La putita de mi ex
De cuando mi ex y yo volvimos a hablar. .
Lo que les voy a contar es una historia real y me sucedió hace tres años, en julio de 2017,y por lo tanto cambiaré todos los nombres porque nunca se sabe quién podría estar leyendo esto.
Me llamó Alberto y actualmente tengo 21 años, en enero cumplo 22, no soy muy alto, mi rostro no es precisamente atractivo y también soy algo gordito (panzon diría yo).
Conocí a Laura cuando entré a la secundaria, en un colegio católico de Naucalpan Estado de México. Si les soy sincero no recuerdo como nos empezamos a hablar pero por alguna extraña razón lo hacíamos. En aquella época yo andaba detrás de una amiga de Laura, Yess, pero por una u otra cosa nunca se me hizo, sin embargo hablando por Facebook con Laura salió el tema y de la nada nos hicimos novios.
Así comenzó mi primera relación de noviazgo a los 12 años, ella tenía 13; Sí estás esperando que tengamos sexo a esa edad pues la verdad es que no, eso no pasó.
Laura era una chica muy lista, hasta la fecha lo es, y tenía un promedio increíble ademas de que hace un chingo de deporte. La verdad es que no es muy bonita que digamos, su rostro es alargado, tiene unos grandes dientes, ojos cafés, cabello largo, negro y liso; su cuerpo no estaba mal pero por lo mismo del ejercicio su espalda era muy ancha, en la secundaria no me fijaba mucho en ellos pero hoy les puedo decir que tiene unos senos increíblemente deliciosos (copa C) con unos pezones grandes y morenitos, su trasero no es nada del otro mundo pero meh, así es ella.
Lo malo era que tenía (tiene) muchos problemas en su casa, se pelea constantemente con sus papás y eso la llevó a tener pensamientos suicidas e inclusive a cortarse con una navaja en un par de ocasiones. Eso me asustaba, sin embargo fue menos frecuente mientras estuvimos juntos hasta que un día llegó con mi nombre cortado a lo largo de todo su brazo, ahí decidí terminar con ella y la verdad es que las cosas se complicaron, no me quiero meter en mucho drama pero acabamos mal, tan mal que nos dejamos de hablar durante cinco años, la peor parte es que en el colegio había secundaria y preparatoria por lo que todos esos años nos seguimos viendo, topandonos en las escaleras o cafeterías y ninguno de los dos se hablaba.
Cuando terminamos ella empezó a salir con uno de mis amigos a quien apodabamos “El abuelo», a los dos días ya andaba con él, luego cuando llegamos a tercero de secundaria salía con otro sujeto que era dos años más grande que nosotros que se llamaba Samuel, estuvieron juntos tres años, después, en el último año de la prepa se hizo novia de un morrito al que todos pendejeabamos llamado Jorge y, cuando llegamos a la graduación andaba con uno de los mejores amigos de Samuel, Gerardo, que también era más grande que nosotros.
Yo por mi parte no tuve novia en ese tiempo, la verdad los que les cuentan que es muy fácil ligar con chicas y tenerlas para ti les miente, uno como hombre sabe que es difícil.
Después de la graduación, y pensando que jamás la volveria a ver en mi vida, decidí hacer las pases con ella y le pedí a una amiga que estaba en su grupo el Whatsapp de Laura. Una noche me armé de valor y le escribí un largo mensaje donde le pedía perdón por lo que había pasado y por todo lo que posiblemente había tenido que vivir después de que terminamos y que le deseaba suerte en lo que fuera que fuese a hacer. Para mí sorpresa me respondió al otro día de manera tierna y me dijo que también lo sentía pero que pues había pasado ya, los dos habíamos madurado y pues a seguir en la vida.
No les mentiré, tenía muchas ganas y curiosidad por saber qué más había pasado con ella, platicar y ponernos al día, pero algo me detenía, yo sabía que no había quedado bien después de todo el drama de cuando terminamos y pues no quería más problemas; una semana después le mandé un simple “Hola» y contestó y empezamos a platicar, primero algo monótono e incómodo pero el hielo se fue rompiendo hasta que confesamos que nos habíamos quedado con el gusanito de hablarnos y comenzamos a charlar como viejos amigos sin pensar en todo lo que ya habíamos pasado.
Para ese punto yo tenía 18 años y ella cumpliría 19 en noviembre, así que según nosotros ya éramos adultos y podíamos controlar lo que pasaría.
Lentamente llegamos al tema sexual con el pasar de los días y ambos nos preguntamos si éramos vírgenes o no, yo por supuesto que lo era, no había tenido novia, mucho menos sexo, ella dijo que no, había perdido su virginidad poco después de la graduación con Gerardo.
La curiosidad me mató y entonces le pedí si me podía contar cómo fue su primera vez.
Ahí ella me relató que ya desde que andaba con Samuel había fajado, lo había masturbado y él le había comido las tetas sabrosas que se carga, nunca pasó nada más. Con Gerardo fue diferente, con él fajaba, de ley, cada que se veían, él había sido el primero en meterle los deditos a su coñito apretado y también le comía sus tetas en los estacionamientos, un día estaban tan calientes que Gerardo le propuso ir a un hotel y ella aceptó.
Me contó que pensaba que cojer sería como fajar pero que en realidad fue totalmente diferente, él la desnudó, le comió las tetas y el coñito, ya que estuvo lista se la metió, así de la nada. Y siguió taladrandola sin piedad. Por lo que me dijo lo disfrutó bastante y no le dolió, Gemia su nombre como la perrita que es hasta que, mientras la tenía en cuatro, se vino en su espalda, sin embargo ella no terminó ni tuvo ningún orgasmo, lo cual la había decepcionado.
La verdad es que eso me calentó, nunca me había imaginado a Laura de manera sexual y eso me provocó, a partir de ese momento no había ni un instante sin que habláramos de sexo. Tuve más preguntas, obvio, le pregunté si tenía su coñito velludo y ella me reveló que sí, lo cual no hizo más que excitarme porque tengo un fetiche con las mujeres que tienen vello púbico, ahí le pregunté qué copa era, si se masturbaba y resultó que Laura era toda una adicta al porno y la masturbacion! Amaba los videos de trío, hentai y Lesbianas (con el pasar de los meses se daría cuenta que es bisexual).
Así seguimos hablando muchas veces y ella me seguía contando sus aventuras sexuales con su novio, la primera vez que lo cabalgo y él le mordisqueaba las tetas y le pellizcaba los pezones para verle una cara de placer tan deliciosa, la primera vez que tuvo un orgasmo e inclusive la primera vez que se la mamó.
Así seguimos durante unas semanas hasta que, un domingo, pasó algo inesperado.
Eso se los contaré en el siguiente relato.
Espero que les haya gustado, perdonen la extensión y la falta de contenido sexual, sin embargo para mi es importante que entiendan de donde veníamos Laura y yo para que puedan disfrutar de las cosas ricas que hicimos.
Si les gusta subiré la segunda parte, gracias por leerme
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