La primera vez que engaño a mi marido 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
«Cariño, tengo que ir al baño», le dije soltando su abrazo, y fui casi corriendo, ya que casi no podía retener lo que tenía en mis intestinos.
Al poco de estar defecando, me dio mucha vergüenza ver entrar a Pablo y yo sentada en el váter, vi su polla media flacida sucia de sangre y caca, eso me dio mas vergüenza aún, «nos duchamos juntos?», me dijo besando mis labios y pasando su mano por mis tetas, «si cariño, pero yo te aviso cuando puedas entrar, sal por favor», le pedi con mis mejillas rojas.
Pablo salió y cuando terminé de defecar me limpio y siento con mis dedos mi ano abierto, el papel higienico sucio de sangre, eso me impresionó.
Me miré en el espejo del baño, tenía una cara que gritaba que había disfrutado mucho follando.
Lo llamo y nos metimos en la ducha, nos enjabonamos el uno al otro, nos besamos mientras el agua caliente caía sobre nuestros cuerpos desnudos, Pablo me empezó a.
chupar las tetas y yo le acariciaba la polla, notando como se iba poniendo dura de nuevo, siento sus manos sobre mis hombros haciendo presión hacia abajo, yo lo miré sonriendo y me fui poniendo de rodillas frente a él, abriendo mi boca y empezando a chupar su polla mientras él gemia y acariciaba mi cabeza.
Movía su cintura para adelante y para atrás, haciendo que su polla entre y salga de mi boca, mientras que yo seguía de rodillas y no dejaba de chupar.
Me hizo poner de pie y que me apoye con las manos contra la pared.
El agua caía sobre nosotros y siento como me la estaba acomodando de nuevo contra mi ano, «no cariño, otra vez por el culo no, me duele», le.
dije gimiendo cuando hace fuerza y siento como me empesaba a entrar por el ano, «me duele cariño,.
por favor, no», le pedi, notando como Pablo la sacaba.
«Gracias», le dije besando sus labios y volviendo a arrodillarme y se la seguí chupando.
«Mi amor, quiero pedirte algo»,le dije de pie frente a él, besando su boca, «sí Mónica, que queres?», me dijo besando mi.
boca y acariciando todo mi cuerpo, «quiero que me folles por el coño, pero que te corras en mi boca», le.
dije toda mimosa, lamiendo sus labios, «lo que quieras mi cielo», me dijo, y salimos de la ducha.
Casi no nos secamos y fuimos a la cama, apenas me acosté, estaba Pablo entre mis piernas metiendo su polla en mi coño, haciendo que gima de placer, acariciando su cabeza mientras me chupaba las tetas y sacaba y metía su polla en mi coño.
Lo tenía atenazado con mis piernas sobre su cintura, sentía como entraba y salia su polla de.
dentro mío, el placer que sentía era tremendo, que bien me estaba follando ese hombre, ni cuando recién nos casamos con mi marido había disfrutado tanto follando como con Pablo.
A cada embestida que me daba, metiendo su polla bien adentro de mi coño, me arrancaba un gemido de placer.
No nos decíamos nada, solo nos besabamos y follabamos gimiendo y moviendo nuestros cuerpos.
Su polla estaba metida hasta lo más profundo de mi coño, arrancando ayes de placer por parte de ambos.
Me hizo poner en cuatro volviendo a meter bien adentro su polla por mi coño, abriendo mis nalgas y pasando su dedo por mi ano, haciendo que me estremezca de placer.
Estuve a punto de pedirle que me la vuelva a meter por el culo, pero queria tragarme su leche, quería saber el sabor que tiene, ya que a mi marido se la he chupado muchas veces, pero jamás se corrió en mi boca.
Con Pablo estaba haciendo cosas que jamás había echo, me sentía muy bien entre sus brazos, me gusta mucho como me folla.
Su polla entrando y saliendo de mi coño, el choque de mis nalgas contra su cuerpo cuando me la mete toda, ese sonido seco que hacían nuestros cuerpos me hacía poner cada vez más cachonda.
«Pablo me corro, me corro cariñooooo», le dije volviendo a tener otro tremendo orgasmo, empezando a temblar todo mi cuerpo con su polla bien adentro mío.
Cuando me pude tranquilizar hice que me la saque y que se acueste boca arriba, metiendo su polla en mi boca, chupando fuerte, moviendo mi cabeza para arriba y para abajo, acariciando sus huevos con mi mano.
Yo chupaba y chupaba, escuchando como Pablo gemia y movía su cuerpo, hasta que siento sus manos en mi cabeza y como de su polla salían chorros de leche caliente.
Yo seguí chupando su polla y tragando su leche, no me reconocía a mi misma, le lambia toda la polla sacando hasta la última gota de leche que pudiera quedar, no podía dejar de seguir chupando su polla.
«Que me has hecho, jamás disfrute así, quiero que seas mi amante», le decía besando su cuerpo hasta llegar a su boca, sintiendo sus manos acariciar mi cuerpo desnudo.
«Le he metido los cuernos a mi marido, me has roto el culo o como tú dices, te has comido mi pan dulce, me he tragado tu leche, cosas que nunca me hizo mi marido, te necesito en mi vida, no quiero perderte, quiero que seas mi amante», le decía besando sus labios y con los ojos llenos de lágrimas, «no me dejes por favor», le pedía sintiendo como caían mis lágrimas.
«Nunca te voy a dejar», me dijo.
Ahora hace casi un año que somos amantes, y estoy esperando un hijo de Pablo, aunque mi marido cree que es suyo.
Cada vez disfruto más cuando Pablo me folla por el culo y me vuelve loca tragar su leche.
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