La sospecha se confirma
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy argentino, tengo 46 años, me llamo Federico, vivo en España hace mas de diez años, y hace un tiempo atrás conocí una chica venezolana y empezamos a salir, hasta que decidimos vivir juntos.
Claudia, que así se llama mi mujer, tiene 48 años, siempre me habla de su hija que vive en Venezuela, que le gustaría traerla.
Maika, que así se llama la hija de mi mujer, tiene 19 años, al tiempo la trajimos, una chica menudita, de no mas de un metro cincuenta, con cara de nunca haber roto un plato, parecía que todo lo miraba con miedo.
Lo que le resaltaba eran sus tetas y su culo, no voy a decir que son enormes, pero para el cuerpo de Maika, se resaltaban.
Se instaló en casa con nosotros, siempre estaba al lado de su madre como si tuviera miedo que alguien le haga algo, salíamos los tres a caminar, iba pasando el tiempo y Maika se iba adaptando a su nueva vida, pero siempre que estaba su madre, ella parecía una niña chica.
Un sábado estábamos planeando en salir a cenar fuera y Maika se estaba bañando, y cuando paso por la puerta del baño, ella salía envuelta en una toalla, descalza, mojada todavía, le miré y la verdad que es una chica muy atractiva, Maika me devolvió la mirada, y vi un brillo extraño en sus ojos, no era la mirada de niña que siempre tiene, era la mirada de una mujer, se metió en su habitación a vestirse para irnos, y cuando salió, volvió a ser la niñita que siempre pareció.
El domingo me levanto a hacer el desayuno y ella se levanta a tomar agua, de pijama, nos saludamos y me volvió a mirara de esa manera extraña, "vos dormís aparte del pijama, con ropa interior?", le dije, siguiendo con lo que estaba haciendo, "si, es que tengo los pechos grandes y me hacen doler la espalda", me dijo, apoyándose contra la heladera, "así que tenes las tetas grandes?, me dejas que las vea?", le pregunte, mirando sus ojos, y sonriendo, "hay Fede, que loco, lo que me pides", me dijo y se fue, volteando su cara y mirando mis ojos que no dejaba de verla.
Desayunamos, pasamos el día normal, y siempre había una mirada fugaz entre ella y yo.
A la tarde noche, mi mujer se fue a bañar y yo estaba sentado en una silla a la mesa y pasa Maika a mi lado, yo la agarro de un brazo y hago que se siente en mi falda, "no me vas a dejar que te vea las tetas?", le dije, metiendo mi mano por el cuello de la camiseta y sacando una de sus tetas del sujetador, viendo una teta bien blanca, coronada por una aureola y un pezón marrón oscuro, "no que puede venir mamá", me dijo guardando su teta cuando me la iba a meter en mi boca, poniéndose de pie y yo le pase mi mano por su culo, apretando sus nalgas, ella volvió a mirar mi cara, sonriendo y no dijo nada, yendo a su habitación a vestirse para ir a tomar unas cañas con nosotros.
Me di cuenta que cuando estaba su madre era una niña inocente, pero al no estar su madre era otra persona.
Mi mujer se había anotado para hacer un curso de F.P. y estaba esperando alguna noticia si se lo habían dado.
Yo siempre que veía sola a Maika en donde estuviera le acariciaba las tetas o le apretaba las nalgas, ella solo me miraba y se sonreía, "amor, si tengo lugar en el curso, sal a caminar con Maika, que no se aburra, pobrecita mi hija", me dice mi mujer.
"No te preocupes amor, que la vamos a pasar bien", le dije.
Yo trabajo en casa, trabajo por el ordenador, así que no tengo problemas de días ni horarios.
Por suerte le dieron la plaza en el curso, Claudia estaba muy contenta, esa noche lo festejamos saliendo a comer y cogiendo como locos.
El lunes la llevo en el coche al instituto donde daban el curso, vuelvo a casa y Maika dormía todavía.
Como a las diez de la mañana escucho que se levanta, "buenos días", me dice y se va a la cocina, yo deje el ordenador y fui a la cocina también, la miraba desde la puerta, "que pasa que me miras así?", me dijo, preparando su desayuno, "nada, que estas muy linda cuando recién te levantas", le dije, acercándome a ella y la abrazo por la espalda, agarrando sus tetas y apoyando su culo contra mi pija, lamiendo y besando su cuello y su oreja, "hay Fede, no quieto", me decía, dejando que meta mis manos debajo de su pijama y sacando sus tetas, sintiendo lo duro que tenía los pezones, "por que quieres hacerle esto a mamá?", me dijo, dejando que vaya metiendo la mano en la parte baja de su pijama, "si vos también lo querés hacer", le dije, pasando mis dedos por los labios de su concha, que note que estaba mojada, "vez que estas mojada", le dije, metiendo un dedo en su concha, escuchando como gemía, "si, hace mucho que no me cachan", me dijo, gimiendo y dejando que mueva mi dedo en su concha, que acaricie con mi otra mano sus tetas y restregando su culo contra mi pija, "pero Fede, es que no tomo nada para cuidarme y no quiero que le metas los cachos a mi madre conmigo", me dijo, tirando su cabeza para atrás y mientras nos besamos le iba bajando el pantalón del pijama, "te hago por la colita", le dije, habiendo bajado sus pantalones casi hasta las rodillas, "por ahí me duele, una vez lo hice y me dolió mucho", me dijo, restregando su culo contra mi pija y poniendo voz de niña mimada, "yo te la meto bien despacio por el culito, vas a ver que no te va a doler nada", le dije, dejando de acariciar sus tetas y mientras seguía acariciando su concha, con la otra mano le acariciaba las nalgas, "como es tu verga, es muy grande?", me dijo, pasando una de sus mano para atrás y pasándola por mi pija.
Yo me baje el pantalón y Maika la agarro con su mano, "huy, es una vergota, me vas a destrozar la cola", me dijo, subiendo y bajando mi prepucio, de frente a mi, con la parte de arriba del pijama subida casi hasta su cuello, sus tetas al aire, su pantalón en sus rodillas y ella acariciando mi pija, me miraba, sonreía y bajando hasta quedar de rodillas se metió mi pija en su boca, sabía muy bien como chuparla, yo sabía que no era al primero que le estaba chupando la pija.
La chupaba despacio, sin apuros, lamía la cabeza y se la metía toda dentro de la boca, se puso en pie, me beso la boca, "sabes que me gustan los hombres maduros?", me dijo, sin dejar de mover su cuerpo contra el mío, "así que te gustan los hombres maduros, quien te cogió para que digas eso?", le dije, desnudando a la hija de mi mujer, "el señor de la casa donde trabajé hasta que vine, él me desvirgó, fue el que me la metió por el chiquito y me enseño a mamar verga", me contaba mientras no dejábamos de besarnos y yo la había desnudado completamente.
Nos besamos y entre caricia y caricia, ella se agarró a de mi cuello y saltó sobre mi, envolviendo mi cintura con sus piernas y con su mano acomodo mi pija contra su concha, gimiendo a medida que ella con los movimientos de su pelvis, hacía que mi pija le entre en la concha, "haaaaaa, llévame así, clavada en tu verga a la cama", me dijo, besando mis labios y moviendo su cuerpo con mi pija dentro de su concha.
La llevé así, sentada en mi pija, la deje caer sobre la cama mientras me terminaba de desnudar, Maika abría sus piernas, me mostraba su concha y como se metía los dedos y los metía en su boca, "vuelve a meter tu vergota en mi cuca, sigue cachando mi cuca", me decía, abriendo y levantando bien sus piernas, dejando que me ponga entre sus piernas y le vuelva a meter la pija y la siga cogiendo, "hayyyyy así, papito, dame verga, que bien me cachas", me decía entre gemidos, "clava bien adentro tu verga en mi cuca", me decía, sin dejar de gemir, "que ganas de cachar que tengo, que arrecha que estoy", me decía Maika, gimiendo y retorciendo su cuerpo, "dame el culito Maika", le dije, besando su cara, su boca, sus tetas, metiendo y sacando mi pija de su concha que estaba tan mojada que perecía que se había echo pis, "si papi, pero me vas a destrozar el chiquito con tu vergota", me dijo gimiendo y parando de mover su cuerpo.
Yo le saque la pija de la concha y la hice poner en cuatro patas, le abrí sus nalgas lamiendo su ojete, le empecé a pasar vaselina, me envaseliné la pija y me acomodé entre sus nalgas, "el señor me hizo sentar en su verga, no me puso así ni me paso lubricante como tú", me dijo Maika, abriendo sus nalgas y dejando que acomode mi pija contra su ojete, "haaaaaaaaaaa", dijo, cuando le empecé a meter la pija en el culo, "vez, te la meto así despacio, sentís como te va entrando?", le dije, metiendo muy despacio mi pija en su culo, "si papi, siento como tu vergota me va abriendo el chiquito, casi no me duele", me decía dejando que le vaya metiendo toda la pija dentro de su culo, hasta que aplasté sus nalgas contra mi pelvis.
Me quedé quieto, no me movía, dejaba que Maika acostumbre su culo a tener mi pija metida dentro, "tú si me cachas bien la cola, el señor me hizo doler mucho y me sangró el chiquito", me dijo Maika, moviendo su culo contra mi pelvis, despacio, en círculos, "que rico siento esa vergota bien adentro de mi cola, como me abres el chiquito, me gusta, me gusta mucho", gemía Maika, dejando de abrir sus nalgas y acariciando su concha mientras le empecé a hacer entra y salir mi pija de su ojete, solo escuchaba como gemía la hija de mi mujer mientras le cogía el culo.
"Que rico culo que tenés Maika", le decía, metiendo y sacando mi pija de su ojete, notando como se le dilataba mas, como le abría el ojete con mi pija, "yo sabía que me ibas a cachar bien", decía Maika sin dejar de acariciar su concha y sacando su culo mas para atrás.
Le saqué la pija del culo, le vi su ojete abierto, redondo, la hice poner boca arriba, le levanté sus piernas y le volví a meter la pija en el culo, escuchando como suspiraba de placer al sentir como le había entrado toda la pija.
Yo le puse sus piernas en mis hombros y mientras ella se chupaba los pezones de sus tetas, yo le metía y le sacaba la pija del culo y con mi dedo le acariciaba su clítoris, gimiendo los dos mientras seguíamos cogiendo, "sigue, sigue cachando mi cola que ya llego, estoy llegando, duro, cacha duro mi cola que me escurrooooooooo", gritó en medio de un fuerte orgasmo, mientras yo seguía metiendo y sacando mi pija de su ojete, hasta que se la metí toda dentro del culo y sentía como salían los chorros de leche llenando el culo de la hija de mi mujer, solo gemíamos a medida que nos acabábamos, nos quedamos mirando a los ojos mientras sentíamos como unos estertores de placer, "el señor con el que trabajabas, te cogía todos los días?", le dije, aún pegado a su culo, "casi todos los días cuando no estaba su mujer", me dijo, respirando menos agitada ya, recuperando la tranquilidad, "yo te voy a coger todos los días", le dije, sacando mi pija de su culo, y me acosté a su lado, abrazándonos los dos desnudos, "si papi, me encanta tu vergota", me dijo, pasando su mano por mi pija.
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