La primera vez que engaño a mi marido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Mónica, soy una mujer casada, 38 años, madre de una niña de 5.
Soy una mujer de 1,75, bastante alta, rellenita como me dice mi marido, trabajo en un súper, en un pueblo cerca de Talavera de la Reina.
Nadie me ha llamado la atención como un señor argentino que viene siempre a.
comprar y pasamos un buen rato hablando, ese acento que tiene la verdad que atrae mucho.
Siempre me dice cosas que muchas veces no le entiendo.
Siempre me dice que le gusta mi pan dulce y no sabía que me quería decir con eso.
Pablo, que así se llama este señor, en algo mayor que yo y un poco mas bajo que yo.
Nos conocemos desde hace un tiempo, y un día me atreví a preguntarle que me queria decir con eso de que le.
gustaba mi pan dulce, él empezó a reirse y me contagió su risa, nos reiamos pero yo no sabía de que me.
reía, hasta que me lo dijo, él le.
decía pan dulce a mi culo, aunque no lo tengo grande, si tengo las nalgas bien redondas.
Yo lo quedé mirando sin dejar de sonreír, «eres un cara dura», le dije, a lo que Pablo siguió riendo.
Era de esos caraduras que digan lo que digan, no pare insultar a nadie, «sabes que soy casada, verdad, así que no sueñes con mi pan dulce», le dije, riendo y dejando claro que no se tome mas libertades conmigo.
Noté que después de eso,.
empezó a venir menos, nos saludamos, pero no habia ese filin, esas bromas que nos decíamos.
Yo misma noté que extrañaba sus cosas, que me.
diga que le.
gustaba mi pan dulce como él le decía.
«Pablo, estas enojado conmigo?», le pregunté intrigada, «no Mónica, para nada, es que no quiero que pienses mal de mi», me.
dijo y siguió comprando, «vale, pero es que ya no hablamos ni me.
dices mas nada, pareces molesto», le dije caminando a su lado, hablando con él.
«No, no te preocupes», me dijo, pagó y se fue.
Yo no me lo podía sacar de.
la cabeza, extrañaba que me diga esas cosas que él me decía.
«Ya no te gusta mi pan dulce?», le dije una tarde que entró a comprar, «si, me encanta, y lo envidio a tu marido por poder comerselo, me encantaría poder comertelo yo», me dijo mirando mis ojos que le brillaban.
«Si eso que me haz dicho quiere decir que mi marido me.
folla por el culo, nunca me lo ha tocado», le.
dije seria.
«Este pan dulce esta sin abrir?», me.
dijo, y siento su mano pasar por una de mis nalgas, «oye, no seas loco, no me toques el culo», le dije, pero no porque me haya molestado que me pase su mano, era porque tenía miedo que alguien nos viera, ya que en el pueblo todos nos conocían.
«Donde y cuando nos podemos ver que no sea.
acá», me dijo.
Yo me quedé sorprendida con lo que me dijo, jamás pensé que me iba a proponer una cita, «no sé, deja que vea cuando pueda», le.
dije y seguí haciendo mis cosas.
Estaba tan nerviosa que no podía concentrarme en lo que tenia que hacer.
Mi marido es transportista, y me.
dijo que en una semana debía ir a entregar unas cosas a Barcelona y de ahi iba a cargar de nuevo y tenía que ir a Valencia, que iba a estar dos o tres días fuera de casa.
A mi me vino como un mareo
cuando me lo dijo, era como que quería estar con Pablo, aún sabiendo que me iba a querer follar por el culo, pero también me dolía engañar a mi marido, me sentía indecisa, no sabía que hacer.
Cuando veo a Pablo en el súper, me temblaban las piernas, sentí un fuerte cosquilleo en mi coño, «que hago», me preguntaba a mí misma.
Él se acerca y me saluda, «pensaste en lo que te dije?», me dijo y le conté que mi marido se.
iba de viaje.
Pablo me dijo si estaba bien que nos veamos en la terminal de auto buses, en la.
entrada del Corte Inglés, mañana a la una de la tarde.
Yo le.
dije que sí, jamás en mi vida había.
estado tan nerviosa.
La mañana en el súper se me hizo interminable.
Yo le había dicho a mi encargado que posiblemente a la tarde no regrese y hablé con mi hermana para que busque a mi hija y se quede con ella, ya que tenía algunas cosas que hacer.
Cuando salgo del súper cogí mi coche y me fui a Talavera, ni me había cambiado ni nada, asi con la ropa de trabajo me fui.
Estaciono el coche y lo veo a Pablo esperándome, nos saludamos con dos besos en la mejilla y empezamos a caminar hasta un hostal que está cerca.
Yo estaba tan nerviosa que tartamudeaba al hablar, pero también estaba cachonda ya que me sentía mojada.
Cuando entramos en la habitación sentía hasta ganas de vomitar de los nervios, Pablo sin decir neda, me besa la boca, apretando mi cuerpo contra el suyo, pasando sus manos por mi culo sobre la ropa.
Me siguió besando y me empezó a desnudar, yo era como que no podía reaccionar, hasta que a medida.
que me iba desnudando fui tomando conciencia que estaba ahí para follar.
Cuando siento a Pablo chupar mis tetas, fue cuando reaccione, empecé a.
gemir y a acariciar su cabeza mientras sin dejar de chupar mis pezones me iba bajando el pantalón.
Me acostó en la cama, me.
quitó los zapatos, los calcetines y me terminó de desnudar.
Vi como me miraba tendida desnuda sobre la cama y él se iba quitando su ropa.
Con sus manos me abre las piernas y empecé a retorcer el cuerpo de placer cuando siento su lengua en mi clitoris, como lo lambia, como me chupaba el coño.
Yo estaba gimiendo con las piernas bien levantadas y abiertas, escuchaba el sonido que hacía Pablo comiendo mi coño.
Siguió besando mi cuerpo hasta llegar a mis tetas, yo seguía con las piernas levantadas y abiertas, «haaaaa», gemi cuando Pablo me empezó a meter su polla, la sentía entrar toda hasta bien adentro de mi coño.
«Hay cariño que bien me follas, es la primera vez que engaño a mi marido», le dije envolviendo mis piernas en su cintura y yo movia mis caderas gimiendo de placer al sentir su polla dentro de mi coño.
«Quiero comerte el pan dulce», me dijo moviendo su polla para afuera y para adentro de mi coño, «si cariño, come mi pan dulce cuando quieras», le.
dije besando su boca y no dejaba de gemir y mover mis caderas.
Estaba tan cachonda que estaba dispuesta a dejar que Pablo me rompa el culo, que meta toda su polla por mi ano.
Me hace dar la vuelta, estaba boca abajo con mi culo para arriba, Pablo me empezó a besar las nalgas, me las abre y siento su lengua lamer mi ano.
Fue una sensación que jamás había sentido, nunca nadie me lambio el culo, pero me gustaba, me gustaba mucho como Pablo me chupaba el ojete, yo daba patadas de placer en la cama a medida que Pablo me lambia las nalgas, el ojete, como me metía un dedo en el coño.
Estaba tan cachonda que le pedía que meta de una vez su polla en mi culoboca.
Pablo pone una almohada debajo de mi tripa, levantando mas mi culo, me dice que me abra las nalgas, siento como se acomoda sobre mí, «haaaaaaaaaaa», gemi fuerte y levanté mi cabeza cuando siento como su polla empezó a entrar en mi culo.
«Haaaaa, haaaaaaaa», gemia a medida que Pablo me la iba metiendo por el ano, como me estaba rompiendo el ojete, hasta que di un gemido largo y fuerte cuando Pablo se acuesta sobre mi espalda y termina de meter toda su polla en mi culo.
«Cariño, me haz roto el culo», le dije sintiendo dolor, que el ano me quemaba y su polla bien adentro de mi culo.
«Te dije que tu pan dulce es una delicia», me dijo moviendo su polla para los costados dentro de mi culo, «si, y tú eres el primero que lo esta comiendo», le dije entre ayes de dolor y placer.
La saca y me hace poner boca arriba, levantando bien mis piernas, sentí un poco de vergüenza cuando vi su polla sucia de sangre y cacaorina, pero se notaba que a él no le importaba, ya que así como estaba me la volvió a meter, haciendo que vuelva a gemir sintiendo su polla dentro de mi culo.
Pablo me empezó a chupar los pies mientras sacaba y metía su polla por mi ojete.
Pablo me estaba haciendo cosas que jamás nadie me habia echo, chupar mi ojete, follar mi culo, chupar mis pies mientras me folla.
Estaba tan cachonda que hasta me orinaba de placer, no se cuantas veces me había corrido, Pablo me estaba matando de placer.
Empezó a follarme fuerte, rapido, hasta que siento como me muerde los dedos de los pies gimiendo y corriendose dentro de mi culo.
Le había metido los cuernos a mi marido, otro hombre que no fuese él me había roto el culo, pero estaba feliz de tanto que había disfrutado.
Saca su polla de mi culo, se acuesta a mi lado, nos abrazamos, su polla estaba sucia y mi ano me palpitaba, nos miramos y nos besamos abrazados muy fuertes.
Excelente relato espero que siga