La mujer de mi amigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta historia sucedió hace varios años, cuando llegué a trabajar a una ciudad grande, nunca me he sentido orgulloso de lo que aconteció, pero si es una historia muy caliente, y fuera de lo que sexualmente sucedió, he estado arrepentido, porque nadie debe morder la mano que le da apoyo.
Cuando tenía 35 años fui contratado por una compañía internacional como jefe de un departamento, por razones obvias no menciono el nombre. Tuve que trasladarme a esa ciudad, yo estaba separado de mi esposa, y en esa ciudad no tenía ningún pariente, así que me animé a hablarle a un amigo antiguo de la universidad, con varios años de no verlo, llamado Carlos, que sabía que vivía allí. El caso es que me comuniqué con él y para sorpresa mía me ofreció recibirme en su casa mientras me ubicaba y recibía mis primeros sueldos en la gran ciudad, lo cual me sirvió de consuelo y ayuda.
Cuando llegué con mis maletas a su casa, Carlos me recibió muy amablemente, me presentó a su esposa Carol, habrá tenido ella unos 35 ó 36 años aproximadamente, realmente era una mujer espectacular, refiriéndome a lo físico, una tetas grandes y bien paradas (cualquiera hubiera dicho que tenía cirugía), una cara de modelo con labios carnosos, piernas y pantorillas bien definidas, una cintura de avispa que hacían relucir sus nalgas, casi siempre se le veía en zapatos altos descubiertos que dejaban ver su pies sensuales y bien cuidados, le gustaba vestir con pantalones apretados, de media cintura, faldas y vestidos cortos. Realmente era un bombón. Asi también me presentó a Fabiola su hija de 17 años, con casi las características de la madre solo que en pequeño, y Gracielita su hijita de 14 años.
Por mi parte, soy de tamaño estándar, 1.80 mts, no soy feo dicen, y en mi infancia y adolescencia practiqué deportes de conjunto, por lo tanto mi cuerpo a mis 35 no estaba mal proporcionado. Tengo también una pinga estándar de 8 pulgadas y me encantaba el sexo, era muy cachondo, me encantaba las revistas y sitios de relatos porno de calidad, es decir no toda esa basura que encuentra uno en la red.
Ese día nos quedamos charlando en la sala, ellos conociéndome y yo por el mismo estilo. Carol tenía puesta un vestido un poco arriba de las rodillas de color blanco con flores de adorno, para mi suerte se sentó frente a mi, yo no podía evitar de verle de reojo sus bellas piernas.
En esta charla supe que Carlos trabajaba en una firma de Ingenieros, el era el Auditor de tal empresa. Carol por su parte no trabajaba, sino que permanecía en la casa, aunque vendía esas cosas de Amway, Avon y otros. Las hijas asistían al colegio, aunque Fabiola estaba por salir del colegio.
Me instalé en una habitación del segundo piso de la casa, el que tenían para las visitas. Las primeras semanas pasaron sin novedad, me encantaba encontrarme con Carol y verla como estaba vestida cada día, siempre era una sorpresa con su ropa, me paraba rápido la verga, tenía que irme a mi cuarto para masturbarme cuando era demasiada mi calentura.
Cierto día le pedí que posara conmigo en varias fotos con mi cámara digital, que tiene tiempo de espera, sin embargo le tomé fotos a ella sola en el sofá, en el patio y en otros lados, mi excusa era que quería unas fotos para enviarlas a mis familiares y decirles con quienes vivía, lo cual era mentira, yo las quería para verla a ella en mi computadora personal y soñarla en mis fantasías sexuales.
Carol conmigo siempre se mostró atenta y cariñosa, sin embargo con el pasar de los días, yo veía que empezaba a coquetearme. Por ejemplo, cierto día solo trabajé medio tiempo y regresé temprano a la casa, en ese momento ví que Carol estaba vestida de una forma; cuando salí a tomar un refresco y ver televisión, ella salió de su habitación con otra indumentaria, una minifalda bien pegada a su cuerpo luciendo sus bellas piernas, estuvimos charlando en la sala, movía sus piernas para que yo pudiera verlas bien, inclusive cuando se movió para tomar algo, pude verle su tanguita negra que apenas tapaba su coñito. Unos minutos antes de llegar Carlos, ella volvió a entrar a su habitación y salió nuevamente con su vestido anterior. También cuando le pedí que volviera a posar para mis fotos digitales, ya que por error se me habían borrado (cosa que era mentira), a diferencia de la primera vez, Carol se cambió de ropa y se puso un vestido super corto, zapatos de tacón y un escote que casi le veía los pezones rosados.
Esa vez tomé unas fotos que todavía guardo, que podrían estar en algún sitio porno, con unas poses de Carol en el sofá, en la cama y en el piso, que no tenía nada de envidar una modelo porno profesional. En dos o tres fotos se le vé su hilo dental (una de frente y la mejor es donde enseña sus ricas nalgas), le tomé unas 20 fotografías en ese momento, mi verga estaba por romper el pantalón, ella se daba cuenta de esto y le gustaba, si no es que llega Carlos ese día bien podía haberle insinuado algo. Sus provocaciones iban en aumento día con día. Hasta que..;
Estando en oficina, por la tarde recibo una llamada de Carol, pidiéndome si es posible que llegue temprano y le ayude con unas cosas que debe sacar de un closet que está alto, para adornar el jardín (yo había contado durante una cena que había trabajado por un tiempo en una empresa de decoración) y sorprender a Carlos, sin embargo, tenía el presentimiento que algo iba a sucederme con ella esa tarde. Sin perder tiempo me fui a la casa, Carol me esperaba vestida sumamente sexy, con una minifalda blanca y una blusa corta negra y sus clásicos zapatos de tacón descubierto. Desde que llegué mi verga ya me palpitaba como presagiando el futuro. Carol llevó una escalera a su habitación, que era el lugar donde estaba el closet y los adornos. Me dijo que ella se subiría y que me alcanzaría las cajas que deseaba bajar. Asi lo hice. Ella se subió en la escalera, mientras yo la detenía abajo, Carol empieza a subir y sus lindas piernas quedan de frente a mi, esto fue muy excitante y un detonador, mi verga parecía un periscopio en ese instante.
Carol siguió subiendo, quedando a una altura en donde sus pies me quedaron a nivel de mi cabeza. Y alli empezó todo!. Cuando levanté la cabeza para verla, con todo el morbo y la calentura de ese momento, me quedé sorprendido, Carol no tiene bragas!!, su rajita depilada resaltaba entre sus nalgas, sus labios menores y mayores de su vagina brillaban frente a mi. Yo me quedó estupefacto, degustando esa vista única. Carol voltea y se da cuenta que la observó detenidamente.
• Qué me estas viendo?- me dice con una voz muy melosa. Yo no contestó, estoy viendo esa belleza de sexo.
; Te gusta lo que ves?- me vuelve a decir Carol, yo solo alcanzo a mover la cabeza positivamente.
Carol desciende un escalón y sus nalgas se acercan al alcance de mis manos, las cuales estiro y tocan y acarician ese par de nalgas preciosas, luego mis manos sujetan esos glúteos y los abren hacia los lados, su rajita queda abierta ante mi, se apertura como una florecita, dejando ver todos sus labios menores y la entrada de su vagina. Mi verga es presa de una super erección. Carol desciende otro escalón y sus nalgas me quedan frente a la cara, siempre sujetadas por mi manos, las abro y mi boca busca lo que tiene más inmediato que es su ojito del culo, mi boca y lengua chupan desesperadamente tal orificio como queriéndolo devorar. Cuando saboreo su culito, me doy cuenta que Carol se ha puesto un perfume intimo con sabor dulce en su ano y su rajita (hasta en ese momento supe que existen esos perfumes). Carol se recuesta sobre la escalera degustando todo lo que le hago a su culito, gime diciendo palabras incongruentes que ya no recuerdo bien.
De su ano paso a su rajita depilada, mamando todo lo que encuentro, su clítoris lo envuelvo entre mis labios y lo succiono con fuerza, ella grita de pasión en ese instante y me pide que se lo siga haciendo. Luego, también recorro con la lengua toda la circunferencia de sus glúteos, en ocasiones hasta muerdo sus carnes, luego regreso a mamar su rajita y me doy cuenta que se encuentra llena de líquidos agridulces que bajan por su vagina, se la limpio lamiéndolos como si fueran un sorbete, pero enseguida vuelve a llenar su gruta con más jugos íntimos, ella está chorreándose allá arriba sobre mi boca, sus gemidos ahora son fuertes, le viene un orgasmo detrás del otro aferrada a la escalera.
La excitación es muy fuerte, ya no la puedo controlar. Tomó a Carol y la cargo, la llevo a la cama de la habitación, la acuesto y me coloco sobre ella que está boca arriba, me bajo el pantalón y los calzoncillos hasta los tobillos, le subo la minifalda y me subo sobre ella y la penetro sin compasión, de un solo empujón mi verga abre sus labios y paredes vaginales y la ensarto hasta que entra todo mi vibrante pedazo de carne. Ella jadea cuando se siente penetrada. Luego inicio un bombeo inclemente de mi verga dentro de su vagina. Durante esta tremenda cogida que le estoy dando, le alcanzó a subir la blusa para descubrir sus buenas tetas, las cuales muerdo y estrujo con mi boca frenéticamente una a una. Carol y yo nos metemos a un ritmo tremendo sobre la cama, entre gemidos y jadeos de ambos, ella llega a otro orgasmo clavándome sus uñas en mi espalda baja, este dolor provoca que mi clímax se adelante, asi que, unos segundos más tarde, le estoy depositando un gran cantidad de esperma dentro de su vagina.
Casi inmediatamente, con lujo de fuerza la volteo de modo que ahora este horizontal pero boca abajo, aprovechando que mi verga no ha perdido nada de su dureza, la vuelvo a ensartar en la vagina que se encuentra encharcada de tanto líquido mezclado de ambos, me subo sobre ella apoyando mi pecho sobre su espalda, y la empiezo a follar duro de nuevo, metiendo mi pinga dentro de su cavidad vaginal a un ritmo acelerado, ella de nuevo gime de placer y su respiración es acelerada.
• Cógeme duro papi!-
• Qué metida de verga me estas dando!- eran algunas cosas que repetía Carol.
Después de algunos instantes de darle duro en esa posición, me incorporé sobre ella, le puse mi verga en la entrada de su recto y con fuerza la introduje adentro, el glande fue lo primero que abrió su ano. Ella intentó resistirse, pero lo impedí sujetándola fuerte por la cintura. Seguí deslizando mi verga dentro de su canalito anal, hasta que por fin estuvo completamente en su interior.
• Házmelo despacio papito!- fue lo único que pudo decir Carol.
En los siguientes minutos la sodomicé duramente, metiendo y sacando mi falo en su recto. Sus quejidos cambiaron rápidamente a gemidos de placer. Con las manos estrujaba sus bellas nalgas mientras la penetraba. Estaba en lo mejor de este sexo anal, cuando de repente se oye la puerta eléctrica del Garage de la casa, es Carlos que ha vuelto y esta metiendo su automóvil. –Mi marido!- exclama Carol, nos desensartamos y cada quien compone su ropa, yo no se que hacer, Carol me indica que me vaya a mi habitación, eso hice. Luego solo oigo que Carlos entra a la casa, saluda a Carol y se ponen a platicar de cosas triviales, por suerte no se dio cuenta de nada.
Ya tranquilo en mi habitación, se me pone una cara de satisfacción por haberme tirado a esta mujer tan rica y caliente en su propia cama.
Dos meses mas tarde me marché de alli. No podia soportar verle la cara a mi amigo y por detras coger con su mujer.
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