La secretaria Paola
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Motivado por lo acaecido y por el anonimato de esta pagina, quisiera relatarles lo que me esta sucediendo actualmente con mi secretaria Paola.
Para empezar soy Humberto, de 42 años, once de trabajar en la empresa y, de donde soy uno de los gerentes intermedios, casado y con un hijo, mi matrimonio ha sido ejemplar hasta hace algunos meses. He tenido alguna aventurita por allí, pero nada serio. Mi matrimonio como sucede a muchos, se vio envuelto últimamente en la rutina, al grado que por la desmotivación, tenemos relaciones con mi esposa una vez cada dos semanas aproximadamente.
En la misma empresa, hace unos seis años ingresó una muchacha de unos 24 años llamada Paola, un lindo físico, rubia, pequeña cintura, bonito busto acorde a su delgadez y unas lindas ponpas. Como es de suponer Paola tuvo muchas ofertas para enredarse con jefes o compañeros de trabajo, pero ella siempre se mantuvo incolme, era casada y siempre antepuso su relación con su esposo. A los 3 años de estar en la empresa, Paola fue traslada a mi oficina, asi que nos empezamos a relacionar laboralmente y siempre para mi fue una mujer muy atractiva, se vestía muy sexy que agradaba verla llegar por las mañanas. A los pocos meses de estar conmigo, resultó embarazada y dio a luz un varoncito, y me pidió a mi y a mi esposa que fueramos los padrinos de bautizo, asi que soy también compadre de Paola.
Hace unos cinco meses, Paola me confesó (ya había bastante confianza y no solo laboralmente) que tenía problemas graves con su marido y que pensaba dejarlo, yo le pregunté porque esa decisión y ella me comentó llorando que había descubierto que su esposo tenía un hijo fuera de matrimonio y que era más pequeño que su hijo ahora de casi tres años. Yo la vi muy triste asi que la consolé, la abracé, cosa que hizo que por primera vez sintiera su lindo cuerpo cerca del mio, su figura, su olor a hembra, su tersa piel causó, aunque no era el momento, que tuviera una pequeña erección consolándola. Paola a pesar de sus siete años de casada y un hijo, su cuerpo se conservaba bastante bien, sus tetas eran ahora más grandes después de la lactancia de su hijo.
Para esos días mi esposa y mis dos hijos habían salido de vacaciones, yo no pude ir debido al trabajo, ya que era temporada alta para nosotros en la empresa, además nos estabamos fusionando con otra firma. Luego de consolarla, hablamos bastante, nos dio la hora de salida y nosotros aún charlando. Paola me dijo que los problemas eran tan frecuentes que su hijo estaba con su mamá y esa noche no quería regresar a la casa, se sentía muy estresada. Yo le dije que la invitaba a tomar una copa a algún lugar y luego ella decidiría a donde quería que la llevara, ella me agradeció y aceptó. En el camino ibamos y ya con bastante morbo de mi parte, le dije que si no quería ir a mi casa, mi esposa no estaba al igual que mi hijo, le dije que sería un mejor lugar para charlar. Ella volvió a aceptar. Una sonrisa invadio mis labios.
Llegamos a la casa, nos sentamos en la sala, fui por unos martinis, se lo di, bebimos y le volvi a servir otro, platicamos de diversos temas, del trabajo, de la familia, de nuestros hijos y con otros dos martinis la cosa se desvió al tema sexual. Ella me comentó que no sabia porque su marido había buscado otra mujer, -si yo lo he complacido en todo lo que me ha pedido en la cama!!- fue lo que dijo Paola. Diciendo eso y mi verga cobró vida, me imaginaba a Paola, que es una tremenda hembra, complaciendo en todo a su marido, mi mente dio vueltas.
En mi caso, quiero decirles que no soy feo, de hecho mi segundo apellido es inglés por la familia de mi madre, asi que mido 1.85 mt, no soy delgado, pero tampoco tengo estomago, además herencia de mis raices, tengo una pija de un poco más de siete pulgadas que fue la delicia de mi esposa por un buen tiempo. Asi que luego que ella tocó el aspecto sexual, yo seguí la conversación sobre eso, le dije que también mi esposa atravesamos un momento difícil por la sexualidad, le dije que a mi me gustaba la variación y las fantasías ya ella no. Paola se rió y me dijo que ella pensaba lo mismo.
-No se que piensa tu marido Paola, pero yo con una mujer como tú, me mantenía más en la casa, con una mujer con tus dotes yo no podria voltear a ver a nadie más!!- Paola se sonrojó y me agradeció mis palabras. Ahora ella me dijo que –Tu eres también un hombre guapo, no se que piensa la comadre!, ella te debe cuidar más!- la cosa iba de maravilla. Le dije después –Qué más quiere tu marido, si tu le has podido ser infiel en la empresa, con el que quisieras, pero nunca haz querido,!-, continué – todos los que conozco quisieran haber tenido una oportunidad contigo, pero tu nunca diste motivo!-, ahora Paola se me quedó viendo. –Tu también, alguna vez… quisiste conmigo??-, creo que los martinis, ya habían subido de tono la conversación.
-Claro que si, por tenerte una noche hubiera hecho cualquier cosa, es más le hubiera sido infiel a mi esposa por ti!-, hubo un silencio entre ambos, solo nos veiamos a los ojos. Envalentonado por los martinis ingeridos, me lancé, tenía mucho que perder, pero también mucho que ganar. Le tomé el brazo delicadamente, la vi a los ojos y le dije -Quédate aquí esta noche, quiza pueda que olvides a tu marido un momento!-, ella me vio ahora y dijo -Y quiza pueda que yo logre que olvides a tu esposa también un rato!-, nos acercamos y nos besamos, senti la humedad de sus labios, tenian deseo cargado, su lengua se revolcaba con la mia, se entrelazaban, yo tomaba su saliva y ella tomaba la mia. Nos abrazamos y seguimos besandonos como dos enamorados con mucho tiempo de no verse.
La tomé de la cintura, la apretaba con mis manos, era precioso su cuerpo. Toqué sus muslos, eran tersos y duros, ella puso su mano sobre mis pantalones y busco mis genitales sobre el. Le besé el cuello y pase mi lengua por sus orejas, ella gemía y se dejaba hacer todo. Mi mano no espero más y la meti entre sus piernas hasta llegar a sus delgadas bragas, acaricie toda la raya de su raja sobre ellas. La sala se llenó de sonidos, los besos, los gemidos y quejidos de placer. Ella fue desabotonando mi camisa y mis dedos ya jugaban con la poca pelambre de su panocha. Me quitó la camisa y luego mi camiseta, sus labios se posaron en mis tetillas, una descarga electrica me atrevesó, era rico sentir su húmeda lengua en mi torso. Luego, ahora fui yo quien le quitó su blusa, Paola quedó solo con sujetadores, eran finos y dejaban ver lo bien formado de sus senos. De pronto ella se puso de pie. Solo con falda y en sujetadores, era una diosa.
Comenzó a moverse lentamente, como haciendome un streaptease, se quitó el sujetador, se tomó los senos uno con cada mano y los masajeaba, como ofreciéndomelos, todo esto me fue poniendo más caliente de lo que ya estaba, masajee mi bulto sobre el pantalón, era ya un erección brutal. Sus tetas eran preciosas y macizas, coronadas por una pequeña aureola, luego ella bajó el cierre de su falda y esta cayó al suelo, llevaba un bikini blanco, semi transparente, una linea negra se notaba debajo de su calzoncito, era la pequeña linea de pelitos rasurados que tenía su rajita y que yo había tocado algunos minutos atras. Desabotoné mi pantalón y lo bajé para quedarme en boxer. A continuación ella se bajó lentamente su calzón, quedó solo en zapatos. Yo entonces, por primera vez, la vi como la había imaginado más de una vez, desnuda!, era mejor que cualquier sueño húmedo que tuve con ella. Se movia sensualmente y empezó a acercarse a mi, yo me sobaba la pija erecta. De frente a mi se volteo para enseñarme sus dos hermosas nalgas redonditas. Se agachó, era obvio que quería que se las tocara, lo hice y comencé a besarlas con pequeños chuponcitos, puse una mano en cada nalga y las abri, descubri el botoncito arrugado de su ano, con la punta de mi lengua lami el circulito de su culo, ella movio las caderas en señal de que le había gustado, asi que seguí metiendo la punta de mi lengua entre sus nalgas, desde su ano hasta llegar a su panochita que ya estaba mojadisima.
Luego, le impusé más deseo, más pasión, le volví a pasar mi lengua por toda la raya de su trasero de abajo hacia arriba, es decir, desde los labios de su vagina, pasando por su culo de nuevo y llegando a al incio de su espalda, lo repetí varias veces, Paola gemia de placer, le gustaba sentir mi lengua y que le mamara sus nalgas y su culito.
Ella se separó de mi y volteándose se fue montando sobre mi pija erecta, yo ya me había bajado los pantalones totalmente, ella la tomó con una mano y se la puso en la entrada de su vagina, mi glande fue aperturando su tunel mojado, ella cerró los ojos cuando le penetré su panocha, mordió su labio inferior y después dejó caer su peso para que mi falo entrara otras pulgadas más dentro de su cuerpo. Ella abrió los ojos y me vio, luego me sonrió con picardía y tomándome de los hombros, ella comenzó a subir y bajar por mi pija, la sacaba de su raja para metersela después otro poco, yo la tomaba por la cintura para ayudarla a subir y bajar, pude sentir mi pija como se deslizaba dentro de su orificio vaginal, me apretaba ricamente la pija, luego de varios vaivenes, por fin se la tenía metida hasta los huevos. Ahora ella compartía sus movimientos de arriba abajo, con hacia delante y atrás, ella busco mis labios de nuevo, nuestras lenguas entraron en acción otra vez, al mismo tiempo que se movia sobre mi pija lentamente. Solté su lengua y bajé por su cuello para llegar a senos, busqué sus pezones para chuparlos, el solo contacto con mi lengua los erectó al máximo.
A los pocos minutos ambos empezamos a gemir como locos, de la tremenda excitación que teniamos en ese momento, su delicioso movimiento de caderas era sensacional, podia sentir como mi pija salia y entraba por su intimo tunel carnoso y caliente. Cada vez que le mordía con los labios los pezones, Paola tiraba la cabeza hacia atrás y gemía. El ritmo de la follada aumentaba de intensidad. Parecía que hubieramos cogido toda la vida. Mientras le comía los senos mis manos manoseaban y apretaban sus nalgas. Mis dedos encontraron el orificio de su ano, aún estaba mojado de mi saliva anterior, se me ocurrió introducirle la yema de uno de mis dedos adentro de su esfínter, lo hice y ella se quejó pero de gusto, eso le encantó. El ritmo de nuestra caliente follada era única, con gemidos, chupones, besos, lamidas y mi dedo dentro de su ano. Paola se chorreo como una perra, y tuvo un largo orgasmo.
Al buen rato cambiamos de posición ahora ella estaba hincada sobre el sofá, con los brazos y casi su torso en el respaldo, elevó su trasero, que lindo culo tenía Paola!, sus dos buenas carnes pedian a gritos que la ensartara de nuevo, antes de hacerlo le di unos chupones en sus nalgas y meti con fuerza dos dedos en su rajita que era ya un charco de lubricantes, la pajee con rapidez, ella emitia ya gritos y no gemidos, diciendome cosas calientes como –asi, asi, asiii, uy que rico, hazmelo ya!!- eso me calentaba y le metía los dedos hasta los nudillos. Más tarde me cansé de dedearla y me puse de pie para ensartarle todo lo largo de mi pija de un solo empujón, la cantidad de liquidos lubricantes de su vagina lo facilitaron, la embestí duro desde el inicio, la tomé de los hombros y la folle energicamente.
Yo sentía que mis testiculos pegaban contra sus nalgas y la levantaban un poco del sofa cada vez que la hundía en su coño, Paola seguía gimiendo a placer, si seguía asi iba a terminar pronto, asi que disminuí un poco el ritmo y aproveché para por detrás, dedearle el culito de nuevo, metí la mitad de uno de mis dedos adentro de su recto, Paola no trató de detenerme, sino que excitada movia su trasero como rotándolo y follándose mi dedo. Un quejido seco me indicó se que ella se había venido nuevamente, la oí casi chillar de gusto.
Por fin, me puse encima de su espalda al grado que mi boca lamió su cuello, la culie rapido y alcancé mi climax, yo tamibén emití un quejido, al mismo tiempo que varios latigazos de esperma soltaba yo dentro de su vagina dilatada. Segui bombeando mi pene hasta que cesaron las palpitaciones de mi pene, le había echado una buena cantidad de semen en su coñito, algunas gotitas salían entre sus labios vaginales.
Después de asearnos en el baño, nos vestimos pero los besitos humedos siguieron en el sofá, nos tomamos otros dos martinis cada uno y luego Paola me pidio que quería pasar la noche conmigo, no quería ir a su casa. Asi que después de haber degustado su lindo cuerpo, su petición fue musica para mis oidos, la llevé a mi habitación y nos metimos a la cama, ella solo se quedó con su ropita interior y yo hice lo mismo para que no se sintiera mal. Nos quedamos dormidos rapidamente, no sentí la noche, sentí hasta el amanecer, al abrir los ojos me encontré un delicios cuadro, Paola estaba entre mis piernas dándome una rica felación, ella sonriendo me dijo que acostumbraba darle una a su marido antes de levantarse, no se si era cierto, pero que rico despertarse asi, mi verga se puso durisima y me sacó la leche al poco tiempo, ella se roció mi esperma en sus bellos senos y rostro. Luego, nos fuimos a bañar juntos, le mame sus tetas mientras lo haciamos, luego juntos nos fuimos al trabajo, ella me pidió que la dejara unas cuadras antes, para que los demás no fueran a hablar de nosotros, lo cual me pareció muy adecuado.
A partir de ese día, aprovechabamos cualquier espacio de tiempo o de lugar, cuando no nos miraban los demás y nos dabamos ricos besos de lenguita, ella me sobaba el pene sobre el pantalón y yo le metía las manos debajo de su falda para apretarle sus nalgas.
Un día antes de que regresara mi familia, la llevé a un motel después del trabajo y por segunda vez le hice el amor, hicimos el sexo oral de diferentes maneras incluyendo una 69 deliciosa, le chupé todo su coño las veces que quise, me vine en su boquita mamona, luego la penetré en varias posiciones, pero lo mejor estaba por venir, ella misma me pidio que la metiera por su culito, esa belleza de ano que se cargaba entre sus nalgas, la penetré lento, pero después de tenerla toda adentro, la folle sin misericordia y ella gritaba y pataleaba que le dolia, pero que no se la sacara, la culie de maravilla, me olvide de su vagina y solo le di el resto de la noche por su rico ano, hasta que me vine a chorros dentro de su arrugado orificio. Fue genial, no porque fuera mi primera experiencia de sexo anal, sino que sus nalgas y su culito eran de primer nivel.
A la semana de todo esto, Paola me indicó en la oficina que había regresado con su marido, pero que no lo había perdonado del todo. Me dijo con unos ojos de lujuria que quería que yo siguiera siendo su amante, que yo le había gustado desde hacía meses atrás y que le había gustado tener sexo conmigo. Antes de que yo le contestara algo, ella terminó diciendome que no tuviera pena que ella trataria de ser lo más discreta posible, para que yo no tuviera problemas en mi casa.
Ahora me sigo cogiendo a Paola, una o dos veces por semana, ella es una ahora un animal en la cama y le encanta probar nuevas experiencias. Espero que nunca se sepa esto, pero estoy pasando una etapa increible.
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