La vecina de mi novia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En el año 2008, yo tenía por novia a un Amelia, una mujer de 35 años, divorciada, sin hijos, con la cual duramos casi los dos años. Llevabamos una vida sexual muy activa.
Me voy a presentar, con el nombre ficticio por cuestiones de confidencialidad. Llamenme Victor, de 33 años en ese entonces, soltero, no me he casado porque creo que no hubiera sido un buen marido, ya que me encanta el sexo y practicarlo libremente con quien esté disponible. Me gusta todo tipo de variaciones, fantasías y el sexo anal. Con Amelia fue la primera relación con que duré más de seis meses. Ella vive sola en un residencial en la capital de este país. Yo soy del oriente, por eso soy muy caliente.
Todo empezó cuando, al llegar a su casa, ella estaba acompañada de una chica guerita de 20 o 21 años, le calculé. Amelia me la presentó, era la nueva vecina que vivíaa dos casas de ella. Su nombre es Valeria. Me dijo que ella era del sur y que era casada y con su esposo vivían ahora en ésta ciudad. Valeria era muy guapa, de tez blanca/rosada, con lindos ojos celestes, algo llenita, pero no gordita, debajo de la cintura se cargaba un tremendo y respingón culo, además su piernas eran llenitas, lo noté por la falda arriba de las rodillas. Valeria era muy joven para ser casada, pero no era algo raro en este país.
Más tarde mi novia Amelia me confesaría que Valeria vivía muy sola, ya que su marido la dejaba por varias semanas, y que era por el tipo de trabajo que tenía. Por eso no fue raro encontrarme frecuentemente a ella en casa de mi novia. Valeria siempre vestía muy sexy y de marca, no cabía duda que su marido debía ganar muy bien en su trabajo.
En varias ocasiones, fuimos los tres a fiestas o discotecas, ella y mi novia formaron una buena amistad. En varias ocasiones la saqué a bailar y Valeria movía su lindo trasero de gran forma, bailando merengue o salsa, me frotaba sus nalgas contra mi paquete y me dejó empalmado en más de una ocasión. Daban ganas de apretarla de las nalgas, pero alli estaba mi novia. Creo que allí empezó a nacer algo entre ella y yo.
Un día me estaba bañando y al terminar salí y pude oir una conversación entre Amelia y Valeria. Valeria le decía a mi novia que se sentía sola y que necesitaba tener a un hombre en su cama. Amelia le aconsejó de buscarse un amante ocasional, es decir no repetir un relación sexual con el mismo, sino buscar hombres que solo le quiten la necesidad sexual. Eso me dejó perplejo, primero saber que Valeria tenía inmensas ganas de coger y segundo que entre las opciones estaba tener amante ocasional y que Amelia estaba de acuerdo con eso.
Algunos días después, salimos los tres, se me hizo agua la boca solo de ver como iba vestida Valeria, llevaba un top corto, enseñando el ombligo y con un escote que dejaba ver bien buena parte de sus buenas tetas rosadas y que no llevaba sujetador. La falda era una mini negra que apenas llegaba por debajo de sus nalgas. Para terminar con zapatos de tacón tipo sueco, o sea solo de meter, se le podía ver sus pies bonitos, pintados y sus tobillos rosados. Todo una nena buscando hombres.
Aunque la noche no le fue favorable a Valeria, ya que varios hombres la sacaron a bailar y nadie daba la talla. Asi fue que vine yo y la saqué a bailar, con el permiso de mi novia, quien se quedó charlando con otra su amiga en la mesa. Me llevé a Valeria a la parte más lejana de la mesa donde estabamos. Y comencé a bailar pegadito, sus tetas se frotaban contra mi pecho y mis manos tomaban su cintura y a veces sus curveantes caderas. Ella me sonreía cada vez que la apretaba.
-Que bien bailas Victor!- me dijo para agradarme.
-Cualquiera es buen bailarin con una mujer como tu de pareja- le dije atrevidamente. Ella volvió a sonreir.
Durante la siguiente pieza, le dije que era una mujer muy atractiva, bonita, y que era un desperdicio que tuviera que bailar con alguien desconocido, teniendo marido. Para ese momento ya había decidido yo tratar de ligar a Valeria.
Llegaron las canciones románticas, Valeria se me pegó como segunda piel, yo sentía su respiración en mi cuello y su perfume me embriagaba de pasión. Mi bulto en el pantalón empezó a crecer y crecer. Yo la apreté más de modo que sus tetas se amoldaron a mi pecho, tenía una vista soberbía de sus senos. En un momento que apagaron las luces, mis manos acariciaron delicadamente sus bellas nalgas sobre su falda.
-tu cuerpo me despierta muchas pasiones!- le dije al oido.
-tu también eres muy atractivo Victor!- me respondió.
-Entonces no hay razón para no fundir nuestros cuerpos un día de estos- le dije atrevidamente, pero con la confianza de que Valeria andaba buscando sexo ocasional.
-Pero, tu eres el novio de Amelia- me dijo Valeria viendome a los ojos.
-Antes y después de acostarnos, también lo seré!- le dije.
Nos quedamos viendo fijamente y nuestros labios se envolvieron en un cálido beso, que luego se convirtió en un beso de lenguitas.
En eso prendieron las luces para cambiar de música. Nos separamos y caminamos hacia la mesa donde estaba Amelia. Antes de llegar, Valeria me dijo al oido que me invitaba a desayunar mañana a su casa. -Sale!!- le dije con una gran sonrisa.
Esa misma noche al llegar a casa de mi novia, ella quería que me quedara a follar con ella. Le dije que tenía algo de trabajo que hacer, lo cual no era cierto, sino que me estaba preparando para Valeria.
Las horas se hicieron largas, pero por fin amaneció, me di un baño, luego alquilé un taxi, el cual me dejó a varios metros de la casa de Valeria, no quería que por accidente fuera visto por mi novia. Toqué la puerta y ella abrió rápidamente, tenía su cabello mojada, señal de un fresco baño, tenía otra mini espectacular y un top agarrado del cuello. Me invitó a pasar y me dijo que quería de desayunar. Ella iba delante de mi y movía ese tremendo culo que dios le dio. Asi que la tomé por atrás, la tomé pro la cintura y le fui lamiendo el lobulo de la oreja derecha y mis manos iban subiendo para tomar sus senos sobre el top.
Ella me dijo que esperara, pero yo sabía que no podía espara más, me la imaginé toda la noche desnuda en mi brazos y yo quería cumplir ese sueño lo más rápido posible.
Le desaté su top y sus tetas brotaron como manantial, las aprisioné con las manos y las acaricié incluyendo sus pezones. Mis manos parecían tentáculos, ya que un rato estaban apretando sus tetas y en un segundo estaban tocando las carnes de sus nalgas, Valeria tenía puesto un hilo dental que lo permitía casi todo.
-Te gusta mi cuerpo victor?- -te gusta tocarme?- me decía Valeria con voz melosa.
La levanté en mis brazos y pidiendole que me señalara donde estaba su recamara, me lo indicó con su mano. La llevé cargada a la cama y la depósite allí, me avalancé sobre ella y le fui quitando su top, luego mamé sus tetas, chupándolas con los labios y usando mi lengua para jugar con sus pezones. Los chupé con tanta intensidad y deseo que Valería chilló de placer. Mis manos se metía debajo de su corta mini y acariciaban sus muslos.
Luego de mamarle unos minutos sus dos tetas, estrujándolas con mis manos. Me levanté un momento de sobre ella y le zafé su mini y luego su hilo dental, su rajita tenía labios rosados y brillosos, la chica estaba mojadita. Me avalancé sobre su vagina y ella abrió las piernas para darme más facilidad. Comencé a comerme esa fruta deliciosa, lamiendo primero el contorno de su vulva para luego meter mi lengua entre sus pliegues vaginales y llegar a lo más profundo de su rajita.
Con los labios tomé su clítoris suavemente y lo acaricié con la punta de mi lengua, eso hizo que Valeria se retorciera en la cama y se quejara de placer.
-Asi Victor, comete mi coño, todo, cometelo todo!!- me decía fuera de si la cachonda Valeria.
Metí un dedo y lo pajié en su rajita, luego metí otro, ya dos dedos en su raji ta y me puse a masturbarla mientras me seguía comiendo su clítoris.
-Ayy papi, que rico siento, no pares, asi, asi!!- gritaba ya Valeria, abriendo más sus gorditas piernas al tiempo que le invadía su primer orgasmo.
Mi pija ya goteaba dentro de mis pantalones, asi que en un movimiento rápido, me lo quité al igual que mi boxer, me quedé solo con la camiseta puesta. Tomé mi pija con la mano y la puse en su roja entrada vaginal, la froté contra sus labios, eso hizo que a gritos me pidiera que la penetrara. Asi que se la dejé ir adentro, al primer empujón mi pija entró hasta la mitad, luego comencé a bombearla hasta que la metí toda en su rajita, luego ella me apretó contra sus piernas, asi que me empecé a mover encima de ella, metiendo y sacando mi pija de su raja.
En pocos minutos los dos gemiamos al unísono guiados por el vaiven de nuestros cuerpos fundiéndose uno al otro. Mi boca y su boca ya no se besaban sino se chupaban una a la otra. Luego mis labios bajaron para mamar su lindas tetas rosadas. Mis pistonazos hacian sonar la carne de nuestros cuerpos. La venida era cuestión de segundos, ella empezó a gemir diferente, con un aumento de su respiración, aceleré mis bombeos y la hice llegar inevitablemente, mientras convulsionaba debajo de mi, le eché una buena dosis de esperma adentro de su rajita. Los dos terminamos semicansados, pero muy satisfechos.
Ella fue la primera en levantarse de la cama, se metió al baño a lavarse su rajita, yo me quedé en la cama. Luego, ella llegó y comenzamos a besarnos, ella aún estaba desnuda.
-Estuvo rico Victor, ya lo necesitaba..lo único malo es que eres el novio de Amelia!- me volvió a insistir.
Valería se puso boca abajo, yo aún caliente, le fui acariciando su espalda, luego bajé a sus nalgas, de veras que eran bellas, grandes y duras. Las acaricie y apreté un rato, mientras ella recostaba su cabeza en la superficie de la cama y cerraba sus ojos, abri sus nalgas y aprecié su culito arrugado, era también rosadito y se podía intuir que ya habia sido abierto anteriormente.
Fui bajando más y llegué a su pantorillas, las froté y acaricié, luego sus bellos pies, toda ella era un bocado erótico. Chupé sus pies, uno por uno, metiendome sus deditos gorditos en mi boca y los lamí por dentro. Todo eso le gustó mucho. Fui retornando a sus nalgas, las lamí y chupé con devoción. Le abri de nuevo sus dos carnes y mi lengua se puso a jugar con su ojete del culo, le pasé la punta de la lengua varias veces, inclusive empujé para ver si entraba, todo eso le sacó gemidos de placer a Valeria.
Después de eso, me acosté boca abajo también, pero entre las piernas de ella, asi mi rostro quedó con su raja y su culo de frente y su disposición. Metí mis manos debajo de su vientre y levantándola unas pulgadas, le fui chupando su arrugado ano y bajaba a su raja abierta por nuestra fornicación. Lamía por turnos cada uno de sus ricos orificios. Turné también mis dedos, cuando los metía en su raja le lamía el culito y cuando le metía un dedo en el interior de su culo le chupaba la rajita. Valería no tardó en regalarme un nueva tanda de sus jugos vaginales.
Mi pija ya había vuelto a la vida, asi que me subí sobre ella, siempre boca abajo y la penetré sin reparos en su raja abierta y mojada, la metí hasta que mis cojones toparon con la carne de sus nalgas. La pistonie tan fuerte que la cama se movía cada vez que la embestía. Además los gritos de Valería rapidamente inundaron la habitación, Yo me aferraba a sus nalgas para metersela rítmicamente. La vista era fantástica, podía ver hacia abajo, como desde mi glande hasta el tronco de mi verga entraban en su rajita colorada. En dos o tres minutos Valeria llegó a otro orgasmo que no tuvo reparos en gritarlo en toda la habitación.
Mientras se la metía y apretaba sus nalgas, me entró antojo de su orificio arrugadito, asi que comencé a acariciarle su ano con mis dedos, luego embarré con un poco de sus jugos vaginales mis dedos y su esfínter, de ese modo pude hundirle la mitad de uno de mis dedos en su culito. Ella se quejó cuando se lo metí, pero no dijo nada, asi que seguí jodiendole su ano. Mi verga estaba llena de sus fluidos vaginales, asi que poniendose en la entrada de su culito se la hundí lentamente.
-Ayyy papi, despacio, despacito por fabor!- me pedía la bella Valeria, mientras le metía mi verga en su culo.
Cuando iba por la mitad, se la empecé a bombear para metersela toda. Su culito era también muy colorado y se tragaba bien todas mis pulgadas de verga. Poco a poco ella se fue levantando con el culo empinado, en pocos minutos quedamos en una perfecta posición caninca, yo me aferraba de su cintura para hundirsela profundamente y hacerla gemir de placer.
Su culito era suave, pero me apretaba bien la verga. Senti que no duraría muchos minutos más, ya que estaba cerca de mi venida. Aceleré y logré hacerla llegar de nuevo y me hice llegar a mi venida. Pinstonie profundo mi verga y mientras lo hacía le fui descargando un buen chorro de semen en su recto. Ella gimió y gimió hasta que se desplomó en la cama conmigo encima, la seguí ensártando hasta que no me salió una gota más de semen. Y me desplomé también sobre su espalda. Aún nos besamos otro rato en la cama y Valeria me dijo que ella no aguantaba más la soledad de su casa y que me agradecía el momento que la había hecho pasar.
Al preguntarle por su marido, ella me confesó que él era casado y que ella era solo la amante, que el le había dado casa, dinero y auto para que siguiera siendo su casera. Ella me dijo que su marido estaba metido en el narcotráfico y que por eso lo veía cada cierto tiempo que podían ser tres o cuatro meses. Me puse un poco nervioso al saber que su marido era un narco, ya que ellos son bien conocidos por perpetrar asesinatos y secuestros, y alguien que se acostaba con su amante era un ticket al más alla. Valeria me tranquilizó al decirme que él le avisa cada vez que va llegar, ya que ella le ayuda a pasar algunas cosas previo a su llegada. Asi que no tuviera preocupación alguna y que le gustaría volver a verme a solas.
En conclusión, me estuve tirando a mi novia y a la amante del narco por seis o siete meses. Luego terminé con mi novia y aún me estuve cogiendo a Valeria por unos tres meses más. Me llegó una oportunidad de empleo en otra provincia y no dudé en irme ya que la suerte se puede acabar un día.
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