La esposa de mi subordinado necesita compañia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, llámenme Samuel. Hombre maduro no viejo.
Yo laboro en una empresa bastante exitosa dedicada a la mercadotecnica y publicidad. Hace quince meses ingresó un muchacho de unos 24 años, que pasó a ser mi subordinado o sea yo era su jefe inmediato. El muchacho que era educado y de buenas costumbres estaba recién casado (unos ocho meses) y empezamos a tener amistad además del trabajo conjunto. A las pocas semanas conocí a su esposa un preciosa y atractiva muchacha de unos 22 años, cabellera negra a los hombros, delgadita, pero aquellas mujeres delgadas que tienen caderas definidas, pocos senos pero sexys, un lindo, pequeño, pero redondito culito y dos piernas largas y unos piecitos tan finos y bien conservados que te dan ganas de morderlos. El chico vaya que era afortunado, pensé eso la primera vez, pues es mi tipo de mujer (me gustan las delgadas).
A los cinco meses de laborar en la empresa, cierto dia Rudy (que asi le llamaré) entró a la oficina y me dijo que quería mi consejo como amigo, como persona mayor que él y que valoraba mi amistad. Me dijo que estaba en un dilema, un su primo que vive en los Estados Unidos le había ofrecido que se fuera al norte a trabajar con él y que le garantizaba que ganaria dinero y que se regresara al año. Yo lo escuché y le aconsejé que no fuera tonto, que era recién casado, que disfrutara a su esposa, tan linda que era, que mejor, aunque menos salario, se quedara trabajando en la empresa, pues siendo buen trabajador podría crecer poco a poco. Crei que lo había convencido, pero días después, me invitó a cenar a su casa, y me dijo que estaba decidido a irse al sueño americano. Esa noche su esposa y yo todavía intentamos convencerle que renunciara a la idea de irse al norte, todo fue en vano, a las dos semanas, Rudy se marchó al norte, sin visa. No sin antes hacerme prometer que visitaría frecuentemente a su esposa para saber si no necesitaba algo, yo se lo prometí.
Con un poco de duda, visité a Angelica, su esposa, a las dos semanas exactas de haberse marchado. Ella me dijo que via correo electrónico, Rudy se había comunicado con ella y había llegado sin novedad. Esa noche cené alli con ella, y lloró por Rudy, de haberla dejado sola. Yo la abracé por primera vez para consolarla, pero en verdad les digo, que la vi con ojos de amigo.
Una vez a la semana, la llamaba para saber de ella, pues no podía ir a verla muy seguido, pues soy casado. Y ella me comentó que había recibido su primera remesa enviada por Rudy, todo de maravilla.
Pero, cierta tarde, sonó mi movil, era Angelica, apenas podía reconocer su voz, estaba llorando amargamente, entre sollozos me decía que el primo de Rudy se había comunicado con ella y le había dicho que la policía de miami había detenido a Rudy por un supuesto delito, donde incluso había una persona muerta. Me dirigí a su casa después del trabajo y algunos familiares de Angelica estaban alli, al parecer la habían sedado, estaba durmiendo. Después de identificarme como el antiguo jefe de Rudy, hable con su familia y al parecer había quedado detenido junto a otras personas, como sospechoso.
Luego de ese día, casi diariamente llamaba a Angelica para saber de ellla y de Rudy, ella me contaba lo que cada día le decía el primo de Rudy. Pero nada bueno se oía. Luego unos días más tarde Angelica me visitó en la empresa, a pesar de sus penas iba hermosisima, me dijo si podía ayudarla a conseguir trabajo, pues lo de Rudy iba muy despacio y ya empezaba a quedarse sin dinero y no quería pedirle aún ayuda a sus padres. Por suerte le conseguí un trabajo temporal en la empresa levantando encuestas, y cada día yo pasaba por ella a su casa y la devolvía por la tarde, pues se ahorraba el costo del transporte. Debo decir que cada día me gustaba más Angelica, su delgadez, su silueta tan bella, y en ocasiones no dejaba de verle las largas piernas cuando iba a mi lado en el auto, en ocasiones me cachó viéndola, pero no dijo nada. Durante la jornada de trabajo, la invitaba a almorzar y charlábamos de otros temas tratando de olvidar su pena.
Y sucedió lo que debía pasar. A los tres meses de trabajar juntos, íbamos en el auto y de pronto me dijo – don Samuel, fíjese que hoy es mi cumpleaños- yo la felicité por eso, luego ella agregó, –ayer cociné algo, pero no tuve ánimos de invitar a nadie, asi que para que no se pierda, lo invito a cenar conmigo a mi casa-, yo acepté gustosamente, luego de hablar a mi casa y decir que por cuestiones de trabajo no llegaría cenar, mi esposa dijo que estaba bien, pues en otras ocasiones a sucedido lo mismo. En esa precisa ocasión, Angelica se había puesto un vestido corto de dos piezas de color blanco con bolitas negras, sus piernas se miraban preciosas y zapatos con un tacón altísimo, destapados, sus delgados pies se veían fantásticos.
Ella me sentó en la sala mientras calentaba la cena, pero yo le dije que saldría a comprar bebidas, ella dijo que no era necesario, pero yo insistí, tomé el vehículo y me fui a una licorería cercana, compre dos botellas de vino y las llevé. Ella sacó dos copas y brindamos por su cumpleaños. Antes de sentarnos a cenar, ya habíamos terminado una de las botellas, luego cenamos, brindamos y tomamos más vino. Angelica no dejó de maldecir a Rudy por haberse ido y dejarla sola, luego me dijo que las cosas no pintaban bien allá en Miami, luego me dijo que no sabía como pagarme todos los favores. Seguimos hablando de otras cosas más. Terminamos de cenar y casi terminamos la otra botella, yo miraba que Angelica estaban muy desinhibida por las copas.
Cuando ella recogió la mesa, yo aproveché para agradecerle la cena y volví a felicitarla por su onomástico, le dije que la admiraba mucho. Entonces ella se acercó y me tomó de una de mis manos y la puso en su pecho. -Don Samuel no se vaya todavía, por favor!!- su ruego salía de su alma más que de su boca. Asi que acepté estar otro rato, nos sentamos en la sala muy cerca uno del otro. Yo soy un viejo zorro, lo sé, y ella era muy hermosa y necesitaba cariño y satisfacer algunas otras cosas íntimas, esa noche pintaba bien para mi, repito, Angelica era una mujer muy atractiva y quería mi compañia. La abracé sin reservas y ella se recostó en mi regazo, le acaricie su cabello negro, luego su espalda, le fui diciendo que era una muchacha muy bella, que no merecía lo que le había sucedido, durante eso le acariciaba su cabeza y la piel de su espalda con más lujuria, era una caricia de hombre. En eso ella sin quitarse de mi regazo tomó mi mano y la dirigió a adentro de su vestido por los botones del torso y me deja la mano sobre uno de sus lindos senos. Yo quedé atónito unos segundos, pero la experiencia y la calentura, asi que empiezo a acariciar su seno sobre la tela delgada de su sostén, puedo sentir su pezón, no puedo verle los ojos porque esta acostada en mi regazo, todo es silencio.
Luego mis dedos se meten por debajo de su sostén y puedo tocar la piel de su seno completo y su pezón, los acaricio y rápidamente se erecta entre mis dedos, la oigo respirar más profundo, ella empieza excitarse. Luego, mi mano se conduce y ahora busco su otro seno, y le hago lo mismo, le acaricie su seno y su pezón de nuevo. La sangre ya hervía en mis venas, la lujuria me invadió de inmediato, mi mano iba de un seno al otro de Angelica, quien emitida pequeños gemiditos.
Luego saqué mi mano y busque sus piernas, las acaricié, era tersas como la seda, vi que ella no puso resistencia, asi que decidí jugármela toda, ya no era un joven y no tenia mucho tiempo para seguir con esos jueguitos, asi que sin avisar, la fui cargando en peso, me puse de pie y la fui llevando hasta su recamara, ella al entrar y darse cuenta de mis intenciones se abrazó fuerte de mi y la deposité suavemente en su cama, le tomé las piernas y le quité el calzado, puse uno de sus pies en mi pecho, admiré sus pies, eran bellos como había imaginado, tomé su pierna y le besé la pantorilla, luego use la lengua y lamiendo su piel llegué a sus tobillos, seguí por la planta de su pie hasta llegar a sus pequeños deditos, los cuales lami y fui chupando uno por uno metiéndolos entre mis labios para ello. Yo de reojo veía que Angelica me miraba detenidamente todo lo que le hacía y lo degustaba.
Levanté su otra pierna y volví a besar su pie, luego la pantorilla y llegué a su entrepierna, ella instintivamente puso una de sus manos sobre su sexo, su última resistencia, no le di importancia, seguí besando y lamiendo sus muslos, mi rumbo era hacia su rajita, llegué hasta la mano que cubría su panochita sobre su braguita. No la retiré con fuerza, sino le lami y besé la mano y entre sus dedos, ella la fue retirando lentamente y mis labios quedaron sobre su braguita, último obstáculo hasta la tierra prometida. Hice a un lado su delgada braguita y por fin mis labios tocaron sus labios vaginales, ella dio un sobresalto, yo lami todo el contorno de su rajita, luego mi lengua fue entrando y separando sus labios vaginales y pase sobre la entrada de su vagina hasta su clitoris, lugar donde mis labios lo apretaron y chuparon, ella gimió profundo y cerro sus bellos ojos y repetía -Don Samuel..Don Samuel!-, yo ahora utilicé mis manos para abrir más sus piernas y tener todo el panorama de su vulva, luego abri los pétalos de su rajita y lami su interior, ella pegó otro pequeño sobresalto y me jaló los cabellos de mi cabeza que estaba entre sus piernas.
Ya la tenía en mis manos, estaba mojada y excitada al máximo. Metí mis manos debajo de sus nalgas y la levanté un poco para tener mejor acceso de mi boca hacia su rajita depilada y no solo alli, también le comí a lenguetazos su bello orto, lo lamí con la punta de mi lengua repetidas veces y creo que la hice correrse en ese momento. Su cuerpo convulsionó dos o tres veces, pero yo no soltaba su nalgas y no dejé de comerme su redondo culito y su panochita. Pude sentir como bajaban sus flujos amargos cuando de nuevo lami la entrada de su vagina, señal que la muchacha se había mojado por completo. Me bajé los pantalones sin dejar de chuparla, me fui subiendo sobre ella, en el camino me encontré sus senos y los mamé antes de subir por primera vez a su boca, ella me recibió con su lenguita dispuesta, nos chupamos la boca de deseo, mientras me fui colocando entre sus piernas, ella las abrió más para darme paso, mi verga casi goteando se fue hundiendo dentro de su mojado sexo, estaba muy caliente en su interior, Angelica emitió un gemido fuerte cuando se sintió penetrada, yo pistonié suave, sacando y hundiendo de nuevo mi verga en su estrecha panochita, ella se aferró a mi cuerpo y comenzamos el baile sexual, yo entrando y saliendo de su cuerpecito delgado, ella abrazada a mi emitiendo gemidos y quejidos de placer.
Yo la ensartaba ahora más duro y profundo, -Don Samuel!!..no pare Don Samuel!!- me decía por momentos Angelica presa del placer y la excitación. De pronto una nueva corrida de ella. Mientras eso ocurría yo le chupaba los pezones. Como he dicho no soy jovencito, pero la experiencia cuenta mucho aquí, cuando sentía que estaba por eyacular reducía el ritmo y eso provocaba que se perdiera ese estimulo, yo lo que quería como todo hombre con experiencia hace cuando folla por primera vez una muchacha era “darle una buena cogida”. Asi que en la cama sin sacársela dimos una voltereta en la cama, ahora Angelica quedó arriba y yo abajo, y ella comenzó a cabalgarme, era una ninfa encima de mi, su delgadez, sus caderas tan definidas y su rajita tragándose toda mi carne, algo definitivamente exquisito.
Mientras se movia encima de mi, yo la atraía o me levantaba para besarle sus senos y pezones, o bien le tomaba la boquita y jugábamos con nuestras lenguas. Lo estrechito de su rajita me iba a pasar la cuenta, pues ella movio sus caderas en pequeños círculos y eso contra mi voluntad me hizo depositar en su vagina una enorme cantidad de esperma caliente. Yo gemí estruendosamente mientras la abrazaba. Nuestros cuerpos por fin se desplomaron sobre la cama. Luego de unos minutos, ella intentó justificar su actitud, pero yo no la dejé, le dije que todos necesitamos cariño y muestras de afecto y que yo no pensaba mal de ella, y que para mi era un honor estar con ella. Ella se quedó en silencio. Y minutos más tarde me marché.
No es necesario ser adivino para saber lo que siguió entre ella y yo. Angelica y yo seguimos teniendo sexo, una o dos veces por semana, cada vez fue más espectacular, con más posiciones y estilos en la cama, sin contar que su culito delicioso fue mio también. Hace poco tuve que representar a la empresa con un cliente especial y fui a Republica Dominicana, Angelica me acompañó (le pagué su pasaje y estadía), fueron tres días y dos noches de buen sexo. Pero eso lo dejó para otro relato, este ya se pasó de extenso. Espero esto continúe otro tiempo más.
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