La santa de mi cunada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No se ni porque lo hice, la verdad Elsa, esposa de mi cuñado, ni siquiera me llamaba la atención, es una mujer cuarentona sin muchos atributos y quedaría para el dicho que dice “Esta bien para después de un seis de cerveza” . Pero lo hice y no me arrepiento, afortunadamente no hubo consecuencias aunque por algún tiempo estuve con el temor que alguien se enterara.
Todo empezó en una reunión en mi casa, eramos varias parejas y empezamos a tomar, yo traia coraje hacia Elsa desde tiempo atrás cuando la invite a bailar sin ningún motivo ulterior y me desprecio ya que según ella, no es correcto que una mujer casada baile con otro hombre que no sea su marido, no importo que era una canción suelta y que mi esposa le reclamara su actitud hacia mi. No importaba que su marido estaba bailando con otra y se desapareciera por mas de una hora. Ella es mujer “decente” y no iba a ofender a su marido bailando con otro.
Soy muy rencoroso y el coraje por el desprecio no se me pasaba aunque habia sucedido varios meses atrás. La veía y me preguntaba si seria tan honesta y recatada como lo cantaba a los cuatro vientos.
No lo planie, no dije a esta vieja me la cojo hoy. Ni siquiera pensaba que iba a suceder y de la forma que sucedió.
Seguimos tomando en el patio trasero de mi casa y yo volteaba a ver a Elsa constantemente la cual evitaba mi mirada. No le dirigía la palabra sino para lo mas necesario y ella parecía contenta con eso.
Eran aproximadamente las 12:00 AM y excepto por Elsa, todos estaban muy tomados, estaba por acabarse el licor y fui a mi habitación en el piso de arriba por 2 botellas que guardaba ahí para emergencias coincidiendo con que Elsa fue al bano superior que era el designado para las mujeres ya que el de abajo era usado por los hombres.
No se como sucedió ni porque lo hice, me tope con Elsa cuando salía del baño y dejando las botellas sobre una silla la tome por la fuerza y la bese, se resistió bastante pero pude dominarla, segui besándola y empeze a acariciarle la espalda y las nalgas, ella seguía resistiéndose pero yo estaba decidido a cumplir mi capricho y le segui acariciando las nalgas y restregándole mi verga sobre su conchita notando que parecia gustarle.
Todo sucedió muy rápido, besándola en la boca para evitar que gritara la lleve a la terraza donde nadie del grupo podría vernos y a fuerza le quite los calzones y le empeze a acariciar su concha mientras la seguía besando y de nuevo note que ya no oponía tanta resistencia. Sabia que no tenia mucho tiempo, no tardaba alguien en buscarnos y el temor de ser descubiertos prestaba un ingrediente extra que hacia todo mas excitante.
Aun mostraba algo de resistencia cuando le meti un dedo en su concha dandome cuenta que estaba completamente lubricada, la tenia muy peluda y era excitante sentir su pucha lubricada con tanto pelo. No abria los ojos pero puedo asegurar que le gustaba ya que seguía el juego. Sentada en mi regazo abrió sus piernas y sin preámbulos saque mi verga la cual puse en su mano, no se negó y la sujeto por unos momentos y después quitándosela de su mano, la puse en la entrada de su vagina encajándosela de un golpe mientra con mis labios le tapaba la boca para que no hiciera ruido. Fue algo muy rapido,no se cuanto tiempo estuve bombeando pero no creo que fueron mas de 2 minutos, a estas alturas, Elsa ya no ofrecia resistencia, al contrario, sin abrir los ojos, se apretaba contra mi y también participaba del ritmo emitiendo ligeros gemidos. A mi no me interesaba si ella tenia un orgasmo, yo solo quería encajarle la verga en pago por el desprecio que me habia hecho. Cuando sentí que me venia le encaje la verga hasta el fondo disfrutando de un orgasmo increible y puedo asegurar, por la forma en que me abrazaba, que ella también tuvo uno. No se cuanto duro el episodio, no creo que fueron mas de 5 minutos pero me sirvió para darme cuenta que Elsa no era tan santa ni tan fiel como pregona y que le gusta la verga tanto como a cualquier otra mujer.
No me intereso besarla, no fue un acto de sexo consentido y menos un acto de amor. Nunca me reclamo nada, nunca me ha dado indicios de que lo quiere repetir y aunque yo lo disfrute bastante, a mi tampoco me interesa repetirlo . Mi principal temor era que mi esposa se enterara o que Elsa me contagiara una enfermedad venérea ya que su esposo es un cabron mujeriego pero afortunadamente nada sucedió.
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