La hice pecar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Llamenme Ramon, actualmente de 28 años, esto pasó hace casi 3 años. Yo trabajo en el mismo edificio que Sandrita, le decimos asi por cariño, ya que como dije es una mujer de talla pequeña, de 1.65 mt, tez blanca, rostro delgado, ojos café claro, delgada pero con forma, tiene unos pies divinos, largos y delgados, siempre bien arreglados, un trasero redondito con carne. Lo que tiene Sandria es Sex Appeal, y desde que la conocí me llamó la atención verla, me escondia para verla pasar y verle su redondito trasero, sus piernas blancas delgadas y sus pies siempre con calzado abierto muy sexy. Me empezó a interesar como mujer.
Pero Sandrita era casada, ella debia tener unos 36 a 38 años, con dos hijos, o sea no era jovencita, y al averiguar supe que siempre habia sido una mujer evitada, que asistía a grupo religioso, no se le sabía nada de tuviera que ver con alguien en toda su vida, más que su marido.
Intenté ser su amigo, me relacioné con sus amistades primeramente, luego ya le hablaba, era una mujer muy interesante con buena platica. En una oportunidad le hice un enorme favor y ella quedó muy agradecida, averigué donde solia almorzar y me aparecí por alli y la encontté con sus compañeros de trabajo y me invitaron a su mesa, asi que comencé a verla diariamente. Luego a ganarme su confianza, comenzamos a escribirnos en el messenger, comencé a ser detallista con lo que le gustaba, los días pasaron y ya ella me llamaba para preguntarme a la hora que ibamos a almorzar y cuestiones asi, triviales.
Hasta que en una ocasión sus compañeros de trabajo no estaban para almorzar y por primera vez almorzamos solos, platicamos de muchas cosas, ella me comentó que tenía dos hijos (yo ya lo habia averiguado antes), yo le dije que ojala mi futura esposa quedara como ella despues de tener dos hijos, ya que las mujeres se suelen descuidar de su figura después de dos hijos, ella se río y también se sonrojó. -Deveras piensas que todavia soy atractiva?- me preguntó directamente. Yo le confirme que si. Ese dia cambió por completo mi relación con ella.
Dias más adelante le dije por el messenger que ese día la llevaría a almorzar a otro lado, fuimos a un lugar más selecto, y seguimos platicando, yo notaba el cambió de ella para conmigo. Asi estuvimos varias semanas. Hasta que en uno de los almuerzos ella me comentó que su marido no estaría ese fin de semana, por trabajo. Yo vi mi oportunidad y la invité a salir a cenar el sabado, para charlar, le dije que me caía muy bien ella. Ella me dijo que lo pensaría. Llegó el viernes y ella no me contestaba, por fin me dijo que aceptaba, yo le dije si la recogía en su casa, ella me dijo que no, que los vecinos podrian hablar mal y a ella no le gustaba, asi que quedamos en cierto lugar. Llegó el dia y la pasé recogiendo. Ella no iba vestida sexy ni mucho menos, sino creo que al parecer iba arrepentida de haber aceptado mi invitación, en ella me dijo algo como -esto es una cena no una cita-. Yo le dije que nunca habia pensado que fuera una cita.
La llevé a comer algo rico, a un restaurante al otro lado de la ciudad. Platicamos mucho sin temas sentimentales, alli vi que ella se sintió más cómoda. No le hice ninguna insinuación toda la noche, solo una vez ella me preguntó porque un joven como yo invitó a una vieja como ella, yo no contesté directo, solo le dije que ella no era ninguna vieja, sino era un mujer formidable, buena amiga y que veia el mundo muy diferente a todos, eso le pareció bien como contestación.
Al llegar a su casa, la encaminé a la puerta y cabalmente cuando me despedi (senti que no era el lugar ni el momento), fue ella quien me dijo si queria pasar, yo le dije que solo un rato por lo de los vecinos, ella me dijo que de noche ellos ven bien, se río. Entramos me invitó un refresco, acepté. Le pregunté por sus hijos y ella me dijo que se habian quedado esa noche con su hermana, quien tiene niños casi de la misma edad. Eso si me dio animos para lo que seguiría.
Al rato me confieso, si empecé a insinuarme, que ella cuidaba bien su aspecto personal, le puse de ejemplo sus pies, que eran bellos y bien cuidados, ella me dijo que se hacía pedicure cada dos semanas, y elevando uno de sus pies lo puso sobre mi muslo (estabamos sentados en la sala), por primera vez tenia muy cerca sus deseados pies, no se si ya dije que tengo el fetiche de los pies, es algo que me encanta de las mujeres, pero no debi olvidar que me excitan mucho, asi que, mientras yo tome su pie con mis manos para verlo mejor, mi bulto fue creciendo, yo lo senti cuando mi verga se pego al pantalón, pero seguí acariciando su pie, le pase los dedos por su empeine, ojo del pie, mis dedos tocaron sus deditos, ella no se que me vio, creo que estaba muy entusiasmado y no era nada malo también, me dijo que si queria se quitaba el zapato, yo asentí. Ella se fue quitando el zapato y lo colocó de nuevo encima de mi muslo, lo volví a tomar con mis manos y lo acaricie, mi bulto seguía creciendo en mis pantalones.
Quise tomar ventaja y con lo excitado que estaba puse su pie encima de mi bulto, de esa forma cuando movia yo su pie, se frotaba contra mi verga. Fue super sensual, pero peligroso, porque no se como ella podía reaccionar al darse cuenta de eso. En eso fue ella quien puso un segundo pie sobre mis muslos, fue el acabose, pues su falda se levantó más de la cuenta y podia tener una vista de sus piernas, eso terminó por calentarme y me voltee y le dije -Sandrita, no aguanto más, tu me atraes mucho, pero solo soy un muchacho y tu eres casada, pero la verdad no me importa, me gustas desde hace tiempo atras- terminando de decir y la besé bruscamente, me quede con sus labios pegados a los mios, ella intentó quitarse, luego uso más fuerza, pensé por un momento que la había regado por completo.
Pero no, ella poco a poco fue respondiendo a mis besos, fue una dicha y tranquillidad sentir su lengua contra la mia. Fueron unos segundos fantásticos. Luego poco a poco también, fuimos reclinando nuestros cuerpos y quede encima de ella, besándonos ardorosamente, nuetros besos tronaban en el ambiente. Mis manos acariciaban sus bellos muslos, su piel era tersa como una adolescente. Le besé el cuello y sus orejas, Sandrita comenzó a gemir, la señora estaba excitadisima, fui desabotonando su blusita hasta el último boton, luego lo abrí y seguí besando su cuello bajando entre sus senos, ahora besé y lamí lo que encontraba a mi paso, con mis manos subi su sostén para liberar unos de sus bellos senos, inmediatamente mis labios lo apresaron con mucho deseo, ella gimió más y cerro los ojos, quedó a mi disposición practicamente, hice lo mismo con su otro seno y lo mamé también. Ella no dejaba de gemir.
Yo debía aprovechar antes que ella se arrepintierra, pues siempre me habia parecido una mujer centrada, y podia entrar en cordura. Subi su falda y casi le arranqué sus bragas, tenia su rajita como la de una muchacha joven, lozana y sus labios vaginales eran cortos y delgados. Con las manos abri sus piernas, ellas al principio no dejaba, pero seguía con los ojos cerrados, diciendo ahora no, no!, pero yo seguí y fui metiendome en medio, hasta que mis labios tocaron su zona intima, ella gritó cuando sintió mi lengua jugar con sus labios vaginales. A la vez ella descargaba bastante liquido lubricante de su vagina, pues lo senti con mi lengua. Comencé a pasar mi lengua en medio de sus pliegues vaginales a diferentes velocidades, Sandrita abria los ojos por momentos y los ponia en blanco, yo seguí hasta que la oi llegar a un orgasmo, estimulé su clitoris para que lo sintiera más fuerte y asi fue, ella intentó cerrar sus piernas con fuerza, pero se encontro con mi cabeza y boca en medio.
Subi finalmente a besarle la boca y el cuello, ella no dejo de gemir un instante. Con un tono casi imperceptible ella me dijo, -llevame a mi recamara-, eso fue musica para mis oidos. La cargue en mis brazos y caminando le pregunte por donde, ella me sañalo, abri empujando la puerta, era una cama enorme, king size, la acosté y quitandome la camisa y zapatos, me subi para ponerme encima y seguirla besando por todos lados, boca, cuello, tetas, vientre. Mientras lo hacia me fui quitando el pantalón y el calzoncillo hasta quedarme en cueros, luego hice lo mismo con ella, me fui colocando entre sus piernas, ella lo presintió y todavia me dijo -no por favor- pero eran palabras con doble sentido, tomé mi verga con la mano y la penetré, ella pujo cuando se sintió penetrada, yo seguí empujando hasta que mi verga entró casi totalmente. Busque su boca y la besé, ella me respondió mi beso, mientras me decía a bajo tono -qué me haces?. que me estas haciendo?- de forma excitante.
Le comencé a dar suaves pistonazos, mientras seguía besandola, la boca y los pezones. Fui aumentando mi ritmo y los gemidos de Sandrita también aumentaron. De repente ella me abrazó fuerte, casi me ahoga y movia su pelvis como pidiendo más, emitió un chillido y se corrió entre mis brazos de nuevo. Luego de ese segundo orgasmo ella pareció como muerta de gozo, quedórelajada. Yo no paré queria todo, no sabia si tendría otra oportunidad como esta noche.
La voltee y quedo boca abajo, por fin le miraba ese divino culo que dios le dio, sin ropa sin bragas, comencé a besar y lamer la piel de sus nalgas, tal como habia pensado, no tenía ninguna grieta ni celulitis, eran redondidas y duritas, le di cien besos y lamidas en pocos minutos, luego las separé con mis manos y deslicé mi lengua entre ellas, siguiendo el camino de su rayita con la punta de mi lengua. Pase por su redondido culito, lo lami varias veces como se hace con una barra de chocolate, ella quiso levantarse cuando sintió mi lengua en su chiquito, pero no la ejé hacerlo, luego pase a lamer su rajita desde atras, fue un sexo oral increibleente rico el que le di a Sandrita. Ella dejó de forzarse, se relajó nuevamente y asi le pasaba la lengua desde su culito hasta su rajita sin parar, era un banquete único para mi.
Luego me monté sobre ella, siempre ella boca abajo, me fui subiendo y poniendome de nuevo encima la volví a penetrar la rajita, por la posición se sentía estrechita su vagina, eso me excitó mucho, tanto que le comencé a dar duros pistonazos secos y ritmicos, hasta que empecé a gritar minutos después, no lo pensé dos veces, eyaculé dentro de su vagina. Pero la dureza de mi verga no bajó para nada, era el deseo y la excitación qu eme causaba estar en la cama por fin con mi Sandrita, la levante de la cama como estaba y la dejé en la posición perruna, la tome de la cintura y se la clavé nuevamente en su rajita, la emepecé a follar de nuevo con buenos pistonazos, la belleza de su culo me servía de motivación para darle una buena sembrada de verga, hasta que la hice llegar de nuevo a otra ardorosa corrida.
Luego ahora me puse yo abajo, estaba agotado de cogerla, y ella rapido entendió y se fue subiendo a horcajadas sobre mi y se clavó mi verga en su rajita, luego me dio una soberbia cabalgada, alli ella por fin puso toda su experiencia femenina de mujer casada, me dio la mejor cabalgada de mi vida en ese momento, hasta que ella y yo nos corrimos como adolescentes, entre gemidos, gritos y besos. Por segunda ocasión su vagina se tragó toda mi eyaculación.
Luego de calmarse nuestra agitada respiración, nos abrazamos sobre la cama, aunque a ella le dio posteriormente un cargo de conciencia, pues empezó a decir que su pobre marido trabajando mientra su mujer en la cama con otro hombre, yo la calmé lo que pude, me pidió que me vistiera y me marchara, asi tenia que ser, me fui de alli sin tana despedida.
Luego ella me evitaba y me evitó encontrarse conmigo como por dos semanas, pero luego nos encontramos y empezamos a charlar como antes, al mes de eso, la volví a tener en mis brazos y lo hicimos por segunda vez, ella me decia que estaba enamorada de mi y queria tenerme siempre con ella.
Llevamos casi los dos años de amantes. Me costó casi un año hacerla mia. Ahora estoy recogiendo la cosecha.
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