La comadre se me entregó
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Resulta que mi amigo Manuel, me llamó por teléfono y me preguntó en donde pasaría la navidad, y la verdad no tenía planes, asi que acepté, mi amigo Manuel estaba con peleas con su esposa y no quería pasar la navidad sin hablar, a pesar que tienen dos hijos pequeños.
Al parecer la comadre Laura, quien es una linda hembra, alta, y los dos partos la han puesto para comersela, pues ahora sus senos son grandes, caderas anchas y un buen prospecto de culo con volumen, había sorprendido a mi compadre con algunas llamadas telefónicas incriminadoras.
Lo cual me confirmó el compadre Manuel, quien me dijo que tenía una sucursal (una amante) y que estaba loco por esa chica.
Asi que antes de las doce nos sentamos con el compadre a beber licor, el compadre me decía que quería salir a ver a su amante, pero no podía, pues su mujer no le creería ninguna excusa en ese momento.
Asi que nos sentamos a beber y a eso de las doce lo de los regalos y abrazos, mi amigo Manuel ya estaba casi borracho.
Los niños abrieron sus regalos y luego de jugar un rato los venció el sueño, asi quedamos solo la comadre Laura, el compadre y yo.
El compadre siguió bebiendo y ya casi no podía sostenerse en pie.
Luego se quedó dormido sobre la mesa, con la comadre lo llevabamos a su habiración y lo dejamos acostado con todo y ropa.
Luego nos sentamos con la comadre Laura, quien se quejó conmigo del compadre, ella ya sospechaba que el compadre andaba con alguna mujer.
La comadre se había puesto muy guapa, tenía puesto un vestido de una sola pieza, de esos que se pegan al cuerpo, asi que sus senos se veían grandes y sus nalgas se veína muy deseables.
Tomamos algunos vasos de ponche, que tenía licor también, asi que al poco rato nos pusimos algo cachondos y ya me dejaba ella tocarle las piernas y abrazarla a cada momento, pero sin extralimitarse.
Luego empezaron los piropos por mi parte, que eran más directos.
-Ese compadre si que la amola, pues quien quiere tener otra mujer si usted esta tan linda todavía- le decía yo
La comadre se sonrojaba y se reía, no le molestaba que yo la adulara -Usted cree compadre que todavía puedo sacar la tarea?- me preguntó.
-ay yo creo que de sobra comadre, usted está más chula cada año-
Luego de estar charlando y cachondeando, vimos la hora y eran ya las tres de la madrugada.
La comadre dijo que ya tenía sueño, que los ponches le habían dado sueño.
La dejé en la puerta de la habiación todavía esperando que mi suerte cambiara y yo terminara en la misma cama que la comadre, pero al parecer no iba a hacer asi, ella se despidió en la puerta y me dijo que tal vez en otra oportunidad podría pasar algo, me dio un beso en la boca corto y se metío a su habitación, me fui caminando hacia la que me habían dado, en eso oigo un grito, era un grito de Laura, Corrí y abrí la puerta, alli estaba Laura diciendo cosas, vi a mi compadre y al parecer había vomitado sobre la cama y las sabanas estaban hechas un asco, por supuesto mi compadre ni en cuenta, seguía dormido.
Y ahora que voy a hacer para dormir, no tengo ganas de cambiar nada a estas horas, lo haré por la mañana.
Eso fue música para mis oídos y sin dudar le ofrecí que se quedara en mi habitación, le dije que me portaría bien, ella se río y me dijo que estaba bien, pero que me portara bien.
Ella se quedó poniendose ropa cómoda para dormir y yo la esperé en la habitación para visitas.
Apagué la luz principal y solo dejé una luz de la lámpara de noche.
Pasaron veinte minutos y ella no llegaba, pensé que se había arrepentido.
Pero de repente se abrío la puerta y alli estaba ella, se habí apuesto un baby doll de infarto, la parte de arriba era transparente y se dibujaban bien sus senos y sobre todo sus grandes pezones, abajo le llegaba solo hasta donde empiezan las nalgas y su calzón transparente, dejaba ver la matita de pelos que cubrían su vulva, ella me dijo -no me veas-, hice como que no la miraba mientras ella se metía a las sabanas.
-comadre que bella se ha puesto!- le dije.
Ella contestó -yo asi duermo, con esta ropa-.
Ella se puso de lado y yo me pegué a ella por atras y la abracé, mi pene pegado a sus nalgas.
-Hay compadre, abraceme, pues creo que sentí un poco de frio- me dijo ella, eso fue suficiente para comprender el mensaje que la bella comadre quería un poco de acción esa nochebuena.
Saqué mi verga de mi boxer y comencé a sobarle las nalgas cubiertas por un hilo dental, se lo hice a un lado para que el glande de mi verga se frotara directamente con sus labios vaginales y su clitoris, eso le gustó a mi comadre, porque movía su trasero al ritmo de la frotada.
Fui sintiendo como su raja se calentaba y luego sentí la humedad de su cavidad en mi verga, ya era el momento, asi que poco a poco se la fui metiendo en su chuchita, ella gimió y yo no me detuve hasta que se la tuve hasta la mitad de mi tronco, luego la abracé para meterle otro poco y empezar a pistonear mi verga en su raja, los gemidos de mi querida comadre no se hicieron esperar, ella empezó a gemir y a decir que su marido era un hijo de p.
no cabe duda que se estaba liberando un poco del stress, y yo metiéndosela lo más profundo que podía.
La estuve pistonenado un buen rato, hasta que oí que se estaba corriendo, luego cambié de posición y la puse al estilo misionero, ella no dejaba de gemir y todo indicaba que la estaba pasando bien.
Ella me apretó con sus piernas y formamos un solo cuerpo fundidos uno con el otro, yo no dejaba de cogerla y a la vez le chupaba sus buenas tetas y sus pezones carnosos.
No pudimos evitar corrernos casi al mismo tiempo, primero yo y al sentirlo pistonee más fuerte para lograr que ella se corriera y los dos empezamos a aullar de gusto.
Le solté una buena cantidad de semen en su chuchita.
Luego nos quedamos abrazados hasta dormirnos.
La comadre Laura se levantó temprano para asear su habitación.
Yo me duché y me despedí de ambos, agradeciendo la hospitalidad, la comadre solo me hizo ojos de agradecida.
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