LA ESPOSA DE MI AMIGO UNA MUJER INOLVIDABLE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola mi nombre es Jorge tengo 32 años y hace un año tuve un revés económico del cual apenas ahora me estoy tratando de levantar, cuando esto sucedió mi buen amigo Efraín, el tiene 42 años, se entero y me dio la mano con el tema de la vivienda para lo cual acordamos que teniendo el un departamento amplio, sin tener hijos y una habitación disponible, me propuso vivir con ellos asumiendo la tercera parte del alquiler.
Pensando que por esa suma solo podría alquilar una habitación en un sitio regular, a cambio de vivir en un buen sitio y con verdaderos amigos con quienes podía compartir mi soledad, ya que los que consideraba amigos en el pasado al perder mi dinero, todos desaparecieron.
Ya llevaba viviendo con ellos más de seis meses y todo era armonía, la esposa de mi amigo Liliana, que tiene 41 años, siempre fue muy atenta conmigo, sin que hubiera obligación de parte de ella, por lo cual yo siempre estaba muy agradecido y dispuesto a colaborarles en lo que fuera necesario y si me sobraba algún dinero los invitaba a comer fuera de casa o algún detalle para ellos.
Pero una noche llego Efraín y a la hora de la cena nos conto que su empresa lo había designado para asistir a un curso que duraba seis meses en el exterior y que al regresar lo reubicarían en otro cargo con mejor asignación de ingreso, por lo cual Liliana se entristeció mucho, pero reaccionando le dijo… Si este esfuerzo va a representar un ascenso en tu trabajo, adelante.
Cuando Liliana recogió los platos de la cena y se fue a la cocina yo le dije a Efraín… Si consideras que yo deba irme porque tú no estás, yo averiguo sobre otro lugar para vivir hasta cuando tú regreses o si ya ha mejorado mi situación me iré a vivir independiente agradeciéndote que me hayas dado la mano en este momento.
Pero el me dijo… No Jorge, no es necesario, tu participación en los gastos nos ha ayudado mucho, además le servirás de compañía a Lili en estos meses que yo no este.
Le respondí… Si esa es tu decisión te la agradezco.
Pasaron los días y llego la fecha del viaje la noche anterior compartimos unas copas y al día siguiente fuimos con Liliana a despedirlo.
Cuando ella vio despegar el avión se le salieron las lágrimas y de regreso a casa estuvo muy callada.
Pero en la medida que pasaron los días ellos hablaban a diario por teléfono pero no es lo mismo una relación de pareja estando de cuerpo presente, por eso ya habiendo pasado más de tres meses, un día que regrese encontré a Liliana muy triste casi llorando y me dijo que estaba muy deprimida, le comenté que de pronto le hacía falta salir con las amigas o hacer algún programa para animarse.
Me dijo mis amigas todas están casadas y las obligaciones con sus familias no les permite tener la disponibilidad de tiempo como la mía.
Entonces le propuse que la invitaba al cine, me respondió que estaba esperando la llamada de Efraín a las 6 de la tarde y que ya me diría si estaba de ánimo.
Efectivamente Efraín la llamo a las seis de la tarde, yo escuché la conversación pero me llamo la atención que no le hubiera mencionado la invitación a cine que yo le había hecho, al menos para saber si él estaba de acuerdo.
A los pocos minutos de colgar paso a mi habitación y me pregunto… Sigue en pie la invitación al cine?.
Le dije… Claro que sí.
Y le hice la pregunta… Le contaste a Efraín de la invitación? y me respondió Si, por supuesto.
Y que dijo él?
Que le parecía bien que me distrajera un poco.
Bueno, entonces que te parece si salimos a las 7 de la noche para el cine?
Perfecto, asi me das tiempo de alistarme.
Ella se fue a su habitación, pero a mí me quedo sonando en la cabeza la pregunta.
Porque me mintió, si yo escuche toda la conversación y en ningún momento ella le hablo de ir a cine esa noche y conmigo.
Me olvide del tema y seguí con lo mio.
A pocos minutos de las siete de la noche apareció en la puerta de mi habitación una Liliana que parecía que fuera para fiesta y yo solo atine a decirle… Uhmmmm estas muy hermosa.
Dame dos minutos y salimos.
Nos fuimos en un taxi al teatro, compramos los tiquetes y entramos, la película resulto ser un hueso y a la tercera parte le dije a Liliana… Qué te parece la película? Ummmm no está muy buena que digamos.
Le dije… Ni muy buena ni nada, está bastante aburridora.
Qué te parece si nos vamos?.
Ella dijo perfecto.
Y estando frente al teatro esperando un taxi para regresar, diagonal había un sitio que decía Happy Hour hasta las nueve de la noche y ella me propuso… Qué tal si vamos a ese sitio que parece no ser muy costoso, tomamos algo y luego nos vamos a casa.
Buena idea le dije yo.
Entramos y la verdad el sitio era poco iluminado, nos ubicaron en una mesa e hicimos el pedido, ella un coctel y yo otro licor más fuerte.
Bebimos cada uno lo suyo y al terminar pensé que nos iríamos a casa, pero ella me dijo… repetimos el pedido, yo invito.
Le dije… No, me da pena.
No seas tonto déjame invitarte y se repitió la dosis.
Pasadas las nueve de la noche nos fuimos a casa y al salir del lugar Liliana se pego a mi brazo y la note muy cariñosa, no pensé nada malo y tomamos el taxi y durante el viaje ella continuó igual de cariñosa como si fuéramos pareja.
Llegamos a la casa entramos y pensé, cada cual a su habitación y a dormir, pero ella no pensaba lo mismo, me dijo… he estado tan feliz esta noche que no quiero irme a dormir tan temprano, que tal si compartimos otro trago de los que guarda Efraín y luego nos vamos a descansar.
Le acepte la propuesta, ella sirvió las copas y yo puse música para ambientar el lugar.
Ella trajo las copas, me entrego una a mí y chocándolas me dijo… Salud, brindemos por nuestra maravillosa amistad.
Luego nos sentamos, hablamos de cosas intrascendentes y al terminar note que a Liliana ya se le había subido el licor a la cabeza, reía por todo, constantemente me ponía sus manos encima y de pronto dijo, nos tomamos el ultimo y nos vamos a acostar.
Esa última palabra me quedo sonando en el tímpano del oído y cuando trajo las nuevas copas, yo me había levantado a cambiar la música y luego de brindar me dijo… Bailemos.
Y comenzamos a bailar normalmente, pero lentamente ella comenzó a pegar su cuerpo al mio y yo no soy de piedra, cada vez que ella refregaba su pelvis contra la mía, mi erección era mayor y sentí pena que se pudiera dar cuenta.
No dijo nada, al contrario continuo moviéndose igual contra mi pelvis y tenía que ser tonta para no sentir lo que estaba sucediendo con mi polla.
Así bailamos durante al menos diez minutos sin soltarnos y con muy poca conversación, solo de vez en cuando ella decía que me quería mucho y que había sido de mucho apoyo mi compañía en estos meses ante la ausencia de Efraín, con estas palabras sentí mas pena de que ella notara mi erección y trate de separarme pero a cambio lo que recibí fue un beso en los labios diciéndome, Jorge no sabes cuánto te quiero, yo le respondí… Y yo a ti.
Y ella me repitió el beso pero ahora se prolongo llegando al intercambio de nuestras lenguas, sentí alguna culpabilidad frente a mi amigo Efraín, pero ella no paro y me dijo… Tengo muchos deseos de estar contigo esta noche, me sigues? Tenía tanta excitación que sin pensarlo dos veces le dije que sí.
Ella fue directa a mi polla y comenzó a acariciarla por encima del pantalón y yo por supuesto empecé acariciando sus senos sintiendo muy duras sus puntas y esto comenzó a ser acompañado, además de la música, por los gemidos de Liliana.
Ella iba con todo y bajando el cierre de mi pantalón busco mi polla la acaricio y dijo… Guauuuuu, pero que tamaño de polla tienes, Uhmmm que delicia.
Yo estaba sorprendido y desconcertado viendo a la mujer que tenia al frente, jamás imagine algo así.
Pero ya entrados en ambiente me olvide de mi amigo y pensé, si no fuera yo habría podido ser cualquier otro.
Y metí mi mano por debajo de su falda buscando su concha y cuando la encontré me di cuenta que estaba empapada su tanga, Liliana estaba que deseaba sexo a como diera lugar.
Sin más miramientos en medio de besos y caricias nos fuimos desnudando y cuando los dos estábamos en almendra le propuse que fuéramos a mi habitación, imaginando que en mi cama doble estaríamos mejor.
Dejamos el reguero de ropa y apenas entramos en mi habitación ella se recostó en mi cama y separando las piernas me invito a subirme sobre ella.
Ella misma tomo mi polla la deslizo a todo lo largo de su vagina dejándola bien lubricada para luego ubicarla a la entrada de su concha, de manera que el solo peso de mi cuerpo hizo que mi polla se fuera introduciendo en el cuerpo de Liliana.
Después de algunos besos y cruce de frases como… Que rico, cuanto estaba deseando en estos últimos días tenerte dentro de mí y precisamente anoche soñé este momento.
Le dije Lili eres una mujer maravillosa, pero esto jamás lo podrá saber Efraín.
Siiiií, será nuestro secreto.
Y empecé un mete y saca al tiempo que ella aumentaba sus gemidos y la verdad no necesitamos mucho tiempo para que ella alcanzara su orgasmo y yo me corriera dentro de ella.
Al terminar nos quedamos pegados hasta que mi polla se recogió.
Ella sonrió y me dijo, que rico, te gusto? Si por supuesto, ha sido maravilloso.
Y ella agrego, hoy me voy a quedar a dormir contigo porque cuando llegue Efraín todo debe volver a la normalidad y tú tendrás que irte porque no resistiré la tentación que estemos cerca sin que estés dentro de mí.
Yo remate con un… Así será.
Durante el mes y medio siguiente, antes que regresara Efraín, no paramos de follar al menos dos o tres veces por semana y en la medida que nos fuimos entendiendo tuvimos sexo oral y anal, algo que ella nunca había disfrutado durante todo el tiempo de casada con Efraín, ella misma me confirmo que eso jamás sucedió, de allí su expectativa que yo me fuera cuando su esposo regresara, porque no podría aguantar la tentación de tenerme cerca.
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