La esposa de mi vecino es adicta al sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace un año decidí retirarme de mi trabajo asalariado y comencé una nueva etapa, abrir mi propia empresa en una ciudad de mediano tamaño, se me dio la oportunidad de abrir una empresa de entregas y encomiendas, asi que invertí casi toda mi indemnización en ello.
También como dije hace un año y medio conocimos a los nuevos vecinos él que llamare Emiliano y ella que llamaré Esperanza.
Ella es de mediana estatura, ojos de color café claro, cabello castaño, de piel blanca, tiene unos senos pequeños pero muy paraditos y lo mejor su trasero es un corazón con bella nalgas, se ve espectacular en pantalón y en minis es una ricura.
Como vecinos nos empezamos a frecuentar, es decir a juntarnos y planear cenas e ir a bailar, había visto que Esperanza estaba muy enamorada de su marido, por lo que nunca me atreví a decirle algo, pues se miraba muy correcta y no del tipo que anda buscando aventuras.
Yo estaba muy equivocado.
Siguiendo el relato, abrí mi empresa y salió en la conversación una noche que cenabamos con los vecinos, en eso mi esposa comentó que yo necesitaba una encargada de llevar el control de las encomiendas y paquetería, pues me estaba quitando el tiempo, pues yo encargaba de la administración en general, en eso yo vi que los vecinos, Emiliano y Esperanza, se vieron a los ojos, él es Ingeniero en Sistemas y luego nos comentó que había ganado una beca para especializarse en el extranjero, eran seis meses, pero no se había decidido por no dejar a su esposa sola, entonces ellos habían pensado en que ella trabajara para no estar sola en casa y que se mantuviera ocupada, y que mejor que el empleo que nosotros teníamos, además era con personas amigas y conocidas como nosotros.
Esa noche casi que contraté a Esperanza, al menos pensaba yo en mi interior ver un rostro bonito y cuerpo bonito todos los días no era una mala idea.
A la semana, Esperanza comenzó a trabajar conmigo en mi empresa.
El marido de Esperanza se marchó a su beca, ella en mi empresa.
Pasaron los días, y ella resultó ser muy ordenada y responsable en el trabajo, me fue convenciendo que había sido una buena elección.
Además era una cara bella que yo miraba todos los días.
Sin embargo, a las pocas semanas de estar conmigo, se me ocurrió ver la computadora que ella estaba usando, no se como encontré unos archivos, y eran de páginas porno y algunos videos también porno, lo que me llamó la atención era que la mayor parte de páginas y videos eran sobre esposas infieles, sexo duro, también relatos de mujeres que relataban sus aventuras infieles de modo muy explicito, no pude más que pensar que Esperanza tenía la fantasía de tener una su aventura infiel, eso me puso duro cada vez que la veía, ya no lo pude ver con otros ojos después de eso, además revisaba su computadora frecuentemente, y siempre los videos de mujeres infieles eran su elección.
Comencé a ser más atento y detallista con ella, le regalaba cositas con mensajes subliminales, y una que otra le dejaba ir frases como, una mujer tan bella, y desperdiciada, ella al inicio me cortaba y me repetía que estaba muy enamorada de Emiliano.
Crei que era cosa perdida, pero los nunca llegan.
Ese día, recibiríamos encargos fuera de horario, fui a mi casa a cenar, tipo 7:00 de la noche y habíamos acordado con Esperanza vernos en la bodega de mi empresa a las 8:00 para recibir encomiendas, asi lo hicimos, las recibimos e inventariamos y tipo 8:30 terminamos.
Quedamos solos adentro.
Ella llevaba puestos unos pantalones apretados, su culo se lucía más que siempre, y eso combinado con tacones super altos y una blusa pegada, se miraba espectacular.
Le dije que si quería una cerveza, había calor esa noche.
Me dijo que si, fui a la tienda y compre cuatro, dos para uno, empezamos a tomarlas y charlar.
Salió con la segunda cerveza, el tema sexual, le pregunté asi descaradamente, como una mujer tan bella como ella, con un cuerpo que pide sexo, pude evitarlo por tanto tiempo, ella se sonrojó y pensé que nuevamente saldría con eso que amaba a su marido, pero no, esa noche no.
Siguió el tema ella, luego se me acercó y me dijo -qué me propones??-, la tomé y la pegué a mi, nos besamos apasionadamente, mis manos rapidamente tomaron sus bellas nalgas sobre su pantalón apretado, nuestras lenguas jugaba de boca en boca, solo nos tocabamos y pude sentir y oír que ella estaba muy excitada con tan poco, metí mis manos debajo de su blusa y atrapé sus finos senos y levantando su blusa los mamé, ella seguía excitándose más y más, no había visto a una mujer tan caliente.
La fui colocando sentada sobre un escritorio y le quité su blusa para mamarle mejor sus tetas, luego la acosté encima del escritorio que es grande, le saqué el pantalón de su cuerpo, tenía un pequeño bikini como braguita.
Mi verga ya formaba un gran bulto en mi pantalón.
Le quité su braguita y frente a mi quedó su rajita, toda depilada, sus labios vaginales rosados al igual que clitoris, se veía muy deliciosa, abrí sus piernas y me sumergí en su vulva, comiendo, lamiendo y chupando todo, como si fuera la úlitma rajita del mundo, a los pocos segundos, la bella Esperanza estaba pegando unos gemidos intensos, no había problema, pues estabamos solos en una bodega grande, y estábamos hasta adentro, ella podía gritar si quería.
Mi lengua se metió por todos lados incluso metí la punta de mi lengua en su vagina, mis labios tomaban por asalto su clitoris, pude sentir como bajaban sus juguitos amargos por su rajita y yo los bebía.
Yo en ocasiones le miraba el rostro y podía verla hacer gestos de placer y quejarse muy rico, además en ocasiones me pedía que no dejara de comerle la cuca.
Minutos después la elevé hasta un sonoro orgasmo, ella tomándome los cabellos me restregó el rostro contra su raja.
Luego de eso yo sabía que debía penetrarla, puse sus pies con sus largos tacones sobre mis hombros y colocándo mi verga erguida contra su raja, la fui ensartándo, mi glande fue abriendo ese mojado y caliente orificio vaginal, ella gimió fuerte y yo la terminé de coger, se la metí casi toda, estaba tan mojado que no fue muy dificil, luego comencé a bombear mi verga adentro y afuera, ella ponía literalmente los ojos en blanco, lo hacía una y otra vez, señal que la estaba pasando cool.
Cada vez la ensartaba más y más rápido y profundo, ella pedía que la cogiera más duro, lo cual me terminaba de poner más duro, sentí como se corría intensamente cuando yo le daba más duro y no me detuve hasta que la oí gritar y gritaba que se estaba corriendo.
Yo comencé a explotar dentro de ella, varios chorros de semen fueron lanzados por mi verga en el interior de su vagina.
Luego hubo poco a poco calma.
Saqué mi verga de su rajita ya semidura, ella se puso la ropa y diciendo -me debo ir, no se como pasó esto!!- se marchó de alli.
Al otro día, ella estaba seria y un poco molesta.
No aguantó y pidió hablar conmigo, cerró la puerta de su oficina y me dijo que lo de ayer había sido un error y solo sexo, que ella estaba enamorada de su esposo y que no sentía nada por mi.
Yo le dije que no había problema por mi, esto quedaría como un secreto entre ella y yo.
Los siguientes dos días siguieron igual y ella era un poco indiferente conmigo, en mi caso yo seguía siendo atento con ella y no hablé más del tema.
Haberla cogido me había encantado.
Pero el día viernes de esa semana, ya era tarde en la tarde, yo tenía unos tres empleados más aparte de Esperanza, cuando ella entró en la oficina, se sentó y charlamos, estaba de mejor humor y bromeaba conmigo.
En eso, casi era ya la hora de salida del personal, me dice con palabras melosas, -porque no sacas al personal y nos quedamos para jugar un poco?-; al principio creí que era un broma, pero la miré a los ojos y parecía de fuego, me puse de pie y le dije a los muchachos que se fueran que saldríamos un poco más temprano hoy, ellos sin dudarlo se cambiaron ropa y se fueron en pocos minutos, yo me apresuré a cerrar el negocio y la bodega, me quedé solo con Esperanza en mi oficina ahora, la tomé de las manos, ahora ella llevaba un vestido a las rodillas y siempre sus tacones muy altos, nos sentamos y empezamos a besarnos con mucho ardor, nuestras lenguas se engullian la una a la otra y mis manos acariciaban su entrepierna, en eso ella se puso de pie y frente a mi se empezó a despojar de su ropa, quedó solo en bragas, sus senos al aire eran hermosos, yo hice lo propio y me quedé desnudo totalmente, con mi verga apuntando hacia el techo, pues ya tenía una tremenda erección.
Le hice señas y le dije a Esperanza que se acostara en el sofá y yo me pondría arriba pero a la inversa, mi intención era empezar con una 69, haciendo sexo oral.
Lo hicimos y yo metí mi rostro entre sus muslos y comencé a lamer su rajita, sentí primero un poco su sabor a orina, lo del día, pronto ya sentí el olor y sabor amargo de su rajita, mientras ella comenzó chupando mi glande, poco a poco mamaba más, sentí que aprisionaba el tronco de mi verga con sus labios, luego lamía y chupaba.
A los pocos gemidos cada uno le sacaba al otro gemidos de placer.
Esperanza mama muy rico, y yo chupaba toda su raja con mucha lujuria, quería comérsela de verdad.
Mi lengua recorría desde su ojo del culo hasta su clitoris, Esperanza era una rica hembra en toda la dimensión de la palabra.
Yo la llevé a un orgasmo pronto, lamí todo lo que salió de su vagina.
Luego de esa sesión única y exquisita del 69, me puse sentado en el sofá de mi oficina y ella se pondría sentada de frente a mi sobre mis piernas clavándose mi verga.
Esa posición fue divina, la ensarté toda, y ella se puso a cabalgar, mientras yo tenía de frente sus dos bellas tetas que comencé a mamar y a morder, pronto ella comenzó a dar de gemidos, noté que ella se excitaba muy pronto, comenzaba a gemir, quejarse y gritar que la cogiera duro, que le gustaba mi verga, y otras cosas que calentaban más mi cabeza.
Ella se movía mucho, hacia adelante y hacia atras, saltaba y se daba sentones en mi verga que hacía que yo la ensartara hasta los huevos.
-Que mujer tan caliente!!- pensaba yo, ya me había dado cuenta que el sexo la hacía cambiar de una mujer seria y formal a una tremenda puta.
Ella se movia tanto que yo no podía seguirla, de nuevo ella llegó al orgasmo antes que yo, empezó a gemir y gritar su venida, diciendo -que ricooo!!- -me estas dando una tremenda metida de verga!- me decía como sin control.
Siguió moviendo su vientre y me hizo acabar brutalmente, yo también emití un quejido de placer acompañado de buenos chorros de semen que terminaron en el interior de su rajita.
Luego de correrme, ella se desmontó y de su rajita salió un chorro de semen que cayó al suelo de la oficina.
Yo le pedí que se pusiera en cuatro hincada sobre el sofá con el culo hacia afuera.
Sus nalgas eran bellas, bien formadas y yo me incliné para besarlas y lamerlas un rato, las abrí para divisar su redondo, fino y arrugado ano, lo lamí varias veces y ella movió su culo como aprobando mis lamidas, luego le puse mi verga en la entrada de su vagina y la fui penetrando lentamente hasta que mis huevos chocaron contra sus nalgas, se la tenía toda metida.
Después comencé a bombear mi verga en esta modificación de la posición canina, la tomé de la cintura de avispa que tenía y la penetré más duro y profundo, ella de nuevo comenzó a dar de gemidos y gritos de aprobación.
La pistonie por varios minutos, incluso le metí mi dedo pulgar en su culo, a ella le gustó, porque gimió de gusto, asi que le daba duro entrando y saliendo de su vagina y metiendole mi dedo en su apretado ano, y cuando noté que estaba por correrse otra vez, aceleré con la intención de acabar al mismo tiempo, cuando ella comenzó a gritar su corrida yo también comencé a gritar la mía, los gemidos de ambos llenaron todo el edificio y la bodega, hasta que nos fuimos calmando poco a poco.
Otro tremendo palo entre Esperanza y yo.
Y al otro día de nuevo, ella indiferente y me hacía saber que amaba a su marido y que mejor ya no deberíamos seguir teniendo sexo.
Pero a los pocos días, de nuevo terminabamos cogiendo.
En esta tercera ocasión, esa noche recibimos mercadería y encomiendas, ella llegó a recibirlas conmigo, al terminar, le dije que la pasaba dejando a su casa en mi coche, apenas arranqué, me dijo que la llevara a otro lugar donde estuvieramos en privado, me dirigí a un automotel, entre el coche y subimos a una habitación con una gran cama y espejos por doquier, nos empezamos a besar otra ardientemente, ahora yo la fui desnudando sobre la cama, pero en eso ella me detuvo y me dijo que su marido la llamaba cada noche entre 9:00 y 9:30, asi que si llamaba ella tendría que responde su móvil, le dije que no habría problema que me detendría para que pudiera contestar.
Empezamos con ella mamando mi verga, yo de pie y ella hincada en la cama chupando bien rico y profundo mi verga, como dije ella lo hace delicioso, asi que estaba yo degustando una buena mamada.
luego me tocó el turno y ella acostándose me abrió las piernas para que yo le chupara la raja, era mucho más cómoda hacerlo en una cama que en un escritorio o en el sofá.
Le mamé su rico ojete del culo y su raja, ella de nuevo gemía más de lo normal pidiendo más y más.
Le metí dos dedos a su raja mientras mi lengua jugaba con su clitoris, eso la hizo correrse mientras pedía que no dejara de hacerselo.
Mientras tenía su inacabable venida, le inserte un dedo en su ano y otro en su vagina y comencé a masturbarla pistoniando mis dedos en su interior, mientras le lamía su clitoris, ella se corrió no se si dos veces continuas, pero sospecho que si, pues no dejaba de emanar sus jugos íntimos y me mojaba fácilmente los dedos.
De pronto comenzó a pedirme que se la metiera, casi a gritos.
Saqué mis dedos y la puse en cuatro, pues me había gustado la última vez cogerla en esa posición pues su culo es una obra arquitectónica; la penetré y me puse a darle buenos pistonazos, ella también movía su trasero y nos turnabamos en movernos, era una tremenda hembra para coger Esperanza.
Y sucedió lo que quiero exponer, sonó su móvil y volteándose hacia mi me dijo -espera!-, yo dejé de penetrarla, pero mi verga quedó dentro de su vagina, ella respondíó y como había pronósticado, era su marido.
Ella le dijo -hola amor, como estas?, como te ha ido?-, para mi era mi primera vez en una situación como ésta, yo con mi verga en la raja de una mujer que está hablando con su marido por teléfono, sentí como mi verga crecía aún más dentro de ella, me excitó como nunca había sentido y comencé a moverme dentro de ella, primero lento, ella no dijo nada, pero conforme pasaban los segundo sy ella seguía hablando melosamente con él, fui intensificando mis movimientos, ella lo sintió, pues se volteó tapó el auricular con su mano y me dijo, -no te muevas!-, yo me detuve, pero no por mucho tiempo, pues estaba tan excitado, que volví a hacerlo, es más ahora metí mi dedo pulgar en su culo y comencé a pistonear mi verga y mi dedo al mismo tiempo.
Ella ya no dijo nada, solo ví en el espejo que tenia enfrente que ella cerraba los ojos o los ponía en blanco mientras yo la cogía, le estaba gustando y se estaba excitando como yo.
Esperanza le decía a su marido que le contara o que él hablara, para no hacerlo ella, pues podía gemir en el teléfono, yo ya le daba duro cogiendola y cada embestida de mi verga y de mi dedo hacian mover la cama, por fin ella le dijo -papí, te tengo que dejar, pues tengo algo en el horno y huelo que se está pasando, vaya mi vida, te amo, te mando besos y quiero que ya estes aqui conmigo!!, adios!!-, luego ella se volteó y me dijo -uyy que malo eres!-, luego comenzó a gemir y a pedirme que se la metiera hasta los riñones.
Los dos terminamos entre quejidos y nuestros jugos íntimos se mezclaron en la vagina de Esperanza.
El sexo pone loca a Esperanza, su vagina se mantiene caliente.
Las semanas siguientes fueron de fuego entre Esperanza y yo, incluso durante esas semanas, cogía más con ella que con mi mujer, con mi mujer tengo relaciones una o dos veces por semana, con Esperanza tuvimos sexo tres o cuatro veces por semana, fornicamos en donde pudimos, en la empresa, en motel, en mi casa (un fin de semana que no estuvo mi esposa), en su casa en su propia cama, y donde nos diera ganas en ese momento (auto, en un callejón), hasta que su marido regresó.
Un día él llegó a la empresa, pidió hablar conmigo, yo me puse nervioso, pensé -y si alguien le dijo algo!-, entró y me agradeció haber cuidado de su mujer, yo contesté -cuando se puede se hace!-
Coger con Esperanza es riquisimo.
Dejó de trabajar para mi, pero aún guardo la posibilidad de que nos veamos más adelante.
Es una gran mujer adicta al sexo.
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