La primera infidelidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La historia que les voy a contar, y que es la primera que escribo acá, sucedió hace ya unos 7 años, en el tiempo en que tenía una pareja estable y con quien de hecho, convivía.
Sucede que a veces te encuentras con una forma de vida que es cómoda, que disfrutas, que te sientes tranquilo y de cierto modo te crees feliz pero poco a poco te das cuenta que algo te falta y ese vacío crece y crece y por más que lo quieras cerrar se vuelve un enorme espacio que te va separando de tu pareja.
de pronto ya no la buscas como antes, te cansas de hacer las cosas de siempre y las diferencias de carácter que eran un detalle ahora te complican y te hacen cuestionar qué estás haciendo con tu vida, y si a los 24 años (edad que tenía en ese entonces) ya tienes decidido estar con esa persona 10, 15, 20 años más con esa persona.
o toda la vida.
En medio de eso, surge una solicitud de amistad en facebook.
al inicio pienso solo en rechazar pensando que puede ser un perfil falso, pero luego me detengo en el perfil, hay algo en la foto que de inmediato me gusta: rasgos finos, mirada espontánea, pelo ondulado y castaño claro, casi rubio.
A los pocos minutos me sorprendí viendo sus fotos de perfil y fijándome ya no solo en su rostro sino en su hermosa figura, se veía de contextura delgada, linda cintura, sabía verse linda, de actitud y además con excelente gusto para vestir ya que un lindo escote nunca se veía excesivo sino que aumentaba esa sensualidad que transmitían sus ojos y sonrisa.
era completamente atractiva y aún no la aceptaba como amiga de facebook.
Me dirijo a la bandeja de entrada y ya tenía un mensaje de ella, María José, y me indica que perdone lo atrevida ya que sabe que tengo pareja por mi foto de perfil, pero me vió en los comentarios de uno de sus amigos, y se fijó que pertenecíamos a la misma universidad e incluso habíamos estudiado carreras que eran muy afines entre sí por lo que consideró la idea de agregarme y conversar de la vida.
Comenzamos una amena charla, le agradecí su osadía ya que para mi conversar un rato por internet no era algo malo sino que al revés, era sumamente relajante.
si, estaba siendo desde ya un provocador, algo nervioso y fijándome en la hora ya que pronto podía llegar mi novia.
Hablamos de lo que ella hacía, de la extraña coincidencia de hablar por una red social y nunca habernos topado en la facultad pese a lo cerca que nos encontrábamos, de lo mucho que nos gustaba nuestras respectivas profesiones y vivir en la ciudad.
la conversación fluyó de lo más normal sin insinuaciones de ningún tipo, nos despedimos y cuando llegó mi novia volví a la rutina: preparar la comida, conversar del día, ella a dormir temprano y yo me quedé despierto hasta más tarde preparando material de trabajo en mi computador.
Casi a la medianoche suena un mensaje de María José.
rápidamente pongo silencio en el computador y noto que su foto de perfil es distinta, sale aún más atractiva y quizá la hora en que me habla me hace imaginarla del otro lado, con ropa sensual y seductora.
Me fijo que mi novia sigue dormida, y dejo mis labores para conversar con María José.
al rato hablamos de nuestras vidas de pareja, me cuenta que hace un rato ya terminó, hablamos de mi vida en pareja y comenzamos a entablar confianza, compartimos experiencias y puntos de vista y decidimos escribirnos pero a la vez mirarnos por camara.
ya sé que piensan, que hubo cibersexo, pero no, en adelante esas conversaciones se volvieron un rito sagrado, cerca de la medianoche, con un jugo o un trago en la mano cada uno, casi como compartiendo una mesa pero a la distancia.
Debo confesar que ya no era ningún diálogo inocente, puesto que los temas iban desde lo más absurdo y cotidiano hasta, generalmente, hablar de qué nos gustaba o atraía en alguien o de nuestras experiencias sexuales.
De todos modos ella nunca insinúa que tengamos algo, ni yo tampoco.
pero está implícito en el ambiente cuando por fin uno de los dos, plantea como sería ir por un café, conversar y reir como lo hacemos por webcam pero en vivo y en directo, cara a cara.
A la semana fuimos por un café, y resultó ser una experiencia sorprendente.
sobre todo porque al irme a vivir con mi novia pensé que ese camino ya estaba listo, que no habría nadie más y que estar con otra persona o interesarme en alguien más era imposible.
para mi mi amor era incondicional, sin embargo, allí estaba riendo, seduciendo y sintiendome completamente seducido por esa espontaneidad, naturalidad, belleza y carismo de María José.
La conversación era superflua, al inicio obviamente tensos por la primera vez de vernos, al rato, la misma confianza que se daba por chat, se daba en vivo, incluso, se potenciaba.
pero la clave eran las miradas, los silencios.
Por dentro quería besarla y estar a solas con ella, y por otra parte me autoconvencía que todo eran ideas mías y que ella valoraba la amistad de un hombre que, por estar con pareja, obviamente no pretendía nada con ella.
Nos despedimos cerca de una estación de metro y me fui pensando las excusas por demorarme en llegar.
y mi novia nada, no tenía sospecha alguna.
Incluso ese día estaba especialmente cercana, y cuando llegué al departamento ella ya estaba allí, veía cosas en su computador y poca atención prestó a mi detallada explicación de donde supuestaente había estado en la tarde después del trabajo.
De todos modos al rato estabamos en la habitación, sin luz como a ella le gustaba, sin sexo oral como a ella le gustaba, pero así y todo, disfrutando de un buen sexo convencional, en el que no podía evitar imaginar que era María José quien gemía con mis embestidas.
Acabamos y fui por una ducha, fue la primera vez que me sentí culpable de hacerselo a mi novia de años sin pensar en ella, sino deseando que sus besos y gemidos hubiesen sido los de otra.
En la noche, nuevamente solo en el comedor, mi novia durmiendo y yo, trabajando en el computador.
un mensaje, era María José para decirme que había disfrutado muchisimo la tarde en el café, a lo que yo respondí que se me hizo muy breve.
y es ahí cuando ella me dice "entonces, ¿por qué no te quedaste más tiempo? yo quería seguir hablando y viendóte.
" En ese momento no estaba conectada su webcam, pero juro que aunque era solo escrito el tono estaba claro.
Hablamos un buen rato, con insinuaciones cada vez más directas sobre qué hacer en nuestra próxima reunión y acordamos ir a un parque cerca de su departamento.
primero dijimos la semana siguiente y finalmente acordamos reunirnos al otro día.
me fui a dormir pensando en que sin decirlo, ambos sabíamos que podría pasar, y no era capaz de resistirme.
Al otro día desperté con una enorme erección, asumí que había soñado con ella y esperaba no haberla nombrado dormido.
Fuí a trabajar pero estaba pendiente de mi celular, veía si había mensajes de ella y esperaba ansioso la hora de vernos; y al salir traté de llegar lo más rápido posible al parque acordado.
no quería perder tiempo y a mi novia le dije que vería un partido de fútbol en un bar con amigos, lo cual le pareció muy bien pues no era un tipo de salir demasiado.
Llegué y ella no aparecía.
pasaba la hora y nada, su teléfono ni siquiera sonaba cuando la llamaba y por primera vez me detuve a pensar lo que estaba haciendo, estaba por irme y me decía que estaba siendo un imbécil, poniendo en riesgo mi relación y.
eso llegó hasta que ella me llamó para decirme que está muy retrasada pero que si quiero la espero.
y la verdad es que ni lo dudé para decirle que no se preocupara y que la esperaba.
Al rato llegó, se disculpó, reímos de mi larga espera y fuimos al parque.
nos sentamos en una banca cerca de una pileta de agua y mientras mirábamos el agua hablábamos, sentados muy cerca.
de a poco estábamos muy cerca y yo espontáneamente comencé a jugar con su pelo, y ella no opuso resistencia, de hecho me ofreció su cuello para que probase el aroma de su nuevo perfume, me acerqué y me quedé largo rato, con nervios por dentro que se detuvieron cuando ella tomó mi mano y la puso sobre su pierna.
No pude detener los deseos de acercar mis labios a su cuello y comenzar a besar la piel de sus hombros, cuello y oreja.
noté como ella solo cerró los ojos y movía sus labios con evidente agrado de lo que sentía.
rozábamos nuestros rostros y jugábamos a pasar nuestros labios muy cerca, sin pensar que estábamos a la vista de cualquiera y de hecho, en un barrio cercano a donde yo vivía con mi novia.
fue en quien menos pensé cuando al fin probé los labios de María José y fue el beso más intenso, lleno de deseo contenido y acompañado de caricias que solo se limitaban por estar en un espacio público.
mi mano estaba en sus muslos, muy arriba y su mano izquierda acariciaba mi pelo con deseo, así como nuestras lenguas pronto ya estaban entrelazadas en un beso que desbordaba pasión.
Cuando al fin detuvimos ese largo beso nuestras miradas y nuestros pensamientos hicieron innecesario cualquier palabra, salvo un "vamos?" y caminamos por el parque, doblamos la esquina y llegamos al edificio donde vivía.
.
Subimos a su departamento y al entrar le habló un vecino, yo entré y la esperé en la cocina mientras ella despachaba al inoportuno personaje.
cuando entró me preguntó si quería un café y nos reimos de haber notado el frío que hacía recién cuando nos levantamos de esa banca del parque.
María José se acercó al mesón a preparar un café para los dos y yo no pude evitar mirar lo sensual de su pelo alborotado, largo y ondulado y como lo habia puesto hacia un lado.
se notaba su pelora caída sobre uno de sus hombros y sus pantalones, aunque no demasiado ajustados, marcaban sus lindas caderas.
Parecía estar esperando lo que yo estaba por hacer, o eso creí porque me acerqué por detrás para decirle al oído cuantas cucharadas de café y azúcar quería, cuando en realidad lo que hice fue tomarla de las caderas, apegarme a ella y besar su oreja.
ella suspiró con deseo y giró su cabeza para besarme mientras apegó su trasero a mi.
esbozó una sonrisa al sentir mi exitación y deslizó una mano para tocarme sobre el pantalón.
eso me hizo avanzar, mover mis manos y colarlas bajo su jeans.
mientras nos besabamos yo frotaba su entrepierna sobre su ropa interior y ella acariciaba mi pene sobre mi pantalon.
el café pasó a total segundo plano cuando ella se giró y al fin pude subir su polera y buscar la suavidad de sus pechos grandes, naturales, blancos y firmes.
sentí mi pene endurecerse al máximo cuando ella coló su mano bajo mi jeans y mi boxer, al tiempo que yo bajaba su sostén y me deleitaba con sus pezones pequeños, rosados y sumamente exitados.
mi lengua y mis labios estaban absortos en sus exquisitos pechos, y mis manos estaban perdidas bajo su ropa interior.
acariciaba su entrepierna que estaba humedísima ya bajo su calzón y mi otra mano disfrutaba de su pequeño pero firme trasero.
.
Pasamos de la cocina al pasillo, íbamos desnudandonos uno a otro con intensidad pero sin apuro, risas inevitables de complicidad.
sus calzones blancos hacían juego perfecto con su tono de piel, sus pechos ya libres eran sin duda los mejores pechos que he visto y sentido, firmes y grandes, aún más de lo que parecían a simple vista.
llegamos a su cama, se sentó para terminar de quitarme la ropa y no dudó en probar con sus labios la piel de mi abdomen y con mirada sensual, introdujo brevemente mi pene exitado en su boca, anunciandome lo que vendría después.
Aprovechando su contextura menuda la tomé, la tendí en la cama y le quité esos calzones que estaban completamente mojados de su exitación.
su entrepierna completamente depilada no fue sino la chispa que me hizo dejar la sutileza atrás: comencé a acercarme con mi boca desde sus pies, subiendo por sus pantorrillas, lamiento sus muslos hasta casi llegar ahí.
volví a subir a su abdomen, usé mis dedos en su vagina mientras apretaba sus pechos con mis labios.
volví a bajar y mientras eran ahora mis manos las que apretaban sus pezones exquisitos, mi boca comenzó a deleitarse con el exquisito sabor de su vagina completamente húmeda.
mi lengua jugaba de arriba a abajo disfrutando el placer que hacía mucho no sentía.
no podía pensar en nada más que su exquisito sabor y en lo intenso que eran sus gemidos, lo increiblemente exitante de sus contorneos y lo sublime que fue sentir como llegaba al orgasmo mientras yo seguía lamiendo, chupando, succionando todo allí abajo.
Mi exitación estaba a mil y la verdad es que lo que vino después fue desatar toda la pasión contenida: subí sus piernas a mis hombros y sin esperar mucho la penetré con fuerza y comencé a moverme muy intensamente.
ella gritó y me dijo que le dolía pero que a la vez le encantaba como estaba haciendoselo.
y la verdad por mucho que me dijera no iba a parar.
No soy un hombre de pene enorme pero tengo lo mio, bastante grueso y de tamaño normal (16,5cm) y ella la verdad es que lo estaba disfrutando muchisimo, mientras yo hacía esfuerzos por no acabar pronto pues era el mejor sexo que había tenido en años.
Estaba maravillado de su expresividad, como mordía sus labios cada vez que se lo hacía mas fuerte, como me besaba cuando yo bajaba el rirmo y cambiaba la velocidad por movimientos mas lentos pero de penetracion profunda, sus pechos, por dios, me tenían loco y no podía evitar morder suavemente sus pezones mientras levantaba una de sus piernas y la penetraba fuerte un rato, hasta casi acabar y sintiendo como ella llegaba al orgasmo.
Estuvimos largo rato así, ella después me confesaría que pensaba que no era capaz de hacerme acabar, sin saber que yo tenía que contenerme desde el minuto que me tocó en la cocina.
variamos de posición y por unos minutos estuvo sobre mi.
no paraba de apreciar lo hermosa y sensual que se veía moviendose sabiendo muy bien como hacerlo, como se veian sus pechos exitados y como movía su pelo, como se tocaba mientras gemía sintiendome muy adentro.
yo no tenía ninguna consideración porque cuando ella me decía que estaba muy adentro la tomaba firme y trataba de penetrarla aún más.
lo que ambos disfrutábamos mucho.
en un momento me habla al oido y me dice que si no quiero acabar, no dudé en decirle "hazme acabar".
me sonríe sensual y dice "y donde quieres acabar?".
no la pienso y digo "en tu boca".
me dice "de verdad eso quieres?".
mientras va bajando y sin mucho rodeo, toma mi pene con su mano derecha, comienza a masturbarme mejor que yo mismo y acto seguido, sin parar de tocarme con su mano, lo mete en su boca.
lo que sigue es sencillamente inevitable pues al cabo de un par de minutos la fuerza, pasión y deseo con que chupa, lame y apreta mi pene hace que no aguante más y acabe en su boca.
se siente exquisito y ella con mi pene aun en su boca se mueve y respira fuerte, en señal de lo mucho que le había gustado al fin hacerme acabar.
Se limpió con la ropa de cama, subió y nos besamos largo rato, un beso sensual, exquisito, tocandonos aún.
dormitamos un rato y fuimos por una ducha juntos.
Nos vestimos y si bien yo deseaba quedarme a dormir con ella, me fui a mi departamento ya que alguien más me esperaba.
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