La mujer de pastor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En ese año yo tenia 39, ella 33, yo habia sido trasladado de una provincia a otra, me presentaron al personal que estaria a mi cargo, personal que tenia ciertos años de trabajar para la empresa, entre ellos estaba Luisa (ficticio), me parecio una persona formal y seria, ella es alta, dos piernas largas, delgadas abajo y llenas hacia arriba, sus senos eran pequeños, pero paraditos y macizos, tenia una pequeña cintura que hacia resaltar sus nalgas, su rostro no era precisamente de una modelo, de hecho su marido no le permitia maquillarse y ni aretes usaba, salvo en ocasiones especiales.
Ella seria mi secretaria personal. Paso un año completo y mi relacion con ella era solo laboral. A esa altura yo ya conocia que era esposa de un Pastor Evangelico, de aquellos que predican a grandes masas. Luisa era muy introvertida, su trabajo muy bueno, pero se notaba que algo no estaba bien, participaba poco en las actividades de la empresa, lo cual a veces le traia problemas con los jefes que estaban sobre mi.
Yo tambien soy casado, con dos hijos, y por acumulacion de trabajo tuve que quedarme varios dias y Luisa a mi lado, yo la veia nerviosa viendo el reloj, me decia que su esposo la reprendia si llegaba tarde; ella habia logrado convencerlo de dejarla trabajar, pero habia puesto condiciones y eso mantenia estresada a Luisa. Como un juego del destino, empezo a nacer una relacion entre ambos, la mia naciò como ternura hacia ella, verla intentando realizarse como mujer, con tantos obstaculos y su trabajo de primera calidad, me atrajo eso y yo la ayudaba muchas veces con su trabajo, en el caso de ella, dice que le atrajo relacionarse con un hombre, exitoso dice ella, y de buenos sentimientos.
Para el aniversario de la compañia, debimos ir a la capital para algunas actividades, la empresa cumplia sus 25 años de existencia, ella paso varias semanas antes convenciendo a su esposo para que la dejara participar, finalmente alli estabamos todos hospedados en un hotel del centro de la capital. Ella compartia habitacion con una compañera y yo tenia una habitaciòn individual por ser director de una sucursal. Esa noche todos salieron a divertirse como sucedia frecuentemente cuando viajabamos, y Luisa fue la unica que se quedo en la habitaciòn, yo decidi no salir tambien, no se si por ella o no realmente no tenia ganas de salir en ese momento. Lo que se es que fui a buscarla, toquè su puerta y ella me abriò, charlamos alli parados en su puerta, reimos y ella me dijo que habia llevado unos juegos de mesa, que si queria pasar a jugar con ella, su actitud fue como de una adolescente, nos pusimos comodos sobre la cama, yo me quite los zapatos y calcetines y ella sus zapatos, sus pies eran delgados y preciosos, empezamos a jugar y ambos teniamos una pierna sobre la cama y otra colgando, nuestros pies comenzaron a tocarse ocasionalmente, luego màs frecuente, nunca habia sentido excitaciòn solo con el roce de nuestros pies, pero asi pasò. Tuve una erecciòn solo con ese roce.
Luego, yo la tomaba de las manos y las acariciaba, al principio ella se ruborizaba, luego ella tambien lo hizo con mis manos, parecia un juego de niños, luego la jale hacia mi y buscando su boca la besè, ella se dejò besar, pero luego se retirò y dijo que eso no estaba bien, yo dije -perdòname!, no fue mi intenciòn-, y seguimos jugando. Luego pasaron minutos de silencio entre ambos, hasta que yo a proposito hice trampa y ella reaccionò diciendome en broma -uy que tramposo- y nos tomamos de las manos yo la jale y ella se puso encima de mi y nuestros labios nuevamente su unieron, ahora fue una serie de besos y despues la uniòn de nuestra lenguas, yo la abrace por la espalda, meti mis manos debajo de su blusa y toque su piel. Fue un beso de diez o quince minutos ininterrumpidos. Nos fuimos acomodando en la cama, ella encima de mi. Abri el broche de su sosten, luego soltè sus labios y besè su cuello, sus brazos y levantando su blusa, baje de improviso a mamar sus tetitas, deliciosas!, probè sus pezones que reaccionaron a mis besos y lenguetazos, se pusieron erectos. Luisa comenzo a gemir.
Con delicadez fui invirtiendo nuestra posiciòn hasta quedar yo encima y ella debajo, la volvi a besar en la boca, ella respondio bien, mamè de nueva cuenta sus senos, le quite su blusa, luego bajè y lleguè a su ombligo y lo lami, fui desabrochando su pantalon, ella intentaba impedirmelo, pero yo besaba sus dedos y sus manos y ella se vencia, le baje su pantalon a las rodillas, su ropa interior no era la màs sexy, pero yo estaba encendido, bese su pubis y su rajita sobre la tela de su braguita, ella se mordia las manos de lo nerviosa, no le quite su braguita, solo la corri hacia un lado y pude ver su rajita peluda, pase mi lengua encima de ese enredo de pelos hasta llegar a sus labios vaginales, use mis manos para separar sus labios vaginales de su vello pùbico, lo que si es cierto es que se la mamè lentamente, lleguè a todos los rincones de su sexo, estimule su clitoris, ella se retorcia en la cama dando gemidos que ella misma apagaba con sus manos.
De pronto siento que me toma de los cabellos de mi cabeza y lanza un alarido, Luisa se està corriendo, siento que su raja se llena de fluidos amargos, los cuales tomo con la punta de mi lengua, mientras tiene su orgasmo, yo aprovecho para sacarle el pantalon y su braguita, y me quito los mios en cuestion de segundos, me voy colocando sobre su delgado y largo cuerpo, ella abre sus piernas para recibirme y mientras nos besamos yo coloco mi verga entre sus mojados y calientes labios vaginales y la voy penetrando, ella gime mientras mi verga se desliza por su conducto vaginal, luego nos besamos intensamente, nos abrazamos y yo le penetro hasta que mi verga desaparece toda en su interior.
Al principio no nos movemos para nada, solo besos caricias y mi verga inmovil erecta en su raja. Despues soy yo quien inicia el vaiven de nuestros sexos. Mi verga entra y sale lentamente de su vagina. Cada vez ella emite un chillido casi imperceptible, pero poco a poco la excitaciòn nos embarga, y mis pistonazos son cada vez màs rapidos y duros, ella cierra sus ojos y me deja cogerla a mi gusto. Yo le levanto sus largas piernas se que con eso mi verga le entra al maximo, ella se queja cada vez mas sonoro, ella està por correrse de nuevo, aumento mi bombeos y le mamo sus pezones, eso acaba por llevarla de nuevo al climax, me ensarta sus pequeñas uñas en mis costados, eso logra excitarme mucho, le pistoneo mas duro y ahora busco mi propio climax, los dos empezamos a gemir fuerte y llego al punto de no retorno, mi verga empieza a convulsionar, sacando esperma como latigazos dentro de su raja. Los dos nos abrazamos y mi verga saca hasta lo ultimo. Nos quedamos abrazados y sudados alli sobre la cama. Mi verga pierde su dureza dentro de ella.
Minutos despues, ella se quita y se va al baño, se tarda un buen rato, yo aprovecho para ponerme la ropa. Luego ella sale ya vestida, me ve con cara de culpabilidad. -Que hemos hecho?- me pregunta incredula. Ella solloza, caen algunas lagrimas de sus ojos cafes. Yo trato de contemplarla, para quitar ese cargo de conciencia, pero ella esta confundida. Charlamos un rato y le trato de dar una explicacion que no existe.
Luego le digo que vayamos a mi habitaciòn, porque ella mira y mira la cama donde acabamos de cometer adulterio. Ella dice que si, es mejor cambiar de ambiente, la quiero llevar a mi habitaciòn, pero en el camino le digo que la invito a un cafe en el restaurante del hotel, ella acepta.
Alli charlamos otro rato, en ocasiones ella vuelve a llorar, le digo que se tranquilice que lo hecho, hecho està, no hay paso para atras. Sin embargo cuando se ha calmado, nos vamos con rumbo a mi habitaciòn, en la puertame pregunta por que tuve relaciones sexuales con ella, yo le respondo desde adentro de mi corazòn que ella me ha gustado desde hace un tiempo, que la admiro por su trabajo, que me gusta su sencillez, la forma que me atiende en la oficina, y que ya habia soñado con ella varias veces haciendole el amor y que para mi fue una hermosa experiencia que no olvidare jamas. Ella nunca imaginò esa respuesta, ni yo su reacciòn.
Se avalanzò sobre mi y ahora fue ella la que buscò mi boca y nos besamos. Apenas pude abrir la puerta de mi habitaciòn, ella estaba colgada de mi cuello, casi nos caemos antes llegar a la cama y alli volviò a suceder, nos desnudamos uno al otro, La besè toda desde la frente hasta los pies que chupe dedo por dedo, le mamè su rajita hasta que se corriò en mi boca de nuevo, ella estaba tan excitada que me pidiò que la penetrara, yo dejè de lamer su sexo y nuevamente se la meti al estilo misionero. Ella se aferrò a mi cuerpo y la pistonie de nuevo, duro y profundo, nuestros gemidos se entremezclaban. Luisa llegò a otro orgasmo rapidamente. Pero luego yo queria poseerla en otra posiciòn, asi que la fui colocando en cuatro y me puse atras, pude admirar sus lindas nalgas, eran pequeños globos muy llamtivos, la penetre y yo apretaba y acaricaba su trasero mientras la cogia, no se si alguna vez habia tenido sexo en esa posiciòn, pero ella gemia y casi gritaba cada vez que la pistoneaba. Su raja parecia màs estrecha en esa posiciòn y su delgada y sexy espalda me excitaba. Finalmente la tome de los hombros y se la meti lo màs duro y profundo que pude y entre gritos los dos nos corrimos casi al unisono. Fue increible la cantidad de esperma que saquè por segunda vez consecutiva, pero mi leche le escurria de su raja, ella aùn en cuatro.
A diferencia de la primera vez en su habitaciòn, nos quedamos desnudos en la cama besàndonos apasionadamente, luego ella dijo que acababa de complicar su vida, pero estaba feliz por lo sucedido. Se fue luego a su habitaciòn. Seguimos viendonos a escondidas, no era frecuente, podiamos vernos una vez al mes en promedio, pero ella estaba feliz por eso. Cada vez el sexo era mejor. Ella se quito su vello pubico sin depilarse, su marido se dio cuenta de eso meses despues.
A los dos años y tres meses de haber empezado nuestra furtiva relaciòn, su marido, el pastor, se la llevò a otro pais. Llore mucho por un largo tiempo. Pero fue lo mejor, si hubieramos seguido se hubieran destruido dos hogares para crear uno.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!