LAS CHICAS DE DON ABUNDIO (SEGUNDA PARTE)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Don Abundio conoce a Dana.
Después de estar con Corina don Abundio se despidió de ella, y se dirigió a su pequeño departamento a descansar.
Por su parte cuando corina llego a su casa se encontró con la novedad que había llegado Iván con su esposa, una hermosa chica de cabellos rubios, unos ojos azules, un bien cuidado cuerpo y un culo en verdad hermoso, ella era Dana María,
Claro que eso no podía pasar desapercibido para don Miguel, padre de Iván y de Corina, un hombre que rayaba los cincuenta años, que embobado por la belleza de la joven, se deshacía en atenciones para la apetecible y cogible chica, diciendo para sus adentros que ese rico culito iba ser suyo próximamente.
La señora Lorena, madre de Corina era una bella mujer de unos cuarenta años. Se había casado joven con miguel, ella por supuesto había tenido algunos amoríos con algunos amigos de su marido. Ella les ofreció para vivir la casa que habían adquirido y que don Abundio le iba a hacer algunas arreglos de herrería.
Por otro lado don Abundio ya estaba trabajando en la casa cuando Corina llego con su hermano y cuñada.
Los esposos siguieron con su vida rutinaria, Iván tenía que ausentarse por algunos días a causa de su trabajo dejando sola a Dana.
_Buenas tardes, soy don Abundio_ se presento el herrero ante Dana que llegaba de compras en ese instante.
Dana se impresiono ante don Abundio, alto, moreno, con un pantalón raido, pero ella pudo apreciar el enorme paquete que el viejo portaba. Ese hombre feo y corriente la excitaba; sintió en su vagina un cosquilleo por sentir la verga de ese hombre, la agraciada chica se propuso conquistarlo, hacerlo suyo.
Dana sabia ser coqueta, aprovechaba cualquier circunstancia para estar cerca del herrero, que ya estaba por terminar el trabajo encomendado, la chica le hacia plática, mostrándole en forma discreta sus encantos, don Abundio estaba embelesado, absorto en la belleza y elegancia de la chica, le fascinaba sentir el aroma, la esencia que emanaba de ese delicioso cuerpo. ¡Diablos! Pensaba para si don Abundio, o era su imaginación o esa hermosa dama le estaba ofreciendo la oportunidad de tenerla, de hacerla suya.. Estaban sentados en una pequeña sala, eran aproximadamente las cuatro de la tarde.
_
Es usted muy bonita señora Dana, la mujer mas guapa que he conocido.
_como es usted don Abundio, y Corina donde se queda, ella es mucho mas bonita que yo_ le contesto haciendo a un lado un mechón de cabellos rubios que coquetamente habían caído sobre su frente.
Dana iba vestida con un pantalón de mezclilla azul marino, una blusa blanca, además de una tanguita que solamente cubría su bella rajita.
El viejo se lanzó a fondo, tenia de dos o la chica lo aceptaba o le daba una bofetada y lo mandaba al diablo.
Le agarró la mano, acariciándosela, empezó a hablar a decirle cosas que salían no se de donde..
Ella coqueta solo se limitaba a sonreír, eso impulso al viejo a hacer algo mas osado.
Don Abundio abrazó a Dana y murmurándole al oído le mordisqueó el lóbulo de sus blancas orejitas.
_Se que tú necesitas una buena verga, me lo estas diciendo con la mirada_
_No don Abundio, déjeme, debo respetar a mi esposo, ¡no!
Dana sabía que si se negaba, el viejo se enardeció más y eso para ella resultaba excitante .Dana caminó un poco mas moviendo rítmicamente el apetitoso culo, sabia que don Abundio no perdía detalle
_Mírame como me tienes Danita, quiero sentirte, si tu me aceptas te prometo que te voy a coger como nunca te lo han hecho.
Dana se acostó en el sillón, y le mando un beso al viejo herrero, esa era la señal que estaba esperando, el viejo herrero se coloco a la altura de los pechos encima de ella
Los dedos finos y delicados de Dana bajaron el cierre del raido pantalón y saco la verga de don Abundio, ésta se presentaba gorda, grande, negra destilando ya el líquido preseminal
_ ¡Te gusta mi vergota mamita?
_ ¡Me encanta, don Abundio!
Don Abundio le dio unos golpes con la verga en las mejillas de la muchacha, quien jugando abría la boca intentando atraparla-
_Don Abundio, no sea malo, démela.
_No, hasta que la atrapes con la boca.
La chica siguió jugando a querer atrapar la vergota que se le ofrecía, hasta que la alcanzo, ella le dio un besito en la punta al tiempo que le decía-
_Que malo eres, papito, yo muriéndome por comérmela y tu negándome esta
cosota.
la lengua de Dana busco afanosamente los huevos del viejo hasta encontrarlos, coqueta engulló los grandes y pesados huevos , densos llenos de semen . Los chupó con deleite, dándoles pequeñas mordiditas, mientras que su ansiosa lengua recorría la maraña de pelos , después lamió la base de la gruesa verga hasta llegar a la enorme cabezota, la cual engulló con sensual glotonería, la lamía y chupaba con deleite, Don Abundio con los ojos entrecerrados acariciaba la cabeza de la chica mirando hacia el techo de la pequeña sala.
_Sigue asi Dana, mamita que buena mamadora eres-
_¡Que rica vergota tiene don Abundio, grande y gruesa como a mi me gustan.
_¡Eres toda una putita
La chica siguió mamando la verga del viejo, aplicando toda la experiencia que había acumulado a sus veinticinco años de edad, ya había engañado a Iván su marido con varios hombres, todos ellos viejos y feos, que gusto tenía esta linda y sensual mujer por los feos ¡le fascinaban!
Dana recordó la primera vez que fue culeada por el jardinero de la casa de sus padres, en una visita que habían hecho con su marido; era un viejo barbón y prominente barriga pero con una vergota que a decir de ella era de lo mas apetitosa.
Fue en una salida que tuvieron sus padres, Iván se ofreció a acompañarlos, ella pretextó sentirse mal para llevar a cabo su plan, el viejo estaba podando unos árboles y ahí bajo ellos, Dana dio rienda suelta a sus pasiones, la cogida que le dio ese viejo fue inolvidable, sentir esa verga introducirse en su ardiente panocha fue sensacional. ¡Que rico¡ pensaba ella.
En ese instante sintió que la verga de don Abundio se hacia mas grande y gruesa, por que ya el viejo herrero estaba a punto de eyacular, ella siguió mamándole la verga.
_Me vengo mamita, me vengo-
_Donde quieres que te los eche?
_Echamelos en la boca, quiero sentir que son míos_ respondió la guapa Dana.
El viejo se estremeció, un potente chorro de leche salió de su erecta verga,
Dana abrió la boca y lo recibió sin desperdiciar una sola gota,
_Papito, que rica leche, pero quiero mas, supongo que me vas a culear, o ya es todo_ inquirió excitada la bella fémina.
_No mamita, ahora vas a ver la culeadota que te voy a dar, pero antes voy a chupar ese rico culito y esa panochita que se ha de estar derritiendo ¡Faltaba mas!
El viejo herrero se inclinó para bajar el pantalón de mezclilla de la hermosa rubia, bajando la blanca tanguita, la cual era de lo mas sexy, apareciendo ante él unas hermosas y maravillosas nalgas, Dana movió en forma sexy su apetecible culo ofreciéndoselo sin recato a don Abundio. Ella quedo tan solo con la blusa, el pantalón y la tanga estaban ya en el piso.
_!Que nalgotas tienes Dana!
_¿Le gustan mis nalgas don Abundio?_ pregunto mimosa la ardiente Dana
Por toda respuesta don Abundio besó las carnosas nalgas de la chica, que excitada ante las caricias del viejo solo emitía gemidos y algunos grititos
_aaay, mmm, me gusta.
El viejo se extasió besando chupando ese enorme culo, que palpitante se ofrendaba a ese viejo, dispuesto a recibir esa verga enorme y hambrienta; la lengua de don Abundio recorrió con maestría las nalgas de la muchacha hasta que se encontró frente a frente con la panocha anhelante y húmeda, él, experto se apoderó del clítoris, el cual comenzó a chupar ansiosamente.
_Me gusta, don Abundio, ay que rico
Dana gimió a la llegada de un orgasmo, el mas rico y placentero que haya experimentado
Dana estaba recargada sobre el sillón, en una posición por demás sexy y excitante, las hermosas nalgas, se mostraban generosas invitando al viejo a tomarlas, tocarlas, enfundada nada mas con la blusa: quien con la mirada llena de lujuria golpeó con su enorme verga las apetecibles nalgas de Dana.
_Papi. culeame ya, ya no aguanto.
Don Abundio agarro su verga que lucia imponente, la masturbó, quizás esperando que creciera aun mas y la fue introduciendo en la intimidad de la muchacha.
_Papito, despacio
El viejo la empezó a coger despacio, la verga se fue haciendo paso en el conducto húmedo de Dana, quien ya para entonces estaba totalmente extasiada y fuera de si, ella solo quería tener adentro esa verga.
_ mmmm, aaaagh.pa-pi-to
Don Abundio le dio unas embestidas que a Dana le parecieron maravillosas, como estaba enamorada de esa verga, ya la tenia toda adentro y no quería que se la sacaran
El viejo se sentó en un sillón, sentando a la muchacha en sus piernas, la verga quedo a escasos centímetros de la húmeda panochita de la bella chica. Ella acaricio la verga y se levantó un poco para que la verga dura y erecta entrara en su rajita.
Ella movió su rico y apetitoso culote en círculos, él con una mano la tenia afianzada de la cintura, y con la otra amasaba los ardientes senos de la muchacha, haciéndola subir y bajar en su enorme verga.
Dana se sentía transportada al infinito y un cúmulo de agradables sensaciones se volcaban en su ser cada vez que el viejo herrero le dejaba sentir su largo y ardiente leño. Cariñosa acariciaba los enormes testículos prodigándoles caricias.
_¡ay don Abundio, que rico me culea!
El viejo con los ojos entrecerrados gozaba de la cogida, de vez en cuando veía como esa insaciable vagina devoraba la verga. Era un espectáculo ver como la negra verga se perdía en las hermosas y duras nalgas de Dana.
La dejo de coger y se paró, lo que la chica aprovecho para quitarse la blusa y el top. Que visión le ofrecía al viejo. Desnuda con los pechos libres y ese enorme culo que se ofrecía palpitante.
Don Abundio la abrazó agarrando las nalgas de la muchacha, acariciándolas, abarcando con sus ásperas manos las preciosas nalgotas.
_que trasero, mami, ¡que culote!
_es tuyo, amor
El viejo busco la boca de la chica, quien sin ningún empacho se la ofreció siendo ella la que le atrapo la lenguota y la chupo con avidez.
_papito, eres todo un macho,
Don Abundio cargó a Dana y la condujó al lecho matrimonial, ella le abrió las blancas y torneadas piernas y lo invitó con un ademán a seguirla montando..
_ven papito, culéame más.
El herrero se subió encima de la muchacha, ésta por su parte agarro la vibrante verga y la jugueteo al tiempo que buscaba la boca del viejo dándole un apasionado beso cargado de saliva, ella golosa recibió la saliva que don Abundio le echaba en la boca, tragándosela, excitada.
Los pechos redondos, blancos y bellos fueron profanados por la hambrienta boca de don Abundio, que se engolosó mamando, chupando y besando los pezones que se mostraban erectos, incitantes,deseosos de ser mamados. Don Abundio lo sabia por ello se esmeraba en chuparlos.
_que buenota estas, Dana, nunca me cansare de cogerte.
_y yo de darte las nalgas, ¡aay! Que rico! Sigueeee.
El viejo siguió su recorrido, explorando el delicioso cuerpo de la muchacha, que ansiosa recibía los besos y caricias de su amante. Se detuvo hasta llegar a la húmeda vagina, que lucia depilada como el botón de una rosa que esta a punto de reventar.
Don Abundio introdujo la lengua en la cavidad, recorriendo cada punto haciendo gemir a Dana que acariciaba la alborotada cabellera del feo herrero
_papito, que rico siento ¿que me haces amor?
El viejo recibió en la boca el jugo delicioso y fresco que emanaba de la rajita de su bella chica y lo bebió con agrado.
Acto seguido don Abundio fue introduciendo la vergota en la vagina de Dana, comenzando un frenético y excitante. bombeo.
Solo se escuchaban los gemidos de ella y las palabras que el viejo le decía, fueron como treinta incansables minutos que a Dana le parecieron los mas placenteros, la verga de don Abundio lucia incansable, ella le pedía mas y mas al enardecido viejo
_papito, dame mas, cógeme como tu quieras, soy tuya
Dana dejo escapar un suspiro, producto del orgasmo que estaba sintiendo, enterró las uñas en la negra espalda del viejo a la vez que éste le decía cosas calientes al oído.
_que rico culo, me estoy comiendo, eres una verdadera putita.
Una descarga recorrió los sudorosos cuerpos. Don Abundio sintió llegar hasta el cielo, en verdad que a pesar de la disparidad en cuanto a belleza, estaban estrechamente ligados como si el uno estuviera hecho para el otro.
Dana movió el rico culote, para hacer sentir maravillas al viejo, quien dio otras embestidas para descargar un chorro de caliente y espesa leche en la cavidad sexual de la ardiente muchacha.
_Dana eres maravillosa.
Por toda respuesta ella busco la verga del viejo que todavía permanecía adentro de su vagina, y la comenzó a chupar con singular deleite, bebiéndose las ultimas gotas de semen que salían de esa verga que la había hecho sentir maravillas.
_que rico me hiciste sentir
Dana se acostó bocabajo y don Abundio besó las nalgotas que se le ofrecían, introduciendo la lengua hasta la intimidad llegando al anhelante hoyito, que esperaba recibir esa vergota que parecía incansable.
¬_quieres que te de mi culito_ pregunto Dana complaciente, dispuesta a ofrecer a aquel viejo su hoyito, que ya había sido usado por don Matías, el viejo carnicero que había conocido en monterrey y con el que había cogido adentro de la carnicería de este.
Recordó que Don Matías la había citado en su local, y ahí entre el aroma de grasa y carne la hizo suya, que se le ofrecía excitada. Dana en verdad sabía disfrutar de las buenas vergas.
Como toda una putita, Dana quería más, asi que se puso de perrito, moviendo el enorme trasero para que don Abundio lo acariciara. Éste por su parte masajeaba su vergota dispuesto complacer a la chica, su verga estaba lista, parada, agitada, como presintiendo que iba a introducirse en el estrecho hoyito.
El viejo estaba parado y ella en la posición antes descrita, con la boca busco la verga y la comenzó a chupar.
_papito, que rica verga tienes, shurrp ,
Dana mamó la incansable verga de don Abundio como diez minutos, ella de vez en cuando miraba al viejo con esos bellos ojos azules, y le preguntaba:
_ ¿Te gusta amor?, ¿te gusta como te mamo la verga?
_Si, me gusta mucho, sigue mamándola, ¡auf, espera, mejor te la voy a meter, porque ya no aguanto.
El viejo se coloca atrás de ella y separa las nalgas de Dana, introduciendo un dedo en su intimidad, ella por su parte gemía emocionada de poder sentir ese enorme miembro en su goloso culito.
Don Abundio dilató el hoyito de la bella chica para después introducir lenta pero deliciosamente su ardiente instrumento. Era lo máximo que podían sentir ,ella con las nalgas al aire, con su trasero ya profanado por don Abundio, quien se deleitaba en sentir ese lindo y fascinante culito. La negra y fea verga de don Abundio se abría paso cada vez mas, hasta quedar completamente conectados el uno con el otro.las manos del herrero tenia sujeta a Dana de la cintura, atrayéndola hacia si, para después empezarla a culear de manera sensacional.
Dana por su parte tenía la cabeza en la almohada, apagando con ello los gemidos que le producían las culeadas que el viejo Abundio le propinaba ¡que verga incansable tenía el viejo!, de todos los viejos feos con los que aquella beldad se había acostado, don Abundio era el mejor, se sentía transportada a la gloria, ni con su marido que era joven había sentido el deseo, morbo y excitación que este viejo le proporcionaba.
Don Abundio culeaba a la agraciada chica sintiendo por su parte llegar al paraíso, nunca en su vida, había estada con mujeres jóvenes como ahora de un tiempo a la fecha habían estado con él, haber disfrutado del gran culote de Corina, había sido una experiencia maravillosa, ahora al estarse culeando a Dana la experiencia se repetía.
Las palabras mimosas de Dana lo sacaron de sus pensamientos.
_ ¡ay, que rico amor!, sienta tu verga hasta adentro. ¡Me vengo!,
Dana movió su delicioso trasero en círculos y empezó a dar embestidas hacia la verga de don Abundio, quien estaba próximo a venirse, una tras otra fueran las estocadas que se daba.
Una explosión de sensaciones fue lo que sintió el viejo al estar cogiendo a la bella chica, quien excitada no dejaba de mover las preciosas y suculentas nalgas, sintiéndose completamente penetrada, llena por la enorme tranca de su macho.
Don Abundio saco la verga del hoyito de la bella chica, mientras ésta se acostaba en la cama, él hincado se coloco junto a la cara de Dana, ella busco la verga para seguir proporcionando placer al viejo.
Don Abundio empezó a coger a Dana por la boca, la verga del viejo entraba y salía como si fuera ya su dueña.
La chica apretó la verga del viejo, quien descargo la leche en su boca, el semen salía a borbotones, ella se lo tragaba ávidamente. Quería secar a don Abundio, quedarse con su esencia.
_que bárbara eres Dana
_papito, ya anocheció pero te invito a pasar la noche conmigo, para que me sigas culeando._ dijo Dana al tiempo que acariciaba ese mástil, potente, que parecía que tenía vida, porque tan solo con la sensual voz de la chica la hacia reaccionar.
S
e levanto mostrando su cuerpo desnudo y sensual antes de dirigirse al baño le dio un beso a la reata de don Abundio, con un andar exquisito se metió a bañar.
_Amor, vente a bañar conmigo, prometo hacerte cositas ricas
Don Abundio se dejó caer en la amplia cama, desfallecido, no era para menos; después de la maratónica sesión de sexo, se encontraba a punto de desfallecer, pero el honor y la vergüenza lo obligaban a acudir al llamada de la fogosa chica. Pero eso como dijera LA nana Goya, es otra historia.
CONTINUARA.
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