LA SEÑORA DEL JEFE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Andrés, tengo cincuenta y cuatro años, casado con Melisa, y tengo cuatro hijos.
Soy ejecutivo y como consecuencia de mi trabajo viajo mucho.
Mi patrón, Ramiro, tiene más de sesenta años, y, recientemente se ha casado con una bella mujer, mucho más joven que el, tiene treinta y ocho años, y tiene por nombre Natalia.
Es una verdadera hembra, de esas capaz de llevar a un hombre a la locura.
Sin embargo, pese a que levantaba pasiones entre los directivos y personal de la empresa, nadie se atrevía a realizar ningún intento de acercamiento a la misma, que no fuera el mero saludo y el respeto debido a la señora del jefe.
Cierto día, el Jefe y su esposa fueron invitados a una fiesta de inauguración de una marca comercial por una empresa internacional de renombre, la cual se celebrara en una hacienda privada en los alrededores de Niza.
El Jefe quiso que acudiéramos dos directivos de nuestra empresa para acompañarlos.
Uno de ellos fui yo.
En principio debería haber acudido con mi esposa, pero surgió un problema familiar y ella no pudo acudir, por lo que tuve que ir solo.
Ya en la fiesta, comprobé maravillado que Natalia llevaba un traje bajo muy escotado de una solo pieza, bastante ceñido, con una gran abertura a un lado, el cual, hay que reconocerlo, le quedaba como un guante.
Además llevaba un escote muy pronunciado que dejaba entrever sus hermosos pechos.
La verdad es que estaba realmente esplendida.
Nunca le había dirigido ningún piropo, al menos delante de mi jefe.
En una ocasión en que el marido se encontraba alejado hablando con los anfitriones, me acerque a ella para saludarla, y al hacerlo me atreví a indicarle:
-esta Vd.
muy elegante esta noche Natalia.
Ha elegido un vestido precioso.
Ella se sorprendió ya que no estaba acostumbrada a que los ejecutivos de su marido le dijeran nada.
Sin embargo, me agradeció mis palabras comprobando que lo hacía con sinceridad.
Me dijo:
– es la primera persona que se fija en mí en toda la tarde.
-Pues deben estar ciegos, ya que para mí es Vd.
la mujer más bella de la fiesta, y no lo digo solo por alagarla, creame que se los digo de veras.
Me dijo: -Andrés me ha alegrado Vd.
la tarde, ya que lo estaba pasando muy aburrido.
Ya ve, mi marido se va a sus cosas de la empresa, y me deja tirada en medio de un montón de gente que apenas conozco.
Le conteste: -Vd.
sabe que en estas fiestas es normal que él aproveche para estrechar lazos comerciales, que seguro a todos nos viene muy bien.
-Ya lo sé, pero no deja de ser injusto.
¿no cree?
En ese momento llegó mi otro compañero con su esposa, y nos pusimos hablar de vanidades, durante más de treinta minutos.
Había empezado la música, y mi compañero y su esposa fueron a bailar.
Yo me quede haciendo compañía a Natalia.
Ella me comentó:
¿Y, Vd.
no baila?.
–claro pero no tengo pareja.
Y además si me lo permite estoy mejor con Vd.
que con esos ejecutivos que no hacen sino hablar de negocios.
-ja ja que bien los conoce.
Ella me lo agradeció, y por primera vez comenzamos hablar de la vida de cada uno.
Al hablar de su vida, me indicó que muchos pensaban que se había casado con mi Jefe por dinero, pero que no era así.
Le indique si habían pensado en tener hijos ya que llevaban dos años de casados, y que más tarde quizás fuera más dificil.
Me confió que ella lo deseaba ardientemente, pero que Ramiro siempre indicaba que debían esperar, como si tuviera miedo a las obligaciones que ello conlleva.
Le dije: pues yo tengo cuatro hijos y son lo mejor que me ha pasado en la vida.
Además ello ayudará a fortalecer el matrimonio, y a Vd.
le vendrá muy bien.
Con el ánimo de la bebida me contó una intimidad, ya en confianza, y me dijo que no tomaba ningún anticonceptivo con la esperanza de que en uno de sus encuentros con su marido pudiera quedar embarazada.
Pero que a pesar de ello todo había sido en vano, llegando a pensar que el semen de Ramiro quizás no tenga la calidad suficiente para procrear.
Le dije que con visitar a un facultativo se solucionaría el problema.
Que hoy ha tratamiento muy adelantados para ello.
Más atrevida, me señaló que él se negaba a visitar a un médico para tal menester.
Le dije que tuviera confianza, que quizás cuando menos lo espere llega el momento feliz.
Pero ella no estaba muy convencida que llegara ese momento.
Ramiro apareció entonces, y le dijo que iba a acompañar al anfitrión a su oficina que estaba a varios kilómetros para firmar unos papeles, y si quería acompañarlo.
Ella le preguntó si iban más mujeres, y él le indicó que no.
Entonces le contestó:
-y, que voy hacer yo sola sin otras mujeres entre vds que solo van hablar de negocios.
Si no te importa prefiero esperarte aquí.
Se dirigió a mí y me dijo:
– Andrés, haga el favor de comprobar que mi esposa se encuentre bien, y si le necesita para algo, préstele su ayuda.
Estaba sorprendido, ya que él nunca dejaba que otro estuviera con su mujer, pero se ve que el negocio que tenía entre manos era muy bueno para poder dejarlo.
Por lo que marchó con el anfitrión.
Al rato, Natalia me dijo que hacía mucho calor en el salón y me pidió que si la acompañaba fuera, donde estaban los jardines, y así lo hice.
Empezamos a caminar por los jardines, que eran extensos, y cuando nos dimos cuenta estábamos bastante alejados de las instalaciones donde se celebraba la fiesta.
-vaya sin querer nos hemos alejado del salón ¿no cree?
-si creo que deberíamos volver.
Sin embargo, no dimos cuenta de que habíamos llegado cerca de los establos de caballos – ya que el anfitrión tenía unos buenos ejemplares-, y escuchamos sonidos de caballos.
-me han dicho que tiene unos ejemplares magnificos.
¿Qué le parece si echamos un vistazo- me dijo Natalia.
-por mi que no quede.
Aunque me supongo que si nos descubren no les gustará.
-no lo creo, todos están entretenidos en la fiesta.
Entramos en las instalaciones, y miramos hacia el patio donde venían dichos relinchos.
Comprobamos como un semental negro muy precioso, estaba detrás de una yegua, a la cual estaba hostigando.
Me preguntó:
– qué le pase a ese semental ¿por qué motivo molestaba a la yegua hasta el punto de morderla?
Comprobé que el semental quería montar a la yegua y esta se estaba haciendo de rogar.
Natalia se ruborizó ante mi respuesta.
Mucho más cuando comprobó que el semental negro blandía un pene enorme, que colgaba majestuoso, totalmente erectó.
Ella me indicó:¿ eso no será lo que pienso que es? Le conteste: cierto, es el pene del caballo.
Me contestó: Dios mío es enorme, si eso le entra a la yegua la va a matar, mide más de un metro.
Le manifesté:
-bueno aunque es grande, la vagina de la yegua se adaptaba perfectamente a dicho cipote, y lo aguantara sin problemas.
En ese momento, el caballo se subió sobre las patas traseras de la yegua e intentaba penetrar aquella con su majestuoso pene, pero no acertaba, ya que ésta no se quedaba quieta.
Una y otra vez se subía sobre la misma y realizada la misma operación.
El estar con una mujer en el establo de una cuadra de animales, escondidos viendo aquel espectáculo me estaba poniendo enfermo.
Sin querer había comenzado a tener una erección.
Los colores del rostro de Natalia demostraban que estaba igualmente excitada con el encuentro sexual de aquellos animales.
Ella me dijo:- ese semental está que no puede más, si la yegua no se deja la va a matar a mordidas.
Le indique que normalmente un hombre ayuda al caballo dirigiendo su pene hacia la vagina de la yegua para que este la pueda penetrar.
Pero que según parece el caballo se había soltado y había entrado al lugar donde estaba la yegua, quizás al comprobar que ella está en celo.
Y ¿cómo sabe que está en celo?, me llegó a preguntar algo morbosamente.
-Pues.
por el olor que desprende su vagina.
Los caballos tienen un olfato muy especial para ello.
Me dijo, sonriendo: -Que pena que los hombres no tengan ese olfato tan definido, al menos sabrían cuando deseamos estar con ellos y cuando no.
Yo le manifesté: – bueno ciertos hombres tienen un olfato muy parecido, y saben detectar cuando la mujer es receptiva y cuando no.
– Venga Andrés, que pasa, ¿no me estará diciendo que Vd.
es uno de esos hombres?
Muy vanidoso, le contesté_
-en muy pocas ocasiones he fallado, y que en su gran mayoría he acertado en mi diagnostico.
Ella se ruborizó, ya que sabía que en esos momentos estaba en sus días más fértiles, y que se encontraba superexcitada.
Mucho más al comprobar el espectáculo que estaban viendo.
Por ello ante la sospecha de que yo pudiera estar percatándome de su estado de calentura, su cara se encendió.
Como tenía una erección bastante visible en mi pantalón, el cual ella pudo comprobar, poniéndose más nerviosa, me atreví a decirle:
-¿quiere que le diga que pienso sobre cuál es su estado actualmente?
Ella me dijo:
-Andrés no cree que se está pasando.
¿ No creo que esa sea una pregunta para realizar a una señora casada como yo?.
-Lo siento Natalia, no quise ofenderla.
Pero era Vd.
la que hizo anteriormente la pregunta impertinente.
No me contestó.
En ese momento comprobamos como el caballo volvía a subir sobre la yegua, y de un certero golpe la había metido más de la mitad de su pene en la vagina de aquella.
La siguió penetrando, hasta que llegó a meterla completa.
Luego, descendió de las ancas traseras de ésta, pudiendo nosotros comprobar que aún seguía soltando bastante semen por su cipote.
El caballo relincho, indicado que había conseguido su triunfo.
Le dije, ha comprobado, como a pesar de entrarle toda, no le ha pasado nada a la yegua.
Yo diría que hasta le ha gustado, no ve como trota.
Natalia seguía encendida.
Me dijo estoy acalorada, tenemos que salir de aquí.
Le dije que como ella quisiera.
Al intentar salir del lugar donde estábamos alongados para ver el espectáculo, ella comprobó que su vestido se había trabado con algo.
Me lo saber, y tras una investigación por mi parte, pude comprobar que la parte trasera del mismo estaba enganchada por unos alambres, que habían atravesado la tela.
Le dije que no se moviera si no quería que se le rompiera el traje.
Para llegar hasta los alambres tenía que pegarme completamente a ella, y además iba a tener que meter la mano por debajo del traje para sacar el mismo y evitar que rasgara la tela.
E incluso iba a tener que remangarse el mismo casi hasta la cintura.
Cuando se lo dije ella se puso algo histérica y muy nerviosa, pero me indicó que si no había más remedio que lo hiciera, pero que fuera un caballero.
Me acerque totalmente a ella casi pegando mi cuerpo, y metí una mano por la abertura de su traje, y fue subiendo hasta el lugar donde se encontraba enganchado el alambre.
Note claramente el calor de sus muslos, sus bragas, y llegue hasta sus caderas.
Supe enseguida que llevaba puesta una tanga, y su parte trasera solo era un hilo dental, ya que sus nalgas estaban desnudas.
Como el traje estaba bastante ceñido, le pedí permiso para levantar la parte baja del mismo y poco a poco lo subí hasta casi más arriba de su cintura.
Como me había agachado un poco para realizar la maniobre, ante mi vista apareció su tanga minúscula color blanco, casi transparente, que dejaba a la vista su pubis bien recortado y tremendamente negro.
Me fije que además se marcaban escandalosamente los labios de su coño, notando que la tanga tenía una mancha lo que evidenciaba que estaba muy mojada.
Seguro que producto de la situación del espectáculo vivido hacia unos momentos.
Pase la mano hacia la parte trasera de su cuerpo, rozando todas sus nalgas, hasta llegar al lugar donde el alambre estaba enganchado con el traje.
Con sumo cuidado, lo fui desenganchando, recreándome en el contacto con su cuerpo, que notaba extremadamente caliente.
Esa mujer estaba hirviendo.
Casi seguro que estaba ovulando, ya que en esas fecha a las mujeres les suele subir la temperatura corporal de forma ostensible.
Mi pene no me cabía en el pantalón y al haberme acercado a ella, lo tenía que sentir claramente.
Además dispongo de una tranca nada despreciable.
En estado de máxima erección llega a medir más de 22 cm y un diámetro superior a los 6 cm.
Me pareció notar que a pesar del nerviosismo, hacia lo posible porque su cuerpo se pegara al mío, como si se estuviera restregando.
Me estaba poniendo enfermo, y ello me impedía terminar el trabajo de desenganchar el vestido.
Logre desenganchar parte del mismo, y le dije que se fuera dando la vuelta para poder continuar dicho trabajo.
Aquello era todo un espectáculo.
Natalia tenía remangado el vestido más arriba de la cintura, y ahora aparecía ante mí su hermoso trasero, solo cubierto por el hilo dental de su tanga, que se metía en su culo, por lo que permitía una visión perfecta de aquel trasero.
Había casi desenganchado el alambre, cuando escuchamos personas hablando que se acercaban y entraban en el establo.
Ella se puso muy nerviosa ya que no quería que la vieran en aquella situación, y además conmigo dentro de un establo:
-oh Dios no pueden descubrirnos aquí.
Y además yo con Vd.
sería muy embarazoso.
-intentemos escondernos.
– le respondí.
.
pero donde?
-aquí detrás de estos maderos- le dije.
Ella acepto por lo nerviosa que estaba, metiéndonos detrás de unos tablones de madera que nos cubrían de la vista de posibles visitantes.
El problema es que ella tuvo que agachase para evitar ser vista, y como no había tenido tiempo de arreglarse el traje, su vestido quedó subido hasta la cintura, con todo su trasero a mi disposición.
Como el sitio era sumamente estrecho, su culo quedó totalmente encima de mis muslos en contacto con mi tranca.
Al ver que esa posición era incomoda, se dejó recostar en mis muslos, por lo que mi pene estaba en contacto directo con su coño, solo separado por la pequeña tanga.
Note que aquello iba a ser muy embarazoso.
Ella se puso nerviosa, e intento como levantarse y le dije:
-quede quieta o nos descubrirán.
Los hombres entraron y comprobamos que por fortuna se había quedado hablar a cierta distancia de nosotros, pero si nos movíamos de lugar, se percatarían de nuestra presencia, y asi se lo hice saber.
Ante esta situación, ella permaneció en esa posición.
Sin embargo ante el contacto permanente de mi polla contra su vagina, note que me estaba mojando los pantalones de lo lubricada que se encontraba.
¡Aquella mujer estaba supercaliente!.
Era la mujer de mi jefe.
Pero no había buscado aquella situación.
Seguro que ella por la situación se había excitado y sus jugos se separaban por los laterales de su corta tanga, y escurrían un poco por sus muslos.
Joder me iba a encharcar los pantalones.
Yo estaba tan arrecho que me arriesgue, hice como que me revolvía para colocarme mejor, pero lo que hice fue bajar el cinturón de mi pantalón, me baje el mismo y el slip, y que quedé con todo el nabo fuera.
Estaba como un misil.
Y volví a la posición anterior.
Cuando ella noto mi tranca, iba a decirme algo, pero se calló ante la posibilidad de ser escuchada.
-recuerde que nos pueden oir-
-pero porque se ha bajado los pantalones?
-es que me los va a manchar todos.
Esta ud muy mojada ahí abajo y me esta empapando el pantalón, y luego no podré salir.
-ohhh pero … esta loco …
Ella se estremeció al sentir mi polla restregarse contra su coño.
Como su tanga era solo un hilo, los labios de su coño quedaba por fuera y el hilo dentro de su vagina.
Aquello ocasionó que yo pudiera frotar totalmente mi nabo por entre sus piernas concretamente por su pubis, notando que mojaba totalmente mi pene a medida que los pasaba rozando todos los labios de su conejo.
-pero… que está haciendo- me dijo muy despacio y muy bajo echando un poco la cabeza hacia atrás.
-debe guardar silencio.
-eres un…miserable… como te atreves…
-yo no he buscado la situación.
Es vd que está muy caliente.
-yo???
-hable más bajo o se van a percatar de nuestra presencia.
Quiere eso.
Quiere que nos vean.
Ella se cayó, y se mantuvo en esa posición sin moverse.
Pero yo hacía movimientos hacia atrás y hacia delante, pasando todo mi nabo por su landa.
En un momento dado, como su tanga era un solo hilo, con el frotamiento de mi pene contra el éste se hizo a un lado, quedando los labios de su coño totalmente libres para que iniciara mi penetración.
Me di cuenta de ello, me encontraba super excitado.
Mi pene había adquirido unas dimensiones desconocidas ante el morbo de la situación.
No me lo pensé más, de un movimiento logre meter la cabeza entre sus nalgas viendo como los labios de su coño se abrían para recibirme, tire de ella hacia mi cuerpo, con lo que le entró más de la mitad de mi tranca dentro de su estrecha vagina.
-oggggg nooo cabron nooooo oggggggggggg que hace… nooo
Joder ¡que estrecha esta!.
-no puede … soy casada, saquela….
-vamos cállese que nos van a oir.
-ohhhh me dule… es muy grande… por favor…
-Se ve que no está acostumbrada a una polla de las dimensiones de la mía.
¿Le gusta verdad?.
-Eres un cabroooo
Puse mi mano en su boca para evitar que gritara, y de un certero golpe se la termine de alojare dentro encajándosela hasta los testiculos.
Ella se revolvía, y echaba su cuerpo hacia atrás pegándose a mi pecho, para no desfallecer.
Se la deje dentro durante un tiempo sin apenas moverme, totalmente dura, notando como las paredes de su vagina apretaban la misma como si quieran desintegrarla.
Tras un rato así, la empecé hacer subir y bajar sobre mi polla, comprobando que su concha se adaptaba perfectamente a la dimensiones de mi vástago.
Su concha se había dilatado y empezaba a soportar mis bombeos.
Note que Natalia dejo de rechistar, y comenzó a agitarse.
Creo que le empezaba a gustar.
Como puede lleve mis manos a sus tetas, y se las cogí, con lo que noté que ella al momento entró en un orgasmo tremendo.
Ohhh noooo ohhh
Mi polla no dejaba de entrar y salir de su coño, y notaba como ella reculaba constantemente para que le entrara más y más, verificando al poco tiempo como sus jugos bajaban por mis bolas, ante la corrida fenomenal que estaba teniendo.
Metí mis manos por el escote, y saque totalmente fuera sus tetas, ya que no llevaba sujetador, y procedí a tomarlas en mis manos, notando lo duras que las tenía.
Que pedazo de mujer.
-que buenas tetas tienes….
Dios pero que buena estas…- se lo decía al oído sin parar de bombearla.
-para para….
-veo que te has corrido preciosa.
Lo necesitabas verdad?.
Mire hacia fuera y había comprobado que los hombres se habían marchado, pero yo seguía dándole caña.
El calor del coño de Natalia era enorme.
Parecía un volcán en erupción.
Yo arremetía cada vez con más intensidad logrando sacar otro orgasmo a la señora.
Ella hecho la cabeza hacia atrás, y me dijo casi al oído, como suplicando: no puedes correrte dentro, creo que estoy ovulando; debes hacerlo fuera.
Creo que estoy ovulando…
Pero yo no hice caso a sus palabras, y arremetí contra su coño, dándole mucho más fuerte, bombeándola a su máxima potencia, notando que ella entraba igualmente en otro nuevo orgasmo.
El morbo de había apoderado de mi, y quería llenar con mi semen aquel coño tan delicioso.
Pensé para mis adentros.
Es una completa locura, me podría costar el trabajo, e incluso cometer un delito, pero estaba fuera de mi.
Y al notar como Natalia se convulsionaba con el orgasmo, mi pene adquirió unas proporciones inconcebibles, por lo que presione cuanto pude y aloje totalmente mi tranca justo muy cerca de su útero, y con una excitación desmesurada comencé a lanzar mi ración de abundante y caliente semen dentro de su cuquita.
Salía a borbotones, parecía que no tenía fin.
Torrentes de leche salían disparadas de mi pene hacia las paredes de su vagina llegando a su útero, e inundándolo.
Ohhh noooo se esta corriendo dentro…ooooooo
No sé cuánto tiempo estuve deslechandome.
Cuando hube acabado, me quede durante un buen rato dentro de su vagina, verificando que ella permanecía inmóvil sentada sobre mis piernas con mi tranca totalmente incrustada en su vagina, y todo su coño lleno de mi espeso semen.
Al rato, le dije:
-creo que ya podemos levantarnos.
Creo que los hombres se habían marchado.
Ella se levantó sin decirme nada.
Al levantarse miro hacia atrás y vio mi pene semi flácido y lleno de sus jugos y parte de su semen.
Se miró hacia su vagina y comprobó que seguía saliendo una hilera de semen de su chocho.
Creo que en ese momento se dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido, que al ponerse en pie, se giró hacia donde estaba e intentó propinarme un tortazo, pero le puse la mano y la apreté contra mí dándole un beso en la boca que la dejó casi sin sentido.
Al rato note que comenzó a responder a mi beso, por lo que metí la lengua en su boca, pegándonos un morreo de antología.
Cuando pudo respirar me dijo:
-eres un desgraciado me has violado.
Verás cuando lo sepa mi esposo.
Te las vas a ganar…
-no creo que te convenga.
Además, se que te ha gustado.
Creo que lo necesitabas.
¿Lo vas a negar también?
Ella no me contesto, pero añadió:
– te dije que no te corrieras dentro.
¡Puedes haberme embarazado.
Estoy ovulando!.
¿Qué le digo a mi marido si aparezco preñada?.
Has pensado en lo que has hecho…
Muy fácil, le conteste: le dices que es hijo suyo, por lo que debes intentar hacer el amor con él en los próximos días para que no sospeche.
-Que fácil.
Tienes respuesta para todo.
Todos los hombres son iguales.
Ella miro hacia su vagina, comprobando que seguía saliendo semen, y me indico:- me has dejado mi vagina más abierta que nunca.
Seguro que mi esposo lo va a notar.
La dije:- no seas boba.
Verás cómo se re volverá a cerrar.
.
-Ademas…Natalia, tengo que decirte que es uno de los polvos mejor que me he echado, tienes una cuquita muy estrecha, pero buenísima.
Ella notó que me estaba volviendo a crecer y me dijo:
-que cabron eres….
joder, que hijo de puta ¿otra vez estás empalmado de nuevo?.
Le manifesté: eres tú la que me pone así.
Yo tengo una mujer como tú y te estaría follando a todas horas del día.
Ella por fin sonrió, y ante mi asombro me toco la polla por primera vez con su mano, y agachándose comenzó a darme una mamada buenísima.
Aquella mujer tenía una boca inmejorable para mamar pollas.
Cuando estaba otra vez en su máxima erección, le dije:
-te voy a follar otra vez.
– le dije, aunque me despida tu marido, pero creo que voy a tener que echarte otro polvo.
Me dijo: ya veo….
pero esta vez quiero que me claves mirando a la ventana.
Le dije: ah te ha puesto en arrecha la polla del caballo eh.
Me dijo: tienes una muy parecida a la de ese semental.
Anda clávame.
Cógeme como si fuera una yegua cabron….
vamos
La puse mirando hacia la ventana, baje su tanga completamente , y la clave de un solo golpe.
Ella se retorció indicando: oh me la has metido de golpe, me vas a destrozar.
Vamos rómpeme, dame caña.
Rómpeme el coño.
La bombeaba de una forma escandalosa, verificando que tuvo dos orgasmos casi seguidos.
Y cuando estaba a punto de correrme le dije:
-Me voy a correr de nuevo, te voy a dejar bien preñada mi amor.
La quieres dentro verdad?.
dime la quieres dentro?
Ella fuera de si me contesto:
– Si cabron….
córrete de nuevo dentro de mí, préñame: Hazme el hijo que mi marido no ha querido darme, lléname como antes.
ohhhhhhh
No pensé que tuviera tanto semen después de haberme corrido anteriormente, pero note que volvía a descargar cantidades ingentes de semen en su coño, notando que salí por los laterales al no poder contener su coño tanta cantidad.
Le entregue un pañuelo y se secó un poco su coño, y luego nos arreglamos un poco, y me dijo:
-de esto ni una palabra a nadie.
Y por supuesto será la última vez.
-claro que no voy a decir nada a nadie.
Pero que sea la última vez no lo tengo tan claro.
-estás loco.
Nunca más podrá volver a suceder.
Y ella algo enfadada, casi sin hablarnos regresamos al salón.
Media hora después llegó su marido, y al día siguiente volvimos a España.
Pasaron unos dos meses, cuando me llega la noticia de que estaba embarazada.
Me quede algo perplejo.
Sabía que las probabilidades de que fuera mío eran importantes.
Paso el tiempo tuvo el bebe, y luego pasaron casi dos años más sin que realmente se acercara más por mi lado.
Tuve noticias de que tenía una niña de dos años, pero nada más.
Pero las cosas ocurren sin pensarlas, y coincidió que Don Ramiro tenía que acudir a una reunión importante en Normandía donde podía salir un importante pedido para nuestra empresa, y para ello me escogió a mi ya que era el que más sabia del tipo de trabajo que se iba a tratar en dicha reunión.
En total íbamos a estar en dicho lugar unos diez días, investigando la forma de tratar el producto, etc.
Cuando llevábamos unos cinco días, había que acudir a una recepción oficial en un gran hotel para iniciar la programación del producto que estábamos interesados en contratar.
Por ello Don Ramiro me indicó que no podía faltar a la misma, y que el iría por su cuenta.
Ya en plena inauguración me llevé la grata sorpresa de ver aparecer a Don Ramiro con su esposa Natalia.
La salude cordialmente, pero note que Natalia su ruborizó un poco al verme.
Creo que hasta se extraño que también estuviera en dicha reunión.
Nos sentamos nuevamente en la misma mesa, y presenciamos la presentación del producto, y posteriormente el almuerzo que se impartía.
Durante la misma Natalia hablaba muy poco conmigo, haciéndose la interesante o por miedo a que le hiciera alguna pregunta capciosa.
Pero pronto, Don Ramiro tuvo que acudir junto con los otros presidentes de varias empresas invitadas a una reunión en uno de los salones del citado hotel.
Don Ramiro me llamo a parte y me indicó que tenía que ir a esa reunión, que me preocupara de Natalia, y, que se veía que se alargaba la reunión, el me llamaría al móvil para en su caso yo la acercara al hotel donde se hospedaba.
Le dije que no se preocupara que yo atendería a su esposa.
Natalia comprobó que nuevamente se quedaba sola y además al ser en su mayoría extranjeros y franceses, no tenía con quien conversar.
Por lo que le indique:
.
– ha sido una sorpresa verla en Normandía.
No sabía que viniera.
Ella me comentó, entrando en conversación, que su marido se lo había pedido, pero que no pensaba que iba a ocurrir nuevamente lo de hoy, que la dejara sola.
Iniciamos una conversación durante largo tiempo sobre diversas cosas, hasta que le pregunté por su niña, y muy nerviosa me dijo que estaba muy bien, pero no hizo alusión alguna a nuestro desliz anterior.
Como se inició el baile y todas las mujeres hicieron lo propio, le indique si le apetecía bailar.
Ella se iba a negar en un principio, pero luego me miró y aceptó.
Natalia iba preciosa, con un traje rojo no excesivamente bajo, pero con una abertura a media pierna muy propio de ella.
Su espalda estaba totalmente al descubierto, y noté que esta vez tampoco llevaba sostén.
El traje estaba simplemente sostenido por un lazo en el cuello.
-.
Natalia estas sencillamente impresionante.
Vuelves a ser la mujer mas elegante y bella de la reunión.
-ya tu siempre tan adulador…
Bailamos durante un buen rato, casi una hora con descansos, donde aprovechaba para traerle alguna bebida.
Me atrevía a ponerle algo de alcohol en la de ella para que se inhibiera un poco, y el efecto fue perfecto, ya que la note más distendida.
En varias ocasiones en que habían bailes lentos, al recordar lo que pasó el establo de Niza mi macana se erectó dejando buena señal de ello el bulto que aparecía en mi pantalón.
A pesar de tratar de evitarlo, ella comprobó que le pegaba directamente en su pubis, por lo que la note nerviosa, y se empezó a poner colorada.
Tras varios bailes de tal forma, note que se dejó hacer y parecía como si se restregaba ella misma contra mí para sentir mejor mi bulto.
Las manos de Natalia estaban sudando pero además con una temperatura elevada; yo conocía esa circunstancia, y solo de pensar en que estuviera ovulando nuevamente mi daga se puso más directa hacia ella, notándolo ella hasta el punto que me dijo que tenía que acudir al aseo.
Verifique que se marchaba muy acalorada.
Y me miraba hacia detrás de reojo.
Cuando regresó comprobé que se había arreglado un poco, pintado los labios, y continuamos el baile.
A las dos horas, me dijo que estaba rendida, que no podía más, que le dolían tremendamente los pies, ya que los tacones eran muy altos.
Nos sentamos nuevamente, y ella me indicó que tenía que quitarse los zapatos ya que no aguantaba más los pies.
Le dije que porque no lo hacía, pero me indicó:
-como? Aquí en plena sala?.
no estaría bien visto.
-lo entiendo.
Le señale si quería salir a los jardines, y ella me miró fijamente a los ojos, recordando lo que ocurrió aquella vez, pero me indicó:
– Lo que necesito es una habitación o algún sitio donde descansar un poco.
– Espere un poco.
Intentaré solucionarlo.
En recepción me indicaron que no disponían de ningún lugar reservado; y le pregunté que si podía disponer de una habitación aunque tuviera que pagarla.
Verificaron y me indicaron una habitación en la sexta planta.
Fui donde se encontraba, y le dije que disponía de una habitación del hotel para que pudiera descansar y asearse.
Ella se quedó un poco extrañada, y le indique que no existía ningún reservado, que lo único que se me ocurrido era alquilar una habitación.
-has alquilado una habitación?
-creo que era lo mejor.
¿No querías descansar?.
Me dijo: – pero no pretenderás que vaya a una habitación contigo.
-Natalia no te estoy pidiendo que vayas conmigo, la he alquilado para que puedas descansar tu, yo me quedaré aquí si lo desea, y me llama si necesita algo.
Le deje la tarjeta- llave y subió a la habitación.
Sin embargo, a los breves minutos escucho mi móvil.
Sorprendentemente era Natalia indicándome que la tarjeta- llave no abría la habitación, y como no sabía francés, me indicó que me acerara para ver si yo podía solucionarlo.
Me hice acompañar de un mozo del hotel, que además sabía hablar español, y le dije que le habia dado la tarjeta a mi esposa pero parece que no abría.
Ella se quedó sorprendida cuando le dije al mozo que era mi esposa, pero se cayó ya que la situación era igualmente comprometida para ella.
El mozo nos abrió la habitación, y entramos los tres, y comprobando que todo funcionaba, el morzo se marcho quedando los dos dentro de la habitación.
Le dije que lo había hecho para evitar cualquier problema de malas interpretaciones.
Le dije si necesitaba que le ayudara a quitarse los zapatos o si quería le daba unos masajes en los pies, que era un especialista en ello.
Ella entró al baño, y al rato salió.
Se sentó en la cama y al final me dijo:
-vale puedes ayudarme con los zapatos.
Es que con el traje es un poco difícil.
-pues claro siéntate sobre la cama.
Me desprendía de la chaqueta y de la corbata, y agachándome con gran delicadeza logré quitarle los mismos destrabando unos lazos que se enrollaban en todo el tobillo de Natalia, notando ella como si le quitaran un peso.
Le dije que mejor sería que diera un masaje con loción en los mismos, que eso la aliviaría.
Como si hubiera cogido confianza, y notándola además más distendida, y algo excitada por la circunstancia del momento, no me contesto, señal de que había accedido.
Traje la loción del baño, y me desprendí de la camisa.
-para que te quitas la camisa?
-es para no mancharla.
Ella vio todo mi torso desnudo y se sonrojó.
Le indique que se recostara sobre la cama y ella lo hizo.
Parecía una diosa en la cama.
Ella me miraba de reojo y notaba que se encontraba como aclalorada.
Fui al baño nuevamente traje una toalla enrollada en agua caliente, y le refresque los pies, notando en sus ojos el agradecimiento.
Al momento tome la loción y me puse a darle un masaje por todos los pies y tobillos subiendo luego por sus piernas hasta las rodillas.
Muy diplomáticamente logre que levantara un poco los pies.
Con ello el traje se abrió un poco dejando ver claramente una parte de sus muslos.
Yo haciéndome el tonto, continúe dando loción por sus muslos al tiempo que le subía su traje y quedaron ante mi vista sus bragas totalmente rojas.
Joder que buena estaba.
Me sorprendió ver que tenía una mancha en su parte central de su tanga, señalo inequívoca de que Natalia estaba cachonda y que si las cosas se daban podía tener nuevamente algo con ella.
En ese momento llamó su marido a mi teléfono, y me dijo que la reunión se alargaba y que además le habían propuesto acudir a otro lugar, y que no volvería hasta bien entrada la noche.
Me encomendó que al terminar la fiesta llevara a su esposa al hotel donde se hospedaban, quedando en hacerlo.
Luego habló con ella, pasándole el teléfono, verificando que ella mintió claramente donde se encontraba en ese momento.
Comprobé que sus pechos estaban en punta, y al no llevar sostén la excitación del momento los tenía en tal actitud.
Ella comprobó por mis miradas que le estaba viendo los pechos mientras hablaba con su esposo, pero no hizo amago de taparlos, más bien note que se puso en una postura que resaltaba los mismos.
Ante ello, y comprobando que teníamos toda la tarde, le dije que si quería le podía dar una masaje en la espalda.
Ella se excito ante dicha propuesta pero, tras pensarlo se puso boca abajo.
Yo le dije que era necesario que se soltara el lazo del cuello que sujetaba el traje.
Ella accedió comprobando que la excitación aumentaba, diciéndome que lo hiciera yo mismo.
Con suavidad, logre desatar el lazo, retirándolo, y verificando que si se levantaba podría quedar completamente desnuda solo con la tanga.
Masaje el cuello, y espalda, sus brazos, y fue bajando hasta su cintura, y procuraba extender la loción por los laterales de su cuerpo, rozando en varias ocasiones la parte de su delantera que sobresalía, notando que gemía levemente.
La temperatura de su cuerpo estaba muy elevada por lo que seguro que estaba nuevamente en sus días fértiles.
Continué con mis masajes acercándome peligrosamente a sus nalgas, y verificando que ella se dejaba hacer, quizás por la calentura y el estado de ovulación.
Mi polla ya no cabía en el pantalón, y ella lo estaba comprobando ya que tenía su mirada fija en el bulto, y a escasos metros de ella.
Recorrí con mis manos la espalda y pase nuevamente por ambos laterales metiendo debajo mis manos y deteniéndome para sobar una buena parte de sus pechos.
Le dije que se diera la vuelta para continuar el masaje por delante.
Se estremeció, me miró de lado a los ojos, dirigió su mirada hacia el bulto que tenia, y se dio la vuelta quedando sus enormes pechos ante mis ojos.
Y mirándome a los ojos nuevamente me dijo:
– es así como querías verme no? Lo has estado deseando toda la tarde.
Pues aquí los tienes.
Natalia estaba hermosa, y con una cara de salida increíble, comprobé al instante que me la iba a follar nuevamente.
Dirigí mis manos a sus pechos, mucho mejores que la vez anterior después de la lactancia, y los sobé descaradamente, notando como me miraba ella.
Baje mi cara y metí uno de sus senos en mi boca, notando como suspiraba.
Ella instintivamente dirigió su mano hacia mi bulto, y me soltó el cinto bajándome los pantalones.
Ante ella quedó un slip que no podía cubrir la inmensidad de mi polla, y una parte de ella aparecía al descubierto.
Inmediatamente me bajó el slip y apareció a centímetros de su cara mi daga de 22 cm de largo y con una grosos espectacular.
Ella misma la acercó a su boca e intentó meterse lo que podía de ella, verificando que solo una parte.
Mientras me mamaba la verga, dirigí mi mano hacia su vagina, separé la tanga, y con mis dedos comprobé que su raja estaba completamente mojada, gimiendo al instante.
– Joder Natalia, como estas, tienes el coño totalmente encharcado, necesitas mi polla con urgencia.
¿verdad?
Mis palabras la calentaron más, y en ese momento comprobada con la mano el tamaño de mis testículos.
Y le dije:
– Has visto como tengo la polla está deseando penetrarte de inmediato.
Y has visto mis testículos, los tengo cargados a tope, llevo más de una semana sin follar, por lo que mi semen tiene que estar bien espeso.
– -ya veo.
y sopesó con su mano mis testículos, notando el morbo que ello le suponía.
Eso la excito sobre manera y me dijo que quería que se la metiera ya, que no aguantaba más, que quería que la reventara con mi polla.
Le termine de quitar el vestido, le baje la tanga, y por primera vez tenía a Natalia totalmente desnuda ante mi.
Y sin más preámbulo, la recosté mirando hacia mi, le abría las piernas apareciendo su conejito ante mi totalmente abierto y mojado.
Dirigí mi nabo hacia el mismo y de una estocada se la clave hasta los huevos.
Ella se encogió al sentir como la abria con mi nabo, y empecé a entrar y salir de aquel coño, verificando que al momento entraba ella en un orgasmo.
Pero yo seguía dándole con una fuerza increíble, ya que llevaba una semana sin follar por lo que mis ganas y mi fuerza estaba al cien por cien.
Le dije:
– Tu coño está ardiendo.
¿Estas Ovulando verdad?
Ella me contestó con la cabeza que si.
Y ante su respuesta ella noto como creció aún más mi polla dentro su conejo, y le dije:
-Pues Natalia, con la cantidad de semen que tengo acumulado después de siete días sin correrme, te aseguro que vas a quedar nuevamente embarazada.
Dios que buen coño tienes.
Ella me dice:
– No Daniel tienes que correrte fuera no puedes dejarme nuevamente preñada, ohhhhhh que delicia.
Continua cabron sígueme follando.
-me necesitabas verdad.
-uhhh follame y calla- y en ese momento tuvo un orgasmo.
– desde que me tocaste la polla sabías que me iba a correr nuevamente dentro.
Se que estás deseosa de tener mi leche dentro.
Quiero que me lo pidas.
Pideme que te eche mi leche dentro, anda pídeme que te preñe.
Ella totalmente excitada y a punto de entrar en un nuevo orgasmos, me digo:
– Échamela toda dentro cabrón, préñame otra vez, anda no de hagas desear, descarga ya ohhhhhhh, siento como me estas regando por dentro, que potencia,oooooo
Empecé a lanzar mi carga dentro de aquel coño, lanzando sin parar litros y litros de semen.
Hasta yo no me creía como podía seguir descargando tanto.
La leche comenzó a salir por su coño, ya que no cabía más dentro de su conejo.
Me quede dentro de ella durante un buen rato, y luego la saque acercándome a su boca y dándole una soberano beso.
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