La novia de mi hijo se acuesta conmigo.
La novia de mi hijo se acuesta conmigo y ella se vuelve mi amante.
Desde que la novia de mi hijo comenzó a quedarse en casa, me pareció que yo le llamaba la atención.
En ocasiones, me daba la impresión de que de manera discreta me coqueteaba, entre otras cosas, me di cuenta no se ponía pantis, y al principio pensé que era que sentía mucho calor.
Por lo que pensé que mantenía sus piernas abiertas de manera distraída, cosa que a mí me dejaba completamente loco.
Creo que todo se inició, desde la primera vez que mi hijo y ella tuvieron sexo en nuestra casa, mi hijo tan solo le propuso a ella que lo acompañara a su habitación, a lo que su novia encantada aceptó.
Ya dentro se comenzaron a besar, y a los pocos minutos ya mi hijo le había quitado toda la ropa a su novia, mientras se encontraban acostados en la cama.
Y no es que yo estuviera de curioso, de hecho, me encontraba en el patio de la casa cuando mi hijo invitó a su novia a su cuarto.
Pero al regresar, por casualidad pasé frente al cuarto de mi hijo, así que accidentalmente los vi, ya que ellos habían dejado la puerta completamente abierta.
La novia de mi hijo se dio cuenta de que estaban siendo observados por mí, en lugar de cortarse, y por lo menos decírselo a mi hijo, continuó como si no le importase que yo los estuviera viendo.
En ese momento la vi cómo le besaba y chupaba el miembro a mí hijo, mientras que, con toda intención, apuntó sus nalgas hacia la puerta del cuarto, manteniendo sus piernas bien abiertas, dejando que yo me diera gusto observando su coño y sus nalgas, por un largo rato.
Luego fue ella la que, colocándose, viendo hacia la puerta, mientras que mi hijo se encontraba acostado boca arriba, poco a poco se fue agachando, permitiendo que el miembro del, la fuera penetrando.
Sin querer darse por enterada de que yo me encontraba viéndolos desde la puerta, observando como la verga de mi hijo, entraba una y otra vez completamente dentro del caliente coño de ella.
Para luego dedicarse a cabalgar salvajemente sobre él, mientras que yo la deseaba al otro lado de la puerta.
Así como esa vez, se repitieron muchas otras, en las que yo estaba más que seguro que la novia de mi hijo sabía que los estaba viendo.
Pero aparte de eso, en ocasiones mientras mi hijo, la estaba besando en el mirador de la casa, y metiéndole sus manos por debajo de su falda.
Si yo pasaba, o me encontraba cerca de ellos dos, la novia de mi hijo se me quedaba viendo de manera seductora, como ya les dije, nada más por divertirse.
La primera vez que me fijé que ella no llevaba sus pantis puestos, pienso que fue algo accidental, habíamos ido a la playa.
Al ella irse a cambiar y ponerse su ropa, la escuche decirle a mi hijo, que se le había olvidado meter los pantis, y que como su tanga estaba mojada, decidió no ponerme nada, bajo la minifalda que estaba usando.
Al rato cuando me senté en la sala a ver el periódico, ella apareció de la nada y se inclinó a recoger el control remoto del televisor que se encontraba en el piso, y al voltear casualmente para atrás, me vio a mí con mis ojos clavados en sus llamativas nalgas.
Al principio, me dio la impresión de que se incomodó un poco, pero al poco rato, la muy puta se dedicó a vacilarme.
Así que, sentada frente a mí, abría sus piernas descaradamente, y actuaba como si yo no existiera.
En ocasiones, de manera algo descuidada, se ponía a rascarse entre sus piernas, mientras que a mí se me salían los ojos lo que, a ella por lo visto, le causaba mucha gracia.
Pero unas semanas antes de casarse, como de costumbre decidieron quedarme a pasar la noche en nuestra casa.
Mi hijo llamó por teléfono diciéndome que, debido a las fuertes lluvias, no podía salir del pueblo donde se encontraba trabajando, por lo menos hasta el mediodía del siguiente día, debido a las fuertes inundaciones.
Cosa que su novia ignoraba del todo, ya que yo no le dije nada, como de costumbre, después que ella llegó de la universidad, vio algo en la tele, mientras me hacía sufrir a mí, abriendo sus piernas y dejándolo que le viera el coño o las nalgas, cada vez que ella le daba su real gana.
Luego tras darse un baño, se fue acostar a la cama de mi hijo, en la que ella lo esperaba completamente desnudita, sin saber que él no regresaría hasta el día siguiente.
Ya estaba por quedarse dormida, cuando pensó que mi hijo se acostaba en la cama, o por lo menos eso pensó ella.
Lo que le sorprendió, fue que, en lugar de darle un ardiente beso, como de costumbre, separase sus piernas, y en medio de la oscuridad de su habitación se dedicase a mamar su coño.
Todo sucedió de manera tan rápida que, a los pocos segundos de sentir su boca contra su clítoris, chupándoselo, se dedicó a disfrutar plenamente lo que ella pensaba le estaba haciendo mi hijo.
Por un largo rato, mi boca, lengua y dientes le hicieron temblar de emoción, al grado que por lo menos en par de ocasiones, y de manera seguida disfrutó de múltiples orgasmos.
La hija de puta estaba más que satisfecha, así que cuando yo retiré mi cara de su coño y dirigí mi verga a su coño, lo disfrutó tremendamente.
Si notó algo raro, debido a mi manera de moverme, pero hasta esos momentos ni sospechaba que se trataba de mí.
La forma en que sentía como se movía mi miembro dentro de su vulva, le arrancaba profundos gemidos de placer.
Mi futura nuera, estaba de lo más inspirada, tanto que sin que yo le dijera una sola palabra, me propuso de manera voluntaria que se lo metiera por el culito.
En un dos por tres, ya habíamos cambiado de posición, y después de que sintió mis dedos embadurnados por mi propia saliva, untándola contra su apretado esfínter, fue que escuchó mi voz decirle. “Así te quería tener desde hacía tiempo”, y acto seguido, sintió como mi miembro se abría camino dentro de sus nalgas.
Ella no lo podía creer, se estaba acostando conmigo y no con mi hijo, y lo peor de todo era que todo lo que le había estado haciendo le gustaba, incluso la manera en que mientras le enterraba mi verga por el culo, una de mis manos, hábilmente le estuve agarrando su coño.
Ella no podía o, mejor dicho, no quería que yo le sacase mi verga de su culo, por lo que sin pararse continúo moviendo sus nalgas de manera frenética, hasta que ambos alcanzamos un estridente clímax.
Del cual ella quedó toda agotada, luego trató de hacerse la dormida, y al día siguiente ver cómo salía de semejante problema, cuando yo, a los pocos segundos volví a la carga.
Penetrándola salvajemente por su coño, mientras ambos nos besábamos salvajemente, ya en la madrugada, me sintió salir de la cama, luego se levantó a eso de las ocho de la mañana, y tras bañarse, asearse y vestirse, pensaba salir de la casa, sin despedirme ni decirme nada a mí.
Cuando yo la llamé a la cocina, le tenía un buen desayuno listo, y mientras ella se lo comía, le dije. “Por mi parte, no pienso decirle nada a mi hijo, a no ser que tú quieras. Pero te advierto, si me das otra oportunidad de acostarme contigo, lo voy a hacer”.
Mi futura nuera por su parte me dio las gracias, por mi discreción y por prepararle el desayuno, pero antes de que saliera de la cocina, me le quedé viendo, y le pregunté. “¿Tendré otra oportunidad?”
A lo que ella, sonriéndome seductoramente, me contestó. “Seguramente sí.” Cosa que hemos estado haciendo cada vez que se nos presenta una oportunidad.
Traté de adornarlo con algunas imágenes pero no se pudo, se las debo.
Falta trio