Las adolescentes de ahora son muy promiscuas (mi hija y su amiga)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todavía recuerdo cuando existía el romanticismo y el chico tenía que conquistar a su chica.
Le hacía poemas, la sacaba a bailar o simplemente a caminar para charlar y conocerla mejor.
Todo eso era requisito para que lo aceptara y poder llevarla a la cama.
Ahora con esto de la globalización, los dispositivos y aplicaciones, la educación sexual entra de lado equivocado, las chicas y chicos son más promiscuos, quieren imitar lo que ven en videos o en la red global.
Quieren experimentar pero sin tomar en cuenta muchos factores.
Y para personas como yo que somos adictos al sexo, es la mejor oportunidad.
Me casé con una mujer mayor que yo, en este momento yo tengo ahora 38 y ella 44, para ella fue su segundas nupcias.
Cuando me casé con ella tenía una hija, que ahora tiene 16 añitos, la llamaré Sury en este relato.
Cuando mi hijastra o hija, entró a la adolescencia, pasó de ser un patito feo a un bello cisne, pues Sury es delgadita, pero bien hecho su cuerpecito, sus tetitas redondas y sus ensanchaditas caderas y su trasero respingón, a pesar que he oído muchas veces como padrastros tienen sexo con hijastras, nunca ha sido de mi predilección eso, pero con sus amiguitas pienso diferente.
Eso sucedió con Mary, una de sus mejores amigas, cuando ella entró a la adolescencia, también se volvió una señorita muy bonita, delgadita, poquitos pechitos, piernas largas y un compacto y bonito trasero.
La pequeña me comenzó a coquetear, yo pensé, -cosas de la edad-, pero, no se cómo averiguó mi numero personal de móvil, y comenzó a escribirme, primero para hacer amistad, pero después ya la relación fue más personal, me enviaba fotos de ella, me pedía las mías y algunas de sus fotografías eran atrevidas.
Se me paraba la verga de verlas.
Ella llegaba a la casa y en ocasiones se quedaba la noche.
En una de esas ocasiones, hace ya nueve meses, mi esposa estaba visitando a mi suegra, que tenía problemas con la diabetes, esa noche, vimos una película en la sala de estar, yo tenía a mi hija Sury a un lado y del otro Mary, cuando había una escena de suspenso o de miedo, yo sentía la mano de Mary tocarme la entrepierna y en alguna ocasión mi paquete, el cual no era ajeno a lo que sucedía, pues ya tenía una erección grande.
Luego nos vimos a los ojos y su rostro se dibujaba su intención.
Ellas estaban con sus pantalones de pijamas flojos y su camiseta sin sostén, pues en esa época hacía calor.
Ahora cuando sucedían las escenas de película que mencioné, yo le tocaba sus pequeños senos, sin que mi hija se diera cuenta.
Y asi nos estuvimos durante toda la película.
Cuando esta terminó yo tenía un gran bulto en mi pantalón, totalmente empalmado, no quise ni ponerme de pie, ellas se despidieron y la mirada de Mary me decía, que no había terminado todo.
Yo me quedé viendo tv en la sala, mi imaginación volaba en esos momentos, y pensaba en la pequeña Mary y lo habíamos estado haciendo en el sofá.
Pasó posiblemente una hora, estaba a punto de irme a dormir, cuando oí un dulce –“hola”- era ella, yo hasta me puse nervioso al verla allí parada a mi lado, le dije también hola, luego le dije que se sentara, -qué mira?- me dijo refiriéndose a la tv, le dije que solo daba vueltas a los canales.
Ella se sentó a mi lado muy pegada a mi, y la rodee con el brazo en los hombros.
Ella conforme pasaban los minutos se iba recostando en mi pecho, eso nos dio más confianza.
En mi caso me tenía que arriesgar y rápido, asi que le empecé a dar besitos en la cabeza, luego en el cuello por atrás, ella giró su cabeza y su rostro quedó a mi disposición, la besé, ella respondió de inmediato, sacó su lengua de su boca y la puso en la mia.
Hice una pausa y le pregunté por Sury, ella me dijo, -se quedó dormida-, entonces seguimos besándonos muy rico, su boca era pequeñita al igual que su lengua, pero besaba rico la pequeña Mary.
El bulto empezó a aparecer de nuevo en mi pantalón, y más cuando ella volvió a poner su mano sobre él.
Yo no me quedé pasivo, metí mi mano entre su camiseta y palpe sus dos pequeños pero maravillosos senos, luego acaricie sus pezones, los cuales se erectarón rápido.
Bajé la cabeza para mamar su dos tetitas deliciosas, las chupé y le pasé la punta por los pezones, la pequeña emitió un quejido.
Ella aumento el roce de su mano contra mi paquete, entonces yo mismo me bajé el cierre y ella pudo entrar su delgada mano y ahora acariciaba mi verga directamente.
Luego fue ella quien se montó encima de mis piernas, de frente a mi, ahora tenía a tiro sus tetitas, le quité definitivamente la camiseta y le besé los hombros, el cuello y de nuevos sus tetitas y pezones.
Ella gemía, y a la vez movía su traserito encima de mi paquete, yo ya tenía una descomunal erección.
Entonces metí mis manos por detrás de ella y dentro de su pantalón pijama que era flexible, metí mis dos manos y agarré sus nalguitas duritas y suaves, las tomé y las apreté delicadamente pero con mucho deseo.
Mary tenía un cuerpecito exquisito, todavía en desarrollo, pero la pequeña estaba destinada a ser una real hembra.
No se cómo le hice, pero le fui bajando el pantalón pijama, y ella quedó solo con las calcetas puestas.
Ahora ella movía su trasero contra mi verga, piel a piel.
Era por demás algo demasiado caliente.
La levanté un poco solo para poner mi verga casi vertical y sentarla encima para penetrarla, estaba sumamente estrechita, parecía no iba a entrarle, yo no tengo una verga tan larga como gorda, entonces con mucho esfuerzo, mi glande entró por fin en su vaginita.
Ella gritó y me mordió el hombro, sus dientecitos quedaron marcados en mi piel.
Como dije no era virgen, pero si muy estrecha.
La besé mientras la levantaba y la dejaba caer sobre mi verga, cosa que hice repetidamente para que mi verga se fuera hundiendo dentro de su canal vaginal.
En cosa de diez minutos, le había metido apenas la mitad de mi verga.
En ocasiones los gemidos eran de placer y en ocasiones de dolor.
Tuve paciencia, le mamé sus tetitas varias veces y la besaba mucho en todas partes.
Por fin su chuchita se dilató.
Mi verga entró hasta un ochenta por ciento calculo.
Luego ella como si le hubieran enseñado, comenzó a cabalgarme despacio, ella llevaba el ritmo y fue mejor, ella iba adaptándose a mi verga.
Por fin le veía poner los ojos en blanco super excitada, tuve que subirle el volumen a la tv para apagar su gemidos y quejidos de placer.
Al rato la oi llegar un buen orgasmo.
Fue música para mis oídos.
Luego de darme una buena cabalgada por varios minutos, la quité de encima y la acosté en el sofá, me metí entre sus piernas y las levanté por la articulación de las rodillas y comencé a comerme su chuchita, tenía labios vaginales diminutos al igual que su rajita, abrí sus labios vaginales y le pasé varias veces la punta de mi lengua sobre su clítoris, ella de nuevo pegaba de gemidos, parecía que la estaban torturando.
Sentí cuando su cuerpo se aflojó y contorsionó su espalda sobre el sofá, la pequeña Mary estaba teniendo su segunda corrida.
Antes que terminara, abandoné su chuchita y poniendo su pies en mis hombros, puse mi verga en su vagina y la penetré de nuevo, ahora mi glande entró más libre, su vagina estaba muy lubricada, eso ayudó.
Se la fui metiendo lentamente, hasta que le entró casi toda.
Entonces comencé a cogerla con lentos pero profundos bombeos.
Mary ponía sus ojos en blanco, eso me excitaba mucho que hiciera.
Mientras la cogía, tomé uno de sus pies, le quité la calceta y comencé a chuparlo, primero metí todos sus dedos, me cabían perfectamente en la boca, luego chupé uno x uno de sus deditos, yo estaba extasiado, pues soy admirador de los pies femeninos.
Terminé de chuparlo y lo hice con su otro pie, mismo tratamiento.
Seguí bombeando mi verga y estaba muy cerca del punto cero, tenía mis huevos hinchados de tanta leche.
Entonces hice mi última jugada, me fui colocando, sin sacar mi verga, encima de ella, y seguí bombeando, sentí que ahora se la metía hasta lo más profundo de su chuchita.
Ella cerró los ojos y se veía un rostro relajado y gozoso, mi verga estaba a punto de explotar, metí mi mano por debajo y apenas pude sacar mi verga a tiempo, una gran cantidad de latigazos de semen salieron de la punta de mi verga, todo cayó en su vientre y estómago.
Yo gemí y gemí, hasta que mi verga ceso de sacar leche.
Quedamos con cuerpos pegados.
Al rato me quité de encima y ella comenzó a recoger sus prendas.
Con ellas se quitó mi esperma de su cuerpo.
Luego se las colocó y se sentó, me puse a su lado y le dije que había sido lo más delicioso que me había pasado en mucho tiempo.
Ella sonrió y me preguntó si eso era verdad.
Ambos estábamos sudados.
Esperamos que nos refrescáramos un poco y luego ella se despidió con un beso en la los labios y se marchó a la recamara.
Yo me quedé de nuevo solo, pero con una sonrisa de satisfacción.
Mary siguió whatsapeando conmigo.
Una noche, como unas tres semanas después, me escribió que sus padres habían asistido a un casamiento y que ella se había quedado sola en la casa, me preguntó si podía acompañarla un rato, yo sabía que quería decir eso.
Me inventé hasta que un amigo estaba en serios problemas, mi esposa no dudó en dejarme ir.
Me fui directo a la casa de Mary, no conocía, pero para algo sirvió el “weist”, llegué, dejé el auto a una esquina de allí.
Ella me abrió la puerta, subimos a su habitación, y a gozar se ha dicho.
Nos comimos a besos sobre la cama, nos fuimos quitando la ropa el uno al otro, luego hicimos sexo oral, yo fui primero, le comí su chuchita a chupones y usando mucho la lengua, la hice acabar en mi boca.
Luego fue su turno, Mary no era inexperta, chupaba muy bien mi verga en pocos minutos me la puso a punto.
Asi que la detuve, me puse encima y la penetré, ahora le di duro, rápido y profundo, la pequeña daba de gritos, menos mal que la casa estaba vacía, solo nosotros cogiendo a placer, la hice acabar de nuevo.
Luego la puse en cuatro y comencé chupar sus pequeñas y redondas nalgas.
Le abrí sus nalguitas con las manos y también le lamí su ojete del culo, ella dio un salto cuando mi lengua le tocó su ano.
Luego me puse atrás de ella y se la dejé ir despacio, al fin se pude meter completa, ella estaba muy dilatada y lubricada.
Ella movía su espalda y su colita y me daba un plus.
Parecía que ahorcaba mi verga con su chuchita.
En esta ocasión, no tuve precaución y le llené de leche su chuchita, se la saqué pero uno o dos chorritos entraron en su vagina, estoy seguro.
Para mi suerte no hubo consecuencias.
Abandoné como ladrón su domicilio, en la oscuridad y a escondidas.
En esos días precisamente, cuando tenía yo esa aventura, vi a mi hijastra Sury cambiada conmigo, seguro que algo sabía de lo que hacíamos Mary y yo.
Era un cambio muy notorio, yo quería charlar con ella, pero no daba espacio.
Yo quería hablar con ella para saber cuanto sabía y el riesgo de que se pudiera contar a mi esposa o sea su mamá.
Asi que una noche, esperé que se durmiera mi esposa, me fui sin hacer ruido y toqué la puerta de su recamara, ella dijo –adelante-, no sabía que era yo.
Ya estaba adentro.
Ella estaba acostada viendo tv, se volteó como no queriéndome dar la cara y dándome la espalda.
Me senté en la cama y traté de sacarle información, le dije que por qué ese cambio, si siempre nos hemos llevado bien.
Entonces ella me dijo que sabía lo de Mary y yo.
Me puse casi a temblar.
Pero luego agregó, -estoy celosa de ella-, eso cambiaba la cosa, le dije que no se sintiera celosa, que a ella la quería mucho más que a Mary, ella aún volteada me dijo –entonces por qué no me haces lo que le haces a ella?-.
No lo podía creer.
Ella quería lo mismo de mi.
Entonces me metí en las sabanas donde ella estaba, me puse atrás de ella pegado, tanto que mi bulto se pegaba a sus nalguitas, la abracé le decía como la quería, que me gustaba mucho, pero resultaba que era la hija de mi ahora esposa, pero que eso no me importaba si a ella no le importaba.
La abracé, le pegué más mi bulto en su colita, le metí una mano dentro de su pantalón pijama y luego dentro de su braguita, quería saber hasta donde me dejaría entrar, y mis dedos llegaron hasta su chuchita, ella comenzó a gemir mientras yo le acariciaba sus labios vaginales y mis dedos jugaban e intentaban insertarse en su vagina.
Yo le comencé a besar la espalda, sin dejar de tocar su chuchita.
Bajé mi boca hasta su espalda baja y luego empecé con sus nalgas, que eran blancas con la piel más suave que hubiera tocado.
Por fin metí un dedo en su rajita, ella emitió un grito a bajo tono, movía la yema de mi dedo adentro y afuera de su vagina, mientras le chupaba las nalgas.
Para ese momento tenía una erección tremenda, asi no pude esperar más, tenía que poseerla.
Me coloque bien por atrás, siempre de lado los dos y levantando su piernita, puse mi verga entre sus nalgas buscando la entrada de su vagina, la encontré por el calorcito que emitía.
Empujé mi glande y a diferencia de Mary, mi verga penetró a la primera, mi hija no era virgen y no era tan estrecha, si me apretaba la verga su conducto vaginal, pero comparado con Mary era mucho menor.
Mi verga se fue deslizando mientras ella gemía sin parar, ella misma se puso un pedazo de la sabana en la boca, para que no oyeran tanto sus gemidos.
Mi verga entró un poco más de la mitad y comencé a bombear, suave y lento, tratando de meter más de lo que sacaba.
Sentí un calorcito impresionante dentro de su vagina, además que estaba altamente lubricada.
Me moví más rápido y ella casi gritaba, apagado por las sabanas en su boca.
De pronto sentí que ella convulsionaba, pero era un orgasmo, rico y vibrante, pues ella casi chillaba de gusto.
Yo aceleré, pues no podía tardar tanto, mi esposa se podía dar cuenta de mi ausencia en la cama en cualquier momento.
Asi que aceleré y la tomé de la cintura para profundizar mis bombeos, se me fue haciendo llegar sin remedio, grité y saqué mi verga de su chuchita y eyaculé sobre sus nalgas y sobre la cama.
Ella se quedó quieta, solo su respiración era aumentada.
Me compuse mi pijama, le di un beso en el cuello y en la espalda y le dije, -esto hay que repetirlo!, me encantó-, me levanté y me fui.
Ahora tengo relaciones con Mary y con mi hija.
No les puedo decir la frecuencia con las que tengo sexo con ellas, pero puede ser una o dos veces cada quince días, o una sola vez por mes.
Mi hija a pesar de estar en casa, es muy prudente, nunca hace un comentario o una acción para delatarnos.
Pero cuando su madre no esta en casa, se llena de lujuria y lo hacemos hasta por dos horas, pasando por tocarnos, besarnos, sexo oral y luego follar de lo lindo.
Ahora con Mary, ella es aficionada de las redes sociales, tengo una carpeta llena de fotografías de ella desde con ropa sexy hasta de su chuchita abierta.
Cuando se queda sola en casa me llama y yo acudo con ella y pasamos una velada fantástica.
También la he recogido en mi auto y me la he llevado un par de veces a algún motel a quitarnos las ganas de coger.
No se cómo termine esto, creo que terminará cuando ya tengan novios ambas y tengan sexo con ellos, y eso al parecer ya está sucediendo, a mi hija la frecuenta un chico del cole y a Mary un hijo de un vecino, según me dijo Sury.
Para mi será la mejor forma de sacudírmelas y poder contar la historia intacto.
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