La primera vez que le meto los cachos a mi marido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, soy una mujer madura, de 59 años, casada hace mas de 30 años, madre de tres hijas, abuela de dos hermosos nietos, vivimos en España hace mas de 20 años con mi esposo, desde que vinimos de Perú, mi nombre es Carmen, una mujer que si bien no aparento mi edad, tampoco me creo una niña, siempre fui muy recatada, en el trabajo solo un saludo y nada mas, una mujer seria y formal como se dice. Vivimos en una urbanización a las afueras de Madrid con mi esposo y una hija soltera, pero que tiene novio.
En la urbanización hay de todo, gente de todos los países, y en el piso superior, ya que vivo en un tercero vive un hombre argentino con su hija, también solo saludos de educación y nada mas, se que hasta resulto antipática, pero no me importa. Con este señor, que se llama Sebastian, como había dicho solo saludos de cortesía y nada mas, hasta que una tarde tuve la desgracia de que estábamos los dos en el ascensor y se corta la luz, quedando atrapados los dos, yo soy un poco claustro fóbica y me empecé a poner muy nerviosa, él se puso a hablar conmigo, me decía que me relaje, me contaba cosas buscando distraerme y en buena parte lo conseguía, me hacía relajar bastante, así estuvimos como media hora, volvió la luz y bueno, cada uno a su casa, pero a partir de ahí ya lo saludaba con mas simpatía, me sentía agradecida por lo que había echo por mi, si hubiera estado sola no se que habría ocurrido, le conté a mi esposo lo ocurrido y me dijo que lo invite a comer en agradecimiento y así lo hice.
Quedamos para el sábado siguiente, mi hija se fue con su novio a pasar el fin de semana con él, y estábamos mi esposo, Sebastian y yo, bueno, comimos, bebimos, estábamos hablando de todo un poco, pero notaba como Sebastian miraba mis pies, mi esposo tiene un problema serio con la bebida, bebe mucho y se emborracha rápido y ese día no dejo de hacerlo, yo me sentía bastante avergonzada por eso, pero Sebastian que a medida que hablábamos, me parecía una persona por demás educada e interesante, aparte de ser un hombre muy atractivo para sus 55 años, seguía como si nada, pero no dejaba de verme los pies, yo estaba con sandalias y lo dejaba casi todo al descubierto, mi esposo, ya estaba tan borracho, que tuve que llevarlo a la cama y Sebastian me ayudo, la vergüenza que sentía era tal, que hasta le dije que se fuera a su casa y que disculpe el bochorno que me había echo pasar mi marido, él me invito a subir a su casa y beber una botella de Cava que tenía en su heladera para una ocasión muy especial me dijo, yo lo mire, y no se porque acepté ir, subimos, el destapó su botella, y muy gentilmente me sirvió una copa de Cava, yo notaba que me miraba los pies, hasta que sin poder aguantarme mas le pregunté por que me miraba tanto los pies, a lo que él me dijo que eran uno pies muy hermosos los que yo tenía, yo entre un poco de vergüenza y agradecimiento por el piropo, baje mi vista y los mire, y si, me di cuenta que tengo unos pies atractivos, pequeños y bien parejos
Sebastian, haciendo golpear su copa contra la mía, a modo de brindis, "por tus hermosos pies y por una mujer muy hermosa como vos", me dijo, mirando mis ojos, con sus ojos color verdes esmeralda, yo recién ahí caí en el color de sus ojos, que realmente eran muy seductores, le agradecí el brindis y bebimos un sorbo cada uno de su propia copa, Sebastian, haciendo gala de una seducción poco vista, me quita muy delicadamente la copa de mi mano, y acercando sus labios a los míos, me besa, suave, tierno, yo quedé estupefacta, pero sin darme cuenta respondí a su beso, el casi sin despegar sus labios de los míos, me dice que soy hermosa, que siempre le guste y volvió a besarme, ahora ya un poco mas fuerte, yo estaba ahogada, era una situación tremenda para mi, si no tuviera compromiso, estaría feliz de ser seducida por un hombre así, "Sebastian, soy casada", le dije, intentando apartar mis labios de los suyos, a lo que él me abrazo de mi cintura apretándome contra su cuerpo, y volvió a besarme, metiendo su lengua dentro de mi boca, eso me dio como un mareo, como que estaba en una nube y le respondí su beso, buscando su lengua con la mía, abrazándolo fuerte contra mi, apretando mi cuerpo contra el suyo, dejando que ahora sus manos recorran mi cuerpo, acaricien mis nalgas, suban por mi espalda y besando nuevamente mi boca, acaricien mis tetas, por sobre la ropa, buscando meter sus manos debajo, yo seguía abrazada a él dejando que saque mis pechos de mi sostén, dejando que las acaricie, que acaricie mis pezones que estaban duros, estaba dejando que ese hombre me seduzca, o mejor dicho estaba seducida ya por él, levanta mi camiseta, bajando su cabeza y mete una de mis tetas en su boca, haciendo que yo misma apriete su cabeza con mis tetas y gimiendo de placer, dejando que me chupe los pezones
Sus manos empezaron a aflojar mi pantalón, y a bajarlo, dejando la mitad de mi cuerpo desnudo y a disposición de sus manos, que me recorrían toda, sentía sus manos en mi culo, en mi vagina, yo estaba entregada a él, mi mano bajo a su entre pierna, acariciando una tremenda y dura pija, él me seguía desnudando, yo dejaba que lo haga, yo quise desabrochar su pantalón, pero como no tengo experiencia, él me ayudo, dejando que yo con mi torpeza, saque su tremenda y dura pija, que mientras el besaba todo mi cuerpo, yo acariciaba nerviosa, la sentía caliente, gruesa, la sentía palpitar en mi mano, "métela en tu boca mi amor", me dijo, haciendo que me baya poniendo de rodillas, a mi esposo solo alguna que otra vez le había dado algunos besos en su pija, que nada que ver con la de Sebastian, abrí mi boca y le deje entrar, la sentía dentro de mi boca, que estaba haciendo?, soy casada, pensaba pero me deje llevar por la lívido y se empecé a chupar como loca, la lamía, la chupaba, me volvía loca la pija de Sebastian, me hizo poner de pie, me termino de desudar en el salón de su casa y así los dos desnudos nos fuimos a su habitación, me tendió sobre su cama, me empezó a besar toda, hasta que llegó a mi vagina, apreté las sábanas de placer al sentir su lengua sobre mi clítoris
Me dio vergüenza el tener la vagina peluda, pero a él parecía no importarle de como me estaba haciendo gozar de su lengua en mi vagina,, me levanta mis piernas y siento su lengua lamer mi ano, era la primera vez que sentía una caricia ahí, mi marido jamás me había tocado el culo, era completamente virgen de ahí, gemí de placer, siento como me quita las sandalias dejando mis pies desnudos también, los agarra con mucha delicadeza y los empieza a lamer, yo creía morir de tanto placer, jamás en mi vida había disfrutado tanto, el metía mis pies uno a uno en su boca, mientras sus dedos, de la otra mano, entraban en mi muy mojada vagina, "penétrame, por favor Sebastian, penetra mi vagina con tu pija", le pedía yo al borde del orgasmo, veo como Sebasian se acomoda entre mis piernas y siento su pija que empezaba a entrar en mi vagina, como se abría mi vagina para recibir a su visitante, que placer por dios, no me importaba estar metiendo los cachos a mi marido, como me gusta como ese hombre me había seducido, y como me estaba cachando, sentía su pija entrar y salir de mi concha que estaba tan mojada como jamás había estado, "así, cáchame así Sebastian, hazme tuya", le pedía sintiendo su pija toda dentro de mi concha, nuestras bocas se unían en tremendos besos apasionados, su pija entraba y salía de mi concha. haciendo que grite de placer, levantó mis piernas y volvió a meter mis pies en su boca
Esa caricia me volvía loca, sentir como me lamía, como me mordía los dedos de mis pies, "Carmen, te la voy a meter en el culo", me dijo, sin dejar de lamer mi pies, "hay amor, soy virgen del ano", le dije, sin saber porque, ya que sabía que Sebastian no le iba a importar y me lo iba a romper, siento como me saca su pija de mi concha, saca crema de la mesilla de luz, unta bien su pija, pasa crema por mi ano, vuelve a levantar mis piernas y vuelva a lamer mis pies, "Carmen, agarra con tu mano mi pija y apoyála vos contra tu ojete", me dijo, siguiendo con mis pies en su boca, yo estaba tan caliente que agarre la pija de Sebastian y la ubique contra mi ano, sujetando para que no se baya para ningún lado, para que me rompa el culo, sentía como me mordió uno de mis dedos y cuando grite, el hace fuerza haciendo que la cabeza de su enorme pija empiece a romper mi culo, que pillo, me hizo doler el dedos del pie para que no sienta el dolor del como me metía la cabezota de su pija en mi ojete
Yo gemí de placer mientras su pija iba rompiendo mi culo, pero no me importaba, era suya, mi culo era suyo, me estaba rompiendo algo que jamás nadie ne había tocado, "así cariño, así rompe mi culo, cáchame, sigue haciendo que disfrute", le decía mientras él hacía que su pija entre toda en mi culo, su dedo empezó a martirizar mi clítoris a medida que su pija entraba y salía de mi ojete, yo gritaba como jamás lo había echo, nunca en mis años de casada había disfrutado así, haciendo el amor, pero ahí estaba Sebastian, haciendo suyo mi culo, habiendo roto mi ojete, era su mujer, él, mi amante, mientras mi marido en el piso de abajo, dormía su borrachera a mi me estaban cachando, le estaba poniendo los cachos, pero no me importaba, estaba disfrutando tanto, que solo quería ser cachada y Sebastian me estaba cachando tan bien que creo que no se en que iba a terminar esto, si sabía que me iba a cachar cuando quiera, pero el haber descubierto este universo de placer en manos de un amante, ponía en riesgo mi matrimonio
Tenía miedo de enamorarme de Sebastian, mientras yo pensaba eso, entre gemidos de placer y delirio sexual, su pija entraba y salía de mi ojete, yo me había corrido varias veces, hasta que siento como el apura la cachada que me estaba dando, como lamía mis pies con mas fuerza y su dedo martirizaba mi clítoris, siento su grito cuando empezó a llenar por primera vez mis intestinos de leche, y bueno, yo le mordí su brazo fuerte explotando en el mejor orgasmo de mi vida, sentía como mis lagrimas corrían por mis mejillas, estaba siendo la mujer mas feliz del mundo, por primera vez en mi vida había disfrutado del sexo plenamente.
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