaginal.
Yo me había corrido ya una vez, me sentía extraña, jamás tuve mas de un orgasmo, cuando lo tenía, creo que fueron mas las veces que no llegué a las que llegué, pero Eduardo me hacía llegar con total facilidad de lo bien que me folla.
Me saca la polla del culo y se sienta en el borde de la cama, y me dice que me siente sobre su polla, yo le dí la espalda, me abrí las nalgas y deje que él me dirija, sintiendo como me sentaba sobre su polla y se metía toda de nuevo en mi culo, giré mi cabeza y nos besamos mientras sus manos acariciaban mis tetas, mi coño, yo movía mi culo sobre él, sintiendo como su polla se movía bien adentro de mi culo.
"Como me haces disfrutar cariño, me encanta como me follas", le decía moviendo mi culo en círculos sobre su polla, "Te vas a ir con el ojete bien abierto", me dijo, mordiendo mi nuca y apretando mis tetas, "si cariño, para eso estoy acá, para que me hagas lo que quieras", le dije, buscando su boca con la mía.
Mis gemidos y los temblores de mi cuerpo eran tremendos, jamás había sentido algo así cuando he estado follando, pero este hombre me estaba matando.
Sus dedos dentro de mi coño, las mordidas que me daba en la nuca, yo estaba hasta mareada de lo que estaba disfrutando.
Me hace levantar de como estábamos y mete su polla dentro de mi boca, se la chupaba con placer, con deleite, sin pensar que momentos antes la tenía bien adentro de mi culo.
Me hace poner en cuatro patas, con el culo bien salido para afuera, me dice que me abra las nalgas, yo temblaba de placer, hasta que siento como me la mete en el coño, fuerte, hasta bien adentro, la saca, me la mete por el culo, de igual manera, y otra vez al coño, yo gritaba de placer, sintiendo como llegaba a otro orgasmo, mientras su polla entraba en mi coño y en mi culo, una y otra vez, y otra vez, "cariño, me estoy corriendo, lléname de leche, por favor, lléname de leche", le pedía a gritos, temblando del orgasmo tan fuerte que estaba teniendo, hasta que me da un pollazo por el culo, que hace que se me escape un pedo y me coge de la cintura, retorciendo su cuerpo contra mis nalgas y su polla latía dentro de mi culo, yo mordía las sábanas para que no se escuchen mis gritos de placer mientras Eduardo se estaba corriendo dentro de mi culo.
Nos relajamos, Eduardo sacó su polla de dentro de mi culo, nos acostamos abrazados, nos besamos, "hoy vamos a dormir juntos", le dije, apretando mi cuerpo contra el suyo, aplastando mis tetas contra su pecho, "si mi amor, tenemos mucho fin de semana para nosotros", me dijo, mordiendo mi labio inferior, y pasando su mano por mis nalgas.
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