Las mujeres Monroy IX
Cambios importantes..
La chiquilla de 8 años gime de placer, con su vocecita infantil y anima a su amante.
- Me gusta mucho… Siento muy rico… Más por favor… Aaaaay… Vienen cosquillas… Vienen cosquillas… !Aaaaaaah¡
Es el primer orgasmo se la tarde y aún hay más para la nena, Dan se acomodó en medio de sus piernas que caen abiertas a los lados. Con su miembro erecto, masajea la vulva de la menor por fuera, sus juguitos naturales lubrican y permiten el suave paso del pene.
En círculos, de arriba a abajo, izquierda a derecha, ovalado, con todo lo largo de su pene.
Vamos a hacer un paréntesis en este momento, pues es importante conocer las dimensiones de Dan.
El pene del hombre es de unos modestos 16 centímetros, un grueso más que respetable. A lado de la nena este pene se ve enorme, pero perfectamente normal con las proporciones de su madre.
Con eso en mente sigamos con la experiencia de la nena que disfruta de los cariños y muestras de afecto se Dan.
Su madre escucha todo al otro lado de la línea, su nena la está pasando bien, aprenderá a disfrutar del sexo en manos de alguien que no le hará daño.
- Más cosquillas Dan ¡Más cosquillas!
Gritó la nena en su orgasmo que anuncia el final del encuentro. Veloz como el rayo, Dan baja y recibe la venida de la nena en su boca.
Dan manda a la pequeña fiera a su casa, saciada y con sueño, son las 5 de la tarde, los amantes Manta y Dan hablan al teléfono.
- Parece que se la pasó bien.
- Bastante, a diferencia de tí ella tiene el final al segundo orgasmo.
- Voy a tu casa, necesito hablar en persona contigo.
20 minutos después Dan y Manta tienen el segundo encuentro del día. Sentada en sus piernas frente a él, distingue el sabor de su hija, pero no le importa, ella estuvo dispuesta a sacrificar a su hija una vez por placer, está vez, la entrega por amor.
- Te amo Dan, con locura.
- Yo también te amo Manta, con la misma locura.
- ¿Estás seguro que quieres tener a mi hija amor? ¿Te sientes cómodo con eso?
- ¿Tener una mini tú, virgen, dispuesta a aprender de mi? Me siento muy cómodo mi amor.
Samantha llora en los brazos de su amante «soy una mala madre» se lamenta la mujer.
- Por mi descuido mi hija es curiosa para el sexo, me vio acostarme con esos dos chicos del gimnasio, uno de ellos me convenció para tocarla y ¡Yo se la entregué! Nublada por mi deseo, permití que un hombre tocara a mi hija para poder seguir teniendo sexo.
Dan abraza a la mujer y le da consuelo «era inevitable, en algún momento pasaría», con estas palabras Dan se siente culpable, sacó provecho de una menor en lugar de detener la situación.
- También soy un monstruo, permití que me intimide y le seguí el juego ¡Lo siento!
Samantha y Dan se miran a los ojos llorando, saben que no puede dar marcha atrás, Camila se va a sentir mal si de pronto la excluye, es demasiado astuta y testaruda, se dará cuenta que ellos dos son amantes y siguen viéndose.
- Debemos ser cuidadosos amor, no podemos permitir que mi esposo se entere, Camila no va a hablar, pero aún así, debemos extremar precauciones.
- Creo que puedo hacer algo para que nadie se de cuenta, será una pequeña inversión, pero si con eso me aseguro de seguir contigo y mantener a la pequeña Camila a salvó, lo haré.
La pareja de amantes se besan haciendo el amor sentados, está vez no habrá un final, es un encuentro fugaz, un orgasmo será suficiente, pero Samantha está agotada, le toca turno a Dan que la pone contra la pared, levanta una pierna de Manta y la sostiene con su brazo.
Así de pie, Dan penetra a su amante por su enrojecida vagina.
- Esto me trae recuerdos amor, así me tomo mi primer amante.
- Avispado el muchacho, poder mirarte a los ojos cuando te coje, pero yo no te cojo, !Te hago el amor¡
Con fuerza Dan levantó la otra pierna, totalmente atrapada, Samantha besa a su amante que la posee.
- Sí, tú me haces el amor.
Unos minutos bastaron para que la pareja llegara a un orgasmo y volvieran a la silla.
- No necesito escucharlo, sé que lo harás, cuidarás de mi nena, la llevarás despacio de la mano hasta que esté lista para el siguiente paso.
- Puedes contar con eso corazón, poco a poco, con mucho amor y paciencia. Me voy a asegurar que disfrute de cada encuentro, verá el sexo como algo natural, crecerá y tendrá un buen amante por esposo.
- Cuento con eso mi amor.
La pareja se da un baño en sus respectivas casas, Dan se prepara a dormir y Samantha arropa a sus hijos en la cama.
- Mami ¿Hiciste ejercicio con Dan?
- Un poco mi amor.
- Entonces me mintió, dijo que ya no tenía lechita.
- No te mintió, ya no tenía nada mi amor.
- ¿¡Segura!?
- Si mi amor, estaba vacío.
- Bueeeeeeeeeeeno
Acostada en su cama, con su esposo dormido a un lado, Samantha piensa en la situación, va a compartir amante con su hija de 8 años del cual está enamorada. No es la primera vez que pasa por algo así, pero está vez es diferente.
Anteriormente era puro deseo, la búsqueda de su satisfacción y para mantener a su amante callado. Afortunadamente su esposo lo descubrió y era testigo del abuso a la menor, el maldito habría terminado en prisión y huyó sin dejar rastro.
Dan es otra cosa, además de darle un placer que ningún otro hombre ha podido, Samantha se sabe y siente enamorada «Tal vez estoy confiando demasiado» pensaba una y otra vez sembrando la duda, animándola a buscar otra solución. Las dudas eran despejadas cuándo llegaba a Dan, cada vez que pensaba en como tener a ese hombre sin involucrar a su hija venía a ella el olor de su perfume, el sabor de su boca, la sensación de sus manos sobre su piel.
Perder a ese hombre le causaba angustia y miedo, de pronto abrazaba a su almohada llorando en silencio ante tal posibilidad.
- Cariño
- Eeeeeh
- No puedo dormir, iré a la sala
- Ok, te veo por la mañana
El esposo de Samantha ajeno a todo se giró y continuó durmiendo.
Inquieta, preocupada y asustada la mujer pasó a ver a su hija, dormía plácidamente. Curiosa, revisó la zona genital de su hija para descubrir que olía a sexo, un olor suave que ya había probado en la boca de Dan.
Visitó a su pequeña y salió de su habitación.
1140 pm en el reloj, Samantha bebe un poco de Brandy, no quiere volver a lado de su esposo, pero necesita dormir.
Una puerta se cierra con cuidado, un momento después, a dos casas de distancia otra se abre «No puedo creer que esté abierta», lo cuál era ciertamente una gran curiosidad, Dan nunca deja su puerta abierta, pero estaba tan agotado, que olvidó poner seguro a la puerta.
Sigilosa la mujer avanzó hasta la recámara de su amante, dormía desnudo sobre la cama, no se bañó o se preparó para dormir como siempre, solo se tiró en su cama y se entregó al sueño.
Samantha pone su alarma a las 5 de la mañana, intenta acompañar a su amante sin que lo note, pero Dan tiene un sueño muy ligero.
- ¿Qué pasa, quién es?
- Tranquilo, soy yo.
- ¡Manta! ¿Qué haces aquí?
- Vine a dormir, ven aquí, a mi lado.
- Pero ¿Y tu esposo?
- No importa, ven, necesito dormir.
Agotado, Dan no le dió importancia y se acomodó para dormir abrazado de una mujer por primera vez en años.
- Cucharita, así me gustaba dormir con mi ex esposa.
Dijo Dan rodeando con sus brazos a su amante que correspondió el abrazo tomando sus brazos y empujando su delicioso trasero contra los genitales del feliz hombre.
A las 5 de la mañana se despertó Samantha, se dió un baño rápido, beso a Dan que seguía dormido y se fue a su casa.
Con todo el amor maternal que le caracteriza despertó a sus hijos y los alistó para mandarlos a la escuela, su esposo bajó un poco de tiempo después, no le preguntó nada sobre anoche, simplemente desayunó con su esposa, conversaron un poco sobre sus actividades del día y a las 750 am salió a su trabajo.
Samantha salió de su casa a las 8 am, abrió la puerta y Dan seguía dormido en su cama, con cariño fué a despertarlo, besos y caricias, suavemente lo llamaba por su nombre.
- Dan, amor, es hora, despierta.
- Buenos días, a qué hora llegaste, no recuerdo, tampoco supe a qué hora te fuiste y volviste a llegar…
- De qué hablas cariño, voy llegando – Samantha tenía ganas de bromear.
- ¿Pero cómo? Pasaste la noche conmigo.
- ¿De qué hablas? Fue todo un sueño amor.
Confundido Dan miraba el reloj y la fecha, lo único que recordaba era que despidió a la pequeña Camila, se acostó a tomar un descanso, en algún momento llegó Samantha “¿Acaso fué todo un sueño?”
- Ja ja ja ja, tú cara es un poema, no estás loco, tampoco soñaste, anoche llegué a las 1145 pm a tu cama, dormí contigo, abrazados, me desperté a las 5 AM, me dí un baño y me fui a casa a atender a mi familia.
- ¿Y tú marido? ¿No dijo nada?
- Ni enterado, y si se dió cuenta, no me dijo nada – Samantha tenía en su rostro un semblante dolido.
- Pero yo sí me di cuenta.
- Lo sé, es hora, voy a hacer algo que necesito hacer, todo este vello, me estorba, lo voy a quitar – Señalando a la zona púbica.
- Nunca me he quitado el vello de ahí.
- Siempre hay una primera vez.
Acostado en su cama, su nueva y amorosa amante depila el pelvis, testículos y ano de Dan. Samantha es una experta depiladora, lo hace consigo misma, con algunas de sus amigas y en alguna ocasión, con alguno de sus amantes.
Una toalla húmeda relaja sus músculos y abre los poros, con mucho cuidado y amor, una tibia espuma humecta sus vellos, suavizando todo alrededor. De su bolsa sacó unas tijeras y recorta con mucho amor el exceso, sujeta su miembro dormido y pasa el frío metal cerca de su piel, Dan respira tranquilamente, deja a su amante hacer, confiando plenamente.
Una nueva toalla húmeda remueve el exceso, nuevamente la espuma cálida baña su pelvis y testículos, un rastrillo retira el vello, Dan suspira, disfruta de las atenciones, nunca le habían prestado esa atención.
- Las bolas y palo están listos mi amor, gírate.
Dan se acomodó boca abajo y espero.
- Necesito que me pares el culito mi amor, voy a limpiarte el anito.
Obediente Dan levantó sus glúteos, Samantha colocó un par de almohadas debajo y él simplemente dejó caer su cuerpo.
- Necesito que separes tus nalgas mi amor
Era una escena pintoresca, un hombre de 40 años con el culo parado, abriendo sus nalgas, esperando a que la mujer hiciera su trabajo. El tibio líquido y espuma recorren su canal, con cariño la mujer esparce la espuma y pasa la navaja limpiando todo el vello de la zona.
- ¿Cómo te sientes?
- Cómo nuevo Manta, me encantan todas tus atenciones.
- Me da gusto, me gusta el vello en tu cuerpo, pero prefiero limpia la zona genital, así puedo acariciar y hacer cosas como estas.
Samantha besa el ano de Dan usando su lengua como un beso francés, las pequeñas papilas raspar su ano que se expande suavemente, sus manos acarician y soban los ahora suaves testículos, el contacto con con las conocidas manos era diferente, Dan podía sentir perfectamente las huellas dactilares de Samantha en sus bolas.
- Ooooohh, pero qué delicia, ¿qué clase de brujería me hiciste mujer?
- ¿Te gusta mi amor?
- ¡Me encanta!
- Es el encanto de la depilación, espero que te guste, porque a partir de hoy, siempre te tendré depilado.
- ¡Tú puedes hacer conmigo lo que quieras!
La mujer se aplicó a lo suyo, su hábil lengua devoró el ano de su amante, sus manos recorrieron sus testículos y pene, un exquisito masaje a modo de masturbación estímulo al hombre que boca abajo con los ojos cerrados disfruta de los nuevos placeres.
- !Oh! De nuevo eso.
Los dedos de Samantha exploran el interior del ano de su amante buscando la próstata, con otra mano masturba el pene y con su boca se come los huevos. Tres minutos más de eso y la mujer se detiene de manera abrupta.
- Suficiente mi amor, es solo un masaje, necesitas, necesitamos, recuperar energía.
- Lo que tú digas amor mío.
- Metete a bañar, te voy a preparar el desayuno, ten, te lavas todo lo que te depile con este jabón y te pones cuando estés seco esta crema.
- Lavar con este, untar este otro.
La pareja se despide temporalmente con un beso. En la cocina Samantha prepara un desayuno balanceado, carbohidratos, proteína, vegetales y algo de fruta. Como si fueran una pareja de años, Samantha y Dan conversan plácidamente sobre una infinidad de temas, Dan se abre a Samantha y le cuenta sobre su vida sexual con su exesposa, poco sexo, muchas peleas, su anterior novia de joven, con la que perdió la virginidad, lo exitoso que es en su trabajo, el mejor vendedor de la ciudad, pero lo mas importante, sus sueños y planes a futuro con ella.
- Si no te molesta, me gustaría pasar el resto de mi vida como tu amante, ver por ti, darte todo lo que tu esposo no puede, pero más importante, me gustaría meterle un gol a tu marido, me gustaría tener un hijo contigo, aunque no lleve mi apellido.
Samantha ruborizada por la conversación observa el rostro de su amante embelesada, “este hombre es perfecto, me acepta con mi esposo y me quiere hacer otro hijo”.
- La maternidad es un tema que me encanta, podría abrime a la posibilidad de tener un hijo contigo, pero primero necesito tiempo para digerir lo demás, aún tengo muy fresco el compartir amante con mi hija.
- Por eso no te preocupes, unos años y la empujaré a buscar a alguien de su edad, no quiero que se ate a un viejo como yo.
- ¿En realidad deseas eso? ¿Dejarías ir a una jovencita por quedarse con una mujer más vieja?
- Por supuesto que sí, amo a tu hija, pero quiero pasar mi vida contigo.
El resto de la conversación fue trivial, risas, bromas y coqueteos, Dan notaba las ojeras en el rostro de Samantha, pero no tocó el tema. Samantha no se sentía cansada, estaba feliz de pasar la mañana con Dan “pasar el resto de mi vida como tu amante”, “tener un hijo contigo”, “el mejor vendedor de la ciudad”, eso pensó Samantha el resto de su mañana, cocinó para él, limpió su casa, lavó y planchó su uniforme.
En su casa Samantha daba los últimos ajustes, su habitación le parecía fría, enorme, la foto de la boda con su marido le parecía desconocida, indiferente, sus hijos, gemelos, idénticos al padre los reconocía como suyos, pero al mismo tiempo los rechazaba, el único lugar donde se sintió identificada fue el cuarto de su pequeña, el cual se parece a su habitación de cuando era una niña “si mis padres no me hubiesen dado la educación que me dieron ¿Qué habría sido de mi vida?”, esa idea atormenta a Samantha “no quiero que mi hija viva una vida feliz a medias”, la hermosa mujer de 30 años llora en la cama de su hija, está feliz con lo que encontró, pero no sabe qué hacer con lo que le dió felicidad por años.
A las 2 de la tarde llegan sus hijos, Camila y los gemelos la saludan como siempre, ella responde feliz, sobretodo con la pequeña Camila, se siente feliz por ella, quién a diferencia de su madre, podrá experimentar y aprender las bondades del sexo, pobrea buscar un hombre que la acompañe que al menos esté dispuesto a aprender con ella, no uno como su esposo, un hombre que sabe su esposa le es infiel, pero no tiene el valor de afrontarlo, prefiere vivir como un cornudo feliz con su familia amorosa que arriesgarse a comenzar de nuevo, conocer a alguien más y tener una vida feliz real.
Por la tarde anunció a sus hijos y esposo que saldrá, en secreto le dice a la pequeña Camila que la espera en casa de Dan, la niña sonríe y asiente.
A las 6 de la tarde Samantha se encuentra en el domicilio de Dan, sentados en el sillón sobre las piernas de su amante lo abraza por el cuello.
- Tengo que poner algunas reglas, la vez pasada no lo hice y siento que expuse a mi hija, no creo que tú le hagas daño, pero es más que nada por ella, quiero dejarle en claro cómo van a funcionar las cosas.
Camila pone atención a las palabras de su madre, solo podrá ver a Dan 3 veces por semana, 2 veces podrá Dan eyacular con ella, esos días serán cuando su madre salga de compras y los sábados por la mañana, está prohibido venir a casa de Dan si su madre está con él, está prohibido espiarlos, está prohibido tocar el tema en cualquier parte que no sea aquí, todos los sábados van a desayunar los 3 en casa de Dan, queda prohibido invitar o insinuar que su madre participe. La nena de 8 años aceptó todo no sin antes hacer comentarios raros “¿por qué te invitaría? !guácala!” su madre sabía que eso era específicamente para Dan.
- Hija, lo que vas a hacer aquí son cosas de grandes, nadie puede enterarse, si tu papá o cualquiera se entera, Dan y yo estaremos en problemas, iremos a la prisión, quiero que sepas que esto no debería pasar y que todo esto es mi culpa, pero te voy a dejar participar porque es Dan, a quién a partir de ahora conocerás cómo ni novio.
Camila sonríe, no sabe bien que pasa, por qué su mamá tiene novio si está casada, pero no le importa demasiado, ya no se tendrá que esconder de su mamá, podrá venir a jugar 3 veces a la semana y 2 días podrá probar su leche.
Samantha y Camilia se retiran de casa de Dan, entre las dos le prepararon la cena y se retiraron con un beso en la mejilla.
Continuará.
Amigo que morbo que dan tus relatos sigue escribiendo
Excitante con morbo y ahora con erotismo y amor, todo excelente.
MMM qué rico!